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Propiedades Físicas del Suelo

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aire bajo condiciones específicas tales como un contenido de agua determinado (succión de matriz 1/3 ó<br />

1/10 atm). El segundo tipo de medidas <strong>del</strong> aire <strong>del</strong> suelo es la determinación de su composición.<br />

El porcentaje <strong>del</strong> volumen para el aire fue designado por Baver (1956), como capacidad para el aire.<br />

Kopecky, 1927, citado por Baver, 1956, define la capacidad para el aire como la «cantidad de aire que<br />

queda en el suelo luego que el mismo se ha llevado a un contenido de agua correspondiente al de<br />

capacidad de campo» (agua retenida en el suelo luego que el mismo se ha saturado y dejado de drenar<br />

por 24 horas). En otras palabras, la capacidad para el aire es equivalente al volumen de los poros no<br />

capilares (macroporos).<br />

Relación entre la capacidad para el aire y algunas propiedades físicas<br />

Los factores que afectan la porosidad de los suelos se han mencionado en la parte 2. Las arenas y las<br />

turbas contienen poros grandes y tienen alta porosidad no capilar (macroporosidad). Es un hecho<br />

aceptado que la mayoría de los suelos arenosos tienen demasiado buena aereación, en desmedro de<br />

una adecuada capacidad para retener agua. Las arcillas tienen capacidades para el aire bastante<br />

menores, por lo cual para un buen crecimiento vegetal en los suelos arcillosos, uno de los principales<br />

requisitos es una aereación adecuada.<br />

Cuadro 6.- Relación entre la capacidad para el aire y algunas propiedades físicas (Kopecky, 1927;<br />

citado por Baver, 1956)<br />

Los resultados obtenidos por Kopecky (1927) de la capacidad para el aire de un grupo de suelos (cuadro<br />

6) muestran la correlación con la textura. Estos datos sugieren que el incremento de la capacidad para el<br />

aire está en cierta medida correlacionado con la textura, pero también, que dicha relación puede o no<br />

cumplirse, dependiendo de la estructura. Así vemos que para una misma textura, franco, la capacidad<br />

para el aire varía entre 6.2% en el suelo compactado hasta 12.2% en el suelo friable. Los resultados<br />

también puntualizan el hecho de que la capacidad para el aire de los suelos no está necesariamente<br />

relacionada con la porosidad total.<br />

Un aspecto de importancia práctica que cabe señalar, el que el carácter <strong>del</strong> espacio poroso es un índice<br />

que permite interpretar la necesidad de drenaje de los suelos. Kopecky estudió esta relación y estableció<br />

que todos los suelos que tienen una capacidad para el aire menos de 10% por volumen necesitan<br />

drenaje artificial. Esto se comprende mejor si se tiene en cuenta que la percolación de agua a través <strong>del</strong><br />

suelo es función de la cantidad y tamaño de los poros mayores. Por lo tanto, implica que la capacidad de<br />

suelos para eliminar naturalmente el exceso de agua, así como su necesidad de drenaje artificial está<br />

correlacionada con la macroporosidad o capacidad para el aire.<br />

Si las partículas de arcilla están empaquetadas muy juntas, como sucede en un suelo compactado, no<br />

quedan poros grandes para la aereación. En cambio, si un suelo arcillosos está bien agregado tendrá<br />

suficientes poros grandes entre los agregados para dar una capacidad para el aire adecuada para el

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