EL DISCURSO POLíTICO DE MANUEL FRAGA - Universidad ...
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Sobre el fin de las ideologías<br />
Tanto las numerosas alusiones que hace Fraga en este capítulo a los términos de ideología y<br />
utopia acuñados, respectivamente, por Destutt de Tracy y Tomás Moro, como las contestaciones<br />
que recibe desde la izquierda, merecen una reflexión aparte sobre si las ideologías han llegado a<br />
su fin y existe todavía alguna distinción posible entre derecha e izquierda. ¿Son las ideologías de<br />
izquierdas, como sostiene Fraga?, y ¿se puede ser antiideológico sin ser conservador?.<br />
Para Daniel Belí, los años cincuenta supusieron el agotamiento de las ideologías decimonónicas.<br />
Después de la Segunda Guerra Mundial las ideologías fueron sustituidas por un consenso<br />
práctico que buscaba soluciones concretas a problemas concretos y a partir de los sesenta, todos<br />
los movimientos de contestación fueron culturales y generacionales, pero en modo alguno<br />
respondieron a fenómenos políticos. Los radicales de los años treinta luchaban contra el<br />
capitalismo, pero ¿cuál es hoy el enemigo contra el que se puede luchar?. El espíritu de mayo<br />
del 68 desapareció cuando los intelectuales empezaron a encontrar plazas en las universidades y<br />
los “niños de las flores”, esos “rebeldes imaginarios” abandonaron a sus padres para vivir del<br />
dinero que les enviaban. La Comuna de Paris duró setenta días y sólo consiguió eliminar por<br />
decreto el trabajo de las tahonas. Los cambios en la sociedad industrial pusieron en entredicho<br />
las predicciones marxistas sobre el derrumbamiento de la sociedad capitalista, los proletarios<br />
pasaron a ser trabajadores asalariados, sus condiciones de vida mejoraron en vez de empeorar y<br />
el obrero ya no busca alimentar el cuerpo, sino satisfacer el estímulo que le provoca la televisión<br />
en su nervio auditivo. La profecía de la praxis marxista que clamaba contra los teóricos de<br />
poltrona no llegó a realizarse -la verdadera crisis del socialismo es la de su inexistencia, se ha<br />
dicho-, la izquierda hegeliana no encontró en la ideología la forma de traducir las ideas en<br />
acción y los proletarios del mundo no pudieron unirse porque el comunismo internacional acabó<br />
dividido. La intención de la dictadura del proletariado era sustituir una clase dominante por otra<br />
y Rusia fue la demostración más clara de que un movimiento que nació en nombre de los<br />
trabajadores acabó controlando a los trabajadores.<br />
“¿Qué hacer?”, se preguntaba Lenin, quien aseguró que no había nada en los viejos libros que<br />
preparase el camino para la revolución y acabó encontrándose con la oposición de los<br />
mencheviques y la crítica de Rosa Luxemburgo.<br />
Los comunistas que se unieron a los nazis para demoler la Répública de Weimar, el pacto<br />
germanosoviético, las revelaciones de Jruschov sobre los crímenes cometidos por Stalin, el<br />
levantamiento de Hungría y la Primavera de Praga, fueron más ejemplos que echaron por tierra<br />
todos los presupuestos ideológicos anteriores. Y posteriormente; tanto Den Xiaoping en China<br />
como Gorbachov en Rusia, acabaron reconociendo que la planificación central se había<br />
convertido en un instrumento inflexible y que las economías de ambos países habían comenzado<br />
a estancarse. El SPD alemán renunció a muchas cosas hasta llegar al mercado libre y en el<br />
congreso de Bad Godesberg, en 1959, los socialistas aseguraron que dejaban de ser un partido de<br />
clase y proclamaban su repudio al marxismo clásico. La única crisis del socialismo fue la de su<br />
inexistencia, decía Jean Francois Revel.<br />
Incluso en Cuba se sostuvo que no fue Castro, sino USA, el país que contribuyó a la caída de<br />
Batista. Todo parecía confirmar la sentencia de Camús, de que las ideologías se destruyen a sí<br />
mismas por el precio que exigen para su realización, y el “crepúsculo de las ideologías”, título<br />
que acuñó en su obra del ministro de Franco, Fernández de la Mora, se produce porque la razón<br />
se ha convertido en el principal factor determinante del progreso y el “arte” de gobernar basado<br />
en la intuición se ve superado por la “ciencia~~ de Gobierno, donde los ideólogos son sustituidos<br />
por expertos. De hecho, son los expertos quienes elaboran los proyectos de ley. Sin embargo, los<br />
expertos pueden llegar a crear un gobierno de tecnócratas. La tecnocracia, el neologismo<br />
acuñado en 1920 por un grupo de ingenieros de la universidad de Columbia e inspirada en el<br />
bohemio Veblen, pretendía reemplazar a los políticos por científicos. Pero no todos los sabios<br />
son ingenieros y si no hay una fórmula matemática que se pueda aplicar con exactitud al<br />
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