EL ANIMAL SOCIAL - Ediciones B
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LA MEZCLA DE MAPAS 47<br />
bilan. Recién casados, la verdad es que Rob y Julia eran extraordinariamente<br />
felices y hacían una muy buena pareja. Y tenían<br />
relaciones sexuales casi todos los días.<br />
PROCREACIÓN<br />
Un día, unos seis meses después de la boda, Julia y Rob despertaron<br />
tarde y tomaron un brunch en un local del barrio con<br />
muebles rústicos y envejecidas mesas de madera. Después fueron<br />
de compras y se llevaron unos bocadillos que comieron en un<br />
banco del parque. Eran sensibles a sensaciones de toda clase: el<br />
tacto del pan, las piedrecitas que arrojaban al estanque. Julia miraba<br />
distraída las manos de Rob mientras éste extendía mostaza<br />
en el bocadillo con ayuda de un cuchillito de plástico. Sus pensamientos<br />
conscientes estaban en la historia que le estaba contando<br />
a su marido, pero de manera inconsciente estaba excitándose.<br />
Rob la escuchaba, pero sin darse cuenta estaba mirándole<br />
una suave y pequeña arruga en la piel del cuello.<br />
En el fondo de su mente, Rob estaba listo para acostarse con<br />
ella ahí mismo si hubiera sido posible encontrar un matorral del<br />
tamaño adecuado. Se suele sostener que los hombres y las mujeres<br />
desean el sexo por igual, pero en general esto no es verdad. 40<br />
El deseo masculino es bastante regular y sólo baja en respuesta a<br />
cierta conciencia de los ciclos menstruales de la pareja. Según<br />
algunos estudios en clubes de striptease, las propinas a las chicas<br />
descienden un 45% cuando tienen la regla, si bien la explicación<br />
del descenso no está clara. 41<br />
Ese día concreto en el parque, Rob quería a Julia en cuerpo y<br />
alma. Esto no era sólo un reflejo darwiniano. Rob tenía toda suerte<br />
de barreras internas que le dificultaban expresar sus emociones.<br />
Los sentimientos estaban ahí, pero ocultos dentro, en un lugar<br />
donde no podía captarlos ni comprenderlos fácilmente. Incluso en<br />
los momentos en que sí entendía lo que sentía, no le venían las<br />
palabras para exteriorizarlo. Pero durante el sexo se disolvían sus<br />
barreras internas de comunicación. En plena pasión, entraba en<br />
una niebla mental. Ya no era consciente del entorno, ni de cómo