EL ANIMAL SOCIAL - Ediciones B
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INTRODUCCIÓN 11<br />
pensamientos más dignos de admiración—. Estos procesos sumergidos<br />
son los semilleros del logro.<br />
En su libro Strangers to Ourselves, Timothy Wilson, de la<br />
Universidad de Virginia, escribe que la mente humana es capaz<br />
de asimilar en un momento dado once millones de informaciones.<br />
Según la estimación más generosa, la gente es consciente de<br />
cuarenta. 1 «Algunos investigadores —señala Wilson— han llegado<br />
a sugerir que la mente inconsciente hace prácticamente todo<br />
el trabajo y que la consciente acaso sea una ilusión.» 2 Ésta sólo<br />
inventa historias que intentan dotar de sentido a lo que está haciendo<br />
la mente inconsciente por su cuenta.<br />
Wilson y la mayoría de los investigadores que aparecen en<br />
este libro no llegan tan lejos. De todos modos, sí creen que diversos<br />
procesos mentales inaccesibles para la conciencia organizan<br />
el pensamiento, determinan los criterios, forman el carácter<br />
y nos proporcionan las destrezas necesarias para prosperar. Según<br />
John Bargh, de Yale, igual que Galileo «sacó a la Tierra de su<br />
posición privilegiada como centro del universo», 3 también esta<br />
revolución intelectual saca la mente consciente de su lugar privilegiado<br />
como centro de la conducta humana. Esta historia la<br />
aparta del centro de la vida cotidiana. Además, apunta a un modo<br />
más profundo de crecer y a otra definición de éxito.<br />
<strong>EL</strong> IMPERIO DE LA EMOCIÓN<br />
Este campo interno está iluminado por la ciencia, pero no es<br />
un lugar seco, mecanicista, sino emocional y lleno de encanto. Si<br />
el estudio de la mente consciente subraya la importancia de la<br />
razón y el análisis, el de la mente inconsciente pone de relieve la<br />
importancia de las pasiones y la percepción. Si la mente externa<br />
destaca el poder del individuo, la mente interna recalca el poder<br />
de las relaciones y los lazos invisibles entre las personas. Si la<br />
mente externa ansía estatus, dinero y elogios, la interna desea<br />
armonía y conexión —esos momentos en que la conciencia de la<br />
propia identidad se desvanece y la persona se ensimisma en un<br />
desafío, una causa, el amor de otra persona o el amor a Dios.