adam smith - Universidad de Navarra
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el <strong>de</strong>ber moral, actuar conforme a<br />
lo correcto; o bien, la posición en<br />
sociedad.<br />
En Smith no hay una negación o<br />
exclusión <strong>de</strong> los otros, pero sí una<br />
afirmación condicionada: el hombre no<br />
se encuentra en el otro sino que se<br />
encuentra con otros. No se trata <strong>de</strong><br />
una absoluta <strong>de</strong>satención a los intereses<br />
<strong>de</strong> los otros, pero sí <strong>de</strong> una<br />
atención secundaria: el hombre<br />
busca su interés y el ajeno <strong>de</strong> modo<br />
parcial —por relación a un interés<br />
propio—. No hay una negación<br />
<strong>de</strong> los <strong>de</strong>más, pues la naturaleza<br />
simpatética <strong>de</strong>l hombre significa<br />
justo su sociabilidad. Tampoco se<br />
niega la atención a los <strong>de</strong>más, ya<br />
que poseemos pasiones benevolentes.<br />
Pero, en la sociedad <strong>smith</strong>iana,<br />
el temor es más fuerte que<br />
el amor, y el afán <strong>de</strong> seguridad más<br />
que el riesgo. Por tanto, es fácil<br />
que se acabe paralizando cualquier<br />
actividad que no me reporte un beneficio<br />
seguro. Entonces, ¿cómo<br />
escapar <strong>de</strong> una sociedad <strong>de</strong> la sospecha<br />
y <strong>de</strong>l aparentar vanidoso cuando lo<br />
ajeno, en lugar <strong>de</strong> ser afirmado incondicionalmente,<br />
es <strong>de</strong>cir, amado,<br />
es tan sólo vigilado imparcialmente<br />
y la virtud es tan escasa entre los<br />
hombres?<br />
ADAM SMITH:<br />
INTERÉS PARTICULAR Y BIEN COMÚN<br />
24 Raquel Lázaro Cantero<br />
CUADERNOS EMPRESA Y HUMANISMO<br />
Smith distingue entre el individuo<br />
y la sociedad 49 . La sociedad vive<br />
en el hombre sólo como una<br />
construcción imaginaria <strong>de</strong>l espectador<br />
imparcial. Los <strong>de</strong>más hombres<br />
son yuxtaposiciones importantes,<br />
no i<strong>de</strong>ntida<strong>de</strong>s únicas. Para<br />
que la sociedad viva en el hombre<br />
y el hombre en la sociedad, tendría<br />
que existir un universal social 50 ,<br />
pero si el hombre <strong>smith</strong>iano no<br />
pue<strong>de</strong> superar en la práctica el<br />
propio interés particular, es precisamente<br />
por la ausencia <strong>de</strong> esa<br />
universalidad. Sólo si se admite<br />
que la humanidad está en cada<br />
hombre, y que exige <strong>de</strong> cada uno la<br />
mejor concreción, atendiendo a las<br />
circunstancias históricas 51 , se trascien<strong>de</strong><br />
la propia particularidad; entonces,<br />
no es que uno <strong>de</strong>ba actuar<br />
<strong>de</strong> modo correcto únicamente por<br />
amor a su personalidad particular,<br />
sino a la vez por amor a lo humano<br />
que hay en mí y en los <strong>de</strong>más. Es<br />
en esa universalidad <strong>de</strong> lo humano<br />
en la que los hombres están ontológicamente<br />
unidos. Sólo así cada<br />
hombre pue<strong>de</strong> consi<strong>de</strong>rar que verda<strong>de</strong>ramente<br />
tiene a su cargo a todos<br />
los <strong>de</strong>más. Admitir esto es ir<br />
más allá <strong>de</strong>l empirismo <strong>smith</strong>iano;<br />
es <strong>de</strong>clarar su insuficiencia y