166 may/jun 2013 - Odebrecht Informa

Edvaldo
La asistente social
Carolina Tosta y la
nueva arena: los
encargados elogian
la productividad de
los presidiarios
menos vendía. Era un círculo vicioso”, comenta Edevaldo. La
botella PET de aguardiente, llamada “bombita”, fue todo lo
que le sobró, cuando su esposa lo abandonó, llevándose a la
hija y, finalmente, no logró conservar ni la propia casa. Esa
etapa duró cuatro años. “La vergüenza me alejó de los amigos.
Cuando me encontraban me aconsejaban, recordaban
cómo era antes”.
En la Pascua de 2011, Edevaldo conoció, en la Iglesia de
Trindade, a personas como él, escuchó sus historias y decidió
participar de la comunidad. Las actividades de colaboración
diarias fueron terapéuticas. “Dejé de tomar. No podía
perder aquella oportunidad”, afirma.
Un año después, su determinación fue recompensada,
cuando lo contrataron como despachador en el depósito de
Itaipava Arena Fonte Nova. Siguió en funciones hasta el final
de la obra y, por su buen desempeño, lo reubicaron en el sitio
de obras de la carretera BA -093. Recordando su historia,
sentado en el living de su apartamento, le dedica a la Arena
Fonte Nova, que ayudó a construir, un capítulo aparte. “Nunca
me voy a olvidar. Soy un privilegiado”.
Volver a empezar
“Fue un 157” (tipificación del artículo 157 del Código Penal
Brasileño), dice M., hablando despacio y esquivando la
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