REVISTA DIAPENTE Nº 1
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Nº 1 <strong>REVISTA</strong> <strong>DIAPENTE</strong>. CONSERVATORIO SUPERIOR DE MUSICA DE VIGO. ABRIL 2011<br />
web: http://www.diapente.es/ Email: cmus.vigo@edu.xunta.es<br />
propia. Durante 30 años ha estado “en el filo” del desarrollo de la flauta moderna y es muy<br />
respetado por flautistas y constructores de todo el mundo.<br />
En el año 2006 dan paso a la 2ª generación de propietarios Brannen. Los hermanos<br />
venden la compañía a 3 de sus trabajadores: Birgitte Flanders, Payson Greene y Dennis<br />
McGuire. (Thomson, 2007)<br />
De las 3 grandes empresas americanas mencionadas anteriormente, han surgido<br />
constructores que han formado sus propios talleres (e incluso grandes como Powell,<br />
surgieron de otra grande como Haynes): “Gemeinhardt”, “Artley”, “Armstrong”,<br />
“Straubinger”, “Landell”, “Arista”, “Emanuel”, “Sheridan”, “Burkart & Phelan”, “Tom<br />
Green”, “Abell”, etc.<br />
LA APARICIÓN DEL MERCADO ASIÁTICO<br />
Hasta 1980, el triunvirato americano Haynes, Powell, Brannen, dominó el mundo,<br />
compartiendo listas de clientes y secretos de fabricación. Hacían unos 1.000 instrumentos al<br />
año y tenían listas de espera de hasta siete años. Pero empezaron a aparecer las grandes<br />
empresas japonesas: Muramatsu, Sankyo, Yamaha,… que fabricaban flautas en serie,<br />
inundando el mercado con flautas a precios más económicos.<br />
El mercado japonés aprovechó las listas de espera de Boston y se beneficiaron de los<br />
clientes impacientes e insatisfechos. Prosperaron primero entre estudiantes y, como los<br />
instrumentos siguieron mejorándose, luego entre músicos profesionales.<br />
Los fabricantes de flautas de Boston pasaron por momentos difíciles. Al final, lo que<br />
usaron para defenderse del mercado japonés fue el término "hecho a mano". Según los<br />
fabricantes americanos, los japoneses montan varias de las piezas de sus flautas<br />
separadamente y no las juntan hasta la etapa final. Las tres grandes empresas de Boston<br />
entonces reconocieron la necesidad de crear productos menos caros para poder competir con<br />
el mercado japonés. Con esta estrategia, los fabricantes de flautas de Boston pudieron hacer<br />
frente al imponente mercado japonés. (Lundberg, 1987)<br />
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