12.07.2015 Views

Reflexiones bíblicas para aumentar nuestra confianza en el Señor y ...

Reflexiones bíblicas para aumentar nuestra confianza en el Señor y ...

Reflexiones bíblicas para aumentar nuestra confianza en el Señor y ...

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

<strong>el</strong> tráfico, y subía los buses <strong>para</strong> predicar a los pasajeros. Lo pusimos bajo <strong>el</strong>cuidado de un psiquiatra cristiano, pero pronto llegó a ser p<strong>el</strong>igroso, no solam<strong>en</strong>te<strong>para</strong> sí mismo, sino también <strong>para</strong> los demás. Un día recibí una llamada histéricade <strong>nuestra</strong> secretaria, dici<strong>en</strong>do que él estaba am<strong>en</strong>azándola con una peineta, comosi fuera un cuchillo. Llamé a la policía, y dijeron que no podían hacer nada hastaque realm<strong>en</strong>te hiciera daño. Les dije, “¡Muchas gracias! ¡Llamaré de nuevodespués de que haya matado a algui<strong>en</strong>!” Me recom<strong>en</strong>daron <strong>el</strong> HospitalPsiquiátrico. El hospital dijo que <strong>el</strong>los no podían ir a buscarlo, y que t<strong>en</strong>dríamosque llevarlo allá. Así que fui al seminario con un amigo, lo invitamos a dar unpaseo con nosotros <strong>en</strong> mi camioneta, y lo llevamos al hospital, <strong>en</strong>trando por <strong>el</strong>portón principal. Cuando se dio cu<strong>en</strong>ta de lo que sucedía, trató de escapar. Nuncaolvidaré la esc<strong>en</strong>a cuando los guardias se tiraron <strong>en</strong>cima de él, le pusieron unachaqueta de fuerza, y se lo llevaron, pateando y gritando. Yo sabía que t<strong>en</strong>íamosque hacerlo, pero me s<strong>en</strong>tía horrible y quería llorar.Lo diagnosticaron con esquizofr<strong>en</strong>ia, y le dieron medicam<strong>en</strong>tos. Tuvo quequedar internado bastante tiempo. Un día, <strong>el</strong> psiquiatra jefe me invitó a una<strong>en</strong>trevista acerca d<strong>el</strong> alumno. Lo que me asombró fue esto: El doctor me com<strong>en</strong>tóque ¡la mayoría de sus paci<strong>en</strong>tes eran evangélicos! Me sorpr<strong>en</strong>dió <strong>el</strong> dato, y lepregunté por qué. Me contestó que era por <strong>el</strong> s<strong>en</strong>tido de culpa. Dijo que no t<strong>en</strong>íanada <strong>en</strong> contra d<strong>el</strong> cristianismo, pero que muchas iglesias hablan demasiado de laley y de cosas muy negativas, sin hablar d<strong>el</strong> amor de Dios, d<strong>el</strong> perdón, y de cosaspositivas. Mucha g<strong>en</strong>te termina con un trem<strong>en</strong>do peso de culpa que trastorna sucapacidad de r<strong>el</strong>acionarse sanam<strong>en</strong>te con <strong>el</strong> mundo. Me dio mucha tristeza porquedebería ser precisam<strong>en</strong>te <strong>nuestra</strong> r<strong>el</strong>ación con Cristo que nos libera de la culpa.Pi<strong>en</strong>so que muchos evangélicos no han compr<strong>en</strong>dido las implicaciones d<strong>el</strong> hechode que <strong>nuestra</strong> salvación es completam<strong>en</strong>te por gracia mediante la fe. Fácilm<strong>en</strong>teca<strong>en</strong> <strong>en</strong> un legalismo que impide <strong>el</strong> gozo que podemos t<strong>en</strong>er <strong>en</strong> Cristo.El autor David Seamonds 1 cu<strong>en</strong>ta su experi<strong>en</strong>cia cuando era misionero <strong>en</strong>la India. Un jov<strong>en</strong> fue a pedirle un consejo, quejándose de un s<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>to deculpa, de ansiedad, de <strong>en</strong>ojo, y de m<strong>en</strong>osprecio de sí mismo. Cuando le hizo laspreguntas típicas acerca de su lectura de la Biblia, su tiempo de oración, y suasist<strong>en</strong>cia a la iglesia, supo que <strong>el</strong> jov<strong>en</strong> le ganaba lejos <strong>en</strong> <strong>el</strong> uso de los medios de1 David Seamonds, El Poder Liberador de la Gracia (Deerfi<strong>el</strong>d, Illinois: Editorial Vida, 1990),pp. 6-11.7

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!