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agua, un derecho y no una mercancía - ISF - Ingeniería Sin Fronteras

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JAUME DELCLÒS (coord.)AGUA, UN DERECHOY NO UNA MERCANCÍAPROPUESTAS DE LA SOCIEDAD CIVILPARA UN MODELO PÚBLICO DE AGUAECOLOGÍA HUMANA


Este libro ha sido impreso en papel 100% Amigo de los bosques, proveniente de bosquessostenibles y con <strong>un</strong> proceso de producción de TCF (Total Clorin Free), para colaborar en <strong>un</strong>agestión de los bosques respetuosa con el medio ambiente y económicamente sostenible.Este libro ha contado con la colaboración de:Financiador: DGADiseño de la cubierta: Laia OlivaresFotografía de la cubierta: Equipo Icaria© Pedro Arrojo Agudo, José Esteban Castro, Vicky Cann, Eloi Badia, Lluís Basteiro, AnaGris, Lluís Basteiro, Maude Barlow, Philipp Terhorst, Jaume Delclòs, Ayats, AdrianaMarquisio, Al-Hassan Adam, José Esteban Castro, Josep Centelles, Olivier Hoedeman,Silva<strong>no</strong> Silvério da Costa© De esta ediciónIcaria editorial, s. a.Arc de Sant Cristòfol, 11-2308003 Barcelonawww. icariaeditorial. comPrimera edición: marzo de 2009ISBN: 978-84-9888-067-0Depósito legal: B-3.324-2009Fotocomposición: Text GràficImpreso por Romanyà/Valls, s. a.Verdaguer, 1, Capellades (Barcelona)Printed in Spain. Impreso en España. Prohibida la reproducción total o parcial.


ÍNDICEPrólogo I. Tipología y raíces de los conflictos por el <strong>agua</strong> en elm<strong>un</strong>do, Pedro Arrojo Agudo II. Ap<strong>un</strong>tes sobre el proceso de mercantilización del<strong>agua</strong>: <strong>un</strong> examen de la privatización en perspectivahistórica, José Esteban Castro III. El papel de los donantes y su ayuda para promocionarla privatización del <strong>agua</strong> en países en vías dedesarrollo, Vicky Cann IV. El fracaso de la privatización del <strong>agua</strong>, Eloi Badia,Lluís Basteiro y Ana Gris V. La inclusión del <strong>agua</strong> en el Acuerdo General deComercio de Servicios, Lluís Basteiro VI. El <strong>derecho</strong> al <strong>agua</strong>, Maude BarlowVII. Politizar la participación en los servicios urba<strong>no</strong>s de<strong>agua</strong>, Philipp Terhorst VIII. La gestión pública con participación y control socialhacia el <strong>derecho</strong> huma<strong>no</strong> al <strong>agua</strong>, Jaume Delclòs yAyats


IX. Las luchas por <strong>un</strong> modelo público de los servicios de<strong>agua</strong> potable y saneamiento en el Uruguay, AdrianaMarquisio X. La historia de la privación y de la creación de <strong>un</strong>a redde activistas, Al-Hassan Adam 63XI. La experiencia de Inglaterra y Gales en laorganización de la regulación de los servicios de <strong>agua</strong>y saneamiento, José Esteban Castro XII. Pensando en las instituciones de la gobernanza del<strong>agua</strong>, Josep Centelles XIII. Partenariados público-públicos, OlivierHoedeman XIV. La prestación de servicios públicos de suministro de<strong>agua</strong> y saneamiento en Brasil – Nuevas modalidadesde partenariados público-públicos y de participaciónde la sociedad, Silva<strong>no</strong> Silvério da Costa Sobre los autores


PRÓLOGOEl libro que tenéis en las ma<strong>no</strong>s es <strong>un</strong> resultado del trabajo colectivode aprendizaje y acción del movimiento global para la justicia del<strong>agua</strong> del que forma parte la campaña de Agua, <strong>un</strong> <strong>derecho</strong> y <strong>no</strong> <strong>un</strong>amercancía de Ingeniería <strong>Sin</strong> <strong>Fronteras</strong>.La vol<strong>un</strong>tad de este libro es focalizar, sin desviar la atencióna preg<strong>un</strong>tas accesorias, las principales causas a nivel m<strong>un</strong>dial dela situación de <strong>no</strong> acceso al <strong>agua</strong> en cantidad y calidad suficiente,recogiendo las principales aportaciones y propuestas desde distintoscolectivos sociales al <strong>derecho</strong> huma<strong>no</strong> al <strong>agua</strong> y al acceso <strong>un</strong>iversalal <strong>agua</strong> y al saneamiento.El libro hace <strong>un</strong> recorrido por los principales retos y conflictosque tenemos a nivel socioambiental y sobre el proceso de mercantilizacióny la privatización del <strong>agua</strong> en perspectiva histórica. Analizalas políticas dominantes que se han impulsado desde las InstitucionesFinancieras Internacionales, y como estas políticas se han implementadodesde los distintos niveles de las administraciones, al servicio delas grandes corporaciones privadas de <strong>agua</strong> en detrimento del sectorpúblico, y sus consecuencias sociales. La repuesta de la sociedad civily los movimientos sociales ha desarrollado iniciativas de construcciónde alternativas muy satisfactorias para devolver el control sobre el<strong>agua</strong>, la vida, a la ciudadanía. La construcción de alternativas hatenido lugar desde muchos ámbitos, desde la movilización social a laaportación de propuestas desde la vol<strong>un</strong>tad de construir institucionespara todas las personas que reco<strong>no</strong>zcan y trabajen para los <strong>derecho</strong>sde todas y todos los habitantes del planeta.7


Este libro <strong>no</strong> habría sido n<strong>un</strong>ca realidad sin la colaboración detodos los autores y autoras, de diferente procedencia, sindicalistas,activistas académicos, gestores. Para todos, el agradecimiento mássincero por su colaboración.8


I. TIPOLOGÍA Y RAÍCES DE LOSCONFLICTOS POR EL AGUAEN EL MUNDOPedro Arrojo Agudo*La degradación sistemática y generalizada de los ecosistemas acuáticoscontinentales tiene como <strong>un</strong>a de sus consecuencias que 1.200millones de personas <strong>no</strong> tengan acceso a <strong>agua</strong> potable. De mantenerselas tendencias en curso, serán más de 4.000 millones para2025. Por otro lado, la crisis de insostenibilidad de los ecosistemasacuáticos agrava los problemas de hambre en el m<strong>un</strong>do, al arruinarformas tradicionales de producción agropecuaria vinculadas a losciclos fluviales que degradan o destruyen pesquerías fluviales y marinas,esenciales en la dieta de millones de personas, especialmenteen com<strong>un</strong>idades pobres.En este contexto crítico, el modelo de globalización en curso,alejado de los más elementales principios éticos, viene agravandoestos problemas. Lejos de frenar la degradación ecológica, está acelerandola depredación de recursos hídricos y la quiebra del ciclohídrico en los continentes. Lejos de reducir los gradientes de riquezay de garantizar a los más pobres <strong>derecho</strong>s f<strong>un</strong>damentales, como elacceso al <strong>agua</strong> potable, se abre el campo de los recursos y valoresambientales al mercado como espacio de negocio.En este contexto, vienen emergiendo múltiples focos de conflictoligados a la gestión de <strong>agua</strong>s, generando dos grandes fallas decrisis:* Departamento de análisis económico de la Universidad de Zaragoza.9


– Crisis de sostenibilidad: con movimientos en defensa del territorioy de los ecosistemas acuáticos frente a grandes proyectoshidráulicos y problemas de contaminación;– Crisis de gobernabilidad: con <strong>un</strong> fuerte movimiento en defensade <strong>derecho</strong>s huma<strong>no</strong>s y de ciudadanía, frente a la privatizaciónde los servicios básicos de <strong>agua</strong> y saneamiento.Desde sensibilidades sociales y ambientales muy diferentes, estosmovimientos sociales vienen exigiendo nuevos enfoques de gestiónde <strong>agua</strong>s que garanticen:1. la sostenibilidad de los ecosistemas acuáticos;2. el acceso efectivo de todos al <strong>agua</strong> potable, como <strong>derecho</strong> huma<strong>no</strong>;3. la instauración de <strong>derecho</strong>s <strong>un</strong>iversales de ciudadanía global;4. el desarrollo de nuevas formas de gobernabilidad participativa.Más allá de impulsar cambios político-institucionales y mejorastec<strong>no</strong>lógicas, <strong>no</strong>s encontramos ante la necesidad de <strong>un</strong> nuevoenfoque ético, tal y como defiende el movimiento ciudada<strong>no</strong> y depensamiento de la «Nueva Cultura del Agua». El ancestral paradigma de la «madre naturaleza» ofrece <strong>un</strong>a visiónmitificada de la misma, como generadora y sostén de la vida, através de la imagen de la madre, en clave de género femeni<strong>no</strong>. <strong>Sin</strong>embargo, desde su afán por desentrañar las claves del orden natural,el espíritu renacentista acabaría rompiendo en buena medida estamitificación. Cada vez de forma más clara, se teorizaría el objetivode co<strong>no</strong>cer la naturaleza para dominarla y ponerla al servicio delhombre. De forma <strong>un</strong> tanto brutal, Bacon llegaría a sentenciar quela ciencia debe tratar a la naturaleza como trataba el Santo Oficio dela Inquisición a los reos que juzgaba: debe torturarla hasta desvelarel último de sus secretos…El Romanticismo perfiló, de <strong>un</strong>a forma más elaborada y sutil,ese enfoque, exaltando la hermosura de esa naturaleza que <strong>no</strong>s10


llega a apasionar y enamorar, evolucionando así hacia <strong>un</strong>a nuevamitificación, de nuevo en clave de género femeni<strong>no</strong>, pero esta vezdesde el perfil de la amante, como objeto de deseo del hombre. Noobstante, llegados a este p<strong>un</strong>to, se enfatizaba, y aún hoy se sueleenfatizar, el carácter irracional, inestable, voluble e impredecible deesa naturaleza; rasgos atribuidos al género femeni<strong>no</strong>, que motivan lanecesaria acción racional y firme de la ciencia y de la técnica, esta vezsí, bajo claros perfiles de género masculi<strong>no</strong>, con el fin de «dominarlay ponerla al servicio del hombre».Bajo esta lógica, y desde <strong>un</strong>a confianza ciega en el desarrollocientífico-técnico, se han conseguido, sin duda, importantes mejorasen la calidad de vida de miles de millones de personas. <strong>Sin</strong>embargo, también se han provocado quiebres en el orden naturalque suponen costosas facturas, especialmente para los más pobresy para las generaciones futuras.En la actualidad, se estiman en más de 1.200 millones las personasque <strong>no</strong> tienen acceso garantizado a <strong>agua</strong> potable, lo que conllevamás de 10.000 muertes al día, siendo en su mayoría niños. Por otrolado, ríos, lagos y humedales sufren la crisis de biodiversidad másprof<strong>un</strong>da de las existentes en la biosfera. Tal y como subraya la DeclaraciónEuropea por <strong>un</strong>a Nueva Cultura del Agua, firmada por ciencientíficos de los diversos países de la Unión Europea a principiosdel 2005, ambas realidades son caras de <strong>un</strong>a misma crisis: la crisisde insostenibilidad de los ecosistemas acuáticos continentales y delos acuíferos subterráneos.De hecho, el problema <strong>no</strong> es tanto la escasez de <strong>agua</strong>, comomás propiamente de contaminación y degradación ecológica. Nadieha instalado su casa lejos de <strong>un</strong> río, de <strong>un</strong> lago, de <strong>un</strong>a fuente o dep<strong>un</strong>tos donde las <strong>agua</strong>s subterráneas sean accesibles. El problema esque, desde nuestra insaciable e irresponsable ambición desarrollista,hemos degradado esos ecosistemas y acuíferos, produciendo gravesproblemas de salud a las poblaciones que dependen de ellos.Con frecuencia, se ha tendido a considerar la sostenibilidadcomo <strong>un</strong> objetivo que debe ser prioritario tan sólo en los paísesdesarrollados, asumiéndose que el crecimiento económico de lospaíses empobrecidos comporta necesariamente la degradación desus patrimonios y recursos ambientales. Tal enfoque, siendo injustoen térmi<strong>no</strong>s generales, es particularmente inaceptable en materia11


de <strong>agua</strong>s, en la medida en que se juega con la salud y la vida de laspersonas. El hecho de que en países desarrollados se hayan usadodeterminadas tec<strong>no</strong>logías contaminantes y depredadoras del medioambiente en el pasado, <strong>no</strong> debe implicar que en los países empobrecidostengan que cometerse los mismos errores, marginando elempleo de las modernas tec<strong>no</strong>logías y estrategias disponibles hoyen día.Desgraciadamente, la falta de democracia y la irresponsabilidadde muchos gobier<strong>no</strong>s, j<strong>un</strong>to a la lógica de «libre competencia»impuesta desde la Organización M<strong>un</strong>dial de Comercio (OMC),favorecen la posibilidad de contaminar sin regulación alg<strong>un</strong>a enpaíses empobrecidos o en desarrollo, practicando lo que se co<strong>no</strong>cecomo dumping ambiental.Tener <strong>un</strong> río contaminado en <strong>un</strong> país desarrollado, siendo sinduda grave, <strong>no</strong> implicará necesariamente problemas de salud pública,pues suele haber medios para garantizar <strong>agua</strong>s salubres en las redesurbanas. <strong>Sin</strong> embargo, en países empobrecidos o en desarrollo, matar<strong>un</strong> río supone quebrar la vida de las com<strong>un</strong>idades que dependen deél. Por eso, la sostenibilidad de ríos, lagos, humedales y acuíferos es<strong>un</strong> reto de supervivencia en el corto plazo para países empobrecidoso en desarrollo, más allá de <strong>un</strong> reto global de habitabilidad y calidadde vida a nivel planetario. Los impactos directos e indirectos sobre las fuentes de producciónde alimentos en el m<strong>un</strong>do, provocados por la quiebra del ciclo hidrológicoy la crisis de insostenibilidad de ríos, lagos y humedales,han sido y son demoledores, especialmente en lo que se refiere a laproductividad natural de alimentos proteicos.Con frecuencia, el drenaje y desecación de humedales se ha justificadodesde el argumento de hacer productivos esos espacios paraluchar contra la pobreza y el hambre en el m<strong>un</strong>do. <strong>Sin</strong> embargo, consu destrucción, se han provocado quiebras en la rica biodiversidadque estos ecosistemas alimentan, <strong>no</strong> sólo en el propio humedal,si<strong>no</strong> en otros hábitats conectados, poniendo en crisis su f<strong>un</strong>ción deproducción de alimentos proteicos (especialmente pesquerías), claveen la dieta y subsistencia de muchas com<strong>un</strong>idades.12


Es de <strong>no</strong>tar que, si bien el pescado <strong>no</strong> suele ser la principalfuente de proteínas en la dieta de los países más desarrollados (tansólo el 10% en Europa y EE UU), su peso en países empobrecidoso en desarrollo suele ser muy superior. En África representa másdel 20% de las proteínas animales, mientras que en Asia supone el30% (ICLARM, 1995). Es de <strong>no</strong>tar que, para muchas com<strong>un</strong>idadesen territorios de interior, sin acceso a la pesca litoral, las pesqueríasfluviales y lacustres son clave de supervivencia.A lo largo del siglo XX, la construcción de grandes presas ha sido<strong>un</strong>o de los factores que ha contribuido a la reducción drástica de lapesca fluvial, provocando la extinción de muchas especies de pecesy moluscos. Cabe citar como casos documentados los del río Urrá,en Colombia, <strong>Sin</strong>gkarak en Sumatra, Lingjintan en China, The<strong>un</strong>Hibo<strong>un</strong> en Laos o Pak M<strong>un</strong> en Tailandia (Dave Hubbel, 1994).En todos estos casos, las grandes presas generaron graves problemasalimentarios a cientos de miles de familias, en com<strong>un</strong>idades ribereñaspobres, por la degradación, y en alg<strong>un</strong>os casos la destrucción, de susproducciones pesqueras.Son significativas las catástrofes ecológicas y humanitarias delMar de Aral, en Siberia Central, y del Lago Chad, en África. En elprimer caso, la derivación del 90% de los caudales de los ríos AmuDaria y Syr Daria, que alimentan lo que era el cuarto mayor lago delm<strong>un</strong>do, para regar algodón, ha llevado a que se reduzca la láminade <strong>agua</strong> a me<strong>no</strong>s de la mitad (pasando de 64.500 km 2 a 30.000km 2 ), triplicándose su salinidad. Como consecuencia de todo ellohan desaparecido las pesquerías que producían 44.000 toneladasanuales de pescado y generaban 60.000 puestos de trabajo (PatrickMc Cully, 2004). Para colmo, tal y como reseña en sus trabajos JanetAbramovitz, del WorldWatch Institute, las tormentas de vientolevantan nubes de polvo con sales tóxicas en los 36.000 km 2 delfondo del mar que han quedado al descubierto, generando gravesproblemas de salud pública (J. Abramovitz, 1996).El desarrollo de grandes infraestructuras hidráulicas <strong>no</strong> sólo haafectado a la pesca en ríos y lagos, si<strong>no</strong> también en los mares. Elcaso de la presa de Asuán, sobre el Nilo, es paradigmático. Diez añosdespués de su inauguración, de las 47 especies que se pescaban en elrío, sólo quedaban 17. <strong>Sin</strong> embargo, el impacto pesquero más bruscoy traumático se produjo en el mar. Al año siguiente de cerrar las13


compuertas de la presa, las capturas de sardina y boquerón cayeronen todo el Mediterráneo Oriental entre el 80% y el 90% (GilbertWhite, 1988). Hoy se sabe que estas especies, como otras, crían enla desembocadura de los grandes ríos, aprovechando la riqueza ennutrientes continentales que aportan las crecidas primaverales. Estefenóme<strong>no</strong> de fertilización de las plataformas costeras es y ha sido másrelevante en mares cerrados o cuasicerrados, como el Mediterráneo,pobres en plancton. Un impacto similar se produjo en el Mar deCortés (California mexicana), como consecuencia del trasvase delrío Colorado para regar Imperial Valley y alimentar el desarrollourbanístico de Los Ángeles-San Diego (Sandra Postel, 1996).La creciente comercialización internacional del pescado estáinduciendo situaciones de sobrepesca que contribuyen a quebrar lasostenibilidad de muchas de esas pesquerías, tanto fluviales comocosteras, debilitando el consumo familiar local. En Bangladesh, porejemplo, habiéndose multiplicado las actividades pesqueras, la raciónper cápita en com<strong>un</strong>idades pobres se ha reducido a la tercera parteen dos décadas (J. Abramovitz, 1996).En el Amazonas, donde viven más de 3.000 especies de peces (<strong>un</strong>tercio de las existentes en el m<strong>un</strong>do), se obtienen 200.000 toneladasanuales de pescado, en su mayoría destinada al autoconsumo y a losmercados locales. <strong>Sin</strong> embargo, en los últimos años, la irrupción dela pesca industrial, las talas masivas, los vertidos mineros, la construcciónde presas y la desecación de humedales (crecimiento de lallamada frontera agroganadera), están haciendo entrar en crisis estapoderosa fuente de alimentos proteicos, provocando la desapariciónprogresiva de especies tan emblemáticas como el tambaquí (M.Goulding, 1993).En el sudeste asiático, el acelerado crecimiento industrial deTailandia está motivando la construcción de grandes presas y trasvasesdesde el río Mekong que amenazan desencadenar quiebresecológicos con desastrosos impactos sobre las fuentes tradicionalesde alimentos de millones de personas. Una pieza f<strong>un</strong>damental deese complejo entramado hidrológico es el lago Tonle Sap o GranLago de Camboya, cuya superficie oscila entre 3.000 km 2 y 13.000km 2 , cuando recibe los masivos caudales monzónicos. Gracias a estadinámica oscilante, este lago ha venido produciendo <strong>un</strong>as 100.000toneladas de pescado anuales, siendo la principal fuente de proteí-14


nas para 9,5 millones de camboya<strong>no</strong>s. La periódica in<strong>un</strong>dación deesos 10.000 km 2 de campos y bosques alimenta <strong>un</strong> ciclo ecológicotrascendental (Mark T. Hill et al., 1994). Por <strong>un</strong> lado, fertiliza loscampos en los que se cultiva el 50% del arroz producido en Camboya;pero, por otro, es clave para la procreación de los peces, quedesovan y se alimentan en las áreas de bosque in<strong>un</strong>dado. Ciclossimilares se producen a lo largo de miles de kilómetros de zonasin<strong>un</strong>dables alrededor del Mekong, hasta llegar al productivo delta.En total, se estima que 52 millones de personas dependen, parasu alimentación básica, de la productividad biológica natural delMekong (Mok Moreth, 1995).Las alteraciones, en cantidad y calidad, de los caudales de muchosde los grandes ríos del m<strong>un</strong>do, han hecho entrar en crisis formastradicionales de producción agraria ligadas a los ciclos fluviales decrecida. En Nigeria, la construcción de la presa de Bakalori supusoperder el 53% de los cultivos tradicionales, ligados a esos ciclos dein<strong>un</strong>dación en las llanuras de la cuenca baja y media; por otro lado,supuso la destrucción de los pastos que servían de base a la ganaderíay afectó seriamente a los acuíferos, colapsando reservas de <strong>agua</strong> vitalesen los períodos secos (Adams, 1992). Casos similares se han dado,tal y como refleja el informe final de la World Commission on Dams(presentado en Londres en el año 2000), en el río Senegal, con cercade 800.000 damnificados en sus cultivos tradicionales; en el embalsede Sobradinho, en Brasil, con cerca de 11.000 familias de agricultoresgravemente afectadas; o en el caso de las presas de Tarbela y Kotrien Pakistán, que provocaron la ruina del pastoreo tradicional, <strong>agua</strong>sabajo, en las llanuras de in<strong>un</strong>dación (WCD, 2000).A pesar de su gravedad, estos impactos <strong>no</strong> suelen emerger enlas estadísticas económicas oficiales, en la medida que buena partede esta producción de alimentos se dirige a mercados locales y alautoconsumo sin entrar en los grandes circuitos comerciales. Sueleincluso argumentarse que estos modelos de producción, vinculados alos ciclos fluviales y a técnicas artesanales de pesca, adolecen de bajosniveles de eficiencia económica. No obstante, si se contabilizan losvalores ambientales y sociales en juego y se asumen objetivos de sostenibilidady de distribución equitativa, esa pretendida ineficiencia setorna en altos niveles de eficiencia ecosocial. Lo que aparentementetiene <strong>un</strong>a escasa eficiencia económico-productiva, desde la lógica de15


la extinción de <strong>un</strong>as 600 especies de peces, 650 de aves y otras 80de mamíferos. Por otro lado, la ruptura de la f<strong>un</strong>ción reguladoradel Pantanal incrementaría los riesgos de in<strong>un</strong>dación y el impactode las sequías en toda la cuenca (CEBRAC y WWF, 1994).La construcción de grandes presas en el m<strong>un</strong>do, <strong>no</strong> sólo haroto la continuidad del hábitat fluvial en la inmensa mayoría de losríos, si<strong>no</strong> que ha modificado drásticamente sus regímenes naturales(tanto en flujos de <strong>agua</strong>, como de sólidos y nutrientes), lo que generaimpactos irreversibles en la biodiversidad y en la geodinámica fluvial(erosión, sedimentación, evolución de meandros…). La retenciónen esas presas de sedimentos, que durante millones de años hanalimentado los deltas y compensado su subsidencia natural, estáprovocando su progresivo h<strong>un</strong>dimiento, salinización y desaparición.Tal proceso, acelerado por el crecimiento del nivel de los maresderivado del calentamiento global, hace vislumbrar en el plazo dealg<strong>un</strong>as décadas graves consecuencias socioeconómicas.El caso de la gran presa de Asuán en el Nilo, y sus impactos sobreel Delta de Alejandría y sobre las playas del Norte de África, es quizás<strong>un</strong>o de los significativos. El Instituto Ocea<strong>no</strong>gráfico Woods Holede Massachussets estima que Egipto podría llegar a perder bajo elmar, en el margen de seis décadas, hasta <strong>un</strong> 19% de sus territorioshabitables, lo que forzaría el desplazamiento de hasta <strong>un</strong> 16% desu población (ibíd et al., 1989).En la Cuenca del Mekong, la construcción de grandes presas estáabriendo el cami<strong>no</strong> a <strong>un</strong>a acelerada deforestación en las cabecerasfluviales, provocando importantes procesos erosivos. Ello multiplicala escorrentía, acelera la cinética fluvial y por tanto dispara losriesgos de riadas catastróficas, cuyas consecuencias empiezan ya asufrirse. <strong>Sin</strong> embargo, a pesar de esos procesos de masiva erosión,el posterior colapso de sedimentos en las presas y los masivos trasvasesprevistos hacen temer serios impactos sobre el delta por faltade sedimentos.A raíz de las traumáticas in<strong>un</strong>daciones del Mississipi, enLuisiana, y del Rin en Holanda, a principios de los <strong>no</strong>venta, latradicional prevención de in<strong>un</strong>daciones mediante diques de riberay grandes presas para intensificar la regulación, ha ido cediendoespacio a estrategias basadas en los nuevos enfoques de la ecohidrología.Se trata de devolver espacios de in<strong>un</strong>dación blanda al17


ío, en su cuenca media (haciendo incluso retroceder los diques yaconstruidos), recomponiendo meandros rectificados y repoblandobosques en sotos y riberas. Estrategias, en suma, que buscandispersar la energía de las crecidas, aprendiendo de las dinámicasnaturales, con frecuencia, más eficaces y económicas que los proyectoshidráulicos. Lógicamente, los graves impactos ambientales reseñados anteriormenteestán en la base de <strong>un</strong> sinfín de conflictos y luchas sociales.En contra de lo que a veces se piensa, los focos más activos de lamovilización social por motivos ecológicos, en materia de <strong>agua</strong>s, <strong>no</strong>se están en los países ricos, si<strong>no</strong> en los empobrecidos y en desarrollo.En la mayoría de los casos se trata de luchas por la supervivencia decom<strong>un</strong>idades y pueblos enteros, damnificados por estos desastresecológicos.A finales de los <strong>no</strong>venta, el Banco M<strong>un</strong>dial ante los agudos conflictossuscitados por los proyectos de grandes presas que financiabanen países en desarrollo, propuso a Internacional Rivers Network(IRN) la posibilidad de desarrollar <strong>un</strong> amplio debate, a nivel m<strong>un</strong>dial,sobre la cuestión. La respuesta afirmativa de IRN, como representantede múltiples colectivos de afectados por grandes presas en el m<strong>un</strong>do,permitió poner en marcha la llamada Comisión M<strong>un</strong>dial de Presas(World Commission on Dams-WCD) bajo la presidencia de KaderAsmal, ministro de medio ambiente, por entonces, en el Gobier<strong>no</strong>Sudafrica<strong>no</strong> de Nelson Mandela. Tras dos años de trabajos, en el2000, la comisión presentó su informe final en Londres.En él se valoran las importantes conquistas socioeconómicasconseguidas gracias al desarrollo de grandes obras hidráulicas y serevisan las dramáticas previsiones de diversas instituciones internacionalessobre el crecimiento de la población y del número de sereshuma<strong>no</strong>s sin garantías de acceso a <strong>agua</strong> potable, la crisis alimentariay el crecimiento de las demandas de electricidad en el m<strong>un</strong>do. Enbase a tales previsiones, desde <strong>un</strong> enfoque desarrollista tradicional,parecería necesario perseverar en el desarrollo de nuevas infraestructurasque permitan explotar mayores caudales de ríos, lagos y18


acuíferos. <strong>Sin</strong> embargo, el informe subraya los argumentos claveque cuestionan hoy la validez de las estrategias de oferta, basadasen nuevas grandes obras hidráulicas:– baja eficiencia y problemas de rentabilidad económica;– graves impactos ecológicos y ambientales, con frecuencia irreversibles;– graves impactos sociales y afección a <strong>derecho</strong>s huma<strong>no</strong>s de laspoblaciones.Respecto al primer p<strong>un</strong>to, la evolución de las estructuraseconómicas, tanto a niveles nacionales como a nivel m<strong>un</strong>dial, hagenerado prof<strong>un</strong>dos cambios durante la seg<strong>un</strong>da mitad del siglo XXque conllevan balances coste-beneficio negativos en la mayoría delos grandes proyectos hidráulicos.En lo que se refiere al seg<strong>un</strong>do p<strong>un</strong>to, el informe recoge los argumentose impactos ambientales reseñados anteriormente, haciendoénfasis en sus graves consecuencias socioeconómicas, especialmentesobre las com<strong>un</strong>idades más pobres.Pero es quizás en el último p<strong>un</strong>to donde emergen los datos máschocantes y conmovedores. Tras dos años de trabajo y habiendopodido precisar los metros cúbicos que pueden almacenarse en lascasi 50.000 grandes presas construidas a lo largo del siglo XX, apesar del apoyo recibido por parte de los respectivos gobier<strong>no</strong>s, laComisión manifiesta su impotencia para determinar el número depersonas desplazadas a la fuerza de sus pueblos por la construcciónde esas presas. Se estima, dice el informe, que entre 40 y 80 millonesde personas vieron sus casas y pueblos in<strong>un</strong>dados. A esta estimaciónhay que añadir, <strong>un</strong> número muy superior de desplazados porafección indirecta en el entor<strong>no</strong> de los valles in<strong>un</strong>dados. Tal y comoden<strong>un</strong>cia la Comisión, los impactos socioeconómicos más graveshan recaído sobre las com<strong>un</strong>idades más pobres y sobre los sectoresmás desprotegidos (particularmente mujeres y niños), mientras quelos beneficios generados han ido a parar a sectores ricos y poderosos,así como a territorios alejados más desarrollados.Resulta impresionante la envergadura del drama huma<strong>no</strong>que estos desplazamientos forzados han representado hasta lafecha. <strong>Sin</strong> embargo, resulta aún más impresionante el nivel de19


ig<strong>no</strong>rancia y silencio que se ha mantenido y se mantiene en tor<strong>no</strong>a esta especie de holocausto hidráulico del siglo XX (como suelellamarlo el profesor Martínez Gil). Hablar de «entre cuarenta yochenta millones» equivale a reco<strong>no</strong>cer que <strong>no</strong> sabemos ni hemosquerido saber. Estamos por tanto ante el drama de la invisibilidadde las víctimas.Durante las últimas décadas, la reacción, cada vez más activay masiva de las poblaciones afectadas, ha ido rompiendo el amplioconsenso social que ha mantenido esa mordaza de silencio, másallá de la represión directa (que en ocasiones ha sido y sigue siendobrutal).A<strong>un</strong>que la casuística es muy diversa, en la mayoría de los casos<strong>no</strong>s encontramos con poblaciones rurales pobres, en muchos casoscom<strong>un</strong>idades indígenas, con muy escaso poder político, marginaleso fáciles de marginar, en principio. Para esas com<strong>un</strong>idades, enmuchos casos, lo que está en juego <strong>no</strong> son propiamente <strong>derecho</strong>ssobre el <strong>agua</strong>, si<strong>no</strong> el territorio mismo en el que habitan. En zonasde montaña, donde suelen darse las mejores cerradas para las grandespresas, el recurso más preciado y escaso <strong>no</strong> es el <strong>agua</strong> si<strong>no</strong> las tierrashabitables y cultivables del fondo de valle, que acaban in<strong>un</strong>dando losembalses. En estos casos, se pone en cuestión el <strong>derecho</strong> al territorioy a la existencia misma de las com<strong>un</strong>idades. Más allá de compensacioneseconómicas, más o me<strong>no</strong>s ajustadas a precios de mercado oescamoteadas, debe entenderse que <strong>un</strong> pueblo es mucho más que <strong>un</strong>conj<strong>un</strong>to de casas expropiables. Los valores identitarios, culturalesy emotivos en juego, en éstos y en otros muchos casos, llevan hoya considerar el <strong>derecho</strong> colectivo de los pueblos a su territorio y asus ecosistemas naturales, como <strong>un</strong> <strong>derecho</strong> huma<strong>no</strong>, en el debatesobre la llamada tercera generación de <strong>derecho</strong>s huma<strong>no</strong>s que tienelugar actualmente en las Naciones Unidas.De esta forma, el <strong>derecho</strong> de las com<strong>un</strong>idades a la sostenibilidadde los ecosistemas acuáticos y al territorio que sustentan su existencia,son las claves reivindicativas de la movilización social que ha puestocontra las cuerdas las políticas de <strong>agua</strong> que han estado vigentes alo largo del siglo XX. Políticas basadas en enfoques de gestión derecurso y estrategias de oferta, bajo masiva subvención pública, tanineficientes e irracionales económicamente como insostenibles einjustas, social y ambientalmente.20


Con frecuencia, desde los países en desarrollo, se recela de las políticasque promueven a nivel internacional, objetivos de sostenibilidad,al entenderse que encubren operaciones de los países ricospara controlar nuevos recursos naturales. Operaciones que podríanllegar a cuestionar la soberanía de los países en desarrollo sobre suspropios recursos y territorios… Tal temor <strong>no</strong> es inf<strong>un</strong>dado cuando,en <strong>no</strong>mbre del bien de la humanidad, y desde <strong>un</strong> orden m<strong>un</strong>dialregido por las grandes potencias, se intenta imponer políticas dedesnacionalización de patrimonios naturales, al tiempo que se activanfuertes presiones privatizadoras sobre ellos (bosques, tierras,ríos, <strong>agua</strong>s, patrimonios genéticos…).<strong>Sin</strong> embargo, más allá de las maniobras de las grandes potenciaspara acaparar recursos naturales, lo cierto es que los impactosambientales <strong>no</strong> suelen respetar fronteras. En materia de <strong>agua</strong>s, lascuencas hidrográficas y los acuíferos transfronterizos ofrecen marcosterritoriales de gestión natural de los caudales continentales quetambién desbordan las fronteras políticas. En este tipo de cuencasy acuíferos, <strong>un</strong> reto clave a abordar es el de <strong>un</strong>a gestión ecosistémicacompartida, desde adecuados acuerdos y leyes internacionales justas,bajo la garantía de organizaciones supranacionales, cuando me<strong>no</strong>sde carácter regional.Naciones Unidas (NN UU) tiene ante sí el reto de crear institucionesinternacionales que puedan supervisar esa gestión transfronterizacompartida. <strong>Sin</strong> embargo, para que tales instituciones puedan existir,es necesario suscitar <strong>un</strong> orden global multilateral y democrático, delque todavía estamos lejos. Sólo desde <strong>un</strong>as NN UU democratizadas,que globalicen garantías para los más débiles e impongan reglas ylímites justos a las ambiciones de los más poderosos, se puede aspirara promover, desde la mutua confianza, tales instituciones.En todo caso, cuando me<strong>no</strong>s, es necesario que la cuestiónentre en la agenda de los acuerdos e instituciones internacionalesde carácter regional. Tal sería el caso de MERCOSUR, a la hora degestionar conflictos en cuenca internacionales como la surgida enla cuenca del Plata entre Argentina y Uruguay a propósito de laindustria papelera.La UE <strong>no</strong>s ofrece <strong>un</strong> ejemplo muy positivo en este campo. Dehecho, la nueva Directiva Marco de Aguas, aprobada en el año 2000,21


exige promover instituciones transnacionales en las cuencas transfronterizaseuropeas, con el fin de organizar <strong>un</strong>a gestión sostenibley equitativa de los ecosistemas fluviales.Desgraciadamente, el modelo de globalización en curso <strong>no</strong>constituye <strong>un</strong> modelo democrático, globalizador de <strong>derecho</strong>s huma<strong>no</strong>sy ciudada<strong>no</strong>s. Por el contrario, las política de la OMC y delBanco M<strong>un</strong>dial (BM), se centran en ampliar las fronteras del libremercado, transformando en espacio de negocio el medio ambientey los servicios públicos más básicos.Hoy se puede afirmar que tal política, <strong>no</strong> sólo ha resultadoineficaz a la hora de reducir los gradientes de inequidad y pobreza,si<strong>no</strong> que, en particular, en materia de <strong>agua</strong>s, lejos de garantizar elacceso a <strong>agua</strong>s salubres a los más pobres, ha contribuido a fragilizary empeorar su situación. Y es que, desde la lógica del libre mercado,los pobres n<strong>un</strong>ca han sido <strong>un</strong> buen negocio.Podríamos decir que asistimos a <strong>un</strong>a paradójica esquizofreniaen las políticas de <strong>agua</strong>s de las instituciones financieras internacionales.Por <strong>un</strong> lado, en <strong>no</strong>mbre de la eficiencia económica, sepromueve la liberalización y privatización de los servicios públicosde <strong>agua</strong> y saneamiento, por otro, el BM recupera sus líneas definanciación de grandes obras hidráulicas, aún siendo conscientede su irracionalidad e ineficiencia económica. De esta forma, altiempo que se glorifica el mercado, se condena el proteccionismopúblico en países en desarrollo y se abren espacios de negocio alos grandes operadores transnacionales, se reimpulsan las viejasestrategias de oferta, bajo masiva financiación y subvención públicas,beneficiando a grandes empresas transnacionales y gruposde presión nacionales, sobre la base de cargar la deuda pública deesos países.Durante las dos últimas décadas, en este confuso y convulsomarco internacional, se han levantado grandes movimientos contrala privatización y la comercialización de los servicios de <strong>agua</strong> ysaneamiento, al tiempo que se ha reforzado la movilización contrala financiación pública (con fondos del BM) de mega proyectoshidráulicos que atentan contra los <strong>derecho</strong>s huma<strong>no</strong>s de las poblacionesafectadas y que agravan la crisis de insostenibilidad de losecosistemas acuáticos continentales.22


Como ya se ha explicado, la crisis de insostenibilidad de los ecosistemasacuáticos y la quiebra del ciclo hidrológico <strong>no</strong>s han llevadoa <strong>un</strong>a creciente escasez de recursos de calidad, generando gravesconsecuencias de salud pública, especialmente en las com<strong>un</strong>idades,pueblos y países más pobres. Estos problemas y la evidente ineficienciade los modelos de gestión pública tradicionales obligan apensar en nuevos modelos de cara al futuro.La necesidad de considerar el <strong>agua</strong> como <strong>un</strong> activo eco-social(donde la raíz «eco» expresa al tiempo valores económicos y ecológicos),y <strong>no</strong> simplemente como <strong>un</strong> puro input productivo, resultacada vez más evidente. Cambiar este enfoque conceptual implica endefinitiva pasar, de considerar el <strong>agua</strong> como <strong>un</strong> simple recurso (subvencionadoo <strong>no</strong>), a <strong>un</strong> enfoque de gestión ecosistémica, sin dudamucho más complejo. La Directiva Marco de Aguas (DMA), vigentedesde finales de 2000 en la UE, promueve este nuevo enfoque.Al igual que cualquiera entiende la necesidad de pasar de lagestión maderera (gestión de recurso) a enfoques más complejos degestión forestal (gestión ecosistémica), resulta cada vez más evidentela necesidad de <strong>un</strong> cambio similar en materia de <strong>agua</strong>s. Recuperary conservar el buen estado ecológico de ríos, lagos y humedales es,de hecho, el objetivo central de la DMA. No sólo se trata de preservarla calidad físico-química de las <strong>agua</strong>s (como recurso), si<strong>no</strong> decuidar la salud de los hábitats acuáticos y ribereños, garantizando<strong>un</strong> régimen adecuado de caudales con los correspondientes flujossólidos y de nutrientes.A pesar de la consistencia del enfoque ecosistémico, y de sucreciente implantación en la legislación de los países más avanzados,los enfoques productivistas y de gestión de recurso mantienen su influencia.Desde la coherencia neoliberal del modelo de globalizaciónen curso, lejos de cuestionar estos enfoques se viene proponiendo supotenciación «racionalizándolos» mediante políticas de liberalización,desregulación y privatización. Tales enfoques, j<strong>un</strong>to a la concepciónde los servicios urba<strong>no</strong>s de abastecimiento como simples servicioseconómicos, vienen inspirando fuertes presiones, como respuesta alos problemas de ineficiencia en la gestión pública. La absoluta dependenciade todos respecto a estos servicios básicos (que hace ineludiblela disposición al pago), j<strong>un</strong>to a la creciente escasez de <strong>agua</strong>s de calidad,23


han ido haciendo atractivo el sector como espacio de negocio. Estatendencia tiene sin duda su expresión más relevante en las políticasdel BM y de la OMC, al condicionar sus créditos en esta materia, a laprivatización de los servicios urba<strong>no</strong>s de abastecimiento y saneamiento,en las grandes ciudades de los países en desarrollo.Reducir los valores en juego al valor del <strong>agua</strong>, como puro recurso,favorece las presiones desreguladoras y refuerza la lógica económicade mercado. <strong>Sin</strong> embargo, asumir como base de la gestión de <strong>agua</strong>sel principio de sostenibilidad, desde <strong>un</strong> enfoque ecosistémico, exigereforzar la responsabilidad pública en esta materia. La complejidadde valores y <strong>derecho</strong>s, presentes y futuros, que se ponen en juegodesde este enfoque, j<strong>un</strong>to a la imposibilidad de parcelarlos paraapropiarlos, hacen del mercado <strong>un</strong>a herramienta demasiado simplee insensible a muchos de esos valores.Por otro lado, más allá del reto de la sostenibilidad, emergencada vez con más fuerza problemas éticos vinculados a principios,como el de equidad o el del <strong>derecho</strong> a la vida, que <strong>no</strong>s plantean lanecesidad de <strong>un</strong>a reflexión más prof<strong>un</strong>da en tor<strong>no</strong> a las f<strong>un</strong>cionesdel <strong>agua</strong>, los valores y los <strong>derecho</strong>s en juego. La ciencia económica ha ido emborronando conceptualmente dostérmi<strong>no</strong>s, heredados por el castella<strong>no</strong> del griego, que Aristótelesdistinguía con precisión: «eco<strong>no</strong>mía» y «crematística». Para Aristótelesla «eco<strong>no</strong>mía» era el arte de administrar los bienes de lacasa, mientras que la «crematística» se ocupaba sólo de <strong>un</strong>a partede esos bienes: los de mercado, que podían valorarse en dinero. Sien la definición aristotélica de eco<strong>no</strong>mía sustituyéramos el térmi<strong>no</strong>«casa» por el de «planeta», obtendríamos <strong>un</strong>a buena definición dela moderna eco<strong>no</strong>mía ecológica.Siguiendo este enfoque conceptual, son cada vez más los eco<strong>no</strong>mistasque den<strong>un</strong>cian el error que supone mercantilizar los bienesambientales, como puros inputs económicos. Daly, en concreto,razona así:Alg<strong>un</strong>os argumentan que el capital hecho por los huma<strong>no</strong>s y elcapital natural son bienes sustituibles <strong>un</strong>o por otro de manera que24


la idea de factor limitante (para la producción) es irrelevante. <strong>Sin</strong>embargo, creo que está bastante claro para el sentido común queel capital hecho por los huma<strong>no</strong>s y el capital natural son esencialmentecomplementarios y sólo marginalmente sustitutivos.El enfoque mercantil, aplicado a la gestión de <strong>agua</strong>s y de serviciosbásicos, de los que depende la salud y la vida de las com<strong>un</strong>idades,viene evidenciándose como <strong>un</strong> error. El <strong>agua</strong> es ciertamente <strong>un</strong>elemento bien definido: H 2O. <strong>Sin</strong> embargo, sus f<strong>un</strong>ciones son diversas;y lo que es más importante, están relacionadas con rangoséticos y categorías de valor diferentes, alg<strong>un</strong>os de los cuales <strong>no</strong> songestionables mediante simples relaciones económicas de cambio, al<strong>no</strong> ser sustituibles, de forma consistente, por bienes de capital. Porello, es f<strong>un</strong>damental distinguir las diversas categorías de valor y de<strong>derecho</strong> que se relacionan con ellas, en orden a establecer prioridadesy criterios de gestión adecuados (Arrojo, 2005).– El <strong>agua</strong>-vida: en f<strong>un</strong>ciones básicas de supervivencia, tanto de losseres huma<strong>no</strong>s, como de los demás seres vivos en la naturaleza,debe ser reco<strong>no</strong>cida y priorizada de forma que se garantice lasostenibilidad de los ecosistemas y el acceso de todos a cuotasbásicas de <strong>agua</strong>s de calidad, como <strong>un</strong> <strong>derecho</strong> huma<strong>no</strong>.– El <strong>agua</strong>-ciudadanía: en actividades de interés general, f<strong>un</strong>cionesde salud y cohesión social (como los servicios urba<strong>no</strong>s de <strong>agua</strong> ysaneamiento), debe situarse en <strong>un</strong> seg<strong>un</strong>do nivel de prioridad,en conexión con los <strong>derecho</strong>s de ciudadanía y con el interésgeneral de la sociedad.– El <strong>agua</strong>-crecimiento: en f<strong>un</strong>ciones económicas, ligadas a actividadesproductivas, debe reco<strong>no</strong>cerse en <strong>un</strong> tercer nivel deprioridad, en conexión con el <strong>derecho</strong> individual de cada cuala mejorar su nivel de vida. Ésta es, de hecho, la f<strong>un</strong>ción en laque se usa la mayor parte del <strong>agua</strong> extraída de ríos y acuíferos,siendo clave en la generación de los problemas más relevantesde escasez y contaminación en el m<strong>un</strong>do.– El <strong>agua</strong>-delito: cada vez son más los usos productivos del <strong>agua</strong>sobre bases ilegítimas, cuando <strong>no</strong> ilegales (vertidos contaminantes,extracciones abusivas…). Tales usos deben ser evitadosy perseguidos mediante la aplicación rigurosa de la ley.25


En el ámbito del <strong>agua</strong>-vida, tratándose de <strong>derecho</strong>s huma<strong>no</strong>s, laprioridad máxima de gobier<strong>no</strong>s e instituciones internacionales debeser garantizarlos con eficacia. El argumento de la falta de recursosfinancieros resulta injustificable, incluso para los gobier<strong>no</strong>s de paísesempobrecidos; y con mayor razón para los gobier<strong>no</strong>s de los paísesmás ricos e instituciones internacionales como el BM. Al fin y al cabo,la «revolución de la fuente pública, potable y gratuita, en la plaza,cerca de casa…» fue desarrollada en mucho países (como el nuestro),cuando eran realmente pobres y ni siquiera existía el BM. El reto <strong>no</strong>fue financiero, si<strong>no</strong> político. Se asumió la responsabilidad públicadel <strong>agua</strong> potable y gratuita en la fuente, como máxima prioridadde la com<strong>un</strong>idad y del Estado; antes incluso que la primera farolay que el asfalto de la calle o de la carretera.Cuando se trata de usos relacionados con actividades de interésgeneral, como los servicios domiciliarios de <strong>agua</strong> y saneamiento, másallá del acceso a esas cuotas básicas que deben considerarse como<strong>un</strong> <strong>derecho</strong> huma<strong>no</strong> (la fuente pública), el objetivo central debe sergarantizarlos a todos, ricos y pobres, bajo criterios de máxima eficienciasocioeconómica. Los principios de equidad y cohesión social,vinculados a <strong>derecho</strong>s de ciudadanía, deben ser promovidos desdela f<strong>un</strong>ción pública. <strong>Sin</strong> embargo, en este caso, j<strong>un</strong>to a los <strong>derecho</strong>sde ciudadanía, deben explicitarse los correspondientes deberes deciudadanía. La aplicación de adecuados modelos tarifarios debeincentivar esa eficiencia socioeconómica, promover actitudes individualesy colectivas responsables, así como garantizar la recuperaciónde costes desde criterios sociales redistributivos.<strong>Sin</strong> embargo, la mayor parte de los caudales extraídos de ríos yacuíferos, <strong>no</strong> cubren f<strong>un</strong>ciones básicas de sostén de la vida, ni sustentanservicios de interés general, si<strong>no</strong> que se dedican a actividadesproductivas. Tales actividades, siendo en su mayoría legítimas, <strong>no</strong>deben caracterizarse como de interés general, y me<strong>no</strong>s vincularsea <strong>derecho</strong>s huma<strong>no</strong>s o ciudada<strong>no</strong>s. Para este tipo de usos, en lamedida que los objetivos son estrictamente económicos, se debenaplicar criterios de racionalidad económica, basados en el principiode recuperación de costes. Se trata, en definitiva, de que cada usuarioresponda económicamente del <strong>agua</strong> que usa, como recurso escaso,sin que en este caso existan razones para introducir subvencionesdirectas ni cruzadas.26


La estrategia privatizadora del BM y de la OMC ha pasado y pasa porla «a<strong>no</strong>rexización» y progresiva desactivación de la f<strong>un</strong>ción públicaa todos los niveles, desde el internacional, al local, pasando por elnacional, para dejar mayores espacios a la gestión basada en el libremercado. Bajo esta presión, se vienen degradando las tradicionalesf<strong>un</strong>ciones del Estado y de las instituciones públicas en general, comoimpulsores de valores de justicia y cohesión social. La deslegitimaciónde la f<strong>un</strong>ción pública, como fuente de ineficiencia, opacidad yautoritarismo, lleva a presentar las políticas liberalizadoras y desreguladorascomo alternativas de modernidad, flexibilidad, eficienciay racionalidad económica.Desde este enfoque, el acceso <strong>un</strong>iversal a servicios básicos deinterés general, como los servicios de <strong>agua</strong> y saneamiento (u otroscomo la sanidad o la educación), tradicionalmente asumidos como<strong>derecho</strong>s de ciudadanía en el llamado «Estado del Bienestar», pasaa considerarse <strong>un</strong>a interferencia del estado que en el ámbito de losservicios económicos que deben ser accesibles a quienes puedan yestén dispuestos pagarlos.La privatización de la gestión de los servicios públicos de <strong>agua</strong>y saneamiento en las grandes ciudades de países empobrecidos oen desarrollo (la privatización de la gestión en pequeñas ciudades yzonas rurales <strong>no</strong> interesa a los grandes operadores), bajo las presionesdel BM, han suscitado <strong>un</strong>a fuerte reacción social, especialmenteen las com<strong>un</strong>idades y sectores más pobres. Esta reacción, ha hechofracasar estas políticas en muchos países (especialmente en AméricaLatina), motivando <strong>un</strong> giro en las estrategias de los grandesoperadores. En los últimos años, la preferencia por los llamados«mercados <strong>no</strong> regulados» (<strong>un</strong>regulated markets) ha dejado paso a lapredilección por los llamados «mercados fiables» (reliable markets),que se ofrecen principalmente en los países de la Europa Oriental,incluida Rusia.Dos son los principales argumentos empleados para justificarlas políticas desreguladoras y privatizadoras en este sector:– Se supone que el sector privado aportará las inversiones necesarias,de las que la Administración Pública carece.27


– Se supone que la libre competencia debe promover mayoresniveles de eficiencia y <strong>un</strong> mayor control de los usuarios medianteel ejercicio de sus <strong>derecho</strong>s como clientes.Lo cierto es que la política expansiva de los grandes operadorestransnacionales, en su mayoría europeos, hacia países en desarrollo,<strong>no</strong> se ha distinguido por grandes inversiones privadas en el desarrollode redes e infraestructuras básicas en dichos países. Argentina, el paísen el que se inició la experiencia privatizadora de la gestión urbanade <strong>agua</strong>s en América Latina (al margen del caso, muy específico,chile<strong>no</strong>), constituye <strong>un</strong> claro ejemplo al respecto. Los grandes operadoresapenas aportaron <strong>un</strong>a mínima proporción de las inversionesrealizadas durante estos años que, en su mayor parte, siguieron siendopúblicas. La estrategia empresarial de esos operadores siempre haconsiderado arriesgado y de escasa rentabilidad, realizar inversionesmasivas en infraestructuras básicas. Por ello, en la mayoría de loscasos, el proceso de privatización sólo ha desbloqueado créditosdel BM que, a<strong>un</strong>que se cargan sobre la deuda pública del país, segestionan a través del operador privado.El seg<strong>un</strong>do argumento, que en otros servicios públicos puederesultar válido, <strong>no</strong> lo es en éste. Ante todo, es preciso subrayar que <strong>no</strong>sencontramos ante lo que se de<strong>no</strong>mina <strong>un</strong> «mo<strong>no</strong>polio natural» que,al privatizarse, a lo sumo, admite <strong>un</strong> proceso de competencia «por elmercado», pero <strong>no</strong> «en el mercado». Es decir, a lo más que se puedeaspirar es a la efímera competencia que se genera en <strong>un</strong> concursopúblico. Una vez concesionado, el servicio pasa a ser gestionado enrégimen de mo<strong>no</strong>polio privado por largas décadas, en condicionesdifícilmente revisables y rescindibles. En este contexto, lo que sueleocurrir, en la práctica, es que se reduce la competencia. En efecto,cuando la gestión es m<strong>un</strong>icipal, o se hace desde <strong>un</strong>a empresa públicalocal o regional, la adquisición de nuevas tec<strong>no</strong>logías, los trabajos demantenimiento y modernización, así como otras múltiples accionesespecíficas, suelen ser contratadas acudiendo al mercado, dondecompiten multitud de pequeñas y medianas empresas altamenteespecializadas. <strong>Sin</strong> embargo, cuando el servicio queda adjudicadoa alg<strong>un</strong>a de las grandes transnacionales que dominan el sector, elllamado «mercado de inputs sec<strong>un</strong>darios» (en el que suele radicarmás volumen de negocio que en la gestión misma del servicio) suele28


quedar bloqueado y blindado a la competencia, en la medida queestas empresas disponen de sus propios recursos para cubrir talesnecesidades. El resultado final, paradójicamente, es que se reducela competencia de mercado.En cuanto al control de los ciudada<strong>no</strong>s sobre el operador, através de sus <strong>derecho</strong>s como clientes, tampoco f<strong>un</strong>ciona en este caso.Al respecto, debemos recordar que tales <strong>derecho</strong>s suelen ejercersecambiando de proveedor, en caso de descontento. <strong>Sin</strong> embargo, eneste caso, como ya se ha explicado, esto <strong>no</strong> es posible, ya que se tratade <strong>un</strong> mo<strong>no</strong>polio natural.La pretendida transparencia del mercado frente a la opacidad dela gestión pública es más <strong>un</strong> mito que <strong>un</strong>a realidad, especialmentecuando se trata de gestionar <strong>un</strong> mo<strong>no</strong>polio natural, como es el caso.No debe olvidarse que la gestión privada se ve legalmente protegida,como es natural, por el <strong>derecho</strong> a la privacidad en la información.El que existan problemas de opacidad administrativa, burocraciae incluso corrupción, <strong>no</strong> se resuelve privatizando laadministración pública, si<strong>no</strong> democratizándola. De hecho, enlos países donde estos problemas degradan la vida pública hastaniveles escandalosos, la entrada de operadores privados, lejos deresolverlos, ha tendido a agravarlos, realimentando la lógica delsistema que les acoge.Hoy, incluso en los países con democracias avanzadas, comoocurre en la UE, está vigente el reto de promover reformas de la f<strong>un</strong>ciónpública, que impulsen nuevos modelos de gestión participativa,en los que se garantice la transparencia y <strong>un</strong>a sana competencia através de la información y del contraste público con otros serviciosanálogos. En definitiva, donde la competencia de mercado <strong>no</strong> puedeser operativa, se trata de impulsar la competencia a través de lainformación en lo que se co<strong>no</strong>ce como benchmarking.Pero, lógicamente, los problemas éticos y políticos más gravesemergen en contextos de pobreza, cuando cambiar de ser ciudada<strong>no</strong>a ser cliente equivale a perder <strong>derecho</strong>s básicos que el mercado nireco<strong>no</strong>ce ni tiene por qué reco<strong>no</strong>cer. A este respeto, son oport<strong>un</strong>aslas palabras de Vi<strong>no</strong>d Thomas, director del Banco M<strong>un</strong>dial en Brasil:«Cuando hay riesgo de que se genere <strong>un</strong> mo<strong>no</strong>polio privado,es mejor dejar los servicios en ma<strong>no</strong>s del Estado…» (Folha de SaoPaulo; 21 de septiembre de 2003).29


En materia de servicios básicos, la clave está en promovernuevos modelos de gobernabilidad transparente y participativa. Amenudo se conf<strong>un</strong>den los térmi<strong>no</strong>s, desregulación y privatización.Desde la base de asumir la responsabilidad pública sobre este tipode servicios, cabe sin duda, entre otras muchas, la opción de concesionarla gestión de los servicios en cuestión, pero bajo estrictascondiciones de regulación pública que garanticen <strong>un</strong> control efectivode los mismos. No son estas las condiciones en las que el BM vieneimpulsando la privatización en países en desarrollo. Las presionesdesreguladoras que operan, tanto a nivel m<strong>un</strong>dial como en el entor<strong>no</strong>europeo, requieren <strong>un</strong> amplio y prof<strong>un</strong>do debate público,siguiendo el concepto de participación proactiva, asumido por laUE a raíz de la firma de la Convención de Aarhus. La decisión deprivatizar este tipo de servicios <strong>no</strong> debe decidirse como <strong>un</strong> as<strong>un</strong>toadministrativo más en los despachos de alcaldía o de los equipos degobier<strong>no</strong> a nivel regional o estatal. Incluso el debate en plenariosm<strong>un</strong>icipales o parlamentarios resulta insuficiente. En la medida quese trata de decisiones que afectan a <strong>derecho</strong>s ciudada<strong>no</strong>s, e inclusoa <strong>derecho</strong>s huma<strong>no</strong>s, por períodos de varias décadas, tal y comorecomienda la Declaración Europea por la Nueva Cultura del Agua,sería necesario abrir amplios debates públicos que culminen, en sucaso, en referéndum.Hoy, más allá del reco<strong>no</strong>cimiento formal tradicional del dominiopúblico sobre las <strong>agua</strong>s y los ecosistemas hídricos, <strong>no</strong>s encontramosante la necesidad de reflexionar sobre los retos que imponen, tanto elnuevo paradigma de sostenibilidad, como la obligación de garantizarel acceso al <strong>agua</strong> potable como <strong>derecho</strong> huma<strong>no</strong>, y la necesidad dedesarrollar <strong>derecho</strong>s de ciudadanía global, que incluyan los serviciosdomiciliarios de <strong>agua</strong> y saneamiento.Asumir en materia de gestión de <strong>agua</strong>s los principios de equidadinter e intrageneracional, refuerza la necesidad de replantear eldominio y la gestión pública o com<strong>un</strong>itaria sobre los ecosistemashídricos y los acuíferos, desde nuevos enfoques que garanticen, por<strong>un</strong> lado, la prioridad de sus f<strong>un</strong>ciones de vida y los <strong>derecho</strong>s huma<strong>no</strong>s,y por otro lado, los <strong>derecho</strong>s de las generaciones futuras. Peroal tiempo, garantizar <strong>derecho</strong>s de ciudadanía básicos, como el accesoa servicios domiciliarios de <strong>agua</strong> y saneamiento de calidad, exigeincentivar la responsabilidad ciudadana y la eficiencia ecosocial en30


la gestión del <strong>agua</strong>-ciudadanía, diseñando y desarrollando nuevosmodelos de gestión pública participativa.Más allá de los conflictos derivados de la oposición social a losprocesos de privatización, se abre <strong>un</strong> frente conflictivo, o cuandome<strong>no</strong>s polémico, en el ámbito tarifario de la propia gestión pública.La llamada «guerra del <strong>agua</strong>» de Barcelona fue <strong>un</strong> ejemplo paradigmáticoal respecto. Asumir que los <strong>derecho</strong>s de ciudadanía deben irindisolublemente <strong>un</strong>idos a los correspondientes deberes de ciudadaníaexige <strong>un</strong> cambio cultural y sociopolítico <strong>no</strong>table, especialmenteen el m<strong>un</strong>do lati<strong>no</strong>. Tal cambio <strong>no</strong> puede conseguirse por decreto,si<strong>no</strong> que exige <strong>un</strong> amplio proceso de sensibilización, concienciacióny responsabilidad ciudadana que sólo puede desarrollarse desde <strong>un</strong>proceso de participación ciudadana proactiva.Podemos concluir, en definitiva, que la conflictividad suscitadapor las presiones privatizadoras del modelo neoliberal promovidopor las instituciones económico-financieras internacionales tienesu eje clave de resolución en el diseño y desarrollo de nuevos modelosde gobernabilidad participativa desde los ámbitos locales yregionales, en <strong>un</strong> marco de globalización que debe garantizar los<strong>derecho</strong>s huma<strong>no</strong>s y desarrollar la condición de ciudadanía globalque propone la Carta de la Tierra. <strong>Sin</strong> embargo, difícilmente se conseguirá esa gobernabilidad participativay sostenible si <strong>no</strong> se aclara el modelo de gestión a aplicar al<strong>agua</strong>-crecimiento, que <strong>no</strong> olvidemos, genera la mayor parte de losconsumos y de los procesos de contaminación.Ante todo es preciso aclarar que <strong>no</strong> todas las actividades productivasdeben considerarse como simples negocios. <strong>Sin</strong> duda, enmuchos lugares del m<strong>un</strong>do, determinadas actividades agropecuarias,vinculadas a <strong>derecho</strong>s ancestrales o históricos sobre recursos hídricos,son esenciales para el sostenimiento de com<strong>un</strong>idades indígenas otradicionales, y por tanto deben protegerse como usos y <strong>derecho</strong>svinculados al ámbito del <strong>agua</strong>-vida.En países desarrollados, existen también actividades económicasque generan beneficios socioambientales <strong>no</strong> valorados por el mercadoy que, sin duda, merecen el reco<strong>no</strong>cimiento de la sociedad como31


actividades económicas de interés general. Redefinir el concepto deinterés general es por tanto urgente, y particularmente relevante enlo que se refiere a la gestión de <strong>agua</strong>s en la agricultura en los paísesdel ámbito mediterráneo.Una vez delimitado el espacio específico que correspondería alas actividades económicas de interés general, resulta evidente que lamayor parte de los caudales detraídos de ríos y acuíferos tienen porobjeto posibilitar actividades productivas, perfectamente integradasen el marco económico vigente. El <strong>derecho</strong> que debe amparar la concesiónde tales caudales <strong>no</strong> es otro que el que se deriva de la legítimaaspiración de cada cual a ser mañana más rico que hoy, mejorandosu nivel de vida. <strong>Sin</strong> embargo, resulta obvio que el ejercicio de tal<strong>derecho</strong> en ningún caso puede anteponerse al interés general de lasociedad ni debe poner en peligro <strong>derecho</strong>s huma<strong>no</strong>s o ciudada<strong>no</strong>s,como ha ocurrido y ocurre con frecuencia.Por otro lado, en este tipo de usos, <strong>no</strong> existe razón alg<strong>un</strong>a quejustifique la subvención del <strong>agua</strong>, de la misma forma que <strong>no</strong> sesubvenciona la madera al carpintero, ni el gasóleo a la compañía detransporte. La escasez de <strong>agua</strong> para el crecimiento <strong>no</strong> puede entendersecomo <strong>un</strong>a desgracia o tragedia a evitar, si<strong>no</strong> como <strong>un</strong>a realidada gestionar, inherente a cualquier bien económico, por definiciónútil y escaso. En este caso, es preciso aplicar criterios de racionalidadeconómica, en estrecha vinculación con el contexto de relaciones demercado desde el que se gestionan las actividades productivas queemplean el <strong>agua</strong> en cuestión.A menudo se tiende a sobreentender que promover la racionalidadeconómica implica asumir modelos de gestión de mercado.En este caso, sin embargo, la complejidad de los valores agestionar, la sistemática interacción entre las diversas f<strong>un</strong>cionesdel <strong>agua</strong>, los impactos sobre terceros, y sobre todo la necesidad deaplicar los principios éticos de equidad intra e intergeneracionalreiteradamente mencionados, hacen del mercado <strong>un</strong>a herramientademasiado simple e insensible a muchos de los valores en juego.Por ello, debemos aplicar lógicas económicas más complejas yadecuados marcos de regulación pública que, más allá de garantizarlas prioridades explicadas, permitan flexibilizar el modeloconcesional vigente, así como asumir el principio de recuperacióníntegra de costes.32


<strong>Sin</strong> duda, aplicar estos criterios de racionalidad económica en lagestión del <strong>agua</strong>-crecimiento suscitará fuertes resistencias en múltiplessectores económicos, beneficiados hasta la fecha por las tradicionalespolíticas «de oferta», bajo masiva subvención pública. Se hace necesario,por tanto, <strong>un</strong> amplio y paciente proceso de concienciación socialen esta materia, que permita discernir tales usos y <strong>derecho</strong>s de losligados al <strong>agua</strong>-vida y al <strong>agua</strong>-ciudadanía. Sólo así podrá entendersela coherencia social y ética de este enfoque, evitando la tradicionalmanipulación del concepto del «interés general» y de «lo público»para en última instancia beneficiar intereses privados. ABRAMOVITZ, J. N. (1996), «Aguas amenazadas, futuro empobrecido:el declive de los ecosistemas de <strong>agua</strong> dulce». Cuader<strong>no</strong>sWorldwatch, Bakeaz, Bilbao.ADAMS, W. M. (1992), Wasting the Rain: Rivers, People and Planningin Africa, Earthscan, Londres.ARROJO, P. (2005), El reto ético de la nueva cultura del <strong>agua</strong>: f<strong>un</strong>ciones,valores y <strong>derecho</strong>s en juego, Paidós. Barcelona.CEBRAC; WWF (1994), «Paraná-Par<strong>agua</strong>y Waterway: Who Paysthe Bill?» Executive Summary de la F<strong>un</strong>daçao Centro Brasileirode Referencia e Apoio Cultural (CEBRAC) y World Wildelife F<strong>un</strong>d(WWF), Brasilia. Septiembre.FNCA (2005), Declaración Europea por la Nueva Cultura del Agua.F<strong>un</strong>dación Nueva Cultura del Agua (Edt.). Zaragoza.GOULDING, M. (1995), «Flooded Forests and the Amazon»; ScientificAmerican, marzo.HILL, M. T.; HILL, S. A. (1995), «Summary of fisheries resourcesand Projects in the Mekong River»; trabajo presentado en elseminario Mekong: Seminario Internacional para el DesarrolloSostenible Mediante la Cooperación; en Washington DC, <strong>no</strong>viembre-diciembre.HUBBEL, D. (1994), «Thailands Pak M<strong>un</strong> Dam: A Case Study»;World Rivers Review, último trimestre.IBID; MILLIMAN, J.D.; BROADUS, J.M.; GABLE, F. (1989), «Environmentaland Eco<strong>no</strong>mic Implications of Rising Sea Level»;Ambio, volumen 18, nº 6.33


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II. APUNTES SOBRE EL PROCESODE MERCANTILIZACIÓN DEL AGUA:UN EXAMEN DE LA PRIVATIZACIÓNEN PERSPECTIVA HISTÓRICAJosé Esteban Castro*El proceso de mercantilización de los elementos de la naturaleza yde las relaciones sociales es la característica central de la expansión yconsolidación de formas capitalistas de organización social, <strong>un</strong> procesode muy largo plazo y que a pesar de su avance arrollador a nivel globaltambién tiene tropiezos e incluso retrocesos. El caso del <strong>agua</strong> presenta<strong>un</strong> ejemplo muy interesante, bastante claro también, de esta complejidadque caracteriza al proceso de mercantilización, en perspectivahistórica. Una pequeña aclaración: hablamos de mercantilización, locual <strong>no</strong> debe conf<strong>un</strong>dirse con la aplicación de principios económicos,como la asignación de precios a la gestión del <strong>agua</strong>, algo que muchasveces <strong>no</strong> se distingue en estas discusiones. Mercantilización, en estecontexto, hace referencia a la circulación del <strong>agua</strong> como <strong>un</strong> bien privadocuyo valor de cambio incluye <strong>un</strong>a ganancia que es apropiada por<strong>un</strong> agente privado quien detenta el <strong>derecho</strong> de propiedad. El ejemplomás <strong>no</strong>table contemporáneamente lo constituye el <strong>agua</strong> embotelladao envasada, que con muy pocas excepciones (como puede ser el casode <strong>un</strong>a empresa pública que produzca <strong>agua</strong> envasada pero <strong>no</strong> con<strong>un</strong> objetivo mercantil), circula precisamente como <strong>un</strong>a mercancía«producida» por empresas privadas.Por <strong>un</strong>a parte, y particularmente a partir de fines del siglo XVIII,alg<strong>un</strong>os usos del <strong>agua</strong>, como por ejemplo el <strong>agua</strong> distribuida para* Catedrático en sociología en la Universidad de Newcastle, Rei<strong>no</strong> Unido.35


uso doméstico en los barrios pudientes de ciudades europeas comoLondres, tomaron crecientemente la forma de <strong>un</strong> bien suministradopor <strong>un</strong> agente privado que presta el servicio de recolección y distribucióndel <strong>agua</strong> en base a principios mercantiles: el <strong>agua</strong> distribuidapor estas empresas es sólo para quien puede pagar el servicio, que enconsecuencia asume el carácter de bien privado. Por supuesto, <strong>un</strong>opuede encontrar en la historia muchos ejemplos previos en los queciertos usos del <strong>agua</strong> estaban sujetos a <strong>un</strong> tratamiento similar, pero apartir de fines del siglo XVIII tenemos <strong>un</strong> salto de carácter cualitativoy cuantitativo en relación a la mercantilización del <strong>agua</strong>, y <strong>no</strong> sólo enrelación al uso doméstico que he dado aquí solamente como ejemplo.Un autor que ha registrado este proceso con bastante claridades Jean-Pierre Goubert. 1 <strong>Sin</strong> embargo, y por otra parte, este procesode mercantilización ha enfrentado obstáculos poderosos de tal modoque, incluso a comienzos del siglo XXI, <strong>un</strong>a proporción substancialde los usos del <strong>agua</strong> a nivel global continúa siendo <strong>no</strong> mercantil, alme<strong>no</strong>s <strong>no</strong> directamente. Es decir, a<strong>un</strong>que el <strong>agua</strong> entre como componenteen <strong>un</strong> gran número de procesos de mercantilización, porejemplo en los productos de agricultura de exportación o en otrosproductos de alto consumo de <strong>agua</strong>, la organización de la gestión deeste elemento y su transformación en <strong>un</strong> recurso productivo siguesiendo en gran medida <strong>un</strong> proceso <strong>no</strong> mercantil, <strong>no</strong> sujeto, o sujetomuy parcialmente, a las leyes del mercado. De hecho, en muchoslugares las empresas productoras ni siquiera pagan por extraer el <strong>agua</strong>de las fuentes o pagan precios que <strong>no</strong> reflejan su valor y en muchoscasos la propia extracción del <strong>agua</strong> <strong>no</strong> está controlada ni regulada.Este problema es objeto de <strong>un</strong> largo debate a nivel internacional, yalg<strong>un</strong>os sectores proponen que la solución a este problema se lograríatratando al <strong>agua</strong> como <strong>un</strong> bien económico, a través del mercado, porejemplo creando mercados f<strong>un</strong>dados en <strong>derecho</strong>s privados de extracciónde <strong>agua</strong> que puedan ser intercambiados como cualquier otramercancía. <strong>Sin</strong> embargo, en la mayor parte de los casos estos intentosde mercantilizar la gestión de las fuentes de <strong>agua</strong> sigue tropezando cone<strong>no</strong>rmes obstáculos y en general han fracasado, como lo demostró1. The Conquest of Water. The Advent of Health in the Industrial Age, Cambridgey Oxford: Polity Press y Basil Blackwell, 1986.36


elocuentemente Carl Bauer para el caso chile<strong>no</strong>, <strong>un</strong> caso que se hapresentado a nivel internacional como <strong>un</strong> supuesto ejemplo exitosode mercantilización eficiente de las fuentes de <strong>agua</strong>. 2Si bien es verdad que en ciertos usos del <strong>agua</strong>, claramente enla mayor parte de los casos de <strong>agua</strong> envasada, el proceso de mercantilizaciónse ha extendido <strong>no</strong>tablemente y ha alcanzado inclusocierto grado de sofisticación, en muchos otros aspectos el <strong>agua</strong> siguepresentando e<strong>no</strong>rmes obstáculos al avance del proceso de mercantilización.Un ejemplo concreto son los servicios de <strong>agua</strong> y saneamiento,particularmente en zonas urbanas, los cuales históricamente hanpresentado obstáculos formidables al avance de las formas mercantilesde organización y provisión. Por ejemplo, en países comoEstados Unidos, indudablemente <strong>un</strong>o de los centros m<strong>un</strong>diales deirradiación del capitalismo, cerca del 85% de la población recibesus servicios esenciales de <strong>agua</strong> y saneamiento a través de empresaspúblicas, y estudios recientes señalan que las probabilidades de queestos servicios sean privatizados en el futuro cerca<strong>no</strong> son mínimas.En realidad, a escala global se estima que sólo <strong>un</strong> 10-15% de la poblaciónm<strong>un</strong>dial recibe sus servicios esenciales de <strong>agua</strong> de empresasprivadas, a<strong>un</strong>que este dato seguramente <strong>no</strong> contempla el caso del<strong>agua</strong> envasada, especialmente en los países me<strong>no</strong>s desarrollados. Estopor supuesto ha sido explicado hace ya tiempo con el argumento deque la provisión <strong>no</strong> mercantil de ciertos bienes y servicios esencialescomo los de <strong>agua</strong> y saneamiento en última instancia es instrumentalpara garantizar la viabilidad de la acumulación capitalista a nivelsistémico, ya que contribuye a la provisión de infraestructura quepor su demanda de inversión o su baja tasa de retor<strong>no</strong> <strong>no</strong> es viablecomo actividad rentable para los capitalistas individuales, y porquea su vez contribuye a reducir el coste de la reproducción de la fuerzade trabajo a nivel general. 3 Es decir, a<strong>un</strong>que la tendencia general2. Bauer, C. (2004), «Siren Song: Chilean Water Law as a Model for InternationalReforms», Resources for the Future Press, Washington DC.3. Véase, entre otros, M. Decaillot, E. Preteceille, y J. P. Terrail (eds.), Besoinset mode de production, Editions Sociales, París (1977); M. Castells, «Equipementscollectifs et consommation sociale», International Journal of Urban and RegionalResearch, v. 1, p.101-23 (1977); J. Lojkine, El Marxismo, el Estado y la CuestiónUrbana, Siglo XXI, México (1979).37


del sistema sea hacia la mercantilización creciente de los elementosde la naturaleza, incluyendo el <strong>agua</strong>, todavía subsisten e<strong>no</strong>rmesobstáculos a dicho proceso, y precisamente el caso del <strong>agua</strong> es <strong>un</strong>excelente ejemplo.Desde otro ángulo, <strong>un</strong> primer llamado de atención que debemoshacer a partir de los datos anteriores es que, por <strong>un</strong>a parte, <strong>no</strong> todaslas formas privadas de provisión de servicios de <strong>agua</strong> son mercantiles,es decir orientadas a la acumulación de ganancia en <strong>un</strong> sentido capitalista.Hay formas privadas, en el sentido de que <strong>no</strong> son organizadaspor el Estado, que están orientadas a prestar el servicio sin objeto delucro, como ocurre con ciertas formas cooperativas u otros modelos <strong>no</strong>público-estatales. Por otra parte, que estos servicios sean organizadospor el Estado <strong>no</strong> garantiza que los mismos sean provistos como <strong>un</strong>servicio público <strong>no</strong> mercantilizado, y en realidad existe <strong>un</strong>a tendenciacreciente a la mercantilización de las formas público-estatales de organizaciónde estos servicios, por ejemplo mediante distintas formas deprivatización parcial de las empresas públicas a través de la venta deacciones en el mercado de capitales, como ocurre por ejemplo en Brasilcon las empresas SABESP en São Paulo y COPASA en Minas Gerais. Esdecir, <strong>no</strong> existe <strong>un</strong>a relación mecánica entre «público-estatal» y «<strong>no</strong>mercantil» o viceversa, si<strong>no</strong> que se trata de <strong>un</strong> proceso dinámico y enexpansión, que va adoptando formas diversas en distintos espaciosconcretos. Lo que sí es posible decir es que a nivel global, a pesar delavance arrollador de las formas capitalistas, el caso del <strong>agua</strong> sigue siendotodavía <strong>un</strong>a frontera difícil de conquistar y subordinar a la dinámicadirectamente mercantil. Es importante revisar el proceso de mercantilización del <strong>agua</strong> enperspectiva histórica, en particular en relación al desarrollo de nuevasidentidades sociales como resultado de dicho proceso, y el caso deInglaterra ofrece lecciones muy importantes al respecto que tienengran relevancia para la situación contemporáneas. En este sentido,quiero destacar que en la Inglaterra de mediados del siglo XIX, enplena efervescencia industrial, surge <strong>un</strong>a nueva identidad social, lade los ladrones de <strong>agua</strong>. Este fue <strong>un</strong> momento muy interesante en38


el que precisamente se estaban desarrollando los servicios básicosde <strong>agua</strong> en red en las grandes ciudades sobre la premisa de que losmismos debían ser prestados por empresas privadas orientadas a laganancia. En realidad, en general se trataba de empresas pequeñas,que sólo servían a los barrios más pudientes de las ciudades en losque los habitantes podían pagar el coste del servicio. 4Ahora bien, este proceso representaba en realidad <strong>un</strong> experimento,podríamos decir en <strong>un</strong> lenguaje más contemporáneo, <strong>un</strong> experimentode ingeniería social, porque la puesta en marcha y expansiónde este modelo privatista de organización y provisión de los serviciosbásicos de <strong>agua</strong> exigía la creación de <strong>un</strong>a nueva identidad social: elcliente del <strong>agua</strong>, el comprador de la mercancía <strong>agua</strong>. Esto <strong>no</strong> existía,o por lo me<strong>no</strong>s <strong>no</strong> existía a la escala requerida por el experimento. 5Ahora bien, dicho experimento social <strong>no</strong> ocurre en el vacío si<strong>no</strong> quetiene lugar en <strong>un</strong> contexto donde previamente el acceso al <strong>agua</strong> <strong>no</strong>está mediado por esta nueva relación social que se intenta introducir,la propiedad privada del servicio de <strong>agua</strong> orientada a la gananciacapitalista. Entonces, j<strong>un</strong>tamente con la introducción de la privatizacióndel acceso al <strong>agua</strong> para consumo huma<strong>no</strong> se debe introducirtambién <strong>un</strong>a política, como diría Foucault, de disciplinamiento delos cuerpos para crear <strong>un</strong> nuevo orden que propicie el desarrollode las relaciones sociales mercantiles en relación al acceso al <strong>agua</strong>.Esto es así porque se requiere crear <strong>un</strong>a situación nueva en la que laspersonas para consumir <strong>agua</strong> ahora deba primero firmar <strong>un</strong> contratocon <strong>un</strong>a empresa privada y pagar por el suministro. Ahora bien,sea por ig<strong>no</strong>rancia de las nuevas reglas de juego por <strong>un</strong>a parte de lapoblación o por <strong>un</strong> rechazo consciente de la privatización del <strong>agua</strong>,alg<strong>un</strong>os sectores se resisten e intentan continuar accediendo al <strong>agua</strong>sin tener que pagar por ella a las empresas privadas. La respuesta en4. Este desarrollo ha sido bien estudiado por varios autores, ver J. Hassan(1998), A History of Water in Modern England and Wales, Manchester UniversityPress; A. K. Mukhopadhyay (1975), «The politics of London water», en The LondonJournal, 1(2), pp. 207–226.5. Esta creación del consumidor privado de <strong>agua</strong> en Inglaterra también estásiendo estudiada en detalle, por ejemplo por F. Trentmann y V. Taylor (F. Trentmann,ed.), The Making of the Consumer. K<strong>no</strong>wledge, Power, and Identity in theModern World, Oxford y Nueva York: Berg, 2006.39


el primer momento fue la creación de <strong>un</strong> nuevo crimen, el robo de<strong>agua</strong> y, correspondientemente, <strong>un</strong>a nueva identidad social, el ladrónde <strong>agua</strong>. Es decir, las personas que deseaban continuar accediendoal <strong>agua</strong> a partir de alg<strong>un</strong>a fuente controlada por la empresa privadaeran llevadas ante la justicia como ladrones de <strong>agua</strong>, <strong>un</strong> hecho queestá suficientemente documentado. 6En realidad, esta política fracasa en el media<strong>no</strong> plazo porquelas condiciones para convertir a los servicios básicos de <strong>agua</strong> en <strong>un</strong>amercancía <strong>no</strong> estaban dadas, y aún hacia fines del siglo XIX incluso enLondres las empresas privadas de <strong>agua</strong> sólo servían a ciertos barrios dela ciudad y <strong>no</strong> podían responder a la demanda creciente de serviciosque imponía el crecimiento urba<strong>no</strong> del momento y la elevación de losestándares de vida que requerían <strong>un</strong> consumo de <strong>agua</strong> per cápita cadavez más elevado y de mayor calidad. Es decir, podemos argumentarque la expansión de formas mercantiles de circulación del <strong>agua</strong> paraconsumo doméstico urba<strong>no</strong> <strong>no</strong> pudo avanzar porque las formassociales requeridas, particularmente la del consumidor privado de<strong>agua</strong>, estaban limitadas a <strong>un</strong>a pequeña élite urbana que podía pagarpor dichos servicios mercantilizados. La gran mayoría de la poblaciónquedaba afuera del modelo. En el caso de otros bienes o serviciosesto <strong>no</strong> habría sido <strong>un</strong> obstáculo, pero en el contexto de las ciudadeseuropeas del siglo XIX, afectadas rutinariamente por epidemias relacionadascon el <strong>agua</strong>, y particularmente el cólera, la provisión de estosservicios se convirtió en <strong>un</strong>a cuestión estratégica y política central.En consecuencia, hacia fines del siglo XIX la experiencia acumuladahabía llevado a <strong>un</strong> debate político que tras varias décadas terminó porgenerar <strong>un</strong> consenso muy abarcador, que atraviesa a las clases socialesy a los distintos partidos y fuerzas políticas y que incluye a destacadossectores empresariales, de que servicios esenciales como el <strong>agua</strong> y elsaneamiento <strong>no</strong> podían dejarse en ma<strong>no</strong>s del mercado ni organizarsecomo mercancías, y que se requería <strong>un</strong>a intervención estatal directapara garantizar su suministro. En la ciudad de Londres, por ejemplo,esto lleva en 1902 a la decisión de terminar con las ocho empresas6. Como lo ha estudiado en cierto nivel de detalle el historiador anarquistaColin Ward (1997), Reflected in Water. A Crisis of Scial Responsibility, Cassell,Londres y Washington, DC.40


privadas de <strong>agua</strong> que servían la ciudad y crear <strong>un</strong>a empresa públicacontrolada por las autoridades metropolitanas. 7 El caso del <strong>agua</strong>, particularmente en relación a los usos huma<strong>no</strong>s esenciales,constituye <strong>un</strong> caso excelente para explorar las formas socialesdesarrolladas para gestionar los bienes com<strong>un</strong>es <strong>un</strong>iversales. Podemosdecir que el principio de que el acceso al <strong>agua</strong> para usos esenciales <strong>no</strong>puede ser coartado, limitado, constituye <strong>un</strong>a herencia <strong>un</strong>iversal de lahumanidad. Por ejemplo, en la tradición islámica estaba permitidovender <strong>agua</strong>, y aún hoy en las calles de los barrios islámicos de ciudadescomo El Cairo es posible ver vendedores de <strong>agua</strong>, sin embargo, <strong>no</strong> sepodía negar <strong>agua</strong> a quien la necesitaba y <strong>no</strong> la podía pagar. Más aún,en la cultura <strong>un</strong>iversal tenemos diferentes formas en las que el accesoa volúmenes esenciales de <strong>agua</strong> para beber es parte de las reglas decortesía y sociabilidad. En la tradición iberoamericana estos principiosestán reflejados en el dicho popular que «<strong>un</strong> vaso de <strong>agua</strong> <strong>no</strong> se lepuede negar a nadie». Esto también se refleja en la legislación, dondelos usos huma<strong>no</strong>s esenciales y la provisión de <strong>agua</strong> para los animalesconstituyen usos «prioritarios», particularmente en temporadas de sequía.Podríamos desde ya dar otros ejemplos. No se trata de romantizarla gestión del <strong>agua</strong> en la historia, la cual también ha sido objeto dematanzas y crueldades, pero estamos aquí destacando esos principioséticos desarrollados de <strong>un</strong>a forma u otra en las diversas civilizacionesy que confluyen en esta <strong>no</strong>ción de que el <strong>agua</strong> para usos esenciales es<strong>un</strong> bien de acceso <strong>un</strong>iversal.Ahora bien, como dijimos previamente, el avance de formascapitalistas de apropiación y gestión del <strong>agua</strong> implica la introducciónde <strong>un</strong> <strong>un</strong>iverso diferente de relaciones sociales (de propiedad, deproducción, etc.) f<strong>un</strong>dadas en <strong>un</strong>a lógica orientada a la acumulaciónprivada de ganancia y consecuentemente a la mercantilización dela gestión y circulación del <strong>agua</strong>. Como ya dijimos antes, este es7. Metropolitan Water Board, The Water Supply of London, Londres: StaplesPress, 1949.41


<strong>un</strong> proceso lento, incompleto, con fuertes retrocesos como el queilustramos previamente para el caso de Inglaterra en el siglo XIX,pero además cabe agregar que la persistencia de formas de propiedady gestión común del <strong>agua</strong> <strong>no</strong> es necesariamente incompatible conel desarrollo de relaciones capitalistas a nivel sistémico. Es decir,el mantenimiento de formas com<strong>un</strong>es, <strong>no</strong> privadas, de propiedady gestión del <strong>agua</strong> <strong>no</strong> sólo puede coexistir con el capitalismo si<strong>no</strong>que además puede ser instrumental para su desarrollo, por ejemploabaratando los costos de la fuerza de trabajo o de la infraestructura engeneral para los intereses capitalistas a nivel sistémico. Por supuesto,en algún momento estas formas entran en contradicción, y las formascapitalistas tienden a avanzar sobre estas formas pre-existentes.Para alg<strong>un</strong>os, sólo es cuestión de tiempo antes de que las formaspre-capitalistas sean superadas. Por ejemplo, el Premio Nobel deeco<strong>no</strong>mía Douglas North, <strong>un</strong>o de los clásicos de la eco<strong>no</strong>mía institucionalista,arguyó que si todavía existen bienes com<strong>un</strong>es como el<strong>agua</strong>, los bosques y otros elementos de la naturaleza, es porque aún<strong>no</strong> se han desarrollado las tec<strong>no</strong>logías que permitan reducir los costosinvolucrados en gestionar esos bienes como propiedad privada. 8<strong>Sin</strong> embargo, podemos ver que la política neoliberal del <strong>agua</strong>, engran medida inspirada en los principios de la eco<strong>no</strong>mía neoclásica dela cual North forma parte, ha fracasado <strong>no</strong>tablemente en su intentode completar este proceso de privatización de los bienes com<strong>un</strong>es en<strong>un</strong> breve plazo. En realidad, podemos decir que las formas socialesde apropiación y gestión del <strong>agua</strong> <strong>no</strong> capitalistas están muy arraigadas,en diferentes formas en las diferentes culturas, y esto a<strong>un</strong>adoa <strong>un</strong>a constelación de otros procesos sigue constituyendo <strong>un</strong>o delos obstáculos que continúa frenando el avance de las relacionescapitalistas en la propiedad y gestión del <strong>agua</strong>. Este tema es <strong>un</strong>a dimensión temporal más circ<strong>un</strong>scrita al momentoactual. En realidad, las formas actuales de regulación del <strong>agua</strong> que se8. North, D. C., y R. P. Thomas (1973), The Rise of the Western World, Cambridge:Cambridge University Press.42


promueven a nivel internacional reflejan la intensidad de la confrontaciónentre formas capitalistas y <strong>no</strong> capitalistas, así como tambiénla contradicción al interior de las formas capitalistas. Por lo tanto,debemos distinguir entre la retórica de la participación democráticaen la gobernabilidad del <strong>agua</strong>, tal como se refleja en documentosde las agencias de desarrollo internacional o de los gobier<strong>no</strong>s, y lasformas concretas de construcción de <strong>un</strong>a participación democráticaen relación al <strong>agua</strong>. Si <strong>no</strong>s mantenemos en el pla<strong>no</strong> de las estrategiasdiscursivas de las políticas oficiales, podemos decir que por <strong>un</strong>a parteel cambio retórico es bienvenido ya que al me<strong>no</strong>s refleja <strong>un</strong> reco<strong>no</strong>cimientoformal de la necesidad de democratizar la gobernabilidaddel <strong>agua</strong>, que históricamente ha sido objeto de procesos verticales,muchas veces francamente autoritarios, otras veces cuando me<strong>no</strong>s <strong>no</strong>democráticos. Por otra parte, es claro que las estrategias discursivas enmuchos casos simplemente constituyen <strong>un</strong> mecanismo para desactivarla resistencia a las políticas oficiales (por ejemplo la resistencia a laconstrucción de grandes obras hidráulicas o a la privatización) y posibilitarla cooptación de los agentes de esa resistencia. En ese sentido,<strong>no</strong> se trata de ningún proceso original. <strong>Sin</strong> embargo, sería <strong>un</strong> errorreducir el debate sobre la participación y la gobernabilidad democráticadel <strong>agua</strong> a la capacidad estratégica del sistema para desmontar ycooptar resistencias. Hoy asistimos a <strong>un</strong>a e<strong>no</strong>rme variedad de luchassociales en relación al <strong>agua</strong> a nivel internacional, <strong>un</strong>a gran parte de lascuales tiene que ver directamente con la resistencia contra el avancede formas de injusticia social que incrementan la desigualdad y lapobreza. Los movimientos de resistencia distinguen bastante bien ladiferencia entre la retórica discursiva de la participación y la prácticademocrática, a<strong>un</strong>que desde luego muchos de ellos sean finalmentedesactivados, cooptados o directamente vencidos. Pero a nivel sistémicola resistencia es muy fuerte y sostenida. Para dar <strong>un</strong> ejemplo,en el último Foro M<strong>un</strong>dial del Agua que tuvo lugar en México enmarzo de 2006, <strong>un</strong> evento que en teoría constituía el bastión de lasmultinacionales del <strong>agua</strong> en contubernio con el Banco M<strong>un</strong>dial yotros actores que promueven la privatización del <strong>agua</strong> a nivel global,la formas de resistencia contra dichas políticas e instituciones desbordaronampliamente el proceso a pesar de los intentos (muchosde ellos exitosos) de manipulación, desactivación y cooptación de laresistencia. De hecho, además del foro «oficial» se organizaron también43


cinco foros «alternativos» simultáneos, al mismo tiempo que dentrodel propio foro oficial se abrieron amplios espacios para el debate yla prof<strong>un</strong>dización de la lucha contra la privatización y a favor de lagestión pública y com<strong>un</strong>itaria del <strong>agua</strong>.Ahora bien, volviendo al tema de la política oficial y de la diferenciaentre las formas actuales y las formas clásicas de «comando ycontrol». Yo creo que es posible identificar avances positivos. Tradicionalmente,la gestión de bienes y servicios como los relacionadoscon el <strong>agua</strong> era considerada <strong>un</strong>a cosa de expertos, «déjelo a los expertos»,como bien lo decía John Dryzek. 9 Este modelo jerárquicoy en gran medida autoritario, comienza a ser muy cuestionado,especialmente a partir de fines de la década de 1970, crecientemente.U<strong>no</strong> puede seguir el debate y constatar especialmente dos frentesde ataque al modelo vertical, jerárquico, de gestión del <strong>agua</strong> (perotambién de la provisión de bienes y servicios públicos en general).Estos dos frentes <strong>no</strong> son mutuamente excluyentes, y en realidadtienen alg<strong>un</strong>os p<strong>un</strong>tos importantes de contacto y convergencia,pero en principio tienen p<strong>un</strong>tos de partida distintos.El primer frente de ataque proviene del modelo que gruesamentede<strong>no</strong>minamos «neoliberal», es decir, que promueve el desmantelamientode la gestión pública de bienes y servicios y su transferenciaa empresas privadas, que bien co<strong>no</strong>cemos y <strong>no</strong> necesitamos detener<strong>no</strong>sa desarrollar aquí. En realidad, como lo sugieren las diversasinvestigaciones realizadas sobre el concepto de participación quepromueven estos sectores, representados por ejemplo en la políticaoficial del Banco M<strong>un</strong>dial, 10 «participación» en la práctica significaobediencia a decisiones tomadas por los expertos, en particularexpertos técnico-financieros, que en gran medida han desplazadoa los expertos que clásicamente detentaban el poder en el sectordel <strong>agua</strong>, los ingenieros. En última instancia, puede decirse que elmodelo neoliberal promueve <strong>un</strong>a mayor participación de los actores<strong>no</strong> estatales en la gobernabilidad y gestión del <strong>agua</strong>, pero lo haceprivilegiando la participación de los actores que representan los9. Dryzek, J. (1997), The Politics of the Earth. Environmental Discourses,Oxford University Press, Oxford.10. Ver entre otros los resultados del Proyecto PRINWASS, http://www.prinwass.org/.44


intereses capitalistas mo<strong>no</strong>pólicos, como queda abiertamente claroen el caso de la privatización de los servicios de <strong>agua</strong> y saneamiento,<strong>un</strong> espacio en el que los principales actores a nivel global se reducena <strong>un</strong> puñado de mo<strong>no</strong>polios de <strong>agua</strong> privados transnacionales. Enel modelo neoliberal la participación para los usuarios com<strong>un</strong>es del<strong>agua</strong> y para los ciudada<strong>no</strong>s en general es meramente retórica. Undato que <strong>no</strong>s permite f<strong>un</strong>damentar esta aserción es el hecho de quedurante la década de 1990, en el momento de expansión agresiva dela política neoliberal del <strong>agua</strong> mediante el intento de privatizaciónmasiva de empresas públicas, el rol destinado ya <strong>no</strong> a los usuarios si<strong>no</strong> inclusive a los organismos reguladores era meramente retórico.Muy claramente, se intentó establecer <strong>un</strong>a política del <strong>agua</strong> centradaen la apropiación privada de la ganancia en forma <strong>no</strong> regulada o muydébilmente regulada, sin posibilidad de control social democráticodel proceso. Los ejemplos más claros de este proceso son probablementelas privatizaciones de empresas públicas de <strong>agua</strong> en Argentinay en Bolivia, pero <strong>no</strong> son las únicas y los ejemplos se multiplican amedida que se van realizando más investigaciones.Por otra parte, y pasando a lo que de<strong>no</strong>minamos el seg<strong>un</strong>do frentede ataque al modelo autoritario y vertical de gobernabilidad del<strong>agua</strong>, podemos decir que se ha ido conformando a nivel internacional<strong>un</strong> movimiento de lucha que a pesar de su gran heterogeneidadtiene claramente <strong>un</strong>a direccionalidad: se trata de <strong>un</strong>a participaciónconcreta de sectores diversos de la sociedad en confrontación conlas formas excluyentes que han caracterizado la gestión del <strong>agua</strong>.Por <strong>un</strong>a parte, este frente de ataque tiene <strong>un</strong>a corriente más de tipoecologista, que a su vez tiene distintas subcorrientes tal como ya loanalizara Martínez-Alier en relación al movimiento ambientalistaen general. 11 Dentro de esta vertiente ecologista existen posicionesque convergen y se refuerzan mutuamente con el frente de ataqueneoliberal, como son aquellas que propugnan la privatización del<strong>agua</strong> como solución a las deficiencias en la gestión de este elemento,o las corrientes de la modernización ecológica que promueven laecologización del capitalismo. Por otra parte, otras corrientes dentro11. Martínez-Alier, J. (2002), The Environmentalism of the Poor. A Study ofEcological Conflicts and Valuation. Cheltenham y Northampton, Edward Elgar.45


de este movimiento internacional convergen en posiciones críticasy se oponen al avance de formas capitalistas de gestión del <strong>agua</strong>, enparticular la privatización de las fuentes y de los servicios de <strong>agua</strong>.Entre otros temas f<strong>un</strong>damentales de estas corrientes se encuentrala defensa del <strong>agua</strong> como bien común <strong>un</strong>iversal y de los serviciosesenciales de <strong>agua</strong> como <strong>un</strong> <strong>derecho</strong> huma<strong>no</strong> inalienable, que <strong>no</strong>puede transformarse en mercancía. Estas corrientes tienden a entraren confrontación tanto con las formas autoritarias clásicas de gobernabilidaddel <strong>agua</strong>, encarnadas en la gestión pública tec<strong>no</strong>crática,así como también con las corrientes neoliberales y del reformismoecologista que intentan desmantelar la capacidad pública de gestióndel <strong>agua</strong> y establecer <strong>un</strong> modelo de gobernabilidad del <strong>agua</strong> f<strong>un</strong>dadoen relaciones sociales capitalistas (de propiedad, producción,circulación, etc.). En relación con lo anterior, <strong>un</strong>o de los procesos recientes que hatenido mayor impacto en relación a la transformación de las reglasde juego de la gobernabilidad de los servicios esenciales de <strong>agua</strong> ysaneamiento es el de la «privatización». En térmi<strong>no</strong>s generales elproceso de privatización de los servicios de <strong>agua</strong> y saneamiento quetuvo su mayor impulso en la década de 1990 puede considerarse<strong>un</strong> fracaso, tanto desde el p<strong>un</strong>to de vista de las políticas oficialesque promovieron este proceso como de los intereses de las grandesmultinacionales del <strong>agua</strong> que participaron en el mismo. Antes quetodo podemos hacer <strong>un</strong>a aclaración conceptual: a<strong>un</strong>que a nivelgenérico hablamos de «privatización», en <strong>un</strong> sentido más rigurosopreferimos hablar de «participación privada», <strong>un</strong>a de cuyasformas es la privatización. Esto es importante y se relaciona conalg<strong>un</strong>os p<strong>un</strong>tos ya discutidos en el presente artículo. Reservamosen principio, siempre en este sentido más restringido, el conceptode privatización para esos casos en los cuales se da la creación de<strong>derecho</strong>s privados de propiedad sobre el <strong>agua</strong> o sobre los serviciosde <strong>agua</strong> y saneamiento. Esto en principio sólo se ha dado en pocoscasos a nivel internacional: en Inglaterra y Gales y en Chile, dondelas empresas de <strong>agua</strong> y saneamiento, incluyendo la infraestructura,46


fue transferida enteramente a ma<strong>no</strong>s privadas, lo que en inglés seco<strong>no</strong>ce como full divestiture. O en casos como el de Cochabambaen Bolivia, donde la empresa privada obtuvo <strong>derecho</strong>s sobre el <strong>agua</strong>,lo cual constituía en gran medida la parte más interesante del negocio.En general, en la mayoría de los casos que hemos estudiado,la propiedad tanto del <strong>agua</strong> como de las empresas <strong>no</strong> pasó a ma<strong>no</strong>sprivadas, si <strong>no</strong> que fue mantenida en la esfera pública. Lo que sedieron fueron concesiones o contratos para explotar las empresas de<strong>agua</strong> y saneamiento por períodos determinados, <strong>no</strong>rmalmente 20 o30 años. No vamos a entrar en detalle aquí por la falta de espacio,pero creemos que es importante la distinción al me<strong>no</strong>s en el debatemás académico, en la investigación del proceso, para alcanzar mayorprecisión en el análisis.Decíamos que la política de privatización fracasó. ¿Por qué decimosesto? Bue<strong>no</strong>, <strong>no</strong>s atenemos a verificar los objetivos que se habíanplanteado con esta política. Cuando <strong>un</strong>o analiza los documentos delBanco M<strong>un</strong>dial, del Banco Interamerica<strong>no</strong> de Desarrollo, así comotambién de los gobier<strong>no</strong>s de tur<strong>no</strong>, <strong>un</strong>o encuentra que los objetivosque se mencionan como justificativo de la privatización durante ladécada de 1990 son básicamente: 1) que las empresas públicas sonpor naturaleza ineficientes mientras que el sector privado es inherentementeeficiente, 2) que el sector público <strong>no</strong> tiene la capacidadfinanciera para realizar las inversiones requeridas para el mantenimientoy expansión de la infraestructura, y que la privatizaciónes la solución a ese problema ya que las empresas privadas puedenreemplazar al Estado en esa f<strong>un</strong>ción, 3) que, consecuentemente, laprivatización permitiría reducir el déficit público y terminar conel subsidio de estos servicios por parte del Estado. Adicionalmentehubo otros argumentos, como que la privatización sería el mejormétodo para extender los servicios a la población aún <strong>no</strong> atendida,e inclusive que la privatización permitiría reducir la desigualdadsocial. Hoy hasta el propio Banco M<strong>un</strong>dial ha reco<strong>no</strong>cido que estosobjetivos <strong>no</strong> se lograron. Por ejemplo, altos f<strong>un</strong>cionarios del bancohan reco<strong>no</strong>cido públicamente que aún durante el momento másagresivo de la privatización la mayor parte de las inversiones paraimplementar esta política (alrededor del 90%) provi<strong>no</strong> del Estado,ya que las empresas privadas aportaron <strong>un</strong>a proporción muy pequeñadel capital involucrado. Por otra parte, si pensamos en térmi<strong>no</strong>s47


de la escala de la expansión, incluso hoy después de 20 años depolíticas privatistas sólo <strong>un</strong> 10-15% de la población del planetaes atendida por empresas privadas. En este sentido, Argentina quese había convertido en el alum<strong>no</strong> modelo del programa privatista,donde entre 1990 y 1999 se había pasado a <strong>un</strong> 70% de la poblacióndel país atendida por empresas privadas, ha comenzado <strong>un</strong> procesoacelerado de desprivatización a partir sobre todo de la crisis del año2001. En Brasil el porcentaje de población directamente atendidapor empresas privadas <strong>no</strong> ha pasado de alrededor del 4%. En Méxicoel porcentaje es similar.Ahora bien, como dijimos anteriormente, <strong>no</strong> debemos asociarmecánicamente «gestión pública» con «gestión <strong>no</strong> mercantil» delos servicios de <strong>agua</strong> y saneamiento. Esto es muy importante, porque si tomáramos en cuenta la proporción de la población del país,por ejemplo en Brasil, que es atendida por empresas públicas queoperan bajo <strong>un</strong> sistema mercantil o cuasi-mercantil, entonces elpa<strong>no</strong>rama cambia. Yo <strong>no</strong> he visto estudios al respecto, pero porejemplo, si asumimos que la flotación en el mercado de capitalesde empresas públicas como SABESP y COPASA implica <strong>un</strong>a privatizaciónparcial de la gestión, ya que <strong>un</strong>a parte probablementesignificativa de los excedentes obtenidos en la cobranza del servicioes destinado a la rem<strong>un</strong>eración de capitales privados invertidosmediante la compra de acciones de dichas empresas, entoncespodemos tener <strong>un</strong> cuadro bien diferente. Haría falta conducirestudios detallados al respecto.En cualquier caso, a<strong>un</strong>que <strong>no</strong> tengamos <strong>un</strong>a información precisaen relación al impacto concreto de la privatización en todas susformas, podemos decir que a nivel hipotético, en países como Brasilel proceso de mercantilización de la gestión de empresas públicases probablemente más significativo en este momento que lo quefue el propio proceso de privatización durante la década de 1990.En nuestra perspectiva, a<strong>un</strong>que la política de privatizaciones de ladécada de 1990 fracasó, y muchas de las empresas privatizadas hanretornado a ma<strong>no</strong>s públicas, como ocurrió en Argentina, Bolivia,e incluso Brasil, las fuerzas inerciales puestas en marcha por dichaspolíticas siguen y seguirán ejerciendo <strong>un</strong>a influencia sustantiva enla gestión de estos servicios. Precisamente, la mercantilización dela gestión de las empresas públicas sería <strong>un</strong>a de las manifestaciones48


de estas fuerzas inerciales: el abando<strong>no</strong> del concepto de que los serviciosde <strong>agua</strong> y saneamiento son <strong>un</strong> <strong>derecho</strong> ciudada<strong>no</strong> y de queel objetivo de las empresas de <strong>agua</strong> y saneamiento públicas <strong>no</strong> es laproducción de ganancia si<strong>no</strong> la gestión sustentable de <strong>un</strong> serviciopúblico bajo el control democrático de los ciudada<strong>no</strong>s.Si ampliamos ahora nuestra visión para abarcar los casos de lospaíses más desarrollados, pues <strong>no</strong>s encontramos con <strong>un</strong>a situación <strong>no</strong>muy diferente. Ya mencioné antes el caso de Estados Unidos, dondela mayor parte de la población es atendida por empresas públicas.Esto <strong>no</strong> es así por falta de tentativas por parte de los sectores privatizadores,si <strong>no</strong> más bien porque se ha dado también <strong>un</strong>a combinaciónde factores que frenaron el proceso privatizador. Por ejemplo, en1999 la ciudad de Atlanta había concesionado el servicio de <strong>agua</strong> ysaneamiento a <strong>un</strong>a subsidiaria del mo<strong>no</strong>polio francés Suez, pero enel año 2002, como resultado de <strong>un</strong>a movilización generalizada delos ciudada<strong>no</strong>s en contra de la privatización del servicio, la alcaldesade la ciudad an<strong>un</strong>ció la cancelación del contrato y la m<strong>un</strong>icipalidadretomó el control de la empresa. En otros casos como en Washington,la m<strong>un</strong>icipalidad discutió la posibilidad de privatizar parcialmenteestos servicios durante la década de 1990, pero finalmente decidióque las tareas necesarias podían ser perfectamente realizadas por laempresa pública. Del otro lado del Atlántico, en Inglaterra y Galesla privatización de las diez empresas de <strong>agua</strong> y saneamiento en1989 por parte del gobier<strong>no</strong> conservador de Margaret Thatcher fuecuestionada desde el comienzo, y a partir de la llegada al poder delgobier<strong>no</strong> laborista en 1997 se introdujeron cambios significativosen la regulación del servicio que modificaron sustancialmente elf<strong>un</strong>cionamiento de las empresas. Actualmente incluso alg<strong>un</strong>os delos que promovieron la privatización de las empresas públicas afines de la década de 1980 reco<strong>no</strong>cen que el futuro de las mismases incierto. En particular, las empresas privadas enfrentan <strong>un</strong>a tasade <strong>no</strong> pago elevadísima, ya que entre 15 y 20% de los usuarios <strong>no</strong>pagan la factura del servicio y esto se ha convertido en <strong>un</strong> problemaestructural desde 1998, cuando el gobier<strong>no</strong> prohibió a las empresasprivadas cortar el <strong>agua</strong> por falta de pago. Cuando las empresasestaban en ma<strong>no</strong>s públicas, dicha tasa, según alg<strong>un</strong>os f<strong>un</strong>cionariosentrevistados, <strong>no</strong> pasaba del 3-4%. Por otra parte, la necesidad decumplir con las regulaciones de calidad y protección ambiental49


cada vez más estrictas en el ámbito de la Com<strong>un</strong>idad Europeaimplica que las empresas enfrentan requerimientos de inversiónmuy elevados, en <strong>un</strong> contexto en el que <strong>no</strong> es posible incrementarsignificativamente las tarifas ya muy elevadas que pagan los usuarios(y dado el porcentaje tan elevado de falta de pago), y en el marcode <strong>un</strong> endeudamiento extraordinario de las empresas privadas. Eneste sentido, cuando las empresas fueron privatizadas en 1989 elgobier<strong>no</strong> británico asumió las deudas de las empresas públicas y lasentregó libres de compromisos. <strong>Sin</strong> embargo, hacia 2004 las empresasprivadas había vuelto a acumular <strong>un</strong>a deuda conj<strong>un</strong>ta de <strong>un</strong>os19.000 millones de libras esterlinas. Durante nuestras entrevistasen el proceso de investigación, alg<strong>un</strong>os gerentes de las empresasprivadas <strong>no</strong>s decían que a ellos <strong>no</strong> los sorprendería si en cinco odiez años las empresas pasaran nuevamente a ma<strong>no</strong>s públicas. Dehecho, esto ocurrió parcialmente en el año 2001 con <strong>un</strong>a de las diezempresas, la empresa de <strong>agua</strong> y saneamiento de Gales, que decidiódesprivatizar el servicio e intentar <strong>un</strong> modelo de gestión alternativobajo control público. Estos son casos diferentes entre sí pero que al mismo tiempo compartenalg<strong>un</strong>os aspectos muy parecidos. 12 Por <strong>un</strong>a parte, Tucumánfue <strong>un</strong>a de las primeras concesiones privadas en ser canceladas y duróapenas <strong>un</strong>os dos años, de 1995 a 1997. Es <strong>un</strong> ejemplo de resistenciasocial generalizada a la privatización, ya que en el momento más altode la movilización que pedía la cancelación de la concesión en quejapor los aumentos extraordinarios de la tarifa (la primera acción de laempresa privada fue aumentar la tarifa, la cual incluyendo <strong>un</strong> impuestopara financiar al regulador alcanzó el 106% de aumento de <strong>un</strong> momentopara otro) y por las den<strong>un</strong>cias de corrupción por la forma enque se adjudicó la concesión a <strong>un</strong>a subsidiaria de la empresa francesaVivendi. En ese momento la movilización de protesta, que incluyó ladecisión de dejar de pagar la factura del servicio, fue apoyada por el12. Ver los informes detallados de éstos y otros casos estudiados en nuestroproyecto PRINWASS [http://www.prinwass.org/].50


86% de los usuarios, lo cual incluía a empresas privadas, agencias delos gobier<strong>no</strong>s provincial y m<strong>un</strong>icipal y obviamente usuarios domésticos.Finalmente, después de largas negociaciones la concesión fuecancelada en 1997 y la empresa privada inició <strong>un</strong> juicio al gobier<strong>no</strong>federal argenti<strong>no</strong> amparándose en <strong>un</strong> acuerdo existente entre Franciay Argentina en el que el seg<strong>un</strong>do país se compromete a proteger lasinversiones francesas en su territorio. El juicio fue presentado anteel Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones(CIADI), <strong>un</strong> organismo que forma parte de la red institucionaldel Banco M<strong>un</strong>dial. A pesar de que la empresa privada <strong>no</strong> alcanzó arealizar inversiones en el breve período de su operación, presentó <strong>un</strong>ademanda por 300 millones de dólares contra el gobier<strong>no</strong> argenti<strong>no</strong>,que incluía el reclamo de compensación por las ganancias futurasesperadas a lo largo de 30 años de concesión. Después de <strong>un</strong>a largadisputa, en 2007 el CIADI emitió <strong>un</strong> fallo favorable a la empresa privadaordenando al gobier<strong>no</strong> argenti<strong>no</strong> pagar 106 millones de dólares encompensación por cancelar la concesión. El gobier<strong>no</strong> argenti<strong>no</strong> hapedido la anulación del fallo y el litigio sigue. 13El caso de Cochabamba es bastante diferente en varios aspectoscentrales. En primer lugar está la ilegalidad y la ilegitimidad en lasque se procede a otorgar la concesión a la empresa privada, <strong>un</strong>asubsidiaria del grupo empresario <strong>no</strong>rteamerica<strong>no</strong> Bechtel. Cuandose otorga la concesión en 1999 <strong>no</strong> estaba aún aprobada la ley quepermitía otorgar concesiones, la cual se aprueba después que la concesiónha sido confirmada. Por otra parte, según la propia ley debíahaber por lo me<strong>no</strong>s dos empresas compitiendo por la concesión,pero en la práctica hubo <strong>un</strong>a sola empresa interesada en participar.Finalmente, la empresa que se arma para participar en el concurso,Aguas del T<strong>un</strong>ari, se crea en la Islas Caimán, <strong>un</strong> paraíso fiscal, paraeludir las leyes bolivianas. Aguas del T<strong>un</strong>ari se crea con <strong>un</strong> capitalficticio, 2.000 dólares, y se le entrega <strong>un</strong>a empresa pública cuyovalor estaba estimado en <strong>un</strong>os 100 millones de dólares. La serie deilegalidades e ilegitimidades es larga y éstos son sólo los aspectos13. Este caso ha sido estudiado en detalle por Emilio Crenzel, de la Universidadde Bue<strong>no</strong>s Aires, Crenzel, E. A. (2003), «Tucumán - Argentina Case Study Report»,en J. E. Castro (coord.), PRINWASS Project, Oxford, University of Oxford.51


más centrales. 14 Finalmente, como bien se sabe, la concesión fuecancelada en el año 2000 por <strong>un</strong>a serie de problemas que incluyencomo en Tucumán <strong>un</strong> alto incremento en la tarifa lo que provocó <strong>un</strong>amovilización popular masiva que terminó obligando a la ren<strong>un</strong>ciadel entero gabinete del gobier<strong>no</strong> federal, con la sola excepción delPresidente de la Nación. Aguas del T<strong>un</strong>ari presentó <strong>un</strong>a demandacontra el gobier<strong>no</strong> bolivia<strong>no</strong> ante el CIADI para reclamar compensación,en forma similar al caso de Tucumán.El tercer caso que ustedes mencionan, Bue<strong>no</strong>s Aires, en realidades <strong>un</strong>a historia doble, ya que se privatizan los servicios de <strong>agua</strong> y saneamientoen dos partes. En 1993 se otorga la concesión por los serviciosen la Capital Federal y alg<strong>un</strong>os sectores de la Provincia de Bue<strong>no</strong>s Airesen la zona metropolitana a la empresa Aguas Argentinas, <strong>un</strong> consorcioencabezado por el grupo Suez. Esta concesión pasó a ser utilizada porel Banco M<strong>un</strong>dial y otros actores como <strong>un</strong> modelo piloto, <strong>un</strong> casoexitoso que se recomendaba como ejemplo a imitar en otros países.La otra parte de la historia, me<strong>no</strong>s co<strong>no</strong>cida, es la concesión otorgadaen 1999 a la empresa Azurix, subsidiaria del grupo <strong>no</strong>rteamerica<strong>no</strong>Enron, para prestar los servicios de <strong>agua</strong> y saneamiento en la Provinciade Bue<strong>no</strong>s Aires, incluyendo parte del área metropolitana y la capitalprovincial, La Plata. Esta concesión colapsa en el año 2001, entre otrascuestiones por la ineficiencia del operador privado, que ni siquiera teníaexperiencia en la gestión del <strong>agua</strong> y el saneamiento ya que se tratabade <strong>un</strong>a empresa del sector energético que intenta extenderse al sector<strong>agua</strong> y saneamiento con resultados desastrosos. <strong>Sin</strong> embargo, el casomás interesante es sin duda el de Aguas Argentinas. 15 Entre varios otros14. Este caso ha sido bien estudiado por Carlos Crespo de la UniversidadMayor de San Simón en Cochabamba en colaboración con Nina Laurie de laUniversidad de Newcastle, Crespo, C., N. Laurie, y C. Ledo (2003), «Cochabamba- Bolivia Case Study Report», en J. E. Castro (coord.), PRINWASS Project. Oxford,University of Oxford, entre otros.15. Este caso ha sido estudiado en gran detalle por Daniel Azpiazu y su equipode la Facultad Lati<strong>no</strong>americana de Ciencias Sociales (FLACSO), j<strong>un</strong>tamente conJuan Carlos Marín y su equipo en la Universidad de Bue<strong>no</strong>s Aires y colegas dela Universidad Nacional de General Sarmiento. Azpiazu, D., A. Catenazzi, E.A. Crenzel, N. Da Representaçao, G. Forte, K. Forcinito, y J. C. Marín (2003),«Bue<strong>no</strong>s Aires - Argentina Case Study Report», en J. E. Castro (coord.), PRINWASSProject. Oxford, University of Oxford.52


as<strong>un</strong>tos, el caso de esta empresa refleja varios de los temas que hemoscomentado anteriormente. En primer lugar, lo que de<strong>no</strong>minamos elmito de la inversión privada que se había prometido con las privatizaciones.En el período 1992-2001, cuando se da la crisis financieraen la Argentina, del total de inversiones realizadas por la empresasolamente el 2,6% provi<strong>no</strong> de capitales propios, es decir, inversiónprivada propia de la empresa. El resto provi<strong>no</strong> de los ingresos de laempresa por facturación y <strong>un</strong>a parte sustantiva del endeudamiento enmercados internacionales cuando el peso estaba igualado <strong>un</strong>o a <strong>un</strong>ocon el dólar. Tras la debacle financiera del país en 2001 la empresa sevolvió insolvente y finalmente, tras largas negociaciones, el gobier<strong>no</strong>argenti<strong>no</strong> canceló la concesión en marzo de 2006. Tanto Azurix comoAguas Argentinas han presentado juicios contra el gobier<strong>no</strong> argenti<strong>no</strong>ante el CIADI para reclamar compensación por la cancelación de susconcesiones.De los casos considerados, solamente el de Aguas Argentinasregistró <strong>un</strong>a expansión de las conexiones, ya que en los otros casoslas inversiones en infraestructura fueron prácticamente nulas. <strong>Sin</strong>embargo, incluso en el caso de Aguas Argentinas, además del hechoque el financiamiento para la expansión registrada provi<strong>no</strong> casi totalmentedel cobro de la tarifa a los usuarios y de endeudamiento enmercados financieros internacionales, es decir, la inversión propiafue prácticamente nula; según el regulador ETOSS entre 1993 y1998 el nivel de incumplimiento de la empresa con las inversionescomprometidas en el contrato alcanzó el 42%, y entre 1999 y 2002el incumplimiento fue del 33%. Mientras tanto, la empresa obtuvo<strong>un</strong>a tasa de retor<strong>no</strong> en dólares de entre el 12 y el 20% anual, dependiendode cómo se efectúe el cálculo.Ahora bien, el impacto real de estas privatizaciones <strong>no</strong> se hamedido aún en toda su intensidad y probablemente va a extendersepor muchos años. Por ejemplo, en relación a los juicios entabladospor las empresas privadas, es probable que en el caso de países comoArgentina o Brasil, dejando a <strong>un</strong> lado el problema de la legitimidadde los juicios, el impacto sea me<strong>no</strong>r y tarde o tempra<strong>no</strong> los juiciosse arreglarán. Pero en casos como el de Bolivia, <strong>un</strong>o de los paísesmás empobrecidos de la región, el impacto es mucho más significativo.Imagínese que Bolivia sea obligada por el CIADI a compensara la empresa privada por las ganancias que ésta ya <strong>no</strong> podrá tener53


por la cancelación de la concesión. Bolivia necesita urgentementeinversiones para mejorar su infraestructura y extender los serviciosa la población <strong>no</strong> atendida, y sin embargo se ve amenazada condemandas por decenas de millones de dólares presentadas por lascompañías privadas cuyas concesiones han sido canceladas por elgobier<strong>no</strong>. Por otra parte, otro aspecto muy importante es que duranteel proceso de privatización en nuestros países se procedió adesmantelar la capacidad de las empresas públicas, que en muchoscasos perdieron inclusive gran parte de su plantilla de expertos. Enel caso de Bue<strong>no</strong>s Aires, por ejemplo, <strong>no</strong>s encontramos que en <strong>un</strong>momento el ente regulador <strong>no</strong> contaba con expertos que pudieranefectuar la tarea, ya que la mayor parte del personal técnico se habíapasado a la empresa privada. La capacidad del Estado para supervisary regular había sido reducida significativamente, <strong>un</strong> proceso que seha registrado también en muchos otros casos. La reconstrucción deesas capacidades puede tomar <strong>un</strong> largo tiempo, lo cual implica quedurante el proceso posprivatización, en el que las empresas públicasdeben hacerse cargo nuevamente de la gestión, se presentan e<strong>no</strong>rmesobstáculos derivados de la política de vaciamiento y reducción delrol del estado.Finalmente, <strong>un</strong> último p<strong>un</strong>to importante que deseo resaltaraquí es que la política privatista sí tuvo éxito en <strong>un</strong> aspecto central:poner en marcha, y en alg<strong>un</strong>os casos consolidar, <strong>un</strong>a transformaciónen el enfoque de la gestión del <strong>agua</strong> y sus servicios esenciales.A mi modo de ver, esta transformación tiene dos componentesimportantes: a) eliminar el concepto de que los servicios de <strong>agua</strong>son <strong>un</strong> bien social, <strong>un</strong> bien público o <strong>un</strong> <strong>derecho</strong> ciudada<strong>no</strong>; losúnicos <strong>derecho</strong>s que se reco<strong>no</strong>cen a los usuarios son los <strong>derecho</strong>sdel consumidor, b) introducir y fortalecer la <strong>no</strong>ción de que estosservicios son <strong>un</strong> bien privado, cuya organización y provisióndebe centrarse en principios mercantiles. Entonces, a<strong>un</strong>que hayafracasado la política de privatización que se promovió desde ladécada de 1990 en América Latina y a<strong>un</strong>que las grandes empresastransnacionales se retiren de la región en busca de territorios másfavorables, en realidad la dinámica privatista fue puesta en marchacon éxito y actualmente muchas empresas públicas están siendogestionadas a partir del nuevo marco de gestión que abandona la<strong>no</strong>ción de que estos servicios son <strong>un</strong> <strong>derecho</strong> y pone el énfasis más54


ien en la eficiencia económica y financiera de las empresas. Enresumen, lo que hemos ilustrado en estos últimos comentarios esque el proceso de privatizaciones dio gran impulso a lo que de<strong>no</strong>minamosfuerzas inerciales, como la dinámica mercantilizadoradel <strong>agua</strong> y de los servicios, las cuales continuarán ejerciendo <strong>un</strong>ae<strong>no</strong>rme influencia sobre la gobernabilidad y gestión del <strong>agua</strong> enlos próximos años.55


III. EL PAPEL DE LOS DONANTESY SU AYUDA PARA PROMOCIONARLA PRIVATIZACIÓN DEL AGUAEN PAÍSES EN VÍAS DE DESARROLLOVicky Cann*El hecho es que las empresas de servicios públicosde los países en desarrollo necesitan financiaciónprivada para mantener y ampliar los servicios a lospobres. 1FRANÇOIS BOURGUIGNON, Vicepresidente Seniory Eco<strong>no</strong>mista en Jefe, Banco M<strong>un</strong>dial, 2004La privatización es el único modo de conseguir lainversión que los países [pobres] necesitan en cosascomo la banca, el turismo, las telecom<strong>un</strong>icacionesy los servicios como el <strong>agua</strong>, en buenas condicionesreguladoras. 2CLARE SHORT, Secretaria de Estadode Desarrollo Internacional del Rei<strong>no</strong> Unido, 2002Los flujos de ayuda son masivos. En 2004, la ayuda total al desarrolloglobal ascendió a 80.000 millones de dólares. 3 Con esta cantidad dedinero de ma<strong>no</strong> en ma<strong>no</strong> cada año, <strong>no</strong> puede haber ning<strong>un</strong>a dudade que el negocio de la ayuda es <strong>un</strong> gran negocio.* World Development Movement. Traducción de Nuria Mestre.1. [http://econ.worldbank.org/WBSITE/EXTERNAL/EXTDEC/EXTRESEARCH/EXTPROGRAMS/EXTMACROECO/0,,contentMDK:20284204~pagePK:64168182~piPK:64168060~theSitePK:477872,00.html].Visto el 17 de agosto de 2007.2. Clare Short, Miembro del Parlamento (2002). Debate sobre ComercioInternacional. Casa de los Com<strong>un</strong>es Hansard. 19 j<strong>un</strong>io. Columna 297.3. Portavoz oficial del Banco M<strong>un</strong>dial en: Mathiason, N. (2005). «Consultantspocket US$20bn of global aid». (traducción <strong>no</strong> oficial: 20 mil millones de dólaresde ayuda global para los consultores). The Observer. Londres. 29 mayo.57


Y con estos flujos financieros ha llegado la inevitable influenciapolítica de los poderosos sobre los desprovistos de poder. La relaciónde poder entre los gobier<strong>no</strong>s y las organizaciones con medios financieros,y los países en desarrollo cuya población lucha por sobrevivircon 2 dólares al día, está clara.El Banco M<strong>un</strong>dial, por ejemplo, tiene <strong>un</strong> presupuesto anual de23.000 millones de dólares, y 10.000 empleados en 100 países. Supoder viene de desembolsar estos miles de millones como ayuda,pero también de retener miles de millones de dólares de deuda depaíses pobres.El control político del Banco descansa mayoritariamente en lospaíses ricos, que están desproporcionadamente representados en susestructuras de toma de decisiones.Tanto si es el Banco M<strong>un</strong>dial, como el Fondo Monetario Internacional,los bancos regionales donantes de África, Asia y AméricaLatina, o las agencias de ayuda nacionales de los Estados Unidos,Japón, el Rei<strong>no</strong> Unido y otros países ricos, estas instituciones estánen <strong>un</strong>a posición dominante cuando se trata de tomar decisionessobre el desarrollo de los países más pobres del m<strong>un</strong>do. A finales de los ochenta y a principios de los <strong>no</strong>venta, los donantesinternacionales empezaron a promocionar la privatización del <strong>agua</strong>como la solución a la crisis global del <strong>agua</strong>. Después de <strong>un</strong>a décadade gobier<strong>no</strong>s de derechas en Estados Unidos y en el Rei<strong>no</strong> Unido,apareció <strong>un</strong> «Consenso de Washington» que promovía el controlpor parte del sector privado de los servicios que tradicionalmente seorganizaban en el ámbito público —y los servicios de <strong>agua</strong> estabanentre ellos. Se permitía la especulación derivada del suministro deestos servicios, en el <strong>no</strong>mbre de proveer de <strong>un</strong> mejor servicio a losconsumidores.Los donantes inflaron el valor que el sector privado aportaríaa los sistemas públicos de <strong>agua</strong> de los países pobres que estaban endificultades. Se defendieron los aparentemente superiores sistemasde gestión, tec<strong>no</strong>logía y operaciones más eficientes de las corporacionesprivadas; se hizo lo mismo con el e<strong>no</strong>rme potencial deinversión de las multinacionales. El sector público fue denigrado58


como débil, corrupto, con demasiado personal y <strong>no</strong> dispuesto ao <strong>no</strong> capaz de cambiar. En general, se creó la impresión de que laprivatización crearía <strong>un</strong>a situación de yo ga<strong>no</strong>-tú ganas (win-winsituation) que beneficiaría tanto a los países pobres como a los accionistasprivados.Por supuesto, la realidad de la privatización del <strong>agua</strong> en el terre<strong>no</strong>ha sido muy diferente de la imagen rosa que pintaron; las subidas deprecios, las desconexiones y <strong>un</strong>a reticencia a invertir, de modo nadasorprendente, <strong>no</strong> han hecho mella en la crisis global del <strong>agua</strong>.<strong>Sin</strong> embargo, las propias corporaciones de <strong>agua</strong> deben de habersesentido complacidas con la aparición de donantes de todo el m<strong>un</strong>do.Las recientemente privatizadas compañías de <strong>agua</strong> de Inglaterra,j<strong>un</strong>to con las corporaciones de <strong>agua</strong> de reco<strong>no</strong>cido prestigio deFrancia, estaban a la caza de nuevos mercados, y les fue muy bientener <strong>un</strong>os aliados tan poderosos en Washington y en otros lugares,defendiendo su causa por ellos.La creencia en el Consenso de Washington probablemente erasincera en su momento, a<strong>un</strong>que también encubría convenientemente<strong>un</strong>a reducción de flujos de ayuda por parte del Banco M<strong>un</strong>dial yde otros donantes a proyectos de grandes infraestructuras, incluidael <strong>agua</strong>, en países en desarrollo. Es más, la creencia de que el sectorprivado se haría cargo de la cuenta, llevó a que la suma total invertidapor todos los donantes y bancos de desarrollo en infraestructuras enrealidad cayera hasta <strong>un</strong> tercio entre 1996 y 2002. 4Durante la década de los <strong>no</strong>venta y también más recientemente,se ha desplegado la estrategia de privatización de los donantesinternacionales de ayuda, utilizando influencias, persuasión y <strong>un</strong>adescarada presión, todo lo cual ha contado con el poder de los ricossobre los pobres.4. Briceño-Garmendia, Estache y Shafik (2004). Infrastructure Services inDeveloping Co<strong>un</strong>tries: Access, Quality, Costs and Policy Reform (traducción <strong>no</strong> oficial:Servicios de infraestructura en países en vías de desarrollo: Acceso, calidad, costesy reforma política). World Bank Policy Research Working Paper 3468 (Artículode trabajo 3468 del estudio sobre políticas del Banco M<strong>un</strong>dial). Banco M<strong>un</strong>dial.Washington DC, diciembre.59


En alg<strong>un</strong>os casos, la presión ejercida sobre los países en desarrollopara implementar las estrategias de privatización ha sido muy biendefinida y directa. En Tanzania, por ejemplo, el Gobier<strong>no</strong> sólo podíadisponer de <strong>un</strong> paquete de 143 millones de dólares de los donantespara mejorar el <strong>agua</strong> en Dar es Salaam si contrataba a <strong>un</strong> operadorde <strong>agua</strong> privado. 5 En Ghana, el Gobier<strong>no</strong> del Rei<strong>no</strong> Unido intentóutilizar casi 10 millones de libras del dinero destinado a ayuda paraasegurarse de que Ghana seguiría tomándose en serio la políticapropuesta de privatización del <strong>agua</strong>, y cedió solamente cuando salióa la luz el escándalo. 6 En Guinea, los precios del <strong>agua</strong> aumentaron<strong>un</strong> 500% en siete años bajo la privatización y, en 1999, el país <strong>no</strong>re<strong>no</strong>vó el contrato de <strong>agua</strong> privatizada. El Banco M<strong>un</strong>dial y el FMIsuspendieron entonces los fondos para el país, e impusieron la liquidaciónde la empresa de servicios públicos como condición paraseguir enviando ayuda. 7Hay incontables ejemplos más de este tipo de presión ejercidasobre <strong>un</strong>as naciones aparentemente soberanas. Los países desesperadamentepobres, con poco acceso a otras fuentes de ingresos,pueden sentir que casi <strong>no</strong> tienen otra alternativa que <strong>no</strong> sea <strong>agua</strong>ntarla situación y aceptar la financiación con las condiciones adj<strong>un</strong>tas.Pero ni los países en vías de desarrollo más grandes se hanlibrado de esta presión de los donantes internacionales. En Recife(Brasil), el Banco M<strong>un</strong>dial dijo muy claramente a los f<strong>un</strong>cionariosque estaban negociando <strong>un</strong> préstamo de 84 millones de dólares que5. Greenhill, R. y Wekiya, I. (2004). Turning off the Taps (traducción <strong>no</strong> oficial:Cerrar el grifo). ActionAid International. Londres. Septiembre.6. Joy, C. y Hardstaff, P. (2005). Dirty Aid, Dirty Water - The UK Government’spush to privatise water and sanitation in poor co<strong>un</strong>tries. (traducción <strong>no</strong> oficial: Ayudasucia, <strong>agua</strong> sucia – El impulso del Gobier<strong>no</strong> del Rei<strong>no</strong> Unido a la privatizacióndel <strong>agua</strong> y del saneamiento en los países pobres). Londres. Movimiento M<strong>un</strong>dialpor el Desarrollo. Marzo.7. Hall, D. y Lobina, E. (2006). Pipe dreams: The failure of the private sector toinvest in water services in developing co<strong>un</strong>tries (traducción <strong>no</strong> oficial: Quimeras: Elfracaso del sector privado en invertir en servicios de <strong>agua</strong> en países en desarrollo).Movimiento M<strong>un</strong>dial para el Desarrollo, la PSIRU y Public Services International.Londres. Marzo.60


si <strong>no</strong> se comprometían a la privatización del <strong>agua</strong>, se cancelaría elpréstamo. Sólo cuando los propios brasileños amenazaron con salirde las negociaciones, el Banco cedió. 8<strong>Sin</strong> embargo, para cuando <strong>un</strong> país llega a entrar en la sala denegociaciones con <strong>un</strong> donante por <strong>un</strong> préstamo o <strong>un</strong>a subvenciónmultimillonarios, puede ya sentirse en <strong>un</strong> aprieto en lo que se refierea la privatización. Después de todo, las naciones empobrecidasdependen mucho del FMI para tener <strong>un</strong>a buena p<strong>un</strong>tuación que leshaga aptos para recibir créditos y financiación en el ámbito internacional.Para lograr esta p<strong>un</strong>tuación, los programas del FMI exigenque las eco<strong>no</strong>mías produzcan presupuestos ajustados, conseguidossi fuera necesario mediante la restricción del préstamo y gasto públicos,suprimiendo los controles de precios y reduciendo el papeldel Estado. Eso debilita los servicios públicos existentes y hace quela privatización resulte todavía más probable. La carga de la deuda sobre muchos de los países más pobres delm<strong>un</strong>do ha aumentado de manera considerable la presión paraimplementar políticas de privatización. A medida que han idoganando terre<strong>no</strong> las campañas que exigen la reducción de la deuday, a largo plazo, la cancelación de las deudas ilegítimas contraídaspor muchos países en desarrollo, los donantes han respondidollevando a cabo nuevas iniciativas que aligeran las cargas de ladeuda. Pero, como los donantes han controlado habitualmentegran cantidad de la deuda, han estado en <strong>un</strong>a posición influyentepara utilizar los procesos de cancelación y así imponer requisitosde privatización.El proceso de reducción de la deuda de los PPME - Países PobresMuy Endeudados (en inglés: HIPC) fue bien recibido, ya que8. Balanyá, B., Brennan, B., Hoedeman, O., Kishimoto, S. y Terhorst, P.(2005). Reclaiming public water: Achievements, struggles and visions from aro<strong>un</strong>d theworld (traducción <strong>no</strong> oficial: Reivindicar el <strong>agua</strong> pública: Logros, luchas e imágenesde varios países del m<strong>un</strong>do). Instituto Transnacional y Observatorio de Europa Corporativa- Transnational Institute and Corporate Europe Observatory. Enero.61


por fin reco<strong>no</strong>cía que las deudas de las naciones más pobres eraninsostenibles, pero el proceso en sí mismo les daba a los donantesotra oport<strong>un</strong>idad para imponer políticas de privatización. Los documentos«Decision Point» (acuerdos sobre la reducción de la deuda)requeridos por los gobier<strong>no</strong>s que pasan por el proceso de los PPME,han incluido a menudo <strong>un</strong>a condición de privatización como, porejemplo, en Tanzania y Sierra Leona. 9Mientras tanto, los DELP – Documentos de Estrategia de Luchacontra la Pobreza (en inglés: PRSPs), que también son <strong>un</strong> requisitode los PPME, a menudo han incluido <strong>un</strong>a aprobación para la privatizacióndel <strong>agua</strong>. Supuestamente, los DELP son redactados por lospropios países pobres y, en teoría, son «propiedad del país»; pero la<strong>un</strong>iformidad de políticas que contienen han levantado serias dudassobre hasta qué p<strong>un</strong>to son realmente libres de la influencia de losdonantes. De los 50 PPME revisados por el World Development Movementen 2005, el 90% incluye la privatización, y casi dos terciosincluyen específicamente la privatización del <strong>agua</strong> o <strong>un</strong>a mayorparticipación del sector privado en los servicios de suministro de<strong>agua</strong>. 10 Respaldando las condiciones adj<strong>un</strong>tas a la ayuda y a la reducciónde la deuda impuesta por los donantes, se encuentra <strong>un</strong>a estrategiamás sutil de influencia creada por los donantes con el fin de reforzarla presión para privatizar. A finales de los <strong>no</strong>venta, alg<strong>un</strong>as corporacionesmultinacionales indicaban que su interés en los países endesarrollo estaba disminuyendo debido a los problemas asociadoscon la escala, el riesgo y la dificultad de obtener beneficios.<strong>Sin</strong> embargo, los donantes como el Banco M<strong>un</strong>dial y el DfID(Departamento Británico para el Desarrollo Internacional) querían9. Hardstaff, P. y Jones, T. (2005). One size for all: A study of IMF and WorldBank Poverty Reduction Strategies (traducción <strong>no</strong> oficial: Una talla para todos: Unestudio de las estrategias de reducción de pobreza del FMI y del Banco M<strong>un</strong>dial).Movimiento M<strong>un</strong>dial para el <strong>agua</strong>. Londres. Agosto.10. Hardstaff, P. y Jones, T. (2005). Ibíd.62


mantener su estrategia de ampliar la gestión del sector privado parael suministro de <strong>agua</strong> y el saneamiento; por lo tanto, empezarona desarrollar <strong>un</strong>a estrategia que facilitara que las multinacionalesse volvieran a involucrar en los servicios de <strong>agua</strong> de los países endesarrollo.Actualmente hay <strong>un</strong>a serie de instituciones, financiadas con dinerode ayuda, que usan a consultores del sector privado para ofrecerasesoramiento y asistencia técnica a países en desarrollo sobre cómoprivatizar sectores como el <strong>agua</strong> y la energía. Una de estas agencias esla Agencia de Asesoría de Infraestructura Pública-Privada (en inglés:PPIAF). La PPIAF está amparada por el Banco M<strong>un</strong>dial, e investigacionesdel Movimiento M<strong>un</strong>dial para el Desarrollo muestran queha financiado consultorías de privatización de <strong>agua</strong> en, al me<strong>no</strong>s,24 de los países más pobres del m<strong>un</strong>do. 11La PPIAF existe j<strong>un</strong>to con <strong>un</strong>a serie de otros mecanismos internacionalespara promover iniciativas de privatización como el PIDG- Private Infrastructure Development Group (Grupo para el Desarrollode Infraestructuras Privadas), que fue iniciado por el DfID yrecibió el apoyo de las agencias de ayuda nacionales de Suiza, Sueciay los Países Bajos. La Unión Europea ha creado su propia versión dela PPIAF, la llamada Private Sector Enabling Environment Facility(Agencia Ambiental Capacitadora del Sector Privado) y ha recibido20 millones de euros en cinco años. 12No hay pruebas de que exista ning<strong>un</strong>a agencia equivalente quecapacite al sector público.De hecho, de toda la ayuda gastada en 2004 (80.000 millonesde dólares), se gastaron en asistencia técnica hasta 20.000 millonesde dólares. 13 En el Rei<strong>no</strong> Unido, el DfID gasta aproximadamente100 millones de libras en consultores cada año, y al Movimiento11. Cann, V. y Jones, T. (2006). Down the Drain – how aid for water sectorreform could be better spent (traducción <strong>no</strong> oficial: Tirando el dinero – Cómo podríaemplearse mejor la ayuda para la reforma del sector del <strong>agua</strong>). Movimiento M<strong>un</strong>dialpara el Desarrollo. Londres. Noviembre.12, [http://www.corporateeurope.org/murkywater.html].13. Portavoz oficial del Banco M<strong>un</strong>dial en: Mathiason, N. (2005). «Consultantspocket US$20bn of global aid». (traducción <strong>no</strong> oficial: 2.000 millones dedólares de ayuda global para los consultores). The Observer. Londres. 29 mayo.63


M<strong>un</strong>dial para el Desarrollo le preocupa la tendencia pro privatizaciónde alg<strong>un</strong>os de estos consultores.Entre 1997 y 2004, el DfID ha concedido contratos de asistenciatécnica por <strong>un</strong> valor de 1.514.676 libras a los consultores de AdamSmith International (ASI) por trabajos específicos sobre el <strong>agua</strong>.Además, el DfID otorgó 12.434.817 libras al ASI por asesoramientoen proyectos de privatización, alg<strong>un</strong>os de los cuales incluían elsuministro de <strong>agua</strong>. 14 Adam Smith International es <strong>un</strong> productoderivado de la derecha, el grupo de reflexión (think tank) británico,el Adam Smith Institute. 15En 2006, el DfID concedió <strong>un</strong> contrato de 2,6 millones de librasa PriceWaterhouseCoopers por asesorar al Gobier<strong>no</strong> de Sierra Leonasobre la reestructuración de varios sectores propiedad del Estado,incluido el proveedor de <strong>agua</strong> de la ciudad de Freetown. El sitioweb de PwC afirma que:(PwC) ha estado proporcionando asesoramiento de vanguardiasobre la privatización y financiación de proyectos a gobier<strong>no</strong>s yal sector privado de África Central durante más de 15 años, ysomos el mercado líder en este campo. 16 Se ha pagado a alg<strong>un</strong>os consultores con dinero de ayuda de donantespara que «vendan» los esquemas de privatización a com<strong>un</strong>idadeso a grupos específicos de partes interesadas como parlamentarios,periodistas o trabajadores. En Ghana, el DfID financió <strong>un</strong> «programa14. DfID (2004). Procurement contracts 1997-2004 (traducción <strong>no</strong> oficial:Contratos de adquisición 1997-2004). Obtenido del DfID por el MovimientoM<strong>un</strong>dial para el Agua mediante el Código de Práctica de Acceso a Informacióndel Gobier<strong>no</strong>. Recibido el 19 octubre.15. Joy, C. y Hardstaff, P. (2005). Dirty Aid, Dirty Water - The UK Government’spush to privatise water and sanitation in poor co<strong>un</strong>tries. (traducción <strong>no</strong> oficial: Ayudasucia, <strong>agua</strong> sucia – El impulso del Gobier<strong>no</strong> del Rei<strong>no</strong> Unido a la privatizacióndel <strong>agua</strong> y saneamiento en los países pobres). Londres. Movimiento M<strong>un</strong>dial parael Desarrollo. Marzo5.16. [http://www.pwc.com/Extweb/service.nsf/docid/4343C1F2A3736C0185256CE60052A874] Visto el 20 de septiembre de 2006.64


de concienciación pública» sobre los beneficios de la privatización. 17En la India, Adam Smith International recibió dinero para producir<strong>un</strong> documental sobre los beneficios de la privatización. 18Financiada con dinero de ayuda del Rei<strong>no</strong> Unido, la campaña derelaciones públicas de Adam Smith International en Tanzania contócon <strong>un</strong> cómico del país en <strong>un</strong>a serie de an<strong>un</strong>cios de TV, así como con<strong>un</strong> vídeo pop —todos ellos promovían el programa de privatizacióndel país. 19 Eso incluía 273.000 de libras en 1999 que se pagaron ala primera canción pop «pro privatización» del m<strong>un</strong>do:Las plantas jóvenes necesitan lluvia, los negocios necesitaninversión. Nuestras viejas industrias son como cosechas secasy la privatización trae la lluvia. Cuando llega la cosecha, hayab<strong>un</strong>dancia para todos.Mientras tanto, la PPIAF lleva a cabo <strong>un</strong> programa de trabajotitulado «construcción de consenso»: ya con los planes de privatizaciónen la agenda, puede muy bien haber alg<strong>un</strong>a forma de resistenciadesde dentro del Gobier<strong>no</strong>, del Parlamento Nacional, de lasociedad civil, de los sindicatos o de los ciudada<strong>no</strong>s. Los proyectosde «construcción de consenso» de la PPIAF usan a consultores paraintentar superar la oposición a la privatización: se paga a los consultorespara intentar generar apoyo para opciones de privatización17. Martey, E. (2001). The Ghana Experience: Initiating and managing thereform process in the water sector (traducción <strong>no</strong> oficial: La experiencia de Ghana:Iniciar y gestionar el proceso de reformas del sector del <strong>agua</strong>). Vol. II, Artículos ypresentaciones, Reforma del suministro de <strong>agua</strong> y del sector del saneamiento enÁfrica. Informe de provincia: Estudio de la eco<strong>no</strong>mía política de la reforma delsector del <strong>agua</strong>. [http://www.wsp.org/events_archive/v2_ghana.pdf].18. Joy, C. y Hardstaff, P. (2005). Dirty Aid, Dirty Water - The UK Government’spush to privatise water and sanitation in poor co<strong>un</strong>tries. (traducción <strong>no</strong> oficial: Ayudasucia, <strong>agua</strong> sucia – El impulso del Gobier<strong>no</strong> del Rei<strong>no</strong> Unido a la privatizacióndel <strong>agua</strong> y del saneamiento en los países pobres). Londres. Movimiento M<strong>un</strong>dialpara el Desarrollo. Marzo.19. Watt, P. (2004). Whose reform is it anyway? How development aid is drivingwater privatisation in the world’s poorest co<strong>un</strong>tries (traducción <strong>no</strong> oficial: A propósito,¿de quién es esta reforma? Cómo la ayuda al desarrollo está haciendo penetrar laprivatización en los países más pobres del m<strong>un</strong>do). Trib<strong>un</strong>e. Londres. 30 enero.65


concretas, o para cambiar la opinión de grupos que <strong>no</strong> apoyen elplan de privatización. 20En febrero y en marzo de 2000, la PPIAF pagó por <strong>un</strong> programapara los periodistas africa<strong>no</strong>s que cubrían los temas del <strong>agua</strong>, con elobjetivo declarado de «aumentar la cobertura de prensa relacionadacon los temas del <strong>agua</strong> en África, y mejorar la calidad y objetividadde esta cobertura». 21 El programa incluía <strong>un</strong> taller en Durban, entrecuyos temas figuraban: «Comprender los roles del Estado, delsector privado y de la sociedad civil. Pagar por el <strong>agua</strong>. Cambiar lasinstituciones e implicar al sector privado. Proporcionar servicios alos pobres.» 22 La PPIAF dice que el taller pretendía «debatir la participaciónprivada en el sector del <strong>agua</strong> y del alcantarillado, y otrossectores de infraestructuras». 23En 2007, en Malawi, <strong>un</strong> nuevo proyecto PPIAF se propondráganarse el apoyo de las partes interesadas para efectuar reformas yaaprobadas del sector del <strong>agua</strong>; este proyecto es posterior a <strong>un</strong> proyectoprevio de la PPIAF en Malawi, que recomendaba contratos de arrendamientopara los dos principales proveedores públicos de <strong>agua</strong>. 2420. Cann, V. y Jones, T. (2006). Down the Drain – how aid for water sectorreform could be better spent (traducción <strong>no</strong> oficial: Tirando el dinero – Cómo podríaemplearse mejor la ayuda para la reforma del sector del <strong>agua</strong>). Movimiento M<strong>un</strong>dialpara el Desarrollo. Londres. Noviembre.21. WUP, WBI y ZET (2000). Making water everybody’s business: A k<strong>no</strong>wledgeprogramme on water for African journalists (traducción <strong>no</strong> oficial: Haciendo del <strong>agua</strong><strong>un</strong> negocio para todos y todas: Un programa de co<strong>no</strong>cimiento sobre el <strong>agua</strong> para losperiodistas africa<strong>no</strong>s). Partenariado de Empresas de Servicios Públicos para África(WUP), Instituto del Banco M<strong>un</strong>dial (WBI) y Zamcom Educational Trust (ZET).22. PPIAF (2002). Gridlines summary: Making water everybody’s business: TrainingAfrican journalists to improve reporting on water issues (traducción <strong>no</strong> oficial:Resumen cuadrículas: Hacer del <strong>agua</strong> <strong>un</strong> negocio para todos/as: Formación paraperiodistas africa<strong>no</strong>s para que mejoren su cobertura de los temas del <strong>agua</strong>) PPIAF.Washington DC. Abril.23. PPIAF Activity Summary: Africa – Making water everybody’s business: TrainingAfrican journalists to improve reporting on water issues (traducción <strong>no</strong> oficial:Resumen de actividad: África - Hacer del <strong>agua</strong> <strong>un</strong> negocio para todos/as: Formaciónpara periodistas africa<strong>no</strong>s para que mejoren su cobertura de los temas del <strong>agua</strong>).http://wbln0018.worldbank.org/ppiaf/activity.nsf/7222a622d843d5a6852571ea00685a52/954c0cbd03688dbd852571ea0070b734?OpenDocument.24. [http://www.wdm.org.uk/resources/briefings/water/ppiafpar<strong>agua</strong>ycasestudy15052007.pdf].66


Las multinacionales privadas del <strong>agua</strong> activas y claves en el escenariointernacional suelen venir de países ricos occidentales —Francia,Rei<strong>no</strong> Unido, España, Alemania y Estados Unidos—, y los gobier<strong>no</strong>sdonantes <strong>no</strong> se lo han pensado dos veces para promover en elextranjero industrias de sus propios países.Por ejemplo, mientras que <strong>un</strong>a parte del Gobier<strong>no</strong> del Rei<strong>no</strong>Unido, el DfID , utiliza dinero de ayuda para financiar a consultores,otra parte del Gobier<strong>no</strong> del Rei<strong>no</strong> Unido (llamado UK Tradeand Investment o UKT&I [Inversión y Negocio del Rei<strong>no</strong> Unido])está utilizando el dinero de los contribuyentes para promover en elextranjero a consultores y empresas del Rei<strong>no</strong> Unido. Como diceel UKT&I:El Rei<strong>no</strong> Unido tiene mucho co<strong>no</strong>cimiento práctico y periciaque ofrecer en lo referente a la ampliación, mantenimientoy gestión de <strong>un</strong> sistema complejo de infraestructuras y, enespecial, en lo referente a la participación del sector privadoen este terre<strong>no</strong>... El futuro a largo plazo de estas compañíasdepende de forma crucial de sus operaciones de expansiónm<strong>un</strong>dial. 25El trabajo del UKT&I en el sector recibe la información de <strong>un</strong>aserie de agrupaciones privadas dirigidas por el sector. Los gruposayudan a definir mercados prioritarios y actividades prioritarias paracada sector dentro de esos mercados. Para los servicios del <strong>agua</strong>, elpresidente del grupo es Tony Allum, que es también presidente deHalcrow.El último informe anual del UKT&I dice que <strong>un</strong> éxito corporativoconseguido con su ayuda fue <strong>un</strong> proyecto «de significativo valor»financiado por el Banco M<strong>un</strong>dial que ganó Halcrow. 2625. [http://www.tradepartners.gov.uk/infrastructure/profile/index/overview.shtml]. Visto el 13 de enero 2005.26. [https://www.uktradeinvest.gov.uk/ukti/fileDownload/SectorsAnnualReport_07FINAL.pdf?cid=404422]. Visto el 20 de agosto 2007.67


Las conferencias que reciben el apoyo de los donantes puedenser <strong>un</strong>a oport<strong>un</strong>idad útil para que las compañías entren en losmercados. En febrero de 2007, la PPIAF ayudó a financiar <strong>un</strong> grancongreso: «Satisfacer las necesidades de la India con partenariadospúblico-privados (PPP)». En el evento, Praful Patel, Vicepresidentedel Banco M<strong>un</strong>dial para Asia meridional, dijo:Los partenariados público-privados tienen que representar <strong>un</strong>papel mucho mayor para satisfacer las necesidades de infraestructurade la India del que han representado hasta la fecha...El Banco M<strong>un</strong>dial está dispuesto a ampliar su asistencia a laIndia para desarrollar y financiar partenariados público-privados,construyendo a partir de la experiencia aquí, así como dela de otros países que se han beneficiado de los bien diseñadosy robustos programas PPP. 27Antes de embarcarse en el esquema de privatización de <strong>agua</strong> enTanzania, la compañía de <strong>agua</strong> del Rei<strong>no</strong> Unido Biwater obtuvo<strong>un</strong>a póliza de seguros del Departamento de Garantía de Créditoa la Exportación (Export Credit Guarantee Department), dentrodel Gobier<strong>no</strong> del Rei<strong>no</strong> Unido. La póliza la protegía contra riesgospolíticos como la expropiación, la guerra y el incumplimiento decontrato, y es otro ejemplo de cómo los grandes donantes puedenprestar apoyo a compañías nacionales que trabajan en el extranjeroreduciendo riesgos. 28 Como se ha expuesto más arriba, ha habido <strong>un</strong>a clara estrategiapor parte de los donantes internacionales para promover la privatizacióndel <strong>agua</strong> mediante la arquitectura de la ayuda global, y lospaíses en desarrollo que han aceptado la ayuda y la reducción de ladeuda se han puesto en <strong>un</strong>a situación de presión para privatizar sus27. [http://www.ifc.org/ifcext/media.nsf/content/SelectedPressRelease?OpenDocument&UNID=AAC87DCE99AE50D18525727A0076F0AC]. Vistoel 29 de agosto 2007.28. [http://www.ecgd.gov.uk/2003q2_web.pdf].68


servicios de <strong>agua</strong>. La disminución de ayuda pública para serviciosde infraestructuras ha alentado más a los países en desarrollo quebuscan inversión para potenciar esos servicios a considerar el sectorprivado.Como se ha detallado en otra parte de este libro, estos procesosde privatización pueden entonces quedar encerrados por acuerdos decomercio internacional, negociados o multilateral o bilateralmente.En la Organización M<strong>un</strong>dial del Comercio, el Acuerdo Generalsobre el Comercio de Servicios busca «bloquear» la participaciónextranjera y privada en servicios inter<strong>no</strong>s como el <strong>agua</strong>.Mientras tanto, los tratados de inversión bilateral dan a lascompañías privadas <strong>derecho</strong>s y protección extra cuando operan enel extranjero. Ambos tipos de acuerdos refuerzan la privatizaciónde servicios como el <strong>agua</strong>.Pero, por supuesto, esta estrategia <strong>no</strong> ha sido implementada deltodo con éxito. Los gobier<strong>no</strong>s de los países en desarrollo y la sociedadcivil <strong>no</strong> han aceptado esta estrategia en silencio y, durante <strong>un</strong> ciertoperíodo, ha crecido <strong>un</strong>a gran resistencia tanto contra la privatizacióndel <strong>agua</strong> en sí en tanto que política, como contra la presión ejercidapor los donantes para imponerla en los países pobres.En Cochabamba, Bolivia, <strong>un</strong> consorcio privado internacionalasumió en septiembre de 1999 la concesión de 40 años paragestionar los servicios de <strong>agua</strong>. Hubo <strong>un</strong> casi inmediato aumentoen las tarifas del <strong>agua</strong> de hasta <strong>un</strong> 200%. Se combatieron con elejército las manifestaciones masivas que se realizaron en respuestaal incremento de precios; se mató a <strong>un</strong>a persona y varias fueronheridas. Se puso fin a la concesión en abril de 2000, y el <strong>agua</strong>volvió a ma<strong>no</strong>s públicas. 29 Mientras tanto, los servicios de <strong>agua</strong>en Malí, Guinea, Uganda, Tanzania y en partes de América Latinacomo la provincia de Bue<strong>no</strong>s Aires han sido renacionalizados conbue<strong>no</strong>s resultados.29. Joy, C. y Hardstaff, P. (2005). Dirty Aid, Dirty Water - The UK Government’spush to privatise water and sanitation in poor co<strong>un</strong>tries (traducción <strong>no</strong> oficial: Ayudasucia, <strong>agua</strong> sucia – El impulso del Gobier<strong>no</strong> del Rei<strong>no</strong> Unido a la privatizacióndel <strong>agua</strong> y del saneamiento en los países pobres). Londres. Movimiento M<strong>un</strong>dialpara el Desarrollo. Marzo.69


Esta resistencia ha determinado la retórica de los donantes, a losque ha puesto en desventaja y ha exigido dar respuesta a las so<strong>no</strong>rascríticas que se les han hecho. Ahora su discurso consiste mucho enminimizar la condicionalidad y en enfatizar que el Estado tiene latitularidad de los planes y prácticas. Incluso se evita el propio discursode la privatización y se prefieren térmi<strong>no</strong>s como «partenariadospúblico-privados» o «participación del sector privado». Mientrasque podemos y deberíamos ser cínicos sobre el grado en el que estoscambios en el lenguaje realmente indican <strong>un</strong> cambio significativo enlas políticas, ha habido alg<strong>un</strong>os éxitos claros y concretos de campañasen estos últimos años.En marzo de 2005, el Gobier<strong>no</strong> del Rei<strong>no</strong> Unido an<strong>un</strong>ció <strong>un</strong>anueva política que <strong>no</strong> adj<strong>un</strong>taría condiciones perjudiciales para lapolítica económica, como la privatización del <strong>agua</strong>, a la ayuda que dadirectamente a los gobier<strong>no</strong>s de los países pobres. 30 En septiembre de2006, el Gobier<strong>no</strong> del Rei<strong>no</strong> Unido retuvo temporalmente 50 millonesde libras de su asignación anual más reciente al Banco M<strong>un</strong>dial,pendiente de la adecuada implementación de la revisión de condicionalidaddel Banco. 31 El Rei<strong>no</strong> Unido también tiene <strong>un</strong>a políticade <strong>no</strong> condicionar la ayuda a la compra de servicios o productos delRei<strong>no</strong> Unido. Por fin, desde que la organización World DevelopmentMovement empezó su campaña de oposición al apoyo del DfID a laprivatización del <strong>agua</strong>, ha habido <strong>un</strong> descenso apreciable en esa financiación.Todos estos acontecimientos son muy bienvenidos.En Noruega, la coalición gubernamental de centro-izquierdaque fue elegida en octubre de 2005 emitió la Declaración SoriaMoria. En ella se incluía que «la ayuda <strong>no</strong>ruega <strong>no</strong> debería ir aprogramas que contuvieran requisitos para la liberalización y la30. DfID, Foreign and Commonwealth Government and HM Treasury (2005)(traducción <strong>no</strong> oficial: DfID, Gobier<strong>no</strong> de As<strong>un</strong>tos Exteriores y de la Commonwealthy Tesoro de Su Majestad). Partnerships for poverty reduction: rethinkingconditionality (traducción <strong>no</strong> oficial: Partenariados para la reducción de la pobreza:Reconsiderar la condicionalidad). Departamento para el Desarrollo Internacional.Londres. Marzo.31. DfID (2006). Benn considers withholding £50 million from World Bank (traducción<strong>no</strong> oficial: Benn se plantea retener GBP50 millones del Banco M<strong>un</strong>dial).Departamento para el Desarrollo Internacional. Londres. 14 septiembre. [http://www.dfid.gov.uk/news/files/world-bank50.asp].70


privatización». 32 En febrero de 2007, Noruega an<strong>un</strong>ció que ya <strong>no</strong>apoyaría a la PPIAF, y a eso le siguió <strong>un</strong>a decisión similar por partedel Gobier<strong>no</strong> italia<strong>no</strong>.A medida que los países pobres completen con éxito sus procesosde cancelación de deuda, se espera que, como resultado, sudependencia de los donantes internacionales se reduzca. <strong>Sin</strong> embargo, a pesar de estos importantes acontecimientos, las institucionesfinancieras internacionales siguen suponiendo <strong>un</strong>a seriapreocupación y siguen utilizando su poder político y económicopara imponer la privatización del <strong>agua</strong> mediante sus programas deayuda y cooperación.En 2007 el Gobier<strong>no</strong> nepalés recibió <strong>un</strong>a e<strong>no</strong>rme presión delBanco Asiático de Desarrollo (BAD) para ofrecer <strong>un</strong> contrato deprivatización de <strong>agua</strong> a <strong>un</strong>a multinacional del Rei<strong>no</strong> Unido. Elnuevo ministro del Agua de Katmandú había expresado alg<strong>un</strong>asdudas sobre el proceso de licitación del contrato, pero el BAD loamenazó con retirarse si el contrato <strong>no</strong> se concedía. 33 Al final secanceló el contrato, y ahora están en curso <strong>un</strong>as negociaciones entreel Gobier<strong>no</strong> y el BAD con la esperanza de que este último sigasiendo financiador.En Malawi, <strong>un</strong> nuevo proyecto del Banco M<strong>un</strong>dial de 50 millonesde dólares hará inversiones importantes en el sector del <strong>agua</strong> deesta nación empobrecida. <strong>Sin</strong> embargo, escondida entre el papeleodel proyecto, en el sitio web del Banco M<strong>un</strong>dial, hay <strong>un</strong>a ‘cláusula’que exige <strong>un</strong>a «revisión a medio plazo para incluir <strong>un</strong>a decisión sobreel cambio a <strong>un</strong> contrato de arrendamiento (o similar)». 3432. Gobier<strong>no</strong> <strong>no</strong>ruego (2005). The Soria Moria Declaration – InternationalPolicies (traducción <strong>no</strong> oficial: La Declaración Soria Moria – Políticas Internacionales).Visto el 2 de abril. [http://www.arbeiderpartiet.<strong>no</strong>/index.gan?id=47619&subid=0].33. [http://www.wdm.org.uk/news/severntrentwithdraw24052007.htm].34. [http://web.worldbank.org/WBSITE/EXTERNAL/COUNTRIES/AFRICAEXT/MALAWIEXTN/0,,contentMDK:21348010~pagePK:2865066~piPK:2865079~theSitePK:355870,00.html].71


A partir de estos dos ejemplos contemporáneos, está claro quelos principales desafíos siguen siendo convertir la ayuda y la mayorinfluencia de los donantes internacionales en fuerzas progresistas,que detengan la imposición de la privatización del <strong>agua</strong> en paísespobres y que, en lugar de eso, hagan <strong>un</strong>a contribución completamentepositiva para combatir la crisis global del <strong>agua</strong>.Tanto si es mediante condiciones directas adj<strong>un</strong>tas a la ayuda y ala reducción de la deuda, como mediante presión para controlar elgasto público y gestionar las deudas, recepción de asesoramientofinanciado con ayuda y campañas de relaciones públicas pro privatización,o promoción de multinacionales de los países donantes, laarquitectura de la ayuda ha sido continuamente usada para promoverla privatización del <strong>agua</strong> en los países pobres, a pesar de la falta depruebas que muestren que beneficia a los pobres.Las soluciones a la crisis global del <strong>agua</strong> requieren que la ayudase use para construir empresas de servicios públicos que sean públicasy fuertes, eficientes, transparentes y participativas. Allí dondela ayuda y la reducción de la deuda se han utilizado para beneficiardirectamente a las empresas públicas de servicios, como por ejemploen Uganda, se han visto beneficios para los usuarios del <strong>agua</strong> por <strong>un</strong>mejor acceso al <strong>agua</strong> y <strong>un</strong> mayor número de conexiones.Como me dijo recientemente <strong>un</strong> gestor público de <strong>agua</strong> en Brasil,«el sector público puede hacer todo lo que puede hacer el sectorprivado, y más»; por lo tanto, démosle todo nuestro apoyo.72


UNA TIPOLOGÍA DEL PROCESO DE PRIVATIZACIÓN DELP (en inglés: PRSP = Poverty ReductionStrategy Paper) (en inglés: PRGF = Poverty Reductionand Growth Facility) PRSC (en inglés: PRSC = Poverty Reduction SupportCredit) DfID (en inglés: DfID = Department forInternational Development)73


IV. EL FRACASO DE LA PRIVATIZACIÓNDEL AGUAEloi Badia, Lluís Basteiro y Ana Gris*Desde los años ochenta, el problema del <strong>agua</strong> está en las agendas dedesarrollo y, aún así, hoy en el m<strong>un</strong>do 1.100 millones de personas <strong>no</strong>tienen acceso al <strong>agua</strong> potable y 2.600 millones <strong>no</strong> disponen de sistemasde saneamiento, hecho que causa el 80% de las enfermedades yla muerte de 2,2 millones de personas cada año, la mayoría niños yniñas me<strong>no</strong>res de 5 años. Mujeres y niñas a menudo emplean másde 5 horas diarias recorriendo entre 10 y 15 km para recoger <strong>agua</strong>,con los lógicos efectos sobre su escolarización. Y en cada trayectotransportan entre 20 y 15 litros de <strong>agua</strong>, muy por debajo de los 50litros por persona y día que se considera <strong>un</strong>a dotación mínimamenterazonable. En definitiva, la falta de estos servicios básicos, <strong>agua</strong> ysaneamiento, influyen decisivamente en otros procesos directamenterelacionados con el desarrollo de las personas y las com<strong>un</strong>idades.Pero a<strong>un</strong>que el Consejo de Derecho Económicos, Culturales ySociales de Naciones Unidas (NN UU) declaró el <strong>agua</strong> como <strong>un</strong> <strong>derecho</strong>huma<strong>no</strong>, como <strong>un</strong> factor indispensable para vivir dignamentey como <strong>un</strong>a condición previa para la realización de otros <strong>derecho</strong>s,en la Observación General nº15, y pese a que los gobier<strong>no</strong>s se comprometierona reducir la falta de acceso al <strong>agua</strong> y al saneamiento conlos Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), actualmente <strong>no</strong> sólo* Ingeniería <strong>Sin</strong> <strong>Fronteras</strong>.75


<strong>no</strong> hay progresos significativos, si<strong>no</strong> que el problema se agrava porla falta de vol<strong>un</strong>tad política y, entre otros, por el proceso de mercantilizacióndel <strong>agua</strong>. Un proceso impulsado por las InstitucionesFinancieras Internacionales (IFI) como receta para llegar a cumplirlos ODM mediante procesos de privatización. 1Tradicionalmente, tanto en el hemisferio <strong>no</strong>rte como en el sur, elsector público ha administrado la mayor parte de los sistemas desuministro de <strong>agua</strong> del m<strong>un</strong>do. Actualmente, cerca del 90% dela gente que tiene acceso al servicio de <strong>agua</strong> lo recibe del sectorpúblico, y los recursos financieros para inversiones de <strong>agua</strong> y serviciosde saneamiento se han conseguido por mecanismos públicostradicionales de crédito e imposición fiscal, además del cobro de<strong>derecho</strong>s a los usuarios.No es hasta la década de los ochenta, en plena implantacióndel Consenso de Washington dirigido a reducir el gasto del sectorpúblico, que se comienza a gestar la participación del sector privadoen los servicios de <strong>agua</strong> y saneamiento, alcanzando <strong>un</strong> protagonismo<strong>no</strong>table a partir de 1990. Pese a todo, este protagonismo sería especialmenteconflictivo en los países del sur, puesto que la actuaciónde las multinacionales se realizó atendiendo exclusivamente a losintereses comerciales y de generación de beneficios.Este cambio de opción, del sector público hacia el sectorprivado, se cimentaba, entre otros, en los principios concretadosen la Conferencia Internacional sobre el Agua de Dublín (1992),que establece específicamente que el <strong>agua</strong> tiene <strong>un</strong> valor económicoaplicable a todos sus usos, y por tanto debe ser reco<strong>no</strong>cida como <strong>un</strong> bieneconómico. El Banco M<strong>un</strong>dial (BM), los bancos regionales de desarrollo,la Organización M<strong>un</strong>dial del Comercio (OMC) y el Fondo1. El térmi<strong>no</strong> privatización del <strong>agua</strong> se refiere al proceso por el que las empresasprivadas con fin de lucro asumen la responsabilidad de la gestión del servicio bajodiferentes formas; en cambio, por mercantilización del recurso entendemos el hechoque el <strong>agua</strong> cotice por su precio en el libre mercado, que se rige por la ley de laoferta y la demanda y, por tanto, exista la posibilidad de especulación.76


Monetario Internacional (FMI), 2 asumieron inmediatamente esteplanteamiento, potenciando reformas en el sector del <strong>agua</strong> y otraspolíticas de carácter neoliberal, que iniciaban el proceso de privatizacióndel <strong>agua</strong> en América Latina y Asia.Una de estas políticas, quizás de las más decisivas, son losProgramas de Ajuste Estructural (PAE), impulsados por el FMI, conel objetivo de reducir el gasto público e incrementar los ingresosque se dirigen a hacer efectivo el cobro de la deuda externa. Estoa menudo exige la venta de los operadores públicos; es decir, lapromoción de la privatización del <strong>agua</strong>. Para valorar el impactode estos PAE, sólo hay que tener presente que el 90% de los paísescon más de <strong>un</strong> 25% de población sin acceso al <strong>agua</strong>, son paísesPobres Altamente Endeudados (HIPC por sus siglas en inglés). Dehecho, en el 30% de los casos en que el FMI se dirige a <strong>un</strong> paíspara hacer sus recomendaciones, incluye condiciones dirigidas aalg<strong>un</strong>a forma de privatización, 3 a<strong>un</strong>que sea de forma sutil comoexigiendo reformas de las leyes de <strong>agua</strong> nacionales, o forzando <strong>un</strong>adescentralización de operadores estatales abierta a la intervenciónprivada.Pero el BM, el principal agente financiador para la mayoría depaíses empobrecidos, tampoco se queda atrás, y el año 2002, porejemplo, condicionó más del 80% de sus créditos en el sector del<strong>agua</strong> a alg<strong>un</strong>a forma de privatización. 4 O el Banco Interamerica<strong>no</strong> deDesarrollo (BID), que en el período 1993-2005, condicionó el 66%de sus créditos en el sector <strong>agua</strong> a la promoción de la participaciónprivada. 5 Y esto por <strong>no</strong> hablar de los constantes esfuerzos que realizala OMC para que el abastecimiento de <strong>agua</strong> se contemple como <strong>un</strong>servicio comercializable dentro del Acuerdo General de Comercio y2. Para captar mejor el impacto del BM, el FMI y la OMC, consultar The rolesof the IMF, the World Bank, and the WTO in Liberalization and Privatizatio<strong>no</strong>f the Water Services Sector, Nancy Alexander, Citizens Network on EssentialServices, 2005.3. IMF Forces Water Privatization on Poor Co<strong>un</strong>tries, Sara Grusky, GlobalizationChallenge Initiative, 2001.4. World Bank and Center for Public Integrity Analysis.5. Sedientos. El BID y las políticas sobre el <strong>agua</strong>, Food and Water Watch,2007.77


Servicios, donde los intereses de las multinacionales quedan formaly efectivamente por encima de los intereses de los estados. 6Ante todo esto, y en contraposición con esta consideración del<strong>agua</strong> como <strong>un</strong> bien económico, numerosos movimientos sociales reivindicaronel acceso al <strong>agua</strong> como <strong>un</strong> <strong>derecho</strong> <strong>un</strong>iversal; posición quese vio reforzada el año 2002, cuando el Consejo Económico y Socialde NU emitió la Observación General 15, donde se establece que:[...] el <strong>agua</strong> es <strong>un</strong> recurso natural limitado y <strong>un</strong> bien público f<strong>un</strong>damentalpara la vida y la salud... Se debe tratar como <strong>un</strong> bien socialy cultural, y <strong>no</strong> como <strong>un</strong> bien f<strong>un</strong>damentalmente económico... El<strong>derecho</strong> huma<strong>no</strong> al <strong>agua</strong> es indispensable para vivir dignamente yes condición previa para la realización de otros <strong>derecho</strong>s huma<strong>no</strong>s.Es decir, el <strong>agua</strong> es <strong>un</strong> <strong>derecho</strong> y <strong>no</strong> <strong>un</strong>a mercancía.Pero ¿coincide todo el m<strong>un</strong>do en que el <strong>agua</strong> es <strong>un</strong> <strong>derecho</strong>, y <strong>no</strong><strong>un</strong>a mercancía? Entre los que <strong>no</strong> están de acuerdo, o como mínimose expresan con matices, encontramos al Foro M<strong>un</strong>dial del Agua, 7que mantiene en la agenda, de forma permanente, la financiaciónprivada para el desarrollo del sector <strong>agua</strong>.Ya en el primer Foro M<strong>un</strong>dial del Agua de Marrakech (1997),la declaración ministerial resultante dejaba bien claro que el <strong>agua</strong>es <strong>un</strong>a necesidad básica, dejándola al mismo nivel que el acceso a laenergía, la com<strong>un</strong>icación o el transporte. 8 En el tercer Foro, en Kioto6. Para más información, La inclusión del <strong>agua</strong> en el Acuerdo General de Comercioy Servicios, Enginyeria sense Fronteres, Lluís Basteiro, capítulo V del presente libro.7. Re<strong>un</strong>iones internacionales que se celebran cada tres años, destinadas adebatir las políticas relacionadas con el <strong>agua</strong>. Las organiza el de<strong>no</strong>minado ConsejoM<strong>un</strong>dial del Agua, <strong>un</strong> organismo en el que están integrados representantes de lasprincipales multinacionales del sector, y que tiene el apoyo explícito del sistemade Naciones Unidas. Su actual presidente es Loïc Fuchon, director general deAguas de Marsella (propiedad de Suez y Veolia-Vivendi). Obviamente, las políticasque se proponen en estos foros son las que se adecuan a los intereses de estesector social y empresarial, y desde los movimientos sociales se den<strong>un</strong>cia su faltade legitimidad.8 De hecho, el BM aglutina bajo <strong>un</strong>a misma dirección el <strong>agua</strong>, la energía yel transporte, y esta con<strong>no</strong>tación de necesidad y <strong>no</strong> de <strong>derecho</strong>, justifica que <strong>no</strong> sepriorice de forma absoluta el acceso al <strong>agua</strong> dentro de este organismo.78


(2003), la situación todavía empeoraba cuando en la declaraciónfinal se definía el acceso al <strong>agua</strong> como <strong>un</strong>a driving force, simplemente<strong>un</strong>a fuerza motriz.El Cuarto Foro M<strong>un</strong>dial de México (2006), la Unión Europea 9(UE) se hizo cargo de forma <strong>un</strong>ilateral del borrador de la declaraciónfinal, delegando su redacción en <strong>un</strong> directivo de Ondeo-Suez y presidentede AquaFed, 10 <strong>un</strong> reciente grupo de presión del sector del<strong>agua</strong>, mitad lobby, mitad think-tank, que actúa como <strong>un</strong>a especiede patronal de las multinacionales del ramo. Con esta perspectiva,difícilmente dicho borrador podía recoger ning<strong>un</strong>a definición del<strong>agua</strong> como <strong>derecho</strong> básico y <strong>un</strong>iversal. Bolivia, Cuba, Venezuela yUruguay impulsaron <strong>un</strong>a enmienda dirigida hacia este reco<strong>no</strong>cimiento,pero el anfitrión, México, argumentaba para cerrar el debate,que esta enmienda era <strong>un</strong>a obviedad, y que por tanto <strong>no</strong> hacia faltarecogerla; a pesar de que alg<strong>un</strong>os países europeos hicieron el gestode dar apoyo a la iniciativa, como Suecia o España, la UE cerró filasy la enmienda se paró. Una batalla perdida para muchos, pero <strong>un</strong>p<strong>un</strong>to de inflexión para otros.U<strong>no</strong> de los aspectos que se aborda sistemáticamente en losForos M<strong>un</strong>diales del Agua, es la cuestión de la financiación necesariapara alcanzar los ODM. Antes de Kioto (2003), se le encargóa Michel Camdessús, ex-director del FMI y próximo a Suez, elcorrespondiente documento de estrategia: Financiando el <strong>agua</strong>para todos. Para su redacción, Michel Camdessús constituyó <strong>un</strong>equipo donde, entre otros, se integraba el presidente de AquaFedy todos los bancos regionales de desarrollo, fieles seguidores de ladoctrina marcada por el BM. En este documento se apuesta por<strong>un</strong> protagonismo especial del sector privado, que debería alcanzar<strong>un</strong>a cuota de mercado mínima del 15%. El Informe Camdessúsplantea, entre otras cosas, la conveniencia de dar cobertura a lasmultinacionales, con diversas medidas destinadas a disminuir los9. El interés de la UE queda claramente entendido por el hecho que 9 de las10 multinacionales más potentes del sector son europeas.10. El objetivo de AquaFed, creado el 2005, es promover la participación delsector privado en la gestión del <strong>agua</strong> y el saneamiento… y representar los operadoresprivados a nivel internacional.79


iesgos que se han detectado en las inversiones del sector <strong>agua</strong>en los países empobrecidos; 11 en concreto, se habla de fijar lastasas de retor<strong>no</strong>, anclar las tarifas a monedas estables, garantizarla recuperación total de costes, potenciar las descentralizacionesque deben permitir identificar los mercados más rentables, 12 ysacralizar las nuevas formas de privatización en <strong>un</strong> momento enque este concepto se está viendo fuertemente devaluado por losrecientes acontecimientos de América Latina: los partenariadospúblico-privados (PPP), <strong>un</strong>a interesante fórmula de colaboración,donde el sector público pone la infraestructura y la deuda, y losoperadores privados la gestión y el beneficio.¿A qué se debe este interés en promocionar el sector privadocon ánimo de lucro en el sector del <strong>agua</strong>? Como ya hemos dicho,a inicios de los años ochenta se empieza a aplicar, como <strong>un</strong> rodillo,la doctrina que nace del Consenso de Washington, que en el sectordel <strong>agua</strong> se resume perfectamente en los 4 p<strong>un</strong>tos siguientes: 13– los recursos hídricos se deben asignar siguiendo principios demercado;– tal y como recoge la Declaración de Dublín, los servicios de<strong>agua</strong> y saneamiento se deben considerar como <strong>un</strong> bien económico;– los usuarios de estos servicios son consumidores, y tienen <strong>derecho</strong>a este servicio en tanto que clientes;– los servicios de <strong>agua</strong> y saneamiento deben ser suministradospor operadores privados, que siempre serán más eficientes quelos operadores públicos; cuanto me<strong>no</strong>r sea la regulación, máseficiente será <strong>un</strong> operador privado.11. Un análisis de este informe se puede consultar en Financing water for theworld – an alternative to guaranteed profits (2003), y en Water Finance. A discusión<strong>no</strong>te (2004), ambos por David Hall, PSIRU, Universidad de Greenwich.12. Por ejemplo, en el caso de operadores públicos estatales, esto significadeshacerse del compromiso de servir a zonas rurales, o a zonas periurbanas <strong>no</strong>rentables.13. Esteban Castro, 2005.80


Y, en este contexto ¿qué <strong>no</strong>s aporta <strong>un</strong> operador privado? Supuestamente,la introducción de <strong>un</strong> espacio para hacer negocio conel <strong>agua</strong> debía aportar toda <strong>un</strong>a serie de beneficios:– <strong>un</strong>a eficiencia derivada de la competencia, con mejores recursoshuma<strong>no</strong> y <strong>un</strong>a gran capacidad técnica y tec<strong>no</strong>lógica;– inversiones frescas, que deben red<strong>un</strong>dar en <strong>un</strong>a ampliación delas redes;– tarifas mucho más ajustadas;– <strong>un</strong>a reducción de la carga sobre las finanzas públicas, puesto queel Estado ya <strong>no</strong> tendrá que soportar <strong>un</strong> servicio deficitario;– finalmente, <strong>un</strong>a gestión eficaz y transparente.Obviamente, según las corrientes de pensamiento dominantes,los operadores públicos <strong>no</strong> pueden ofrecer el mismo grado deservicio, tal y como describe perfectamente el PPIAF, 14 puesto quepresentan los siguientes problemas:– <strong>un</strong>a ineficiencia derivada del mo<strong>no</strong>polio, con recursos huma<strong>no</strong>spoco capacitados y <strong>un</strong>a base tec<strong>no</strong>lógica obsoleta;– falta de inversiones y mantenimientos deplorables;– malas políticas tarifarias;– déficit económico crónico;– gestión burocratizada y corrupción generalizada. ODMLas anteriores precauciones y garantías propuestas por el PanelCamdessús <strong>no</strong> son arbitrarias, si<strong>no</strong> el resultado de la experienciainternacional adquirida por las multinacionales del <strong>agua</strong> ya que,pese a que inicialmente los riesgos se consideraron asumibles, larealidad ha demostrado que los beneficios obtenidos <strong>no</strong> se corres-14. Otro think-tank nacido bajo el BM, y apadrinado por la UE. New designsfor water and sanitation transactions: making private sector participation work forthe poor, PPIAF, 2002.81


ponden con las expectativas que se habían generado. Esto quedaconstatado, entre otros, por la evolución de la tipología de loscontratos, de la concesión del sistema a los contratos BOT (buildoperate-transfer)pasando por el arrendamiento y los contratos degestión, que se han dirigido a minimizar las inversiones y, portanto, los riesgos.Si bien a lo largo de los año <strong>no</strong>venta hubo <strong>un</strong> crecimiento delmodelo privatizador, a partir del año 2000, las multinacionalesdel <strong>agua</strong> experimentaron <strong>un</strong>a creciente oposición a su actividad,y sufrieron la rescisión de varios contratos, con casos realmentesignificativos como Bue<strong>no</strong>s Aires, Cochabamba, Manila o Jakarta.En la actualidad, las multinacionales prefieren centrar su actividaden China, en la propia UE y países veci<strong>no</strong>s, así como en el OrienteMedio y el <strong>no</strong>rte de África, arrastrando también la financiación delas IFI hacia estas zonas, y reduciendo su presencia en los países derentas más bajas, para limitar las pérdidas y riesgos. De hecho, hoyla política general de las multinacionales del sector <strong>agua</strong> se basa enreducir los niveles de endeudamiento vendiéndose los contratos <strong>no</strong>rentables, la reducción de costes, limitar las nuevas inversiones alresultado del cash flow, y reducir drásticamente la inversión en lospaíses empobrecidos. 15Esta circ<strong>un</strong>stancia, este fracaso del modelo privatizador, se hapuesto claramente de manifiesto en numerosos documentos, entrelos que se puede citar el de la Comisión de Desarrollo del ParlamentoEuropeo de 2004 sobre las repercusiones de las actividadesde crédito de la Com<strong>un</strong>idad Europea a los países en desarrollo,donde se afirma que:[…] <strong>un</strong>a posición estricta en cuanto al desarrollo de la inversiónprivada… ha resultado ser particularmente ineficaz en elámbito de los servicios básicos. El propio Banco Europeo deInversiones (BEI) ha concluido que las inversiones en el ámbitodel <strong>agua</strong> y la electricidad se han ido retirando paulatinamente.De esta forma, se ha puesto de manifiesto que los ODM sólo se15.Water multinationals in retreat, David Hall, PSIRU, Universidad deGreenwich.82


alcanzarán si se encarga su consecución al sector público, y si aéste se le proporciona la dotación financiera necesaria.Es evidente que esta cont<strong>un</strong>dente afirmación <strong>no</strong> se correspondecon los planteamientos ni las expectativas del Informe Camdessús, encuanto a la importancia de la financiación privada para alcanzar losODM, ya que esto implicaría que, cada día, entre 2006 y 2015, cercade 270.000 personas deberían acceder a fuentes seguras de <strong>agua</strong>, yla inversión privada directa sólo ha extendido el servicio a 900 personaspor día durante los últimos nueve años. 16 Quizás deberíamoshaber prestado más atención al director ejecutivo de Saur, la terceramultinacional del ramo: «que el sector privado ofrezca conexionespara todo el m<strong>un</strong>do… ¡<strong>no</strong> es <strong>un</strong>a demanda realista!».Ahora, después de más de 15 años de experiencias del sectorprivado como suministrador de <strong>agua</strong> y saneamiento en los países endesarrollo, tenemos suficientes pruebas empíricas para afirmar queel proceso de privatización ha resultado <strong>un</strong> fracaso. Lo que teníaque ser tarifas ajustadas e inversiones frescas, ha acabado siendoalgo muy diferente:– los operadores privados con ánimo de lucro <strong>no</strong> han demostradoser más eficientes que los operadores público, más bien alcontrario; 17– las inversiones se han quedado en promesas, muy por debajode lo previsto, sin extensión de redes hacia zonas <strong>no</strong> rentables;– tarifas más elevadas; 18– las empresas privadas de <strong>agua</strong> <strong>no</strong> han aportado nuevas fuentede financiación, y dependen fuertemente de las mismas fuentesde las que dispone el sector público; éste a menudo ha actuadocomo avalador de los préstamos, en directa aplicación del es-16. Espejismo en el <strong>agua</strong>. El fracaso de las inversiones privadas en el servicio de<strong>agua</strong> de países en desarrollo, PSIRU y World Development Movement, 2006.17. D. Hall y E. Lobbina efectúan <strong>un</strong>a intensa compilación de informes yestudios que confirman esta sentencia. The relative efficiency of public and privatewater sector, PSIRU, Universidad de Greenwich, 200518. El propio PNUD, en su informe de 2006, estima que los operadores privadosson, de media, cerca de <strong>un</strong> 20% más caros que los operadores públicos.83


quema de f<strong>un</strong>cionamiento de los PPP, generándose <strong>un</strong> aumentode la carga sobre las finanzas públicas;– casos de corrupción, tanto en la adjudicación de contratos comoen la gestión de los sistemas: «las compañías transnacionalesson tan propensas a pagar sobor<strong>no</strong>s administrativos y tratar decooptar el Estado como otras compañías, y las compañías transnacionalesque tienen sedes en el extranjero, son más propensasque otras a pagar comisiones clandestinas para contratar conentidades públicas». 19En definitiva, la privatización del <strong>agua</strong> <strong>no</strong> ha proporcionado lasinversiones prometidas y, lo peor de todo es que, al mismo tiempo quelos donantes internacionales han fomentado el papel del sector privadocomo inversionista en los servicios del <strong>agua</strong>, han reducido sustancialmentesus propias inversiones en éstos; así como muchos países que,condicionados por las exigencias del FMI a reducir el gasto en el sectorpúblico, han disminuido las inversiones en infraestructuras, entre ellaslas del <strong>agua</strong>. Estas reducciones, hechas por donantes y estados, hansuperado de largo las inversiones efectivas del sector privado.Distintos informes 20 e investigaciones hechas para el Eco<strong>no</strong>micReview por el mismo Banco M<strong>un</strong>dial indican que la eficiencia delas empresas privadas <strong>no</strong> difiere significativamente de la del sectorpúblico. 21 En referencia a la financiación, la realidad es que la administraciónprivada del <strong>agua</strong> utiliza principalmente las mismas fuentesde financiación que el sector público: el excedente que produce elsuministro de <strong>agua</strong>, la ayuda del gobier<strong>no</strong> nacional o de gobier<strong>no</strong>sextranjeros, préstamos de bancos de desarrollo; y préstamos y obligacionesde bancos comerciales. 2219 Extraído de <strong>un</strong> informe para el BM Are Foreign Investors and MultinationalsEngaging in Corrupt Practices in Transition Eco<strong>no</strong>mies? Hellman, Jones yKaufmann, 2000.20. The relative efficiency of public and private water sector, PSIRU, Universidadde Greenwich, 2005.21. Estache, A. y Rossi, M. (2002), How different is the efficiency of publicand private water companies in Asia? The World Bank Eco<strong>no</strong>mic Review Vol. 16 No.1. Oxford University Press. Oxford. J<strong>un</strong>io.22. Espejismo en el <strong>agua</strong>. El fracaso de las inversiones privadas en el servicio de<strong>agua</strong> de países en desarrollo, PSIRU y World Development Movement, 2006.84


El BM resumió este fracaso el año 2003, indicando que la faltade inversión a partir del año 2000 ha ido acompañada de:Una reducción de las ambiciones de los inversores... <strong>un</strong> cambioen la opinión pública, ahora contraria al suministro privado delos servicios de infraestructura. El sentimiento de desilusión quereina ahora contrasta, mirando atrás, con las expectativas quenacieron del crecimiento espectacular de las infraestructurasprivadas en los años <strong>no</strong>venta. 23 Desde la década de los <strong>no</strong>venta, el sector privado ha abierto nuevosmercados y nuevos contratos. Para entender estos procesos deprivatización primero debemos diferenciar entre los distintos tiposde contrato que existen:– Concesión: mediante este tipo de contrato se otorga a <strong>un</strong>aempresa privada la licencia de administrar el sistema de <strong>agua</strong>y cobrar a los clientes por el servicio con fines de lucro. La empresaprivada es responsable de todas las inversiones, incluidaslas nuevas tuberías y alcantarillas para <strong>un</strong>idades domésticas aún<strong>no</strong> conectadas a la red.– Arrendamiento: este tipo de contrato establece que la compañíaes responsable de administrar el sistema de distribución y dehacer las inversiones necesarias para reparar y re<strong>no</strong>var los activosexistentes; pero la autoridad pública sigue asumiendo laresponsabilidad de las nuevas inversiones.– Gestión: el contrato de gestión deja en ma<strong>no</strong>s de la empresa privadala responsabilidad de administrar el servicio de <strong>agua</strong>, pero<strong>no</strong> de hacer ning<strong>un</strong>a parte de las inversiones, y generalmentetampoco de emplear al personal.Si analizamos los contratos que se han realizado <strong>no</strong>s encontramosante este pa<strong>no</strong>rama m<strong>un</strong>dial.23. Harris, C. (2003), Private participation in infrastructure in developing co<strong>un</strong>tries:Trends, impacts and policy lessons, C. Harris, documento de trabajo del BM Nº 5.85


En África subsahariana vive el 25% de la gente que necesita conectarseal suministro de <strong>agua</strong> para cumplir los ODM, en esta región vemoscomo lel 80% de los contratos de concesión y de arrendamientose han suspendido antes de vencerse o han sido objeto de conflictograve (relativo a los niveles de inversiones, entre las autoridadespúblicas y la empresa que explota el servicio).Además, ha habido muy pocas concesiones y éstas siempre hansido inversiones inferiores a las previstas. Los contratos con mayoréxito han sido de arrendamiento, en los que han sido las autoridadespúblicas las responsables de las ampliaciones de la red.En la región de Asia del Sur, incluidos India, Pakistán, Bangladeshy Sri Lanka, <strong>no</strong> ha habido ni <strong>un</strong> solo contrato de concesión oarrendamiento con el sector privado. En <strong>un</strong>a zona donde vive el23% de la población m<strong>un</strong>dial, <strong>no</strong> se han hecho inversiones de empresasprivadas de servicios de <strong>agua</strong> en ampliación de los sistemasde distribución.En la región de Asia Oriental, ha habido en total 15 contratos deconcesión. De éstos solamente existen fuera de China 6 concesionesde suministro de <strong>agua</strong> a zonas residenciales, cuatro de ellas en Yakartay Manila. De las 6, <strong>un</strong>a ha sido rescindida y tres tropiezan con gravesproblemas. En lo que hace referencia a China, hay poca informacióndisponible sobre la marcha de las concesiones y, por consiguiente,<strong>no</strong> existe ningún estudio detallado de esos contratos. América Latina se convirtió en el centro de pruebas de la privatización.Si bien en otros continentes los procesos de privatización<strong>no</strong> tomaron tan protagonismo, en América Latina sucedió todo locontrario. Esta circ<strong>un</strong>stancia está motivada, f<strong>un</strong>damentalmente,por tres factores, 24 a los que se les podría añadir <strong>un</strong> componente deafinidad cultural, que <strong>no</strong> se da en Asia o África:24. Budds, J.; McGranaham, G. (2003), Privatization and the provision ofurban water and sanitation in Africa, Asia and Latin America, International Institutefor Environment and Development.86


– la existencia de <strong>un</strong>a volumi<strong>no</strong>sa clase media, bastante atractivapara la inversión privada;– numerosos operadores públicos, con pocos recursos y con nivelesde endeudamiento importantes, que hacen que la alternativaprivada sea fácilmente justificable;– amplísima aplicación de las políticas neoliberales, por medio dePAE y créditos condicionados. 25Además vemos <strong>un</strong>a importante participación de empresas españolas,que se centraron en América para externalizarse. Actualmente,pocas concesiones privadas se mantienen vigentes bajo su formaoriginal. En conclusión, cerca del 62% de los contratos privados quese iniciaron en los <strong>no</strong>venta se han visto modificados y/o canceladospor <strong>un</strong> motivo u otro, y de éstos, el 57% han acabado pasando, denuevo, bajo el control del sector público, en el siguiente cuadropodemos ver estas cifras:Total contratos Multinacionales ContratosRetor<strong>no</strong>Paísmultinacionales españolasque cesan % al sector %-cambianpúblico Total 45 33 28 62% 16 57%25. Casi todas las concesiones privadas en América Latina se financiaron, alme<strong>no</strong>s en parte, con créditos multilaterales; incluso en alg<strong>un</strong>os contratos, comoBue<strong>no</strong>s Aires o La Paz, las instituciones financieras aparecen como partes interesadaso socios.87


En 2007 existían sólo 17 contratos internacionales de los cualesen 14 existía participación de empresas españolas, es decir en másdel 80% de los contratos existentes. Dos grupos españoles dominanhoy el pa<strong>no</strong>rama en la región: Aguas de Barcelona (AgBar) yPreactiva Media Ambiente, ambas de capital francés. Pero inclusoestas compañías están abandonando contratos: AgBar, por ejemplo,ha dejado sus contratos en Brasil, Uruguay y Argentina; y ProactivaMedio Ambiente ha perdido sus contratos en Argentina y Venezuela.26 De hecho, <strong>no</strong> tienen planes de expansión en la región, y <strong>no</strong> hayprevisión de que accedan a ningún contrato nuevo.La experiencia de AgBar ha sido muy conflictiva, especialmenteen Uruguay 27 y Argentina; en este último país, todas sus concesiones,Bue<strong>no</strong>s Aires, Santa Fe y Córdoba, han acabado con protestassociales y demandas formuladas al CIADI contra el Estado. AgBarincluso se ha sacado de encima buena parte de sus concesionesen Chile, incluyendo el 49,9% de su participación estrella, AguasAndinas, en Santiago de Chile; también ha tratado infructuosamentede venderse parte del su negocio en Cartagena de Indias. 28Proactiva sólo mantiene actividad en Colombia y Brasil, pese aque está efectuando gestiones para vender la participación en lazona de Paraná, Brasil.Pero hay más empresas españolas operando en Sudamérica.Una de ellas es la eléctrica vasca Iberdrola, 29 que después de ser26. El contrato de Catamarca, en Argentina, está técnicamente rescindido, peroestá prorrogado hasta la primavera de 2008; en Venezuela mantiene <strong>un</strong> contratode mantenimiento de redes en alg<strong>un</strong>os barrios de Caracas.27. El año 2004, <strong>un</strong> referéndum popular selló <strong>un</strong>a reforma constitucionaldirigida a considerar el <strong>agua</strong> como <strong>un</strong> <strong>derecho</strong> básico <strong>un</strong>iversal. Como consecuencia,AgBar, Aguas de Bilbao e Iberdrola dejaron el país.28. En este contrato se han detectado incumplimientos en relación a la inversiónen los barrios más pobres. Ver Cartagena: Joint Venture achievements but fearsfor the future, Save the Children, 2003. Efectos de la privatización de los serviciosde <strong>agua</strong> en los niños y niñas colombia<strong>no</strong>s, CINDE y Save the Children, 2004. Waterand privatisation in Latin America, 2002 y Water privatisation and restructuring inLatin America, D. Hall y E. Lobina, PSIRU, 2007.29. Endesa, otra eléctrica, y también en Chile, compró <strong>un</strong>a participación enValparaíso, pero el año 2000 se la vendió a Anglian Water; también disponía de<strong>un</strong>a concesión en Santiago, que acabó vendiendo a AgBar.88


expulsada de Uruguay sólo mantiene <strong>un</strong>a concesión en PuertoMont, Chile, pese a los intentos de vender su participación aThames Water o Anglian Water. Dos de los principales gruposconstructores de España, Sacyr Vallehermoso y ACS, tienen contratosaislados: Sacyr, <strong>un</strong> par en Brasil, y ACS, de la ma<strong>no</strong> de sufilial Dragados, en Argentina. 30Por otra parte, resulta curioso el caso de la empresa pública deMadrid, Canal Isabel II, que inicialmente de forma conj<strong>un</strong>ta conla empresa privada valenciana TECVASA, y bajo el par<strong>agua</strong>s de CanalExtensia, tiene el control del operador colombia<strong>no</strong> AAA. CanalExtensia comenzó a operar en Colombia, a partir de la antiguaconcesión de AgBar en Barranquilla, y en el período 2000-2005 seextendió a las ciudades de Santa Marta, Soledad, Puerto Colombia,Sabanagrande y Santo Tomás, donde todavía mantiene los serviciosde <strong>agua</strong> y saneamiento. También está ofreciendo los mismos serviciosen Ecuador, con la concesión de Samborondón. Esta situacióndonde <strong>un</strong>a empresa pública española actúa en Sudamérica como <strong>un</strong>aempresa privada <strong>no</strong> es tan anómala, puesto que hay el precedentede la empresa pública Aguas de Bilbao, que tuvo que salir de formaabrupta de Uruguay y Argentina. 31Pero estos casos de empresa pública operando fuera de su paísde origen como privada, <strong>no</strong> son los únicos en Sudamérica. Acea, eloperador semi-privatizado de Roma, mantiene con problemas Aguasde Chillón, en Perú, j<strong>un</strong>to a la constructora italiana Impregilo.También resulta interesante constatar que la <strong>no</strong>rte-americanaBechtel y la italiana Edison, las mismas constructoras que j<strong>un</strong>to a laespañola Abengoa constituyeron la desagradable experiencia de Aguasdel T<strong>un</strong>ari en Cochabamba, mantienen el contrato de Guayaquil bajoel par<strong>agua</strong>s de Inter<strong>agua</strong>, pese a la creciente controversia.30. El conglomerado ACS-Dragados-Urbaser conserva la explotación de Aguasde Misiones, pero por el cami<strong>no</strong> se ha dejado <strong>un</strong> par de contratos en Argentinaque han acabado en el CIADI después de <strong>un</strong>a fuerte presión ciudadana: Tucumány la provincia de Bue<strong>no</strong>s Aires.31. Aguas de Bilbao entró el año 1999 a Argentina, a través de la empresaAguas del Gran Bue<strong>no</strong>s Aires, j<strong>un</strong>to a Dragados y la italiana Impregilo, y salió, condemanda al CIADI por medio, el año 2006. En Uruguay participaba en Ur<strong>agua</strong>,pero salió el año 2005 después de la reforma constitucional.89


A parte de todo esto, sólo queda remarcar la presencia deMarubeni, <strong>un</strong> grupo japonés, y de OTPP, <strong>un</strong> plan de pensionescanadiense, en Chile. 32Como resultado de esta salida de multinacionales de Sudamérica,está apareciendo <strong>un</strong> cierto fenóme<strong>no</strong> de proliferación deempresas privadas sudamericanas. Ya hemos citado alg<strong>un</strong>a, comola colombiana AAA, a pesar de que está controlada por la españolaCanal de Isabel II; pero estas empresas están surgiendo sobre todoen Argentina, Brasil y Chile. En alg<strong>un</strong>os casos, como sucede conel Grupo Roggio, ya participaban en el contrato de Córdoba conSuez y AgBar, y después de la marcha de estas está manteniéndoseen la ciudad, a pesar de la importante presión popular. O el grupoFernández León – Hurtado Vicuña, socio de AgBar en <strong>un</strong> par decontractos en Chile.Finalmente, en contadas ocasiones estas empresas sudamericanasestán saltando los límites de sus países; sólo se tiene constancia de laargentina Latin<strong>agua</strong>s operando en Tumbes, Perú, j<strong>un</strong>to a la peruanaConcisa, y en Brasil, con <strong>un</strong> contrato de servicios técnicos al estado deGoiás, 33 de la chilena SEINCO operando Aguas de Cajamar en Brasil,y de las brasileñas semi-privatizadas COPASA (Minas Gerais) y SABESP(São Paulo) operando en Par<strong>agua</strong>y y Perú respectivamente.La salida de las multinacionales de América Latina fue conflictivay ha llevado, en muchos casos, a las multinacionales a dirigirseal Centro Internacional para el Arreglo de Diferencias relativas aInversiones (CIADI). El CIADI, fue creado el año 1965, como organismodel BM presidido por éste, que juega <strong>un</strong> papel de trib<strong>un</strong>alinternacional ilegítimo. Las multinacionales reclamaron al CIADI<strong>un</strong>a compensación por la interrupción de los contratos (contratosque, en muchos casos, <strong>no</strong> se cumplieron), que llegó a <strong>un</strong> total de3.300 millones de dólares. En el cuadro de la página siguiente serecoge esta realidad:32. Concesiones compradas a otras empresas que también salían de la región:Thames Water y Anglian Waters.33. LatinAguas ha ofertado en el concurso para la concesión de Piura-Paita,en Perú, y en octubre de 2006 estaba pre-calificada para ofertar por la concesión deQuito, pero la privatización de EMAAP se suspendió en marzo de 2007 despuésde la fuerte oposición pública.90


País Concesión Demandantes Reclamación Resolución Aguas Argentinas: el caso de Suezy AgBar en Bue<strong>no</strong>s Aires 34Aguas Argentinas fue la pionera en la privatización del <strong>agua</strong>. Elaño 1993 se adjudicó la concesión de la ciudad de Bue<strong>no</strong>s Aires a<strong>un</strong> consorcio formado por Suez, Vivendi, AgBar y Anglian Water,a<strong>un</strong>que Suez y AgBar controlaban el 65%. La concesión de <strong>agua</strong> ysaneamiento comenzó en mayo de 1993 y beneficiaba a 10 millonesde personas. En septiembre de 2005, sus accionistas privados deci-34. Resumen extraído de Espejismo en el <strong>agua</strong>. El fracaso de las inversionesprivadas en el servicio de <strong>agua</strong> de países en desarrollo, World Developement Movement,2006.91


dieron poner fin al convenio que se debería haber prolongado por 18años más, hasta 2023, ya que <strong>no</strong> se pudo llegar a <strong>un</strong> acuerdo con elgobier<strong>no</strong> sobre la revisión de las tarifas, después de la crisis financieraque sufrió Argentina en diciembre de 2001. Agbar ha interpuesto<strong>un</strong>a demanda contra el Estado argenti<strong>no</strong> en el CIADI, organismojudicial del BM que vela por los intereses de las compañías privadasinversoras. Alg<strong>un</strong>os p<strong>un</strong>tos negros de la experiencia son:• Incumplimiento de compromisos contractuales en térmi<strong>no</strong>sde inversión. De mayo de 1993 a diciembre de 1998,Aguas Argentinas había ejecutado sólo el 54% de las inversionesoriginalmente acordadas para ampliar la red de suministro de<strong>agua</strong>. De las inversiones originalmente acordadas para ampliar lared de alcantarillado, la compañía cumplió con <strong>un</strong> 43%. Inclusodespués de diversas renegociaciones de los hitos de inversión,Aguas Argentinas continuó incumpliendo sus compromisos.No realizó el 39% de las inversiones programadas para ampliarla red de suministro de <strong>agua</strong> ni el 60% de las inversionesproyectadas para ampliar la red de alcantarillado, <strong>un</strong>o de losmotivos por los que el presidente Kirchner forzó la rescisión delcontrato.• Incremento desproporcionado de tarifas. La media de lastarifas de <strong>agua</strong> de Bue<strong>no</strong>s Aires de mayo de 1993 a diciembrede 2001, aumentó <strong>un</strong> 88%, en comparación con el aumentodel 7% del índice de precios al consumo.• Movimientos financieros gravosos. Entre 1994 y 2001, sedetectaron 3 préstamos del BM y el BID por <strong>un</strong>a suma de 260millones de dólares como moneda de cambio por el procesoprivatizador. Además, Aguas Argentinas interpuso <strong>un</strong>a demandaal CIADI por 1.700 millones de dólares.• Incumplimiento de la calidad. Demanda del gobier<strong>no</strong> argenti<strong>no</strong>por incumplimiento del límite de nitratos en el <strong>agua</strong> potable,así como desperfectos en obra civil causante de fugas y falta depresión sistemática en la red. Según el ministro de planificación,43 de los 131 pozos de abastecimiento explotados mostrabanniveles de nitratos (indicativo de contaminación fecal o de laindustria agroalimentaria) superiores a los permitidos.92


Teniendo en cuenta lo que se ha explicado anteriormente, cada vezhay más conciencia que los operadores públicos de <strong>agua</strong>, responsablesde cerca del 95% del suministro de <strong>agua</strong> en todo el m<strong>un</strong>do,merecen toda la atención y apoyo. Una de las claves para mejorar laampliación de las redes es comenzar a trabajar a partir de las empresaspúblicas, mejorando su f<strong>un</strong>cionamiento, con ayuda política, técnicay económica, así como con reformas administrativas y el refuerzode los organismos reguladores y los marcos <strong>no</strong>rmativos.En los países del sur se ha puesto en marcha <strong>un</strong> amplio abanicode enfoques in<strong>no</strong>vadores para reformar los sistemas públicos desuministro urba<strong>no</strong>. 35 En muchos casos, las reformas parten de laparticipación ciudadana y otras formas de democratización. Muchasveces, el objetivo es superar la burocracia, la corrupción y otrosproblemas que suelen encontrarse en la raíz del fracaso del serviciopúblico, y garantizar el <strong>agua</strong> potable y asequible para todos y todasa través de empresas que sean verdaderamente públicas, <strong>no</strong> sólo porlo que se refiere a la titularidad, si<strong>no</strong> también a la participación.En muchos casos, han salido nuevas formas de cooperación o deasociaciones locales entre operadores públicos de <strong>agua</strong>, com<strong>un</strong>idades,sindicatos y otros grupos clave. Además, cada vez se está prestandomayor atención a las asociaciones entre empresas públicas de <strong>agua</strong>.Estas asociaciones han propiciado el encuentro entre empresaspúblicas que f<strong>un</strong>cionan bien y otras con peor rendimiento paracompartir co<strong>no</strong>cimientos y, de esta manera, mejorar la calidad dela empresa con más problemas.Las asociaciones entre organismos públicos van ganando, pocoa poco, <strong>un</strong> apoyo político de alto nivel. Así, se dio <strong>un</strong> importantepaso adelante cuando la Comisión de las NN UU sobre el DesarrolloSostenible (CDS-13), en su cumbre de 2005, incluyó las asociacionesentre organismos públicos en la lista de medidas que se deberíanponer en práctica.El gran desafío consiste ahora en traducir este apoyo de asociacionesentre organismos públicos en compromisos políticos y35. Consultar el libro Por <strong>un</strong> modelo público de <strong>agua</strong>: tri<strong>un</strong>fos, luchas y sueños,VV.AA, El Viejo Topo, 2005.93


económicos concretos por parte, por ejemplo, de los donantes. Conesta finalidad, la J<strong>un</strong>ta Asesora sobre Agua y Saneamiento de la ONU,mediante el Plan de Acción Hashimoto, dispone de <strong>un</strong> grupo detrabajo sobre asociaciones público-público (lo que generalmente sellama PuPs, del inglés Public-public-partnership) que está analizandolas medidas prácticas para desarrollar asociaciones de este tipo comométodo para acelerar el avance hacia los ODM. En este contexto se haimpulsado la creación de la Alianza para los Partenariados Públicosdel <strong>agua</strong>, co<strong>no</strong>cida por sus siglas en inglés como WOPs, que cuelgade la agencia UN-Habitat. 36 Como primeras experiencias, se puedeaportar la tarea efectuada por ASSEMAE en Brasil, la colaboraciónentre las empresas públicas de Huancayo, Perú, y ABSA, el nuevooperador público de la provincia de Bue<strong>no</strong>s Aires, y entre OSE, eloperador estatal de Uruguay, y la ciudad boliviana de Potosí. <strong>Sin</strong>embargo, a día de hoy, y a<strong>un</strong>que el WOP dice perseguir facilitarla interacción y el intercambio entre operadores de <strong>agua</strong>, <strong>no</strong> estápermitiendo la implicación activa en el proceso de administradoresde operadores públicos, que en definitiva deberían contribuir aldiseño del proceso.Tal y como se ha mostrado en este estudio, actualmente muchaspersonas en el m<strong>un</strong>do <strong>no</strong> tienen <strong>un</strong> acceso seguro al <strong>agua</strong> potabley a <strong>un</strong> saneamiento básico; que este problema <strong>no</strong> es por falta delrecurso, si<strong>no</strong> de vol<strong>un</strong>tad política, que se están dando retrocesos yque, por tanto, es necesario co<strong>no</strong>cer que políticas han impulsadohasta ahora los bancos de desarrollo y los principales organismosdonante para reformularlas.36. <strong>Sin</strong> embargo, también sobre esta nueva herramienta se ciernen las amenazasde siempre, y las multinacionales del sector están efectuando movimientos paracoptar al WOP: «...la cooperación entre operadores de <strong>agua</strong>, o WOPs, puede ser <strong>un</strong>mecanismo útil con el que ayudar al desarrollo de capacidades de los operadorespúblicos. Dada la preponderancia del sector público, es previsible que la mayoríade las colaboraciones resultantes serán entre operadores públicos. <strong>Sin</strong> embargo, <strong>no</strong>excluimos la participación de operadores privados, ONG o aquellos que sin ánimode lucro puedan contribuir al f<strong>un</strong>cionamiento de los operadores públicos».94


Es vital que este cambio de enfoque comience por las organizacionesdonantes y los gobier<strong>no</strong>s, que deben dejar de promoverel mito de que el sector privado facilitará las nuevas conexionesnecesarias para alcanzar los ODM, ya que la realidad ha sido otra:<strong>no</strong> se ha invertido lo necesario para llegar a cumplir los ODM y lainversión ha sido en su mayoría financiada mediante fondos públicos,<strong>no</strong> privados. El aporte real que ha hecho el sector privado paramejorar la falta de acceso al <strong>agua</strong> ha sido escaso. Se calcula que laprivatización sólo ha realizado el 0,3% de las nuevas conexionesnecesarias para alcanzar los Objetivos del Milenio. Unas 600.000conexiones domiciliares en África subsahariana y Asia, o lo que eslo mismo han dado servició de <strong>agua</strong> a 3 millones de personas y elresto, hasta el 0,3% proviene de América Latina. Se han cubiertocerca de 5 millones personas de los 1.600 millones que se deberíancubrir para el 2015.Además podemos constatar que la privatización <strong>no</strong> ha abordadolas zonas que más necesitan en inversiones de <strong>agua</strong>. Geográficamentese ha concentrado en América Latina y Asia Oriental, dejando ÁfricaSubsahariana y Asia del Sur con <strong>un</strong>a actividad muy inferior, a<strong>un</strong>quecabe destacar que después del fracaso de la privatización en AméricaLatina se están abriendo nuevos mercados en África y Asia. Y dentrode los países encontramos <strong>un</strong>a fuerte participación en zonas urbanascon <strong>un</strong> olvido de ampliación de redes en los barrios periféricos y<strong>un</strong>a nula participación en las zonas rurales.Por todo ello, pensamos que las instituciones financieras internacionalesy los gobier<strong>no</strong>s deben dejar de promocionar <strong>un</strong> sector que,al día de hoy, sólo se ha preocupado de hacer negocio con la crisis del<strong>agua</strong>. Pedimos <strong>un</strong>a apuesta clara y firme por parte de los gobier<strong>no</strong>spara promover el <strong>derecho</strong> huma<strong>no</strong> a <strong>un</strong> acceso <strong>un</strong>iversal del <strong>agua</strong>,y que sea la gestión pública, con participación y control social, laencargada de velar por el cumplimiento del <strong>derecho</strong> al <strong>agua</strong>.Actualmente existen resultados satisfactorios en los modelos degestión pública con participación ciudadana. Es necesario que secentre la atención en la mejora de estas dinámicas, ya que el <strong>agua</strong><strong>no</strong> es <strong>un</strong>a mercancía, el <strong>agua</strong> es <strong>un</strong> <strong>derecho</strong> huma<strong>no</strong>; el <strong>agua</strong> es detodos y todas, y para todos y todas.95


V. LA INCLUSIÓN DEL AGUA EN ELACUERDO GENERAL DE COMERCIO DESERVICIOSLluís Basteiro*La Organización M<strong>un</strong>dial del Comercio (OMC) es el organismomultilateral que vela por el establecimiento y el cumplimiento de lasreglas del comercio internacional. Su principal objetivo es ayudar aque las corrientes comerciales circulen con la máxima libertad posible,eliminando las barreras que los estados han creado para protegersus eco<strong>no</strong>mías. Este libre comercio se aplica <strong>no</strong> sólo en el ámbitode las mercancías, si<strong>no</strong> también de los servicios, donde quedaríabásicamente incluido el sector <strong>agua</strong>.El año 2007 formaban la OMC 151 estados miembros, queefectúan más del 95% del comercio internacional. Hay, además,30 países que han pedido el acceso, 1 así como diversos organismosinternacionales observadores, entre los que encontramos las NacionesUnidas (NN UU), el Fondo Monetario Internacional (FMI) y elBanco M<strong>un</strong>dial (BM). AGCSEl AGCS promueve la comercialización y liberalización de los serviciosbajo sucesivas rondas de negociaciones multilaterales, y tiene* Ingeniería <strong>Sin</strong> <strong>Fronteras</strong>.1. Rusia, Irán o Ucrania forman parte del grupo de países que en la actualidadestán negociando su entrada en la OMC. La lista completa de países miembros sepuede encontrar en www.wto.org.97


<strong>un</strong> carácter vinculante, lo que supone que cualquier país miembroque falle en sus obligaciones tomadas podrá ser sancionado.El objetivo es abrir el sector servicios a la competencia internacional,permitiendo que las empresas transnacionales inviertan yhagan negocio en cualquier sector, en cualquier país, con la mínimaregulación y control; <strong>un</strong>a vez abiertos estos sectores, difícilmentepuede haber <strong>un</strong>a marcha atrás para volver a regular. Incluso la ComisiónEuropea ha llegado a declarar que «el AGCS <strong>no</strong> es sólo algoque existe entre Gobier<strong>no</strong>s; es principalmente <strong>un</strong>a herramienta alservicio de los negocios».La importancia del AGCS es muy relevante. De hecho, el sectorservicios es grande, mucho más que otros sectores que estáncaptando la atención de las cumbres de la OMC. El sector serviciosrepresenta el 60% de la producción m<strong>un</strong>dial y el 20% del comercio(mientras que la agricultura supone el 7% del comercio); en laUnión Europea (UE), el sector servicios representa cerca del 70%del Producto Nacional Bruto, mientras que la agricultura, caballode batalla en la última cumbre de Hong Kong (2005), sólo el 2%.De hecho, los servicios son el auténtico premio que buscaban lospaíses enriquecidos en Hong Kong.Bajo esta óptica, se entiende perfectamente que la UE estédispuesta a sacrificar aspectos agrícolas a cambio de créditos en elsector servicios, muy especialmente por lo que hace referencia al<strong>agua</strong>; la UE, mediante su comisario de comercio, Peter Mandelson,está utilizando la apertura de los servicios como moneda de cambiopara la reducción de los subsidios agrícolas y los recortes arancelarios,<strong>un</strong>o de los principales p<strong>un</strong>tos de conflicto con el G20. 2El AGCS trata de «todo servicio de cualquier sector, exceptuandolos servicios suministrados en el ejercicio de facultades gubernamentales»,definiéndose estos últimos como «todo servicio que<strong>no</strong> se suministre en condiciones comerciales ni en competencia».Esta definición, por su elevado grado de ambigüedad, ha levantado<strong>un</strong>a discusión sobre qué servicios pueden ser abarcados o <strong>no</strong> por elAGCS, ya que en determinados sectores, tradicionalmente de ges-2. Dentro de este grupo se integran estados tan relevantes como Brasil, India,Argentina, Cuba, Bolivia, Sudáfrica, México, Chile, Venezuela y China.98


tión estatal, el suministro de servicios en condiciones comerciales ycompetitivas se ha introducido de forma parcial. Éste sería el casodel <strong>agua</strong>, especialmente en los sectores del abastecimiento (desdeel ámbito domiciliar hasta la construcción de grandes presas) y delsaneamiento y tratamiento de <strong>agua</strong>s residuales.Pero el <strong>agua</strong> para uso doméstico sólo supone el 8% del totalque se utiliza en el planeta. El 22% que se utiliza en actividades industriales(que pueden hacer <strong>un</strong> uso intensivo, como la generaciónde energía hidroeléctrica, o producir fenóme<strong>no</strong>s de contaminaciónintensiva y extensiva del <strong>agua</strong>, como muchas actividades extractivas)y el 70% restante que se lleva la agricultura, el sector que consumemás <strong>agua</strong>, se enmarcan dentro de la OMC en otras negociacionesfuera del AGCS. Además, hay que tener en cuenta que también fueradel AGCS quedan recogidos aspectos cruciales para el sector, como el<strong>agua</strong> embotellada, el transporte fluvial o la exportación de <strong>agua</strong>. Portanto, <strong>no</strong> existe <strong>un</strong>a sola relación entre acuerdos de libre comercioy <strong>agua</strong>, si<strong>no</strong> múltiples vinculaciones que se cruzan.¿Pero es el <strong>agua</strong> realmente <strong>un</strong>a mercancía? ¿Un servicio comercializable?¿O se trata de <strong>un</strong> servicio básico, <strong>un</strong> <strong>derecho</strong> huma<strong>no</strong><strong>un</strong>iversal? Obviamente, la OMC ya ha escogido. El ClasificadorArancelario Armonizado del GATT 3 incluye el <strong>agua</strong> como mercancíade <strong>un</strong>a forma confusa: «otras <strong>agua</strong>s, incluso <strong>agua</strong>s naturales oartificiales minerales o <strong>agua</strong>s con gas que <strong>no</strong> contengan azúcar ootros edulcorantes; hielo y nieve». Parece que en <strong>un</strong> principio serefiere básicamente al <strong>agua</strong> embotellada; pero cuando se habla dehielo y nieve, la perspectiva se amplía bastante.A pesar de todo, el comercio de <strong>agua</strong> embotellada es <strong>un</strong>a delas industrias de mayor expansión. De <strong>un</strong> comercio anual de 900millones de litros en los años setenta, a más de 25.000 en la actualidad.Y, por otra parte, el comercio internacional de <strong>agua</strong> en bloqueestá en sus inicios, y busca protegerse en el marco de los acuerdosde libre comercio.3. GATT, acrónimo de General Agreement on Tariffs and Trade (AcuerdoGeneral sobre Comercio y Aranceles). Este organismo fue creado el año 1947 enBretton Woods (j<strong>un</strong>tamente con el BM y el FMI), y el año 1995 cedió el testigo ala OMC.99


En cualquier caso, es amplísimo el abanico de declaracionesinternacionales, la primera de ellas ya en el año 1948, que consideranel <strong>agua</strong> como <strong>un</strong> <strong>derecho</strong> f<strong>un</strong>damental para la vida y la salud, definiendosu carácter público. Pero la OMC, desligada del ordenamientojurídico de las NN UU, <strong>no</strong> necesita reco<strong>no</strong>cer los Derechos Huma<strong>no</strong>sni los pactos internacionales que protegen el <strong>agua</strong> como <strong>derecho</strong>,con todas las consecuencias que esto puede comportar.El sector <strong>agua</strong> queda enmarcado principalmente en el sector deservicios medioambientales, <strong>un</strong>o de los 12 contemplados en el AGCS(telecom<strong>un</strong>icaciones, energía, educación, sanidad, transportes...). Estos12 sectores se subdividen en 163 subsectores, sobre los que los paísespueden «hacer ofertas y asumir compromisos»; entre estos sub-sectoresse encuentra el saneamiento y tratamiento de <strong>agua</strong>s residuales, pero <strong>no</strong>lo que sería el abastecimiento de <strong>agua</strong>. La UE está presionando amparándoseen el ambiguo sub-sector otros servicios ambientales, y con elargumento que la lista de servicios ha quedado anticuada, para introducir<strong>un</strong>a nueva lista donde, ahora sí, aparezca el sub-sector captación,tratamiento y distribución de <strong>agua</strong>. De hecho, la UE ya se está dirigiendoal resto de miembros de la OMC con esta nueva lista de servicios.Hay que tener en cuenta que las principales empresas de abastecimientoy saneamiento de <strong>agua</strong> son europeas. 4 Bajo esta nuevaperspectiva, el AGCS abriría la puerta de la distribución del <strong>agua</strong> a losgigantes del ramo, como Suez y Vivendi (el 70% del mercado m<strong>un</strong>dialdel <strong>agua</strong>). De hecho, a partir del año 2001, la Comisión Europeapidió consejo al Foro Europeo de los Servicios, 5 <strong>un</strong> lobby creado porla UE con el objetivo específico de recibir las inquietudes del sectorprivado ante las negociaciones del AGCS. Dentro de este lobby, Suez,Vivendi y, en <strong>un</strong> primer momento, RWE, 6 colaboraron el año 20024. De las 10 multinacionales más grandes en el sector del <strong>agua</strong>, 9 son europeas.5. Creado el año 1999 por el comisario de comercio de la época, LeonBrittan.6. RWE - Thames Water se ha ido desmarcando de este proceso. En el ForoM<strong>un</strong>dial del Agua en Kioto, año 2003, Thames Water an<strong>un</strong>ció que dejó de darapoyo a las negociaciones del AGCS; 2 años después, le pidió a la Comisión Europeaque <strong>no</strong> incluyera el abastecimiento de <strong>agua</strong> o el tratamiento de <strong>agua</strong>s residuales ensus demandas para la próxima ronda negociadora del AGCS, ya que la empresa decíacompartir y respetar las preocupaciones de las organizaciones de la sociedad civil.100


identificando las principales barreras al comercio (textualmente, laComisión Europea «apreciaba mucho sus aportaciones para poderenfocar los esfuerzos negociadores de la UE en el área de los serviciosambientales», a la vez que les preg<strong>un</strong>taba, entre otras cuestiones, «siconsideraban la <strong>un</strong>iversalidad del abastecimiento de <strong>agua</strong> como <strong>un</strong>problema»), participando en encuentros con delegados de la OMCde diferentes países, 7 y preparando las solicitudes, muy agresivas,dirigidas a 72 países para que abriesen los respectivos mercadosdel suministro y tratamiento de <strong>agua</strong> en el marco del AGCS. 8 Endefinitiva, la Comisión Europea «considera que, convenientementegestionadas, las negociaciones del AGCS pueden contribuir a alcanzarlos Objetivos de Desarrollo del Milenio en el sector <strong>agua</strong>». 9Así pues, a<strong>un</strong>que el AGCS <strong>no</strong> significará la privatización automáticade todos los servicios públicos, sí lleva a <strong>un</strong>a liberalizaciónprogresiva que, en el caso del <strong>agua</strong>, puede conducir a <strong>un</strong>a situacióndonde <strong>un</strong> Estado <strong>no</strong> pueda proteger su <strong>derecho</strong> a utilizar y regular losrecursos hídricos. Y para captar mejor este riesgo, hay que entendercon cierto detalle el f<strong>un</strong>cionamiento del AGCS. AGCSEl AGCS <strong>no</strong> es <strong>un</strong> acuerdo cerrado; más bien se trata de <strong>un</strong> marcojurídico en base al cual los países miembros de la OMC adoptancompromisos de liberalización de aquellos servicios que acuerdanliberalizar. De las <strong>no</strong>rmas que integran el AGCS, pendientes todavíade completar, destacan las siguientes por sus implicaciones en elcampo del <strong>agua</strong>:– Principio de nación más favorecida y de tratamiento nacional: <strong>un</strong>buen resumen sería que las empresas extranjeras presentes se be-7. En Ginebra, julio de 2003.8. La hipocresía toca su techos cuando, el año 2002, y fruto de la presión dediferentes colectivos, la UE ren<strong>un</strong>ció a establecer compromisos dentro del AGCSque comporten la liberalización de los sectores salud, educación y <strong>agua</strong> de lospaíses miembros, pero mantuvo la demanda de compromisos en estos sectores alresto de países.9. Carta de la Comisión Europea a Thames Water, marzo de 2005.101


neficiarán del mismo trato que reciben las empresas nacionales.Existen excepciones, pero sus condicionantes son muy ambiguas,lo que comporta cierta arbitrariedad en su interpretación. Endefinitiva, cuando <strong>un</strong> país empobrecido abra, por ejemplo, elmercado del tratamiento de las <strong>agua</strong>s residuales, sus empresasdeberán competir con las europeas, mucho más potentes, enlas mismas condiciones.– Principio de acceso a los mercados: estipula la eliminación deaquellas barreras y regulaciones que dificulten la entrada deempresas de servicios extranjeras al mercado doméstico; lasreglamentaciones nacionales <strong>no</strong> pueden bloquear los beneficiosderivados del AGCS. Los proveedores de servicios puedenponer en cuestión determinadas <strong>no</strong>rmativas o regulaciones queconsideren discriminatorias o que conformen barreras innecesariasal comercio de servicios. Es decir, el AGCS podría llegara poner límites a las capacidades de <strong>un</strong> gobier<strong>no</strong> para regularla actividad y pautas de <strong>un</strong>a empresa extranjera. Es cierto quese pueden aplicar excepciones a este principio, pero se han deespecificar, como siempre, en el momento de la negociación yn<strong>un</strong>ca después.– Por lo que respecta al abastecimiento de <strong>agua</strong>, es de especialrelevancia el principio por el cual <strong>no</strong> se puede limitar el valorde les transacciones, puesto que <strong>no</strong> permite fijar, por ejemplo,medidas dirigidas a preservar el volumen de las reservas hídricas,o a controlar <strong>un</strong> determinado caudal de extracción.– Y si se habla de <strong>agua</strong>s residuales, toda <strong>no</strong>rmativa establecida por<strong>un</strong> estado (por ejemplo, con <strong>un</strong> cambio de gobier<strong>no</strong> posterior a<strong>un</strong> acuerdo en el marco del AGCS) para controlar determinadasconcentraciones de sus efluentes sería sancionable dentro delAGCS si limita los beneficios de <strong>un</strong>a empresa.– Subvenciones: se considera que las subvenciones pueden tener <strong>un</strong>efecto distorsionador del comercio de servicios. Los miembrosque se consideren desfavorecidos por <strong>un</strong>a subvención de otromiembro podrán pedir que se revise esta situación. No se puedeolvidar que el subsidio es <strong>un</strong>a práctica relativamente extendidaen el sector del abastecimiento de <strong>agua</strong> en los países empobrecidos,especialmente en el ámbito rural, así como ampliamenteutilizado en los ámbitos urba<strong>no</strong>s (subsidios cruzados), donde los102


arrios más ricos, con más consumo de <strong>agua</strong>, subsidian a menudoa los más pobres a través de las cuotas. Asimismo, el principiode trato nacional comportará que los proveedores extranjeros sepuedan beneficiar de los regímenes de subvenciones.– Excepciones: a<strong>un</strong>que el desarrollo de este artículo del AGCS esrealmente difuso, hace referencia a aquellas medidas necesariaspara proteger la vida y la salud de las personas. Éste es <strong>un</strong>o de losprincipales argumentos legales para aquellos que defienden queel <strong>agua</strong> queda fuera del AGCS.– Restricciones para proteger las balanzas de pagos: para promover laparticipación de los países empobrecidos en las negociaciones delAGCS, se han flexibilizado las condiciones para que estos paísespuedan abrir sus servicios. Pero estas medidas, nuevamente ambiguasy más que discutibles, tienen <strong>un</strong> objetivo principal: quelos países empobrecidos puedan proteger sus balanzas de pagos,<strong>un</strong> eufemismo que quiere decir mantener sus compromisos conel FMI y que, a menudo, promueve justamente la privatizaciónde muchos servicios. Las actuales negociaciones del AGCS giran alrededor del principiodel compromiso. Un gobier<strong>no</strong> solicita a otro gobier<strong>no</strong> que ponga<strong>un</strong> determinado sector de servicios bajo el AGCS, mientras que leofrece sus propios servicios. En <strong>un</strong> principio, los países miembrosde la OMC deciden los sectores de servicios que ponen a disposicióndel AGCS, con sus limitaciones y condicionantes. Así pues, <strong>un</strong>a vezcompletadas las listas para cada país, se inician las negociacionespara cerrar el acuerdo en <strong>un</strong> determinado servicio.Una vez finaliza la ronda de negociaciones, los países miembrospresentan la lista de ofertas definitiva, que se adj<strong>un</strong>tan al AGCS ypasan a formar parte del acuerdo. En estas listas, los países miembrosadoptan los compromisos específicos en referencia a diferentessectores, especificando límites o compromisos.Por este motivo, se considera que el AGCS es <strong>un</strong> acuerdo flexible.No obstante, esta flexibilidad es relativa; hay estrictas <strong>no</strong>rmas parasellar la liberalización. Cuando <strong>un</strong> gobier<strong>no</strong> pone <strong>un</strong> servicio bajo elAGCS, es muy difícil hacerse atrás, puesto que se incluye <strong>un</strong> elevado103


grado de penalizaciones. Es cierto que se contempla la posibilidad deque <strong>un</strong> miembro retire compromisos de su lista, pero este procesode modificación debe respetar <strong>un</strong>os requisitos:– Los miembros <strong>no</strong> pueden retirar <strong>un</strong> compromiso hasta pasadostres años.– La modificación se debe <strong>no</strong>tificar con <strong>un</strong>a antelación de tresmeses.– Los miembros afectados por la modificación, a<strong>un</strong>que sea en <strong>un</strong>futuro y en previsión de <strong>un</strong>os hipotéticos y más que discutiblesbeneficios, pueden pedir la negociación del caso. En caso que<strong>no</strong> se llegue a <strong>un</strong> acuerdo, el conflicto se lleva al Órga<strong>no</strong> deSolución de Diferencias, que tiene competencias sancionadorasy puede establecer compensaciones.Así, en caso que el AGCS ya hubiese estado operativo, <strong>no</strong> hubiesesido posible que Tanzania echase Biwater después de dos años depobre rendimiento, ni que Argentina hiciese lo mismo con Aguasde Barcelona, ni que el referéndum contra la privatización del <strong>agua</strong>habiese sido vinculante para el gobier<strong>no</strong> de Uruguay, por poner sólo<strong>un</strong>os ejemplos; ante la ola de privatizaciones que están colapsandoen el sector <strong>agua</strong>, será necesario estar alerta con lo que se discutiráen las próximas cumbres de la OMC. La Ronda AGCS2000 se inició en enero de 2000 y debía finalizarcinco años después, pero la dificultad de las negociaciones la empujómás allá de 2007. En julio de 2005, ningún país empobrecido habíarespondido a las demandas de la UE dentro del subsector captación,tratamiento y distribución de <strong>agua</strong> para uso huma<strong>no</strong>. Incluso 45países, todos ellos nuevamente países empobrecidos, todavía <strong>no</strong>habían presentado <strong>un</strong>a primera lista de ofertas. Alg<strong>un</strong>os de elloshan declarado que <strong>no</strong> piensan presentar su lista hasta que se produzcanmovimientos sustanciales en agricultura. Según el Consejode Comercio de Servicios de la OMC, la liberalización de servicios<strong>no</strong> está avanzando como se esperaba ya que, aparte de las 45 listas104


ausentes, las que se han presentado son de baja calidad, es decir,contemplan compromisos de liberalización cargados de limitacionesy en sectores poco relevantes.Para resolver estos problemas, la UE ha presionado para que sedé <strong>un</strong> cambio en las negociaciones del AGCS; la propuesta europea vadirigida a establecer cuotas de referencia, que garanticen <strong>un</strong> mínimode calidad y cantidad de ofertas de liberalización, para presionar alos países reticentes a abrir sus servicios. Y para la UE, el <strong>agua</strong> es <strong>un</strong>sector de calidad; en el 66% de sus demandas ha incluido este sector.De hecho, <strong>un</strong>a buena parte de los p<strong>un</strong>tos de la propuesta de la UEhan sido incluidos en la Declaración Final de Hong Kong.Este cambio de metodología fue <strong>un</strong>o de los temas estelares enHong Kong. Si se aplica la propuesta, afectará gravemente a la mayoríade países del Sur; dejando de banda que los países empobrecidosaccedieron a la creación del AGCS con la condición que éste fueseflexible, su sector servicios, especialmente en el <strong>agua</strong>, es muy débil,incapaz de competir con el europeo.A pesar de toda esta presión, la mayoría de países del Sur hanmantenido en sus agendas los mecanismos de protección, que flexibilizaríanla retirada de <strong>un</strong> compromiso de liberalización antes de<strong>un</strong> período determinado. Pero los países enriquecidos afirman queestos temas se deben tratar después de Hong Kong. Como ya se haap<strong>un</strong>tado anteriormente, hay que estar muy atento en este aspecto,puesto que la ola liberalizadora del abastecimiento y saneamiento de<strong>agua</strong> (impulsada, por ejemplo, por el BM, que ha condicionado enesta línea el 30% de sus créditos en el sector del <strong>agua</strong>) 10 está resultandomuy poco exitosa, y en muchas ciudades de todo el planetalas grandes multinacionales del <strong>agua</strong> se están viendo empujadas aabandonar concesiones en pocos años.Finalmente, la gran cuestión a resolver en Hong Kong: ¿resultapertinente, o <strong>no</strong>, considerar el abastecimiento de <strong>agua</strong> como <strong>un</strong>servicio comercializable? Hoy por hoy, y por mucho que le desagradea la UE, el <strong>agua</strong> <strong>no</strong> está incluida formalmente en el AGCS; pero semantiene la fuerte presión para la reclasificación de los serviciosmedioambientales, de forma que la gestión del <strong>agua</strong> para uso domés-10. El año 2002 este porcentaje subió hasta el 80%.105


tico se convierta definitivamente en <strong>un</strong> nuevo subsector del AGCS.Estaría bien que los países miembros de la UE siguieran elejemplo de Noruega, que justo antes de la cumbre de Hong Kongretiró el <strong>agua</strong> de su lista de compromisos. 11 Y quizás lo podrían estarhaciendo, puesto que parece ser que la presión ejercida a Bruselaspor los movimientos sociales ha empezado a dar frutos, y en la últimaronda de compromisos cerrada en febrero de 2007, la ComisiónEuropea ha retirado provisionalmente sus demandas en el sector delabastecimiento de <strong>agua</strong> potable, a<strong>un</strong>que mantiene aquellas hechasen el ámbito del tratamiento de las <strong>agua</strong>s residuales. 1211. Como antecedente, anteriormente los parlamentos alemán y belga sehabían dirigido a sus gobier<strong>no</strong>s para que motivasen a la UE a retirar sus compromisosen el sector <strong>agua</strong>.12. La declaración dice, textualmente, que la UE <strong>no</strong> está participando enning<strong>un</strong>a solicitud dirigida... al <strong>agua</strong>.106

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