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EL DISCURSO POLíTICO DE MANUEL FRAGA - Universidad ...

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irresponsablemente de catastrofista y de partido del miedo, cuando desgraciadamente muchas de<br />

nuestras previsiones se están cumpliendo, hoy queremos ser, una vez más, la fuerza política del<br />

realismo más profundo y de la esperanza más idealista de los destinos de España”.<br />

Fraga también apunta en el mes de noviembre que “se ha bromeado sobre” la famosa frase “que<br />

yo nunca pronuncié, aquella de que la calle es mía” y trata de justificarse al afirmar que “Yo<br />

nunca pretendí otra cosa sino que la calle fuera de todos, y por algo presenté la Ley sobre el<br />

ejercicio del Derecho de Reunión y Manifestación”. Pero sin embargo, manifiesta que “mucho<br />

más grave es que la calle sea de ellos, en el sentido en que usaba la palabra Tartarín de<br />

Tarascón, para describir todo lo que es violento, ilegal y enemigo de la paz”. Fraga añade, con<br />

un mensaje que el resto de los parlamentarios no tardarán en tildar de nuevo como catastrofista,<br />

que “ que lo que hoy puede resolver la aparición de una pareja de la Guardia Civil o un coche de<br />

la Policía Armada requerirá dentro de poco una sección antidisturbios” motivo por el que “no<br />

podemos consentir que nuestra sociedad proceda como en la famosa frase de la zarzuela de “No<br />

es nada; un soldado muerto. Puede el baile continuar”. Fraga también recuerda “la situación de<br />

ánimo de las fuerzas de orden público, acosadas por todas partes y sin el respaldo necesario de<br />

las propias autoridades”. Finalmente, asegurará que “nadie menos propicio que yo, por<br />

convicción y hasta por temperamento, a disculpar o al menos justificar actitudes levantiscas o<br />

sediciosas por parte de unas fuerzas cuyo primer lema ha de ser la disciplina” y que “una vez<br />

más he asumido un papel incómodo para mi persona y para mi Grupo Parlamentario, mas<br />

nuestra conciencia nos indica que se lo debemos a España”, y aunque “no me hago ilusiones<br />

sobre el resultado provisional de este debate, pero cumplimos un deber de conciencia al<br />

plantearlo”, señaló el ocho de noviembre. Nuevamente se aprecia la observación que se<br />

comentaba anteriormente. Fraga se erige en tono mesiánico como el garante encargado de la<br />

vigilancia de la correcta y trascendental labor política.<br />

Durante este año, también se produce, en el mes de julio, una disputa dialéctica entre Fraga y el<br />

socialista Benegas y que, aunque ya fue transcrita en otro capítulo, también merece la pena<br />

recuperarla para este. Se trata de la discusión generada entre ambos políticos a raíz de la critica<br />

de Benegas hacia el excesivo sentimiento nacional de Fraga, a lo que el líder de los<br />

conservadores responde que “yo, señor Benegas, a mucha honra, habiendo llevado la bandera<br />

nacional, que juré como Oficial de Infantería, en mi despacho y en mi coche, la llevo ahora<br />

conmigo, modestamente, en una prenda honesta que, por supuesto, puede tener por cierto el<br />

señor Benegas que, la lleve o no la lleve, a milos pantalones no se me van a caer ante ninguna<br />

impertinencia de su señoría”. Pero Benegas también se refería a Fraga como un cadáver político,<br />

alusión a la que Fraga contesta diciendo que “en cuanto a hablar de mi cadáver como no puede<br />

ignorar y es público y notorio que ha habido un atentado seria contra mi de ETA, del que me he<br />

librado por minutos, creo que ese modesto cadáver, a pesar de su imperfecto formato y de su<br />

carácter reaccionario, no debería haber sido mencionado en esta Cámara<br />

Con motivo de la celebración del primer congreso de Alianza Popular, del que Fraga sale<br />

elegido como secretario general, se refiere al final de su discurso de clausura a dar “un si<br />

rotundo, sin vacilaciones, a España”. “España, España, España, -continúa- que no se rompa entre<br />

las manos su unidad sagrada. España, España, España. que sus pueblos continúen unidos, como<br />

vienen haciendo desde hace cinco siglos, “España, España, España, por (...)“ y así repite hasta<br />

media docena de veces la palabra “España” al comienzo de cada frase.<br />

Aunque esta tesis se centra básicamente en las intervenciones del político en Congreso y el<br />

Parlamento de Galicia, sin entrar a analizar los mítines y actos públicos, hay que destacar que la<br />

reiteración basada en ideas matrices o palabras clave y diferenciadoras es una técnica oratoria<br />

muy utilizada en los discursos de masas.<br />

Fraga utiliza en sus apariciones públicas la repetición sistemática para enfervorizar e identificar<br />

a sus seguidores con una lucha política común que trata de acuñar como exclusiva y excluyente.<br />

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