LIBRO LIKANRAY MAPUCHE FINAL portadas.pdf
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“El mapuche no usa la huincha de medir, tiene otro sistema; usa el ojo y a veces una misma<br />
vara sirve para mantener las proporciones. Después de hacer el armazón con amarras de<br />
boqui, viene el tejido que se hace con una aguja de palo. Desde abajo comienza el tejido,<br />
vuelta y vuelta, siempre de derecha a izquierda. El tejido tiene su ciencia para que no se<br />
vuele con el viento y deje correr el agua. También hay que dejar el espacio por donde escapa<br />
el humo, porque una ruka nueva queda muy bien sellada, es impermeable.<br />
Antiguamente una ruka podía llegar a durar entre treinta y cuarenta años, y después había<br />
que renovarla, hacer una nueva. Antes se hacía mucho más tupida, porque había más<br />
paja, tanto que no se sentía ni la lluvia ni el viento, ni la conversación de afuera. Una ruka<br />
mantiene la temperatura, protege en el invierno del frío y de la lluvia y en el verano no se<br />
siente el calor.<br />
Cada lugar dentro de la ruka tiene su nombre, tiene un sentido dentro de la cosmovisión<br />
mapuche. La visita se recibe en una parte especial. El fogón es el principal lugar donde se<br />
reúne la familia y se lleva a cabo la educación mapuche. También hay un lugar especial para<br />
la preparación de los alimentos. Yo me crié en mi kupülwe, colgadita en un poste, que antes<br />
eran más anchos; desde ahí aprendí mirando. Hoy en día las guagüitas están mirando para<br />
el cielo nomás, no aprenden porque no ven nada. En cambio en el kupülwe la guagüita está<br />
paradita mirando todo lo que hace la mamá, la abuelita” (Ramona Quimen).<br />
Eresmin Ancalef, comunidad Rudencindo Ancalef<br />
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