EL ANIMAL SOCIAL - Ediciones B
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52 <strong>EL</strong> <strong>ANIMAL</strong> <strong>SOCIAL</strong><br />
contaba con más de 20.000 millones. 50 Pronto empezaron a funcionarle<br />
las papilas gustativas, y sabía si el líquido amniótico que<br />
lo rodeaba tenía sabor dulce o a ajo, según lo que hubiera comido<br />
su madre en el almuerzo. Los fetos tragan más de ese líquido<br />
cuando se añade endulzante. 51 A las diecisiete semanas ya tanteaba<br />
el terreno en el útero. Empezaba a tocarse el cordón umbilical<br />
y a apretar los dedos. 52 Para entonces estaba desarrollando una<br />
mayor sensibilidad hacia el mundo exterior. Un feto rehúye el<br />
dolor a los cinco meses. Si alguien hubiera enfocado una linterna<br />
directamente a la barriga de Julia, Harold habría notado la luz y<br />
se habría apartado.<br />
Al tercer trimestre, Harold estaba soñando, o al menos haciendo<br />
los mismos movimientos oculares que hacen los adultos<br />
al soñar. 53 Fue entonces cuando empezó el verdadero trabajo de<br />
la Operación Maternidad. Harold era aún un feto, con apenas<br />
alguno de los rasgos de lo que llamaríamos conciencia, pero ya<br />
escuchaba y memorizaba el tono de voz de su madre. Después<br />
de nacer, los bebés chupan con fuerza el pezón para oír una grabación<br />
de la voz de la madre, y con mucha menos fuerza para oír<br />
la voz de otra mujer. 54<br />
No escuchaba sólo los tonos sino también los ritmos y patrones<br />
que necesitaría para entender y comunicarse. Los bebés<br />
franceses no lloran igual que los que han oído alemán en el útero,<br />
pues han asimilado la cadencia de la voz de la madre. 55 Anthony<br />
J. DeCasper y otros, de la Universidad de Carolina del Norte,<br />
hicieron que algunas madres leyeran a sus fetos El gato garabato<br />
durante unas semanas. Los fetos recordaban la cadencia tonal de<br />
la historia, y después de nacer, al oírla, succionaban el chupete<br />
de forma más tranquila y rítmica que cuando oían una historia<br />
con una cadencia diferente. 56<br />
Harold pasó sus nueve meses en el útero creciendo, y un buen<br />
día nació. Esto no fue un suceso especialmente importante en lo<br />
concerniente a su desarrollo cognitivo, pero ahora veía mejor.<br />
Ahora podría dedicarse a su madre en serio, eliminando a Julia<br />
la Fiestera y creando a Julia Supermamá. Primero debería construir<br />
entre ellos una serie de vínculos que desbancarían a todos<br />
los demás. Con sólo unos minutos de vida, envuelto en una man-