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El rock argentino cumple este año medio siglo de vida. Los 60 fueron una década prodigiosa, diez años que conmovieron<br />
Aunque existieron concretas manifestaciones artísticas de este<br />
al mundo con sus avances tecnológicos, creaciones artísticas<br />
movimiento emergente algún año previo a la fecha establecida,<br />
y profundos cambios sociales. Aunque junio de 1966 se consi-<br />
Aniversario<br />
existe consenso para considerar el lanzamiento del single dera el punto de partida del rock nacional, existieron eventos<br />
“Rebelde”, del grupo Los Beatniks, en junio de 1966 como el previos que anunciaron lo que vendría después. El universo de<br />
hito fundacional.<br />
la música pop anglosajona fue la banda sonora de una explosión<br />
Con fuerza y persistencia encomiables, Argentina creó una juvenil como nunca antes se había visto. A pesar de la lentitud<br />
música moderna y original a partir de la explosión global y de las limitaciones de las comunicaciones, el mundo estaba<br />
del rock y del pop anglosajón. Así se convirtió en el primer sacudiéndose y los temblores del sismo llegaron hasta aquí.<br />
país hispano- parlante que combinó los sonidos del rock con Cuando se editó “Rebelde”, la atención de los argentinos se<br />
elementos locales, dando lugar a un lenguaje musical propio hallaba ocupada por otros temas como la fragilidad institucional<br />
y personal. Esa originalidad le permitió desarrollar temáticas<br />
de un gobierno democrático que, amenazado por las<br />
autóctonas sobre su identidad y su pertenencia, inéditas en el falanges militares locales, terminó desalojado por la fuerza.<br />
resto de los países latinoamericanos, que luego fueron “colonizados”<br />
También el fútbol obtuvo la atención popular gracias al mundial<br />
por el éxito del rock argentino.<br />
celebrado en el mes de julio en Inglaterra, que fue inmortali-<br />
La historia es caprichosa y, en 1966, el rock nacional nació zado por la expulsión del argentino Rattin y que generó una consecuente<br />
acompañando el comienzo de un período negro –uno más– en<br />
convalidación de la popular versión discursiva acerca<br />
la historia argentina. El 2 de junio de ese año, Los Beatniks, de las conspiraciones, que siempre nos acecharon e impidieron<br />
un grupo beat –como se los denominaba en esa época– conformado<br />
nuestra realización como potencia mundial en cualquier ámbito.<br />
por los jóvenes Mauricio “Moris” Birabent, Javier Más allá de nuestros reiterados males, el mundo siguió<br />
Martínez y Pajarito Zaguri, grabó su primer single con los girando. Atravesamos diez años de importantes creaciones<br />
temas “Rebelde” y “No finjas más”. Apenas 26 días más tarde, artísticas, intelectuales y científicas que generaron profundos<br />
los militares renovaron la costumbre antidemocrática golpista al cambios en la sociedad. Las revueltas estudiantiles en Europa,<br />
derrocar a un gobierno elegido por el pueblo y se instalaron en las marchas pacifistas, el movimiento hippie en los Estados<br />
el poder con la intención de eternizarse en él. El general Juan Unidos y la sexualidad emergente ejemplificaron algunos de<br />
Carlos Onganía, un patético personaje que probablemente esos procesos.<br />
en otro país no hubiera alcanzado el grado de comisario de La música adquirió un protagonismo inédito, generando una<br />
policía, quedó al frente de la dictadura consecuente.<br />
verdadera revolución en la cultura global. Los 60 fueron incendiarios,<br />
Los Beatniks sorprendieron a todos no solo por su single cantado<br />
desbordantes de imaginación y locura, años en los<br />
en castellano, sino también por el modo de promocionarlo, que se vivieron experiencias irrepetibles.<br />
lo que constituyó un golpe genial de marketing y difusión. El Durante esa década, el primer hombre llegó a la luna, los<br />
ROCK NACIONAL,<br />
grupo salió a la calle a bordo de una modesta camioneta, una Beatles comenzaron conquistando el mundo y terminaron<br />
“chata” de la época, en la que filmó lo que puede considerarse despidiéndose desde las terrazas de Apple, John y Yoko<br />
el primer clip de la historia, interpretando “Soy rebelde”. El hicieron pacifismo desde la cama de un hotel y medio millón de<br />
66<br />
original paseo tiene su registro en blanco y negro a resguardo personas se reunió con la excusa de escuchar música en un sitio<br />
67<br />
Luego de cinco décadas de existencia, el rock nacional forma una parte indisoluble de la cultura<br />
argentina. Hijo directo de los revolucionarios años 60, este movimiento musical surgió bajo la<br />
consigna de que era posible una música de rock cantada en nuestro idioma. Para celebrarlo, nada<br />
mejor que recordar aquellos primeros años de lucha de los pioneros de un movimiento que nació<br />
en nuestro país y luego cambió la historia musical del continente<br />
POR Juan Cibeira<br />
50 AÑOS DE UNA<br />
REVOLUCIÓN<br />
en Internet. Luego profundizarían la iniciativa, tomándose fotos<br />
en ropa interior dentro de una fuente pública y generando el<br />
esperado escándalo mediático consecuente. Las imágenes fueron<br />
difundidas por la revista Así, publicación amarillista líder en<br />
esos años. Finalmente, cuenta la leyenda que la circulación de<br />
la revista quedó prohibida y que los osados músicos estuvieron<br />
unos días detenidos.<br />
Este fue el punto de partida de una historia atrapante que, llena<br />
de matices y sorpresas, durante cinco décadas demostró su<br />
impronta creadora y que supo alcanzar elevados puntos creativos<br />
o volar a ras de tierra. Es una historia transformadora, que<br />
no se detuvo –ni detiene– y que forma parte indisoluble de la<br />
cultura de este país.<br />
El rock nacional hoy es uno más de los tantos géneros musicales<br />
disponibles. Tiene un público propio, que consume<br />
sus grabaciones y espectáculos en vivo, y, aunque ya no es<br />
la música y –mucho menos– la ideología que busca cambiar<br />
el mundo, aún tiene un lugar destacado entre los productos<br />
culturales de consumo masivo.<br />
cercano a Nueva York, en un paraje llamado Woodstock…<br />
También aquí se agitaron las aguas. En eso andaban personajes<br />
como Moris, Pajarito Zaguri, Javier Martínez, Litto<br />
Nebbia y José Alberto “Tanguito” Iglesias, entre los<br />
más destacados, que solían alternar con músicos de jazz en un<br />
antro llamado “La Cueva” de Pasarotus, en el barrio de Once<br />
–Balvanera –, en la Ciudad de Buenos Aires. Fue la época<br />
de los primeros “náufragos”, que aparecieron en Villa Gesell,<br />
playa emblemática del incipiente hippismo argentino.<br />
También existía el instituto Di Tella, un lugar que reunía gente<br />
proveniente de de diferentes disciplinas artísticas y cuyos<br />
alrededores hervían como un gueto de la movida cultural<br />
y progresista. El arte era un foco de resistencia frente a la<br />
represión y el oscurantismo de la dictadura militar.<br />
Di Tella fue una fundación creada por la familia del mismo<br />
nombre, que poseía un importante grupo industrial fabricante<br />
de automóviles –los legendarios Siam Di Tella – y<br />
electrodomésticos. El patriarca de la familia gustaba del arte<br />
e, influenciado por uno de sus hijos, Guido, quien había