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22 di v e r di ópera Sorpresas en Martina Franca Bongiovanni presenta, en DVD, el Aureliano in Palmira rossiniano del Festival 2011 El Festival del Valle d’Itria, nacido en 1975 y que dirigieron Rodolfo Celletti y Sergio Segalini (el actual director es Alberto Triola), en sus aspiraciones de dar cuenta de títulos injustamente sumidos en el olvido, programó en el verano de 2011 Aureliano in Palmira, partitura número doce de Rossini, la cuarta de contenido serio. Estrenada en diciembre de 1813, el mismo año que Tancredi y L’italiana in Algeri, sin alcanzar la genialidad que estas dos suponen cada una en su diverso carácter, Aureliano es una partitura bellísima incluidos sus fragmentos que luego reaparecerán en El barbero de Sevilla, ofreciendo a los solistas las esperadas oportunidades de lucimiento. Asignatura pendiente del Festival Rossini de Pesaro, las tres grabaciones discográficas a las que hay (o debería haber) acceso son tomas también en vivo de diferentes espacios operísticos. La de Martina Franca en captación videográfica nos trae enormes sorpresas. Antes que nada, elogiar la labor escénica de Timothy Nelson quien, amparado por la iluminación de Antonio Machitella, con escasos elementos a su cargo, sabe narrar impecablemente la historia siempre con el telón de fondo del Palacio Ducal; luego, llamar la atención de la soberbia lectura musical de Giacomo Sagripanti, pues al mando de una orquesta tan asociada al foso lírico como la Internazionale d’Italia encuentra lo que es más importante en Rossini, su colorido y su ritmo. El coro está asimismo unido al mundo de la ópera, pues es el Eslovaco de Bratislava. La sorpresa acude por doble vía. Arsace, papel escrito para el castrado Giovanni Battista Velluti, es personificado aquí en lugar de una común mezzosoprano por el contratenor argentino Franco Fagioli. No es la primera vez: Angelo Manzotti, además de grabar un disco dedicado en exclusiva al de Pésaro que edi- Fernando Fraga tó también Bongiovanni, fue Arsace en 1996 en Bad Wildbad. Fagioli supera a muchos de sus colegas –y esto viene dicho para quien pueda pensar que un contratenor está incapacitado para este tipo de actividad rossiniana– en timbre carnoso y denso, extensión comodísima hacia el agudo con sólidos y ricos graves, coloratura modélica y, lo que es decisivo, un estilo y una línea canora arrolladoramente rossinianas. Su interpretación de Perchè mai la lucie aprimmo creo que hoy no tiene rival a su altura. Segunda sorpresa, la soprano cubana María Aleida. Con un centro cercano a la lírica, suma la coloratura propia de las ligeras así como su sobreagudo del que dio generosas muestras rubricando, inacabable, su cabaletta y luego el final de la obra. Su Zenobia se enriquece además porque la cantante es bella, tiene una figura excelente y sabe moverse por la escena. Aureliano es un tenor de la cantera de Pesaro, el rumano Bogdan Mihai, quien si bien no está a la altura de sus colegas sí dio muestras de saber cantar Rossini y de tener unos bonitos medios un poco afeados por la estrechez del extremo agudo. Imponente la voz de bajo de Luca Tittoto para un Gran Sacerdote que, si bien aparece poco, tiene al inicio una página solista bastante comprometida. De un Aria di sorbetto también disfruta Publia, la amante secreta de Arsace, oportunidad para que Asude Karayavuz se luzca finalmente tras haber hasta entonces paseado por escena un esbelto tipo femenino. Es la primera edición videográfica de esta magnífica ópera que en el catálogo rossiniano precede en ocho meses a Il turco in Italia. GIOACHINO ROSSINI (1792-1868): Aureliano in Palmira (DVD) Bogdan Mihai, Franco Fagioli, Maria Aleida / Orchestra Internazionale d’Italia. Coro Slovacco di Bratislava. Giacomo Sagripanti, director musical. Timothy Nelson, director escénico (grabado en directo en el Palazzo Ducale, Martina Franca, Festival della Valle d’Itria 2011) / BONGIOVANNI / Ref.: AB 20022 (1 DVD) D2 x 2 Otro tenor para Callas Recital de Pier Miranda Ferraro en Bongiovanni Fernando Fraga La pareja tenoril discográfica de Callas por excelencia fue Giuseppe di Stefano, pero en menor cuantía lo fueron también Corelli, Tucker, Monti, Filippeschi, Gedda, Valletti, Picchi, Bergonzi, Tagliavini, Poggi, Alva y dos cantantes de inferior proyección mediática: Eugenio Fernandi y Pier Miranda Ferraro. De este último, compañero de la Diva en su segunda Gioconda y luego, en vivo, de su Imogene neoyorkina, nos lo redescubre Bongiovanni en toda la extensión de su importante carrera. Su voz oscura carecía del esmalte propio del tenor mediterráneo, pero suplía esa carencia, que es la que de inmediato mayor impacto produce en el oyente, con una considerable densidad tímbrica y una anchura y extensión generosas. Ello le propició un repertorio amplio, del Rossini del Arnoldo al Otello verdiano, con parada y fonda en el verismo. Su fuerte temperamento se lo exigió. En este CD escuchamos interpretaciones importantes de Pollione (pese a su extensión, elude el agudo, como tantísimos, del rapiti i sensi del aria), de numerosos personajes verdianos de fuerza (un Ernani con los fulgurantes agudos que solía interpolar a menudo, Radamès, Don Alvaro, etc.), incluido el Otello (sus cuatro intervenciones solistas desde el Esultate), personaje que interpretó en Madrid en 1967 con Lorengar, Gobbi y Zedda. Hay muestras asimismo del verismo más convencional (Turiddu, Canio, Cavaradossi), añadiendo el Folco mascagniano de Isabeau que tanto destacó en su carrera a la manera expedita de Hipólito Lázaro. Finaliza la muestra con unos fragmentos del Samson de Saint-Saëns, de suculenta composición. Es de agradecer al sello boloñés esta recuperación tenoril que se suma a tantas otras anteriores. Pero mereceríamos disponer de una información detallada de los lugares y fechas de las tomas sonoras. PIER MIRANDA FERRARO: Arias de Gugliemo Tell, Norma, Il Pirata, Ernani, Aida, La Forza del Destino, Otello, Samson et Dalila, Tosca, Cavalleria rusticana, Pagliacci, La Fanciulla del West e Isabeau Pier Miranda Ferraro, tenor (grabaciones en directo efectuadas entre 1957 y 1969) / BONGIOVANNI / Ref.: GB 1225-2 (1 CD) D3
Excitante Lohengrin sinfónico Mientras escribo esta reseña, con Tristán e Isolda ya a la venta y Tannhäuser grabado en mayo pasado y en proceso de producción, ya sólo queda El anillo del nibelungo para culminar la ambiciosa Edición Wagner de Marek Janowski y PentaTone. El Lohengrin que aquí se comenta se grabó en concierto en la Philharmonie de Berlín el 12 de noviembre de 2011. El tiempo y el desapego de Janowski por la ópera, rayano al descreimiento, como reacción a la tiranía de los directores de escena (especialmente los alemanes), han contribuido al desarrollo de su concepción sinfónica del teatro musical, especialmente adecuada en Wagner, según el director polaco-alemán, pues en Wagner “el drama está en la música” (¿Prima la música, dopo le parole?). Sinfonías con voces, sin renunciar a la tensión dramática, a veces sacrificada parcialmente por cuidar a unos cantantes no sobrados de volumen. Y es que, como estos conciertos se hacen para ser grabados, no importa tanto que las voces sean grandes (¿las hay, en todo caso?) como que posean una buena línea de canto, tengan sentido del melos y contrasten bien entre ellas. Desde el atmosférico Preludio, en el que Janowski acierta con el tono trascendente, sobrenatural (algo brumoso al comienzo, la niebla se disipa paulatinamente para dar paso a la luz cegadora), asistimos a un excitante recorrido por la partitura, expuesta con claridad meridiana y fino trabajo orquestal. Dirección dinámica, matizada, con tempi muy vivos (Janowski despacha la obra en un cuarto de hora menos que Kempe –EMI–, referencia obligada), que va al grano, sin retóricas ni preciosismos, obteniendo de la excelente Sinfónica de la Radio de Berlín un sonido rico y poderoso. La ausencia de personalismo característica de Janowski, su seriedad, no es en modo alguno sinónimo de planitud o ausencia de detalles. Su manejo de dinámicas y timbres orquestales es magistral, y es un espléndido concertador. A quien quiera picotear este Lohengrin, le recomiendo que cate los embelesadores finales del primer acto, desde el gran concertante que precede a la lucha de Lohengrin y Telramund, y del segundo. La extraordinaria toma de sonido de Polyhymnia ofrece ópera 218 / octubre 2012 Janowski prosigue su integral wagneriana en versiones concertantes con la Sinfónica de la Radio berlinesa una imagen nítida, con las voces solistas bien diferenciadas. Los cantantes, que, según he leído, actuaron gratis (!), forman un elenco joven, experimentado y en creciente demanda. La pareja protagonista, Klaus Florian Vogt y Annette Dash, lo es también del Lohengrin del Festival de Bayreuth, disponible en DVD (el “Lohengrin de los ratones”). Vogt es, sin duda, el Lohengrin de hoy (dos DVDs y esta grabación lo avalan). Con los años ha ganado en matización, en variedad. Oyéndole, hay que abandonar el frío análisis y rendirse ante los resultados. Cierto, la voz no parece a priori la más apropiada: es blanquecina, apenas impostada, de acentos por lo general blandos y melifluos. No es un nuevo Franz Völker. El material es de escasa calidad, no apto para papeles de envergadura. Sin embargo, canta con exquisitez, exhibe una línea de canto admirable y proyecta muy bien la voz (en teatro se le oye perfectamente, incluso cuando canta piano, por encima del coro). Sabe hacer medias voces, apianar; nunca fuerza ni emite sonidos feos. En los pasajes líricos es fabuloso, carece de rival hoy. Oírle cantar “Mein lieber Schwann” (una caricia para los oídos), el delicado dúo nupcial, o simplemente decir “Elsa! Ich liebe dich!” (CD 1, pista 9, 4:26: voz bellísima, sobrenatural, contraste f-p), suscitan emociones imborrables que compensan con creces las mencionadas deficiencias. En los pasajes heroicos se echa de menos una voz con más mordiente y metal. En Lohengrin, al menos, el balance es netamente positivo. Por el contrario, la Elsa de Annette Dash es decepcionante (ya me lo pareció en la retransmisión de Bayreuth de este verano). La voz es frágil, pequeña y velada. La proyección, deficiente, por lo que tiende a desaparecer en las escenas de conjunto. El timbre, además, es vulgar, alejado de la pureza que asociamos con el personaje, y ya el La 4 le plantea serios problemas. La voz de Gerd Grochowski (Telramund) es de barítono claro, más de cantante de oratorio HIP que de cantante de ópera. Dura, pobre de timbre, “plebeya”, sin nobleza ni misterio. Da lo mejor de sí en la gran escena con Ortrud del segundo acto, resuelta muy dignamente (Janowski y la orquesta 23 Miguel Ángel González Barrio les empujan) donde muestra cierto empaque y una dicción clarísima. Susanne Resmark es una Ortrud imposible, sin carácter (cuando interrumpe el cortejo nupcial, les echa una regañina). Las notas altas en forte son para ella una dificultad insalvable. La invocación a los dioses paganos (CD 2, pista 6) es puro grito. En ocasiones, Janowski tiene que refrenar la orquesta para ayudarla, como en su última intervención. Con buenos graves y algo corto por arriba, donde la voz, además, se estrecha, Günther Groissböck (Boris en la producción del Teatro Real aún en cartel) es un solvente rey Enrique, de voz noble y bella y buena línea, con clase. Markus Brück, de voz áspera, grumosa y no muy grande (la ubicación en el escenario), cumple como Heraldo “estándar”. En el plano vocal, el fabuloso y nutrido Coro de la Radio de Berlín, prepara- “Asistimos a un excitante recorrido por la partitura, expuesta con claridad meridiana y fino trabajo orquestal. Dirección dinámica, matizada, con tempi muy vivos, que va al grano, sin retóricas ni preciosismos, obteniendo de la excelente Sinfónica de la Radio de Berlín un sonido rico y poderoso.” do por el sabio y ubicuo Eberhard Friedrich, con su sonido redondo, pleno, empastadísimo, de belleza arrebatadora, se erige junto a Vogt en el gran protagonista de este Lohengrin. RICHARD WAGNER (1813-1883): Lohengrin Marek Janowski Klaus FlorianVogt, Lohengrin. Annette Dasch, Elsa von Brabant. Günther Groissböck, Heinrich der Vogler. Gerd Grochowski, Friedrich von Teltramund. Susanne Resmark, Ortrud. Markus Brück, Der Heerufer des Königs / Rundfunk- Sinfonieorchester Berlin. Rundfunkchor Berlin. Marek Janowski, director / PENTATONE / Ref.: PTC 5186403 (3 SACD) D1 x 3
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