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10 di v e r di antigua El inagotable Telemann Max recupera tres cantatas del prolífico músico magdeburgués Eduardo Torrico Si hubiera que conceder un premio por la labor de recuperación de un compositor y su música, no me cabe la más mínima de que nadie atesora tantos méritos para ello como CPO por la dedicación que le presta a Georg Philipp Telemann. En su vastísimo catálogo (¿hay algún otro sello de música clásica que edite una decena de discos al mes?), una larga cincuentena de títulos tiene como protagonista al magdeburgués, que aparece en los anales de la Historia como el autor más prolífico de todos los tiempos. Sirva como botón de muestra este dato: Telemann completó al menos veinte ciclos anuales de cantatas sacras. De las cerca de 1.700 cantatas de paternidad constatada, apenas tres centenas han sido grabadas o interpretadas en público en los tiempos modernos. Las tres que ahora nos presenta Hermann Max vienen a ser como un pequeño planeta en medio del universo. Fueron grabadas durante el Magdeburger- Telemann Festtage de 2006, al mismo tiempo que otras tres que, con los mismos intérpretes, aparecieron en 2007 en un disco (CPO 777 195-2) en el que se incluía una cuarta cantata grabada en 1997. Weine nicht! Siehe, es hat überwunden der Löwe, para el primer día de Pascua, se estrenó en Hamburgo en 1733. Sie verachten das Gesetz des Herrn Zebaoth, para el décimo domingo después de la Trinidad, corresponde a uno de los ciclos anuales a los que me refería más arriba; no se sabe de qué año, pero sí que figura en una colección publicada en Núremberg entre 1742 y 1744. Gott Zebaoth in deinem Namen, para el decimosexto domingo después de la Trinidad, también es de datación incierta, aunque podría pertenecer al ciclo de 1731. Las tres tienen momentos verdaderamente sublimes y la interpretación alcanza niveles extraordinarios. Quienes en su día se hicieron con el primer volumen, no debería perderse por nada del mundo este segundo. GEORG PHILIPP TELEMANN (1681-1767): Gott Zebaoth in deinem Namen (Cantatas, vol. 2) Veronika Winter, soprano. Lena Susanne Norin, alto. Jan Kobow, tenor. Ekkehard Abele, bajo / Rheinische Kantorei. Das Kleine Konzert. Hermann Max, director / CPO / Ref.: 777261-2 (1 CD) D2 Sacras armonías napolitanas Missa y Dixit Dominus de Domenico Sarri, en CPO Stefano Russomanno Domenico Sarri fue uno de los principales exponentes de la escuela barroca napolitana y mantuvo a lo largo de su vida una trayectoria llena de éxitos que le permitió ocupar algunos de los más importantes cargos musicales en la ciudad partenopea. Para muchos oyentes, su nombre está asociado a un bello concierto para flauta y, en menor medida, a su producción operística. Su música sacra es en cambio poco conocida. La presente grabación dirigida por Matthias Jung levanta ahora el velo sobre dos piezas –la Misa y el Dixit Dominus– que combinan en igual medida ambición e interés. Sarri se acoge al modelo de la misa breve (la que pone música sólo al Kyrie y al Gloria) pero esto no le impide escribir una obra que alcanza los cuarenta y cinco minutos de duración. De los doce números que componen la partitura cuatro son solistas. Sin llegar a estructurarse en un contrapunto riguroso, los episodios corales hacen gala de recursos imitativos de carácter más liviano y en otros casos optan por la homofonía. El compositor rehúye los tonos dramáticos y privilegia las atmósferas brillantes y delicadas, todo ello imbuido por una cordial expansión melódica. Una interesante variedad tímbrica caracteriza las secciones finales (el “Qui sedes” prevé el empleo de una flauta solista). El Dixit Dominus es más homogéneo en el despliegue instrumental (sólo cuerdas) y confirma a Sarri como un enemigo de las soluciones expresivas extremas. Con una dimensión solista más pronunciada que la Misa (en este caso la mitad de los episodios son arias), el Dixit Dominus se mueve en un clima de ligereza incluso en los momentos susceptibles de una mayor tensión. Al igual que otra reciente grabación de CPO dedicada a música navideña de Durante, este registro atestigua el alto grado de calidad alcanzado por la música sacra napolitana en la primera mitad del siglo XVIII. Convincente la prestación de las huestes de Matthias Jung. DOMENICO SARRI (1677-1749): Missa; Dixit Dominus (Salmo 109) Friedrich Saechsisches Vocalensemble. Batzdorfer Hofkapelle. Dir.: Matthias Jung / CPO / Ref.: 777726-2 (1 CD) D2 Una llamada a la bigamia Alessandro, de Haendel, en espléndida edición de Pan Classics Mariano Acero Ruilópez Alessandro (HWV 21), la primera ópera que Haendel escribió para el tándem Senesino-Cuzzoni-Faustina (1726), fue también una de las primeras registradas al hilo del renovado interés por la música del compositor (S. Kuijken, 1984). Desde entonces, y olvidando una discreta versión convencional (M. Nowakowski, s.f.; reed. 1990), han transcurrido 28 años de silencio discográfico para la partitura hasta la grabación, en febrero de este año y en el festival de Karlsruhe, de la interpretación dirigida por Michael Form. Desarrollando las dudas de Alejandro Magno (Senesino) para elegir esposa entre las princesas Rossana (Cuzzoni) y Lisaura (Bordoni), el libreto estaba diseñado al milímetro para que Haendel permitiera el lucimiento, sin resquemores entre ellos, del capón (ocho arias), las dos prime donne (siete cada una) y tres dúos de cada uno con los otros. El rizo se rizó en “Placca l’alma”, el dúo que reúne a las dos sirenas –osadía que no volvió a repetir jamás–, en el que sus partes a solo tienen exactamente la misma longitud. Lástima que la bigamia no fuera una solución socialmente aceptable, porque el matrimonio del Magno con las dos princesas era el desenlace perfecto para la ocasión. La ópera, desde el punto de vista dramático, tiene sus fallos, pero lo que es innegable es que la mayoría de sus arias y conjuntos, de suprema belleza, están entre lo mejor que Haendel compuso en su vida. Y la lectura que nos presenta Pan Classics es literalmente espléndida. Michael Form dirige con garra y sentido teatral, los Deutsche Händel- Solisten suenan poderosos y los tres solistas principales bordan sus intervenciones: Yetzabel Arias Fernandez, ágil y brillante, encuentra el perfecto contrapunto en una magnífica Raffaella Milanesi, mientras el contratenor Lawrence Zazzo se muestra en una sólida madurez. Y, cuarto en liza, Martín Oro (Tassile, rey indio que desposa a Lisaura), tiñe su papelito de delicadeza y lirismo. Muy, muy recomendable, de verdad. GEORG FRIEDERICH HAENDEL (1685-1759): Alessandro Zazzo, Arias Fernández, Milanesi, Oro / Deutsche Händel- Solisten. Michael Form, director / PAN CLASSICS / Ref.: PAN 10273 (3 CD) D2 x 2
Evocaciones bachianas Los Brandemburgo de la Freitagsakademie en W & W Javier Sarría Pueyo Imagínese que el príncipe Leopoldo de Anhalt- Cöthen le invita –es usted un aristócrata de la zona, tal vez un rico terrateniente o un alto cargo municipal– a pasar una velada en su castillo para celebrar el solsticio de verano el día 21 de junio de 1721. En una agradable –tal vez calurosa– mañana avanza usted a lomos de su caballo por los jardines de palacio mientras se acerca a su parte central, donde el Kapellmeister Bach va a interpretar los que llama Concerts avec plusieurs instruments. Llega algo tarde –era una mañana deliciosa para pasear a caballo–, así que, según se aproxima, va escuchando, cada vez con más nitidez, los poderosos, casi salvajes, sonidos de las trompas, el amaderado de los oboes, el fino y delicado del violino piccolo… Justo descabalga cuando suena el acorde final del primer movimiento. Ya puede tomar asiento en el lugar reservado por el príncipe, bajo su amonestadora mirada –siempre tan puntilloso en lo que a música se refiere–, y disfrutar del resto del excelente concierto –¿no lo había escuchado ya en un pabellón de caza?–. Los demás conciertos se van sucediendo a lo largo de la jornada, sólo alterados por las campanadas de la iglesia de San Agnus y por los magníficos fuegos artificiales que se inician al caer la tarde. El murmullo de los asistentes, sus sonoros aplausos de aprobación y el crepitar del fuego de las hogueras apenas afecta al deleite que produce la audición de tan extraordinarias composiciones, que combinan magistralmente casi todos los instrumentos conocidos, tan bulliciosos, con su sencillo contrapunto y sus tonalidades mayores –seguro que el Kapellmeister ha sido feliz aquí–. Por cierto, tras escuchar este fastuoso recital, a nadie sorprenderá la fama de la Hofkapelle de Cöthen –desde que Leopoldo se hizo con los restos de la de Berlín–. Pero… ejém… disculpen ustedes mi ensueño... Estamos en 2012 y toca la Freitagsakademie… Pero da igual, mientras escuche esta grabación seguiré con mi evocación de pelucón y casaca. JOHANN SEBASTIAN BACH (1685-1750): Los Conciertos de Brandeburgo (La celebración) Die Freitagsakademie / WINTER & WINTER / Ref.: WIN 910194-2 (2 CD) D1 x 2 antigua 218 / octubre 2012 Schiff redescubre El clave bien temperado En cuádruple álbum de ECM, una fascinante interpretación de la obra cumbre de Bach para el teclado por el gran pianista húngaro Tan impresionante como conmovedor. Sereno y apacible. Desnudo de pedales, pero más desnudo aún de todo lo superfluo. András Schiff (Budapest, 1953) ha tenido el valor de revisitar El clave bien temperado. Casi 30 años después de su referencial registro para Decca, grabado entre 1984 y 1985, ha vuelto a llevar al disco los dos cuadernos de la colección maestra de Bach. Schiff ahonda hasta límites inéditos en la pureza de la música, que esencializa hasta lo inimaginable. Como él mismo dice en la muy interesante entrevista que a propósito de esta nueva grabación sostiene con Stuart Isakoff en Nueva York (http://www.diverdi.com/portal/podcast.aspx?id=47), “han pasado muchos años. Yo he cambiado, evolucionado, crecido. Soy más viejo. Como los buenos vinos, este Bach ha madurado y se ha enriquecido con el tiempo”. No se equivoca. La base, la columna vertebral de este Bach tocado “en este instrumento moderno llamado piano y que para Bach sería como un elefante”, es la misma: la partitura libre de todo, tal como la dejó el compositor, animada únicamente por la sensibilidad llana, sabia y veterana del intérprete. Este Bach revisitado es de una transparencia absoluta, que va incluso más allá de su viejo registro. No por la decisión de Schiff de prescindir de los pedales (recurso al que ya renunció en el registro de los años ochenta), sino porque él lo siente y vive así, más intensamente, más extremado todo. Es de una sinceridad absoluta. Son esta percepción y este sentimiento –estético y visceral– los que hacen que las melodías, los contrapuntos, las armonías, las apoyaturas y las ornamentaciones –mínimas– se escuchen con tan absoluta pureza. Los pianos son más pianos, las dinámicas todavía más amplias que entonces, las voces y los contrapuntos se perciben y distinguen aun con mayor nitidez, los acentos aparecen más acentuados… Lo que no ha variado es la articulación ni los tempi: los lentos son igual de lentos y los rápidos igual de rápidos. Bach, si pudiera escuchar estas interpretaciones, quedaría seguramente fascinado por ellas. También por cómo suena su música en este “elefante” que Schiff hace sonar con una limpieza, con una variedad de registros y 11 Justo Romero de dinámicas absolutamente fascinantes. Para ello recurre, como ya se ha señalado, únicamente a las manos, sin el apoyo del pedal, cuyo uso, según reveló hace años al autor de estas líneas, “destruye por completo la riqueza polifó nica de una fuga de Bach”. Pero el valor de este Bach redescubierto como vino largamente envejecido en la mejor barrica, es más profundo, mucho más interesante que el modo concreto en que se fragua un resultado que va más allá de disquisiciones historicistas, de la pureza de la versión o de la fidelidad a lo que supuestamente quería el autor. Sus interpretaciones –que no versiones– tienen firma bien definida. Como él señala en la entrevista citada, en los 48 preludios y fugas de El clave bien temperado también hay humor, citas de cantos populares y un sinfín de aspectos que muy frecuentemente quedan eclipsados o ignorados por la imagen (falsa) de un Bach ajeno a todo. Schiff concierta de modo armonioso esta vitalidad, la dualidad entre la austera y hasta aséptica pureza ¿luterana? que imbuye estos preludios y fugas, con sus aspectos más humanos y vulnerables. También con sus contornos más evolucionados tonalmente, como las armonías avanzadas de la Fuga en re menor del primer libro. Hay mesura y pasión. Alegría, júbilo, contención, claridad, orden, nostalgia y una excelsitud que penetra en el alma, como en el Preludio y fuga en do sostenido menor del primer cuaderno, en el que las sucesivas apariciones de los diversos sujetos de la fuga evolucionan en una progresión tan calibrada y nítida como jamás pudo soñarse en un clavicémbalo o un clavicordio. Schiff convierte al piano, al “elefante”, en instrumento ideal para sentir el mejor Bach. JOHANN SEBASTIAN BACH (1685-1750): El clave bien temperado (4 CD) András Schiff, piano / ECM RECORDS / Ref.: ECM 2270/73 (4 CD) D10 x 4 András Schiff
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