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Tema de tapa<br />

tres<br />

El manejo de los sonidos, desde el chirrido de una<br />

puerta al abrirse hasta las mejores performances de<br />

las maravillosas scream queens (como los estadounidenses<br />

llaman a las actrices del género), hacen a<br />

la construcción del miedo. Cada sonido es importante,<br />

pero definitivamente el ingrediente clave<br />

en la receta del terror es la música. Muchas, las<br />

mejores, quedan prendidas como garrapatas en<br />

nuestra memoria y al escucharlas nos transportan<br />

a ese instante en que estuvimos indefensos ante<br />

la escena a la que pertenecen.<br />

El aporte de la música en el género de terror<br />

hace tal vez la mitad del trabajo a la hora de<br />

asustarnos y para lograrlo no se vale de fórmulas<br />

mágicas aunque existan ciertas coincidencias<br />

a la hora de perturbarnos. Un estudio<br />

realizado por la Universidad de California<br />

encontró una conexión entre la música de<br />

películas de terror y los sonidos que emiten<br />

las crías de muchas especies cuando están<br />

asustadas. Ambos están compuestos por sonidos<br />

disonantes y estos provocan una reacción<br />

biológica en nosotros porque en el fondo, y por suerte, todavía<br />

somos un poco animales.<br />

Uno de los ejemplos más emblemáticos está en el soundtrack<br />

de la mítica Psicosis (1960) de Alfred Hitchcock, particularmente<br />

en la escena de la ducha donde el factor disonante es<br />

mantenerse en movimiento, cambiando constantemente<br />

para aterrarnos y hacernos saltar de la butaca. Los cineastas<br />

del género exploran los recovecos más oscuros de su imaginación,<br />

aunque también cuentan con otros métodos. En<br />

la actualidad, algunos directores utilizan infrasonidos para<br />

inducir el miedo. Estas son ondas sonoras tan graves que están<br />

por debajo del espectro del oído humano. A pesar de que<br />

no llegamos a escucharlas, puede producirnos palpitaciones,<br />

temblores y ansiedad. Los productores de Irreversible (2002),<br />

de Gaspar Noé, admitieron haber utilizado esta técnica.<br />

A pesar de que algunos soundtracks nunca dejarán de ser<br />

efectivos, los directores fueron cambiando los recursos para<br />

mantenernos siempre escondidos tras el pochoclo o la mantita,<br />

en caso de ver la película desde el sofá de la casa. Uno de los<br />

primeros que revolucionó la música en el cine de terror fue el<br />

barrilete cósmico del séptimo arte, Alfred Hitchcock, con la<br />

banda sonora de la espeluznante Los Pájaros (1963). Una vez<br />

más se reunió con su compositor estrella, Bernard Herrmann,<br />

y le dijo que no quería una sola nota en toda la película. Pero<br />

esta vez estaba en lo correcto. Alfred vio más allá y pidió que<br />

la banda sonora estuviera compuesta solamente por el ruido<br />

de los pájaros. Algunos asistentes de sonido comenzaron a<br />

grabar pájaros de todo tipo, pero, al escuchar los resultados,<br />

Hitchcock les dijo que eso era lo que oía todos los días en el<br />

patio de su casa, que necesitaba algo que perturbara a sus<br />

espectadores. Tenía razón, los plumíferos endemoniados que<br />

atacan sin piedad al personaje de Tippi Hedren poco tienen<br />

LOS SONIDOS<br />

tan efectivo como las puñaladas de Norman Bates. La leyenda que ver con aquellos pajaritos que cantan en nuestra ventana.<br />

Alfred necesitaba un sonido nuevo y lo consiguió con un<br />

del cine cuenta que Alfred no quería ponerle música a la escena,<br />

consideraba que la imagen hablaba por sí misma y pensaba inusual instrumento llamado trautonio, un extraño aparato<br />

dejar solamente el alarido desesperado de Janet Leigh y el similar a un órgano. Así dio paso al uso del sintetizador en el<br />

entrar y salir del cuchillo. Pero Bernard Herrmann mandó cine de terror, un amigo fiel para el género que lo acompañaría<br />

en las décadas siguientes. Con él John Carpenter logró<br />

32<br />

por si cambiaba de opinión. Cuando Alfred volvió y escuchó el traumar a más de un adolescente con su siniestra melodía en<br />

33<br />

DEL TEMBLOR<br />

al gran Hitchcock de vacaciones y le dijo que compondría algo<br />

resultado, no tuvo más opción que admitir su error. La pieza Halloween (1978). El film fue protagonizado por una joven<br />

de Herrmann fue estudiada e interpretada por los críticos de Jamie Lee Curtis, hija de la emperatriz de las scream queens,<br />

cine a lo largo del tiempo. El director Claude Chabrol lo Janet Leight. Otro gran uso del sintetizador fue el del maestro<br />

entendía así: “El sonido del violín es como los graznidos de<br />

un pájaro; es como si Norman fuera un pájaro atacando a una<br />

del terror, Dario Argento, en su genial Suspiria (1977).<br />

Este soundtrack fue compuesto por la banda italiana de rock<br />

presa, el picoteo de un hombre-pájaro que intenta liberarse de progresivo Goblin, quienes, debido al éxito de su trabajo en la<br />

El cine se nutre de un delicado equilibrio entre la imagen y el sonido. Las proporciones<br />

una obsesión. Es genial”.<br />

película, terminaron oscureciendo su música para equiparar<br />

de uno y otro están en un constante vaivén a la búsqueda de esa armonía mágica que,<br />

Otro gran ejemplo es la música de Tiburón (1974), compuesta<br />

la imagen que habían generado en la terrorífica banda sonora.<br />

cuando se encuentra, nos puede hacer sentir casi cualquier cosa. Pero cuando trata de<br />

transmitirnos un sentimiento tan primitivo como el miedo, está obligado a hacer de aquel<br />

por John Williams, donde el sonido disonante de las<br />

cuerdas graves agitándose cada vez más rápido nos llena de<br />

Los Goblin agregaron susurros, quejidos y suspiros fantasmales<br />

que parecen ser las voces de aquellas almas en pena que vagan<br />

terror instantáneamente. La manera en que los instrumentos por la siniestra academia de danza presente en la película.<br />

juego entre la imagen y el sonido algo tan preciso como la receta de un hechizo<br />

se van sumando y cómo la melodía se va precipitando nos Otros directores encontraron en la combinación de la orquesta<br />

POR Agustina Zabaljauregui*<br />

generan una sensación de amenaza tal que no necesitamos<br />

ver ningún tiburón, al contrario, la música nos dice que está<br />

ahí, acechando aunque no sea visible.<br />

Cuando somos niños y descubrimos que debajo de la cama<br />

no hay ningún payaso macabro, el miedo se esfuma o se<br />

transforma en otro. Por eso el cine de terror ha tenido que<br />

y el sintetizador la clave del éxito. Un gran ejemplo de esto fue<br />

Martes 13 (1980). Para su banda sonora le pidieron a Harry<br />

Manfredini que la presencia de la señora Voorhees, la madre<br />

de Jason, estuviera en la música porque solo aparece en las últimas<br />

escenas de la misma. Manfredini sampleó las primeras sílabas<br />

de la asesina diciendo: “Kill her, mommy” (Mátala, mamá)

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