EL ANIMAL SOCIAL - Ediciones B
EL ANIMAL SOCIAL - Ediciones B
EL ANIMAL SOCIAL - Ediciones B
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
CONFECCIÓN DE MAPAS 79<br />
carácter mítico. Discurre en otra dimensión, en general no presente<br />
en el pensamiento paradigmático: la dimensión del bien y el mal,<br />
lo sagrado y lo profano. La modalidad mítica ayuda a la gente no<br />
sólo a contar una historia, sino también a comprender las emociones<br />
y las sensaciones morales suscitadas por esa historia.<br />
Los niños reaccionaron ante los Invasores con inquietud y<br />
temor. Se desperdigaron por la alfombra y formaron sus caballos<br />
de plástico contra los recién llegados, pero se gritaban unos a<br />
otros —«¡Son demasiados!»—. Parecían abrumados. Entonces<br />
Harold sacó un caballo blanco gigante, diez veces mayor que los<br />
otros juguetes. «¿Quién es?», gritó, y él mismo se respondió: «¡El<br />
Caballo Blanco!» Y cargó contra los Invasores. Dos niños cambiaron<br />
de bando y se pusieron a lanzar Invasores hacia el Caballo<br />
Blanco. Se desató una batalla apocalíptica. El corcel machacaba<br />
a los intrusos. Éstos herían a aquél. Muy pronto los<br />
Invasores estuvieron muertos, pero también el Caballo Blanco<br />
la palmó. Taparon su cadáver con un trapo y le organizaron un<br />
funeral triste, y el alma del malogrado corcel subió al cielo.<br />
Rob era como un jabalí verrugoso en una fiesta de gacelas. La<br />
imaginación de los niños bailaba mientras la suya se arrastraba<br />
como un alma en pena. Ellos veían el bien y el mal mientras él<br />
veía plástico y metal. Al cabo de cinco minutos, la intensidad<br />
emocional de los niños le causó un dolor sordo en la cabeza.<br />
Intentar mantener aquel ritmo le dejaba exhausto.<br />
Es de suponer que en otro tiempo Rob tuvo la capacidad de<br />
realizar esta gimnasia mental. Pero entonces, pensó, llegó la madurez.<br />
Podía centrar mejor la atención, pero ya no podía reunir<br />
yuxtaposiciones extrañas como antaño. Su mente ya no era capaz<br />
de saltar de una asociación a otra. Más adelante, cuando le explicó<br />
a Julia que no podía pensar de la forma azarosa en que lo hacía<br />
Harold, ella dijo sin más: «Ya se le quitará con la edad.»<br />
Rob trató de mostrarse de acuerdo. Entretanto, al menos las<br />
historias de Harold siempre terminaban bien. Según Dan P.<br />
McAdams, los niños crean un tono narrativo que influye en sus<br />
historias para el resto de su vida. 106 Adoptan gradualmente el<br />
supuesto perdurable de que todo saldrá bien o mal (dependiendo<br />
de su infancia). Echan los cimientos de historias en las que se