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Hersey, John ''Hiroshima''-Fr-En-Sp-Sp

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tr. de G. Belmont <strong>Hersey</strong>’s Hiroshima tr. de J. G. Vásquez tr. de A. T. Weylandbourg situé au pied des collines). Tout le long du chemin,il dépassa des gens affreusement brûlés et déchiréset, tourmenté par son remords patriotique, ilse tournait à droite et à gauche, sans s’arrêter, disantà tel ou tel d’entre eux : « Pardonnez-moi de 5ne pas porter ma part de votre fardeau ». Près deGion, il commença à rencontrer des gens de 1a campagnequi faisaient route vers la ville pour portersecours. L’apercevant, ils s’écrièrent : « Regardez! <strong>En</strong> voici un qui n’est pas blessé ! » A 10Gion, il prit en direction de la [70] rive droitede la rivière principale, l’Ota, et courut jusqu’aubord de l’eau, où il retrouva l’incendie.Il n’y avait pas de flammes sur l’autre rive, cequi fit que, dépouillant sa chemise et ses chaussures,il plongea dans l’eau. Parvenu au mi-15lieu de la rivière, où le courant était assez fort,l’épuisement et la peur finirent par avoir le dessus-- il avait fait en courant une douzaine dekilomètres - et perdant tout ressort, il sentit 20que les eaux l’entraînaient. Il pria : « Je voussupplie, mon Dieu, aidez-moi à toucher l’autrebord. Ce serait trop bête de périr noyé quandje suis le seul à ne pas être blessé. » I1 réussità faire encore quelques brasses et prit pied sur 25une langue de sable, en aval.the foothills. All the way, he overtookdreadfully burned and laceratedpeople, and in his guilt he turned toright and left as he hurried and said tosome of them, “Excuse me for havingno burden like yours.” Near Gion, hebegan to meet country people going towardthe city to help, and when theysaw him, several exclaimed, “Look!There is one who is not wounded.” AtGion, he bore toward the right bank ofthe main river, the Ota, and ran downit until he reached fire again. Therewas no fire on the other side of theriver, so he threw off his shirt andshoes and plunged into it. In midstream,where the current was fairlystrong, exhaustion and fear finallycaught up with him—he had run nearlyseven miles—and he became limp anddrifted in the water. He prayed,“Please, God, help me to cross. It wouldbe nonsense for me to be drowned whenI am the only uninjured one.” He manageda few more strokes and fetchedup on a spit downstream.tros hacia el norte, hacia Gion, un suburbioal pie de las colinas. Durante todo elcamino se cruzó con gente terriblementequemada y lacerada, y era tanta su culpaque se volteaba a derecha y a izquierdapara decirles: «Perdonen que no lleve unacarga como la suya». Cerca de Gion empezóa encontrar gente de campo que sedirigía a la ciudad para prestar su ayuda yque al verlo exclamaron: «¡Miren! Unoque no está herido». <strong>En</strong> Gion, se abriópasó hacia la orilla derecha del río principal,el Ota, y siguió su curso hasta encontrarincendios de nuevo. No había fuegoen el otro lado del río, así que se quitóla camisa y los zapatos y se zambulló.A medio camino, donde era más fuertela corriente, el cansancio y el miedo ledieron alcance —había corrido unosonce kilómetros—, y su cuerpo se volviófláccido y se dejó llevar por el agua.«Por [41] favor, Dios, ayúdame a cruzar»,rezó. «Sería absurdo que me ahogara,yo que soy el único que no está herido.»Dio unas brazadas más y logró llegara un banco de arena río abajo.La ruta que siguió el señor Tanimotoalrededor del fuego lo llevó a la Plazade Armas del Oriente, la cual, al ser unazona de evacuación, era ahora escenariode una situación truculenta: filatras fila de quemados y ensangrentados.Los quemados gemían:«Mizu, mizu! ¡Agua, agua!». El señorTanimoto encontró un tazón en una callevecina y localizó una llave de aguaque todavía funcionaba en la estructucolinas.Todo el camino se cruzó con genteespantosamente quemada y lacerada,y, lleno de remordimiento, se volvía aderecha e izquierda mientras corría, diciéndolesa algunos de ellos:—Perdonadme por no tener una carga como la vuestra.Cerca de Gion, comenzó a encontrarcampesinos que iban hacia la ciudad paraayudar, y, al verlo, varios exclamaron:—¡Miren! Hay uno que no está herido...<strong>En</strong> Gion se dirigió a la orilla derechadel río principal, el Ota, y corrióhasta volver a toparse con el fuego. Nohabía incendio del otro lado del [50]río, de modo que se quitó camisa yzapatos y se zambulló en el agua. <strong>En</strong>la mitad, donde la corriente era regularmentefuerte, el cansancio y el temor—había corrido unas siete millas—hicieron crisis. Debilitado, seabandonó en el agua. Rogó:—¡Por favor, Dios, ayúdame a cruzar!Sería una tontería que me ahoguepuesto que soy el único ileso.Dio unas cuantas brazadas más y trepóa un banco de arena.Il escalada la berge et la longea en courantjusqu’au moment où, près d’un temple shintoïste,il se heurta encore à l’incendie. Comme 30il tournait sur la gauche, dans l’espoir de trouverune issue, il rencontra, par une chance incroyable,sa femme. Elle portait dans ses brasleur bébé. Tanimoto était parvenu à un tel degréd’épuisement émotif, que plus rien ne pouvaitle surprendre. Il n’embrassa pas sa femme35; il se borna à dire : « Oh! vous êtes sauve! »Elle lui raconta qu’elle était arrivée chez eux,après avoir passé la nuit à Ushida, juste à tempspour l’explosion, et qu’elle avait été enseveliesous le presbytère avec l’enfant dans ses40bras. Elle lui dit comment les décombresavaient pesé sur elle, comment le bébé avaitcrié. Elle avait vu une faible crevasse de lumièreet, en tendant la main, elle avait réussi à 45agrandir le trou, petit à petit. Au bout d’unedemi-heure, environ, elle avait entendu et reconnule crépitement du bois qui brûlait. <strong>En</strong>fin,l’ouverture avait été assez grande pourqu’elle parvînt à y faire passer l’enfant, en le 50poussant, puis à se hisser en rampant à son tour.Elle ajouta qu’elle retournait maintenant àUshida. M. Tanimoto lui répondit qu’il voulaitvoir où en était sa chapelle et s’occuperdes gens de son Association de Quartier. Ils se 55séparèrent aussi fortuitement, aussi hébétés,qu’ils s’étaient retrouvés.Mr. Tanimoto climbed up the bankand ran along it until, near a largeShinto shrine, he came to more fire,and as he turned left to get around it,he met, by incredible luck, his wife.She was carrying their infant daughter.Mr. Tanimoto was now so emotionallyworn out that nothing couldsurprise him. He did not embrace hiswife; he simply said, “Oh, you aresafe.” She told him that she had gothome from her night in Ushida just intime for the explosion; she had beenburied under the parsonage with thebaby in her arms. She told how thewreckage had pressed down on her,[41] how the baby had cried. She sawa chink of light, and by reaching upwith a hand, she worked the hole bigger,bit by bit. After about half an hour,she heard the crackling noise of woodburning. At last the opening was bigenough for her to push the baby out,and afterward she crawled out herself.She said she was now going out toUshida again. Mr. Tanimoto said hewanted to see his church and take careof the people of his Neighborhood Association.They parted as casually—as bewildered—as they had met.El señor Tanimoto subió por el bancode arena y lo bordeó hasta que encontrófuego de nuevo, junto a un temploShinto; al darse vuelta paraflanquearlo se topó, en un golpe desuerte increíble, con su esposa. Ella llevabaa su niña en brazos. El señorTanimoto estaba emocionalmente tanagotado que nada podía sorprenderlo.No abrazó a su esposa; simplemente ledijo: «Ah, estás a salvo». Ella le contóque había regresado de Ushida justo atiempo para la explosión; había quedadoenterrada bajo la parroquia con elbebé en sus brazos. Contó cómo losdestrozos la habían aplastado, cómohabía llorado la niña. Había visto unagrieta de luz y con una mano la alcanzóy la fue agrandando poco a poco.Después de una media hora, le llegó elchisporroteo de la madera quemándose.Al fin logró ampliar la apertura lo suficientepara sacar al bebé, y enseguidasalió también ella, arrastrándose. Dijoque ahora se dirigía de nuevo a Ushida.El señor Tanimoto dijo que quería versu iglesia y ayudar a la gente de la Asociaciónde Vecinos. Se separaron tan casualmente—y tan perplejos— como sehabían encontrado.El señor Tanimoto corrió a lo largode este banco, cerca de un gran templosintoísta, se enfrentó con más fuego, yal volverse hacia la izquierda para rodearloencontró, por increíble azar, a suesposa. Esta llevaba al hijo de ambos.Para entonces el señor Tanimoto estabatan agotado emocionalmente, que nadapodía sorprenderlo. No abrazó a su esposa;dijo sencillamente:—Oh, estás a salvo...Ella le contó que regresaba de Ushidajustamente antes de la explosión. Habíaquedado enterrada en la rectoría con elniño en brazos. Contó cómo la habíaaplastado el derrumbe, cómo lloró elbebé. Alcanzó a divisar un hilo de luz, yextendiendo una mano logró agrandar elagujero, poco a poco. Después de mediahora más o menos, oyó el ruido chirriantede la madera que se quema. Por lopronto, el agujero ya era lo suficientementegrande como para sacar al niñopor él, y después de hacerlo emergió ellamisma. Dijo que ahora volvía a Ushida.El señor Tanimoto manifestó que deseabaver su iglesia y asistir a la gente desu Asociación Vecinal. Se separaron contanta indiferencia — y azoramiento—como se habían encontrado.gruesome horrible, grisly, disgusting, horripilante, tétrico, lúgubreLe chemin qu’avait pris M. Tanimoto Mr. Tanimoto’s way around thepour contourner l’incendie le fit traverser60 fire took him across the East Pa-le Champ de Manoeuvre de l’Est qui, rade Ground, which, being anzone d’évacuation, était à présent le théâtreevacuation area, was now thed’une horrible parade : blessés ensan-scene of a gruesome review: rankglantés et brûlés par files entières. Les on rank of the burned and bleeding.Those who were burnedbrûlés gémissaient : a Mizu, mizu ! A 65boire, à boire ! » M. Tanimoto, ayant moaned, “Mixu, mizu! Water, water!”trouvé un [72] baquet dans unie rue procheMr. Tanimoto found a basinet repéré un robinet qui fonctionnait in a nearby street and located a waterencore dans la carcasse écrabouilléetap that still worked in the7025El paso del señor Tanimoto en la zonadel incendio lo llevó a través del Campode Desfile del Este, que, al ser zonade evacuación, era ahora escena [51] ríode un horripilante espectáculo: masasy masas de gente quemada y sangrante.Los quemados gemíanMizu, mizu! «¡Agua, agua!»El señor Tanimoto encontró una palanganaen una calle cercana, localizóuna espita que aún funcionaba entre las

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