Informe presentación (2-3) - AELE

Enfoque Internacional Nº 6
Nº 945, que modificó la Ley del Impuesto
a la Renta (LIR de ahora en adelante) a
partir del 1 de enero de 2004, se incorporó
como renta de fuente peruana a los servicios
de “asistencia técnica” que se utilizaran
económicamente en el país, derogándose
el régimen establecido hasta el 31
de diciembre de 2003, para los “servicios
técnicos” que se prestaran parte en el país
y parte en el extranjero y cuyas retribuciones
se encontraban gravadas con tasas
efectivas de 7.5 por ciento en el caso de
servicios técnicos relacionados con la industria
petrolera y 12 por ciento en el resto
de casos.
En materia de servicios prestados por
personas no domiciliadas, las exposiciones
de motivos que sustentan tanto el referido
Decreto Legislativo como la norma reglamentaria
aprobada por el D. S. Nº 086-
2004-EF y la modificación posterior incorporada
por el D. S. Nº 134-2004-EF, consolidan
las razones que motivaron la modificación
legislativa:
(i)
Adecuar la LIR a la tendencia internacional
que grava principalmente los servicios
de “asistencia técnica” como servicios
de asesoramiento especializado
en los que existe necesariamente la
transferencia de conocimientos al usuario
para que éste los aplique en sus
actividades económicas (3) . Ello implicaba
eliminar la regulación referida a los
“servicios técnicos” entendidos éstos
como servicios de resultado (4) y en los
nuevos servicios denominados “asistencia
técnica” considerar como punto de
conexión el lugar de su utilización económica,
más que el lugar de su prestación
física.
(ii) Ampliar el ámbito de aplicación del
Impuesto a la Renta a servicios de “asistencia
técnica” prestados por no domiciliados,
sea íntegramente dentro del
país o totalmente fuera del país. Estos
servicios estuvieron gravados con la
tasa de retención de 30 por ciento y a
partir del ejercicio 2005, con la tasa
de 15 por ciento, en aplicación de la
Ley Nº 28442.
La definición de “asistencia técnica” se
recoge en el primer párrafo del inciso c)
del artículo 4°-A del Reglamento de LIR
en los siguientes términos:
“Se entiende por asistencia técnica a
todo servicio independiente, sea suministrado
desde el exterior o en el país,
por el cual el prestador se compromete
a utilizar sus habilidades, mediante la
aplicación de ciertos procedimientos,
artes o técnicas, con el objeto de proporcionar
conocimientos especializados, no
patentables que sean necesarios en el
proceso productivo, de comercialización,
de prestación de servicios o cualquier
otra actividad realizada por el usuario”.
Luego el sexto párrafo del inciso c)
antes citado, dispone lo siguiente:
“En cualquier caso, la asistencia técnica
comprende los siguientes servicios:
1. Servicios de ingeniería: la ejecución
y supervisión del montaje, instalación
y puesta en marcha de las
máquinas, equipos y plantas productoras;
la calibración, inspección, reparación
y mantenimiento de las máquinas
y equipos; y la realización de pruebas
y ensayos, incluyendo control de calidad,
estudios de factibilidad y proyectos
definitivos de ingeniería y de
arquitectura(…)”.
De los textos transcritos, se desprenden
las características principales de la
“asistencia técnica” según la normativa
peruana:
1) Se trata siempre de un servicio de carácter
independiente. Nos encontramos
ante una típica modalidad de “hacer”,
lo que configura su distinción automática
con las rentas por regalías, en las
cuales el objeto principal es un “dar” (5) .
2) Puede ser prestado íntegramente en el
exterior o totalmente en el país, o parte
en el exterior y parte en el país.
3) Comprende servicios que, en términos
de la legislación comparada y la doctrina,
configuran “asistencias técnicas” per
sé, sin embargo, por excepción también
abarca a otras prestaciones –establecidas
expresamente– que constituyen servicios
de “resultado” [los previstos en el
sexto párrafo del inciso c)] y en los cuales,
la transferencia de un conocimiento
o el cumplimiento de los requisitos
establecidos en el primer párrafo del
aludido inciso c) del artículo 4º-A del
Reglamento de la LIR, es totalmente
prescindible. En síntesis, el Reglamento
de la LIR enumera otras operaciones
(e.g. los servicios de ingeniería) que, a
pesar de no reunir todos los elementos
de la definición general de “asistencia
técnica”, son consideradas como tal por
decisión legislativa.
En materia de los denominados “servicios
de ingeniería”, debe destacarse que
sólo algunas legislaciones identifican expresamente
a este tipo de servicios dentro de
la categoría de “asistencia técnica” (6) .
Ahora bien, en función de cómo se
interprete cada una de las actividades comprendidas
en el grupo de “servicios de ingeniería”
del Reglamento de la LIR, es que
quedará delimitada la posterior aplicación
del CDI Perú-Brasil:
(i) Ejecución del montaje de máquinas,
equipos y plantas productoras
La norma alude a la “ejecución” del
montaje, lo cual resultaría redundante,
pues la ejecución de una determinada
actividad, tal como en este caso vendría
a ser el montaje, no es más que el
desarrollo de la actividad misma.
Partiendo de una definición literal del
término “montaje”, cabe precisar que
el Diccionario de la Lengua Española
de la Real Academia lo define como la
“combinación de las diversas partes
de un todo”, razón por la cual, dentro
––––
(3) Ejemplos de este tratamiento se recogen en las siguientes normas del Impuesto a la Renta comparadas: México,
Costa Rica, Uruguay, Colombia, Venezuela, Chile, Guatemala, Paraguay, República Dominicana y España.
(4) Los servicios de asistencia técnica se diferencian de los “servicios comunes u ordinarios o servicios de resultado”,
en que estos últimos tienen por finalidad generar un resultado específico para el usuario, sin que ello suponga
traslado de conocimiento alguno a éste ni sea relevante la forma en que el servicio ha sido prestado. En otras
palabras, al usuario sólo le interesa el resultado del servicio y no cómo se presta ni la información o experiencia
que subyace en el mismo.
Por esta razón, en las legislaciones que incorporan un tratamiento especial para el “servicio técnico” y otro para la
“asistencia técnica”, (e.g. Colombia) queda claro que el primero, no obstante tener componentes técnicos o tecnológicos,
se agota con su ejecución, es decir que no implica en ningún caso la ilustración, ni el consejo y por ende
tampoco la transferencia de conocimiento porque en dichos servicios no hay asesoría alguna.
(5) Siguiendo los lineamientos que la doctrina fiscal internacional ya ha fijado sobre este tema, dan origen al pago de
regalías –básicamente– todas aquellas prestaciones en las que un producto (conocimientos, información, técnicas,
fórmulas, habilidades, procesos, planos, etc.), que ya ha sido creado o desarrollado o está en circulación, es
transferido. Los contratos que originan regalías no obligan al transferente a participar directamente en la aplicación
de una fórmula o conocimiento y tampoco lo obligan a garantizar resultado alguno. Por el contrario, en las
modalidades de servicios, la intervención del prestador del servicio en la aplicación de sus conocimientos es esencial
y generalmente, el servicio que presta lleva implícita la garantía de un resultado específico. OCDE. “Issues in
international taxation 2001. Reports related to the OECD Model Tax Convention”. Nº 8. París, Francia, 2003, págs. 35
y sgtes.
(6) Este es el caso de Chile, Argentina y Venezuela. En el primer caso, el numeral 2) del artículo 59º de la LIR establece
que “Estarán afectas a este impuesto, con una tasa de 20%, las remesas de fondos que se efectúen para remunerar
servicios prestados en Chile o en el exterior por concepto de trabajos de ingeniería o asesorías técnicas en general”. En
el segundo caso, el Dictamen de la Administración Tributaria Argentina N° 46/96 ha interpretado que los honorarios
profesionales originados en un servicio de ingeniería provisto desde el exterior, califica como asistencia técnica
(citado por GOTLIB, Gabriel. “Aspectos internacionales de la tributación argentina”. Ediciones La ley, 1ra. Edición.
2005, pág. 134). Finalmente, el artículo 42º de la LIR venezolana dispone que el suministro de asistencia técnica
podrá comprender la transferencia de conocimientos técnicos de servicios de ingeniería, de investigación desarrollo
de proyectos, de asesoría y consultoría y el suministro de procedimientos o fórmulas de producción, datos,
informaciones y especificaciones técnicas, diagramas, planos e instructivos técnicos, y la provisión de elementos
de ingeniería básica y de detalle.
36 / noviembre 2009