EL DISCURSO POLíTICO DE MANUEL FRAGA - Universidad ...
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Fraga también rechazó una propuesta del PSOE de habilitar los medios necesarios para<br />
promover la formación de comisiones de investigación en el Congreso (“en ninguna<br />
Constitución ni ley del mundo hay esa facultad para traer a la fuerza a las personas a declarar”,<br />
señaló). La oposición también critica la propuesta de Fraga al Parlamento gallego de ampliar el<br />
porcentaje exigible por la ley electoral para tener derecho a escaño, consiguiendo, de este modo,<br />
reducir el abanico de formaciones con representación y demostrando, como algunos pensadores<br />
clásicos, su aversión por la idea de representación que contenía la “ampulosa” democracia.<br />
Fraga no duda en sacrificar el principio pluralista en favor de la gobernabilidad, con un sistema<br />
de representación mayoritario en vez de proporcional.<br />
Como presidente de la Xunta, es acusado por la oposición de falta de diálogo institucional y de<br />
transparencia informativa, así como de gobernar por decreto, dando muestras de su arrogancia<br />
autoritaria. (“Hacer por ley lo que se puede hacer por orden o por decreto es una pérdida de<br />
tiempo y de esfuerzo, dijo Fraga”). Y si durante su etapa en el Congreso era Fraga el que<br />
criticaba a Felipe González por no comparecer ante la Cámara, en Galicia será la oposición<br />
quien le critique a él por el mismo motivo.<br />
Al analizar este capítulo también se puede observar cómo los debates entre los actores políticos<br />
se vuelven estrictamente ideológicos, recurriendo a la descalificación ideológica del adversario<br />
como método de hacer política y luchando por conquistar el espacio del centro, que Fraga se<br />
reserva para sí mismo.<br />
Fraga asocia ideológicamente el socialismo al marxismo-leninismo de los rojos y, por<br />
extención, la izquierda a ruptura (él prefiere hablar de reforma) y la revolución, concepto que<br />
asocia con la violencia y el terrorismo. Un terrorismo que trata de conectar con los países<br />
comunistas y los gobiernos de izquierdas.<br />
Sin embargo, la aparición en la España democrática de los primeros grupos de extrema derecha,<br />
le obligará a abandonar pronto esta línea discursiva, que en un principio trató de utilizar contra<br />
sus adversarios de la izquierda, pues a comienzos de los años ochenta Fraga trataba de despertar<br />
en el electorado español una “conciencia conservadora”, pues tenía gran interés en alejar el<br />
conservadurismo de cualquier posible vinculación integrista o extremista.<br />
Fraga rechaza el concepto de cambio y antepone lo pragmático a lo ideológico, pues “las<br />
ideologías son de izquierdas y sólo crean utopías”. También asegura que el político no produce<br />
nuevas ideas, sino que utiliza las que existen (la oposición le responderá que sin ideas la<br />
sociedad no avanza), que hay ideologías como la socialista “que no tienen futuro” (le contestan<br />
que tienen futuro valores como la libertad y la solidaridad), y que el “logro” de todas las teorías<br />
que defienden el igualitarismo ha sido crear más desigualdades.<br />
De su discurso se desprende una concepción de la política mucho más realista que, desde luego,<br />
idealista. Un realismo fáctico y políticamente maquiavélico (Maquiavelo fue el padre del<br />
realismo político) que apenas encuentra límite en su aplicación y que nada tiene que ver con la<br />
ruptura que planteaba el racionalismo francés, sino más bien con el proceso continuo y gradual<br />
del empirismo inglés.<br />
Sin embargo, en su etapa gallega, Fraga empieza a hacer concesiones al idealismo, aunque<br />
“equilibrado” por el realismo<br />
Sobre la frase de Cánovas de Castillo de que la política es el arte de lo posible. Fraga ya dice, en<br />
1993, que no tiene que ser “forzosamente así’, pues “puede y debe ser también el arte de lo<br />
imposible” (“sed realistas, pedid lo imposible, era el lema de mayo del 68) para poder “cambiar<br />
el mundo”.<br />
El presidente de la Xunta insiste en que “yo tengo muchas menos evoluciones en mi vida, pero<br />
vuelvo a donde comencé”, pero Beiras le responde que “usted fue y volvió a cantidad de lugares<br />
ideológicos diferentes para acabar en el mismo punto de partida”. Y es que el discurso de Fraga<br />
ha sufrido una evolución notable a lo largo del tiempo que rompe con su imagen inmovilista de<br />
antaño que le permitía utilizar la ideología como argumento (las ideologías decaen cuando<br />
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