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interpolan otras formas como décimas); ambos son poemas narrativos.<br />
Si acaso podríamos agregar que son letras para cantarse. Eso es todo.<br />
Lo demás es diferente: el tipo de narración, el tipo de sentimiento. El<br />
corrido es predominantemente épico. ¿Acaso no fue el periódico de los<br />
revolucionarios? En el corrido puede entrar el humor satírico. Véase el<br />
caso del “Corrido del mión”, de Luis Julián, donde un tipo sale a orinar en<br />
la noche y lo agarran sanchito.<br />
El romance puede ser lírico, de tema amoroso, filosófico o religioso; 79 el<br />
corrido, en cambio, habla de acciones bélicas, de bandoleros o de la nota<br />
roja. Afortunadamente, investigadores como el citado Armando Hugo Ortiz<br />
empiezan a mostrar interés por tópicos como el contrabando, la memoria<br />
del corrido, el corrido como producto comercial, el fenómeno de nuestros<br />
músicos de cantina que andan “taloneando el sustento” sin la más leve<br />
aspiración de alcanzar el éxito internacional. Además del tema mayoritario<br />
y polémico del narcocorrido que nos lleva a la narcoglobalización.<br />
Bienvenidas todas las composiciones de corte humorístico relativas al<br />
género. Yo escucho por las mañanas los corridos de Pancho Madrigal<br />
y salgo a la calle tan campante a explicar a mis alumnos del taller de<br />
narrativa sutilezas técnicas: el narrador olímpico, el narrador en primera<br />
persona; el plano del discurso y el plano de la historia; la escenificación de<br />
las acciones; diferencias entre los elementos dramáticos y los puramente<br />
narrativos… Para aplicar tan sesudas herramientas del análisis, propongo<br />
leer a Kafka, a Faulkner o ya de perdido a Carlos Fuentes y, en medio de<br />
tanto rollo doctoral, pienso qué pasaría si aplicara todos estos conceptos al<br />
análisis de un corrido.<br />
¿Quién era realmente rosita Alvírez? Si tomamos en cuenta lo escrito<br />
por Óscar Flores Tapia en su libro Herodes. Semblanza de Saltillo, nos<br />
llevaremos varias sorpresas. resulta que la tal rosita era hasta vecina mía:<br />
vivió por la calle de Múzquiz, antes de llegar a Centenario (yo vivo en<br />
Centenario, antes de llegar a Múzquiz). El papá de rosita, don Atenógenes<br />
Alvírez, era comerciante y la mamá de la muchacha, doña Juana María,<br />
en un descuido sale mi pariente, porque se apellidaba de León. don<br />
Atenógenes viajaba constantemente a Concepción del Oro por negocios y<br />
“muchas veces lo acompañaba rosita quien, por ser muy bonita, atraía la<br />
atención de los compradores”. 80 Cuando rosita andaba por los dieciocho o<br />
79 A mis soledades voy, / de mis soledades vengo, / porque para andar conmigo / me bastan<br />
mis pensamientos, “Romance” de Lope de Vega (1562-1935). No creo que este romance se<br />
parezca en nada a “El Zorrillo”, corrido coahuilense recopilado por Armando Hugo Ortiz y que<br />
nos habla de un caballo que corrió en Ramos Arizpe y ganó más de 200 mil pesos.<br />
80 “Así era Rosita Alvírez” en Óscar Flores, Herodes. Semblanza de Saltillo, Provincia, Saltillo,<br />
1950, pp. 75-81.<br />
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