¿Quién controlará la economÃa verde? - ETC Group
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Especu<strong>la</strong>ción atómica<br />
Casi una década antes de que Rachel Carson escribiera<br />
Silent Spring [La primavera silenciosa], el presidente de<br />
Estados Unidos, Dwight Eisenhower, tomó el podio en <strong>la</strong><br />
Asamblea General de <strong>la</strong> Organización de <strong>la</strong>s Naciones<br />
Unidas para anunciar su programa “Átomos para <strong>la</strong> paz”,<br />
cuyo fin era desarrol<strong>la</strong>r p<strong>la</strong>ntas de energía nuclear como<br />
tecnología segura y limpia, <strong>la</strong>s cuales electrificarían nuestras<br />
vidas y sacarían a <strong>la</strong> pob<strong>la</strong>ción del mundo de <strong>la</strong> pobreza. La<br />
carrera había iniciado. Una parte de <strong>la</strong> carrera tenía que ver<br />
con <strong>la</strong> gobernanza. Las agencias de <strong>la</strong> ONU —<br />
especialmente <strong>la</strong> UNESCO— se apresuraron a proc<strong>la</strong>mar su<br />
derecho de autoridad intergubernamental sobre <strong>la</strong> energía<br />
nuclear pero, a decir por el resultado de <strong>la</strong> <strong>la</strong>rga y penosa<br />
disputa, Estados Unidos optó por crear <strong>la</strong> Agencia<br />
Internacional de Energía Atómica (AIEA). La segunda y<br />
más amplia carrera giró alrededor del diseño y <strong>la</strong><br />
construcción de <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas nucleares. La globalización de <strong>la</strong><br />
energía nuclear formaba parte importante de <strong>la</strong>s actividades<br />
de re<strong>la</strong>ciones públicas dentro del marco de <strong>la</strong> Guerra Fría y<br />
Estados Unidos animó a <strong>la</strong>s empresas privadas a adoptar el<br />
mismo diseño utilizado en sus submarinos nucleares. Habría<br />
sido muy difícil optar por un diseño menos apropiado que<br />
ese. Los aspectos más relevantes de <strong>la</strong> tecnología de los<br />
submarinos nucleares eran su movilidad y su autosuficiencia<br />
de <strong>la</strong>rgo p<strong>la</strong>zo. La movilidad, por supuesto, era irrelevante<br />
para el diseño de p<strong>la</strong>ntas de generación de energía comercial<br />
fijas. Para <strong>la</strong> década de 1970, el dramático aumento de los<br />
costos de construcción, <strong>la</strong> multiplicación de los<br />
cuestionamientos sobre <strong>la</strong> seguridad de <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas y —al<br />
menos en Estados Unidos— <strong>la</strong> adición desesperada y de<br />
último minuto de nuevas medidas regu<strong>la</strong>torias que se<br />
decretaban prácticamente a diario, generaron gran<br />
confusión en <strong>la</strong> industria y desfondaron el monumental<br />
aparato nuclear. 18<br />
El calentamiento global dio a <strong>la</strong> energía atómica su segundo<br />
aire a inicios del presente siglo. Para 2010, 65 países hacían<br />
co<strong>la</strong> para <strong>la</strong> construcción de nuevas p<strong>la</strong>ntas de energía<br />
nuclear y <strong>la</strong> industria predecía un boom. 19 El 11 de marzo de<br />
2011, Fukushima cambió el panorama por completo. La<br />
arrogancia de <strong>la</strong> industria exacerbó <strong>la</strong> situación. Al parecer,<br />
TEPCO, <strong>la</strong> empresa que construyó <strong>la</strong> p<strong>la</strong>nta de Fukushima<br />
a mediados de los años sesenta, devastó 25 metros de <strong>la</strong><br />
barrera marítima natural de 35 metros donde se ubicaban<br />
los reactores nucleares con el fin de mover con mucha mayor<br />
facilidad el equipo pesado de los barcos hacia el sitio de<br />
construcción de <strong>la</strong> p<strong>la</strong>nta nuclear. 20 Mientras <strong>la</strong> empresa<br />
defendía su decisión de transformar completamente el<br />
paisaje, alegando que no había ningún precedente histórico<br />
de <strong>la</strong> ocurrencia de un tsunami en el área, un sismólogo que<br />
investigó el desastre indicó: “por supuesto que no existen<br />
registros históricos de daños catastróficos ocasionados por<br />
un tsunami en esa zona porque en ese preciso lugar existía<br />
un enorme acanti<strong>la</strong>do”. Cuando <strong>la</strong> opinión pública se enteró<br />
que 88 de <strong>la</strong>s 422 p<strong>la</strong>ntas de energía nuclear 21 construidas en<br />
el mundo se encuentran sobre fal<strong>la</strong>s sísmicas, estalló el<br />
escándalo. Más allá de <strong>la</strong> devastación humana, el costo<br />
financiero de <strong>la</strong> inadecuada evaluación tecnológica para <strong>la</strong><br />
recuperación de Japón —según fue estimada dos meses<br />
después del desastre— ascenderá al menos a 124 mil<br />
millones de dó<strong>la</strong>res. 22<br />
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