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Hersey, John ''Hiroshima''-Fr-En-Sp-Sp

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tr. de G. Belmont <strong>Hersey</strong>’s Hiroshima tr. de J. G. Vásquez tr. de A. T. Weylandrette à bras, afin de pouvoir emmenerMme Nakamura et ses enfants aunoviciat.handcart, so that they could takeMrs. Nakamura and her sick childrento the Novitiate.cuando regresaran, para poder llevara la señora Nakamura y a susniños enfermos al noviciado.una carreta para poder llevar a laseñora Nakamura y a sus hijos hastael Noviciado.M. Tanimoto recommença à pousser 5sa barque. Celle-ci, avec les prêtres,avançait lentement, remontant le courant,lorsque les passagers entendirentde faibles appels au secours. Une voixde femme, notamment : « Il y a ici des 10gens qui vont se noyer! Au secours !L’eau monte! » Les cris venaient d’unelagune et les prêtres de la barque purentvoir, à la lueur se reflétant dansl’eau, des maisons qui brûlaient encore, 15un certain nombre de blessés gisant aubord de la rivière et que recouvrait déjàen partie la marée montante. M.Tanimoto voulait aller à leur aide, maisles prêtres craignirent que le Père 20Schiffer ne succombât si l’on ne sepressait et ils insistèrent pour que leurpasseur continuât. M. Tanimoto les débarquaau même endroit où il avaitlaissé le Père Schiffer et repartit seul 25en direction de la lagune.Mr. Tanimoto shoved off again.As the boatload of priests movedslowly upstream, they heard weakcries for help. A woman’s voicestood out especially: “There arepeople here about to be drowned!Help us! The water is rising!” Thesounds came from one of thesandspits, and those in the puntcould see, in the reflected light ofthe still—burning fires, a numberof wounded people lying at theedge of the river, already partlycovered by the flooding tide. Mr.Tanimoto wanted to help them, butthe priests were afraid that FatherSchiffer would die if they didn’thurry, and they urged their ferrymanalong. He dropped them wherehe had put Father Schiffer downand then started back alone towardthe sandspit.El señor Tanimoto partió de nuevo.Conforme avanzaba el cargamentode sacerdotes, se escuchaban débilesgritos de auxilio. Sobresalía especialmentela voz de una mujer:‘¡Hay gente aquí a punto de ahogarse!¡Ayúdennos! ¡El nivel del aguaestá subiendo!». Los sonidos llegabande uno de los bancos de arena, ylos de la batea podían ver, en la luzreflejada de los fuegos todavía encendidos,a varios heridos acostadosen la orilla del río y parcialmente cubiertospor la marea. El señorTanimoto quería prestarles ayuda,pero los sacerdotes tenían miedo deque el padre Schiffer fuera a morirsi no se daban prisa, y le pidieron albarquero que avanzara. Éste los dejódonde había dejado al padre Schiffer,y después emprendió solo el caminode regreso. [57]El señor Tanimoto emprendió caminootra vez. Mientras la barca llena desacerdotes remontaba lentamente el río,oyeron débiles pedidos de ayuda. Unavoz de mujer gritó:—¡ Aquí hay gente que está por ahogarse!¡ Ayúdennos! ‘¡ El agua está subiendo!Las voces venían de uno de losbancos de arena, y los de la barca pudieronver, a la luz de los incendios,un número de personas heridas queyacían al borde del río, parcialmentecubiertas ya por la marea en ascenso.El señor Tanimoto quizo ayudarlos,pero los sacerdotes tuvieron miedode que el padre Schiffer muriesesino se apuraban, y lo urgieron a continuar.El los hizo bajar en el [69]lugar donde había descendido el padreSchiffer, y luego volvió solo albanco de arena.La nuit était très chaude, paraissaitmême plus chaude du faitdes lueurs d’incendie qui rougeoyaientdans le ciel ; mais la30plus jeune des deux fillettes queM. Tanimoto et les prêtres avaientsauvées, se plaignit au PèreKleinsorge d’avoir froid. Il ôta sa 35tunique et l’en couvrit. L’enfant etsa sueur aînée étaient restées deuxheures dans l’eau salée avantqu’on vînt les en tirer. Le corps dela cadette portait. d’énorme-, brûluresà vif; l’eau salée de la ri-40vière avait dû être un terrible supplicepour elle. Elle se prit à tremblerde tous ses membres et répétaqu’elle avait froid. Le Père 45Kleinsorge emprunta une couvertureà un voisin et l’en enveloppa; mais elle frissonnait et tremblaitde plus en plus, répétant : « J’aitellement froid », et puis, soudain, 50elle cessa de trembler, morte.THE NIGHT was hot, and itseemed even hotter becauseof the fires against the sky,but the younger of the twogirls Mr. Tanimoto and thepriests had rescued complainedto Father Kleinsorgethat she was cold. He coveredher with his jacket. She andher older [59] sister had beenin the salt water of the riverfor a couple of hours beforebeing rescued. The younger onehad huge, raw flash burns on herbody; the salt water must havebeen excruciatingly painful to her.She began to shiver heavily, andagain said it was cold. FatherKleinsorge borrowed a blanketfrom someone nearby and wrappedher up, but she shook more andmore, and said again, “I am socold,” and then she suddenlystopped shivering and was dead.Era una noche caliente, y parecíaaún más caliente por losfuegos recortados sobre el cielo,pero la más joven de las dosniñas que el señor Tanimoto ylos curas habían rescatado sequejó de tener frío. El padreKleinsorge la cubrió con suchaqueta. Ella y su hermanamayor habían estado metidasen el agua salada durante unpar de horas antes de ser rescatadas.La pequeña teníagrandes quemaduras en carneviva; el agua salada debió decausarle un dolor espantoso.Comenzó a temblar y a repetirque tenía frío. El padreKleinsorge tomó prestada lacobija de un vecino y la envolviócon ella, pero la niña se sacudíamás y más, diciendo«Tengo tanto frío», y de repentedejó de temblar y murió.Aunque la noche era calurosa,y lo parecía más aún a causa delas llamas que se alzaban haciael cielo, la menor de las dos chicasrescatadas por el señorTanimoto y los sacerdotes sequejó al padre Kleinsorge de quetenía frío. El la cubrió con suchaqueta. La niña y su hermanamayor habían estado en el aguasalobre del río durante dos horasantes de ser rescatadas. La menortenía quemaduras enormes yabiertas en todo el cuerpo; el aguasalada debía de haber sido horriblementedolorosa. Comenzó a tiritarcon fuerza, y se quejó nuevamentedel frío. El padreKleinsorge pidió prestada unamanta a alguien que estaba cerca, yla envolvió; pero la criatura temblabamás y más, y volvió a decir:—Tengo tanto frío... —Luego, repentinamente,dejó de tiritar y murió.Sur la lagune, M. Tanimoto trouvaquelque vingt hommes et femmes. IIrangea le bateau le long de la rive et 55leur dit de se dépêcher de monter. Ilsne bougèrent pas et il se renditcompte qu’ils étaient [99] trop faiblespour se soulever. Il se pencha etprit une femme par les mains ; la 60peau céda et vint sous ses doigts, parlambeaux énormes, comme un gant.Cette sensation éveilla en lui unetelle nausée, qu’il dut s’asseoir uneseconde. Après quoi il sauta dans 65l’eau et, de si faible stature qu’il fût,porta jusque dans la barque plusieurshommes et femmes, qui étaient nus.Dos et poitrines étaient visqueux70MA. TANIMOTO found abouttwenty men and women on thesandspit. He drove the boat onto thebank and urged them to get aboard.They did not move and he realizedthat they were too weak to liftthemselves. He reached down andtook a woman by the hands, but herskin slipped off in huge, glovelikepieces. He was so sickened by thisthat he had to sit down for a moment.Then he got out into the waterand, though a small man, liftedseveral of the men and women, whowere naked, into his boat. Theirbacks and breasts were clammy,and he remembered uneasily what37Sobre el banco de arena, el señorTanimoto encontró unos veinte hombresy mujeres. Acercó el bote a laarena y les pidió que subieran a bordode inmediato. Pero no se movieron,y él se dio cuenta de que estabandemasiado débiles para levantarse.Se agachó y tomó a una mujer dela mano, pero su piel se desprendióen pedazos grandes, como un guante.Esto lo afectó tanto que tuvo quesentarse un momento. Después regresóal agua; a pesar de ser un hombrepequeño, él solo levantó a varioshombres y mujeres que estaban desnudosy los llevó a su bote. Sus espaldasy sus pechos eran pegajosos,El señor Tanimoto encontró unaveintena de hombres y mujeres en elbanco de arena. Llevó su bote hastaallí y los urgió a subir a bordo. Ellosno se movieron, y entonces se diocuenta de que estaban demasiado débilespara levantarse por sí solos.Bajó y tomó a una mujer por las manos,pero se le salió la piel como sifueran guantes. Esto lo descompusode tal manera que tuvo que sentarseun momento. <strong>En</strong>tonces bajó al agua,y aunque era un hombre menudo,alzó a varios hombres y mujeres, queestaban desnudos, y los puso en suembarcación. Tenían el pecho y laespalda viscosos, y Tanimoto recor-

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