11.07.2015 Views

Revista Educación y Ciudad - Edición número 20 - IDEP

Revista Educación y Ciudad - Edición número 20 - IDEP

Revista Educación y Ciudad - Edición número 20 - IDEP

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Formación dentro y fuera de la escuelaEn la mayoría de modalidades formativas se distinguenunas actividades que van dirigidas al profesorado interesado,que se ofertan, fundamentalmente, en formatode «curso» y que se realizan en un lugar accesible atendiendoa diversos criterios. Otras son las que grupos deprofesores unidos por intereses comunes —constituyanestructuras organizativas o no (equipo directivo, equipodocente, departamento…)— solicitan una actividad formativaque se desarrolla en el propio centro y de la cualdeberán presentar un informe o una memoria una vezconcluida la actividad.Es decir, cuando planteamos la formación permanentedesde las posibilidades del espacio físico donde se desarrollan,las alternativas están claras. Unas se ofrecen desdelas instancias político-educativas y otras se apruebanbajo demanda de los propios usuarios.En cualquier caso, estas actividades han de respondera unas necesidades o prioridades que las instanciaspolítico-educativas han establecido previamente y que,por lo tanto, responden a unos intereses políticos delmomento, que se concretan tanto en los objetivos y enlos contenidos como en la metodología y en los recursosdestinados a cada modalidad formativa. Estos criteriosson fundamentales en la selección y aprobación de actividades.No podemos olvidar que la formación permanente está alservicio de quien la gestiona, aunque se pretenda enmascarardiciendo que está al servicio de la sociedad porqueésta es quien, en definitiva, la sufraga.En este sentido, no podemos dejar de citar a Giroux (1990:58) cuando afirma que:“si los profesores no reúnen sus propios supuestos básicosacerca del currículo y la pedagogía, harán algo másque transmitir actitudes, normas y creencias incuestionadas.Inconscientemente pueden acabar confirmandodeterminadas formas de desarrollo cognitivo y disposicionalque más que poner en entredicho, afiancen formasexistentes de opresión institucional. Definicionescomúnmente aceptadas, por ejemplo de trabajo, juego,logro, inteligencia, dominio, fracaso y aprendizaje, soncategorías socialmente construidas que arrastran consigoel peso de intereses y normas específicos. Ignorareste aspecto decisivo equivale a renunciar a la posibilidadque tienen, tanto los estudiantes como los profesores,de configurar la realidad según una imagen diferentede la que les viene socialmente prescrita e institucionalmentelegitimada. El hecho de que quienes trabajen enel currículo no valoren que, además de la predicción, elcontrol y la eficacia, hay otros intereses fundamentalesde conocimiento, no constituye sólo un error intelectual,sino también un grave fallo ético y político.No pretende ser una crítica, sino sencillamente una constataciónque, por otra parte, parece lógica, puesto queson las actividades que tienen un apoyo económico quesurge del erario público que gestiona una instancia determinadacon una ideología determinada y que despuésotorga un reconocimiento administrativo y académicoque facilita cuestiones laborales (traslados, oposiciones,sexenios, comisiones de servicio”.En cualquier caso, consideramos que es un tipo de formaciónque debe hacerse, aunque ya, en la manera en quese hace, se le puedan poner objeciones desde el enfoqueinicial del plan. No entraremos en esas objeciones, tansólo lanzamos una pregunta al aire: ¿por qué debe haberun plan de formación permanente diseñado, gestionadoy avalado por instancias político-administrativas, cuandono existe de ningún otro cuerpo profesional?Podemos entender también la formación permanenteubicando ésta en espacios «vitales»: dentro y fuera deuno mismo. Ésta es la formación que constituye un elementofundamental para que realmente se pueda aprovecharen toda su amplitud la formación generada en losespacios «físicos» que señalábamos.Se ha hablado mucho de la necesidad de crear una formaciónsurgida de los intereses comunes, de actividadesque promuevan un desarrollo profesional cooperativo…,y es cierto, y es necesario, y es importante. Peroeso no es óbice para dejar de lado la formación que hade generarse desde el interior de uno mismo, como profesional,aunque venga influido por fenómenos que ocurrena nuestro alrededor y que nosotros incorporamos anuestra vida.No puede existir una formación permanente que tenga unaplasmación clara en el quehacer cotidiano si no ha pasadopor el interior de uno mismo, que lo haya analizado, argumentado,incorporado a la manera de pensar y de hacer.42

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!