29 Macbeth
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TEATRO VILLAMARTA<br />
16<br />
Retrato de Andrea Maffei, poeta<br />
y amigo de Verdi a quien el<br />
compositor pidió que reescribiera<br />
algunos de los textos del libreto.<br />
A la derecha. Considerando<br />
Verdi que “<strong>Macbeth</strong>” era la<br />
mejor obra que había compuesto<br />
hasta el momento se la dedicó<br />
a su protector y suegro Antonio<br />
Barezzi, en la imagen en un<br />
retrato de A. Ghissi. Museo di<br />
Casa Barezzi, Busseto.<br />
En la página siguiente, arriba.<br />
Marianna Barbieri-Nini (1820-<br />
1887), Lady <strong>Macbeth</strong> en el<br />
estreno florentino.<br />
Al centro. Felice Varesi (1813-<br />
1889), <strong>Macbeth</strong> en el estreno del<br />
teatro Della Pergola de Florencia<br />
en 1847.<br />
Abajo. Francesco Maria Piave<br />
(1810-1876), autor del libreto de<br />
<strong>Macbeth</strong>.<br />
suegro de éste, Antonio Barezzi (13 de agosto<br />
de 1846). Muy pronto la cuestión quedó<br />
reducida a Schiller o Shakespeare, siendo el<br />
elemento determinante de la elección final<br />
la disponibilidad de ciertos cantantes para el<br />
estreno florentino. Como Lanari no pudo asegurar<br />
la presencia de un primo tenore y sí, sin<br />
embargo, la de un primo baritono como Felice<br />
Varesi, Verdi optó por enfrentarse en primer<br />
lugar con el texto shakespeareano (el texto<br />
sobre Schiller no sería rechazado del todo,<br />
pues daría lugar a I Masnadieri, su siguiente<br />
ópera).<br />
De todas formas, en la opción final influyó<br />
poderosamente la atracción que desde hacía<br />
tiempo sentía Verdi por la obra del genio británico.<br />
Desde 1838, merced a la primera traducción<br />
italiana completa de Carlo Rusconi,<br />
leía y releía comedias y, sobre todo, tragedias,<br />
iniciándose por entonces esa nunca satisfecha<br />
atracción por El Rey Lear. Para un animal<br />
teatral como Verdi, la dramaturgia de Shakespeare<br />
debió ser como una savia vivificante<br />
en medio de tanto libreto incoherente e insulso<br />
como abundaba en la Italia de los años<br />
cuarenta. Cuando en 1865 un crítico francés<br />
le achacara, a raíz del estreno de la versión<br />
revisada de <strong>Macbeth</strong>, un pobre conocimiento<br />
de Shakespeare, Verdi montó en cólera y<br />
escribió a Léon Escudier: “Puede que no haya<br />
hecho justicia a <strong>Macbeth</strong>, pero de ahí a decir<br />
que no conozco, ni comprendo, ni siento a<br />
Shakespeare, ¡no, por Dios que no! Es uno de<br />
mis poetas favoritos. Lo he tenido entre mis<br />
manos desde mis años juveniles y lo leo y releo<br />
continuamente”. Esa peculiar comunión<br />
de Verdi con Shakespeare hizo que fuese especialmente<br />
cuidadoso en las indicaciones al<br />
libretista, Francesco Maria Piave, sobre cómo<br />
adaptar el texto original modificándolo lo me-