26.04.2018 Views

MARIA - Jorge Isaacs

La historia de amor de Maria y su primo Efrain, que trancurre en los paisajes de El Cerrito, Valle de Cauca, y en el que los protagonistas luchan por mantener su amor en medio de la enfermedad y la distancia. Efraín y María están juntos durante tres meses, al cabo de los cuales el joven debe viajar a Londres para completar su educación. Cuando regresa, dos años después, descubre que María ha muerto. Efraín no encuentra consuelo, y parte, sin saber muy bien a dónde. La novela, la única que alcanzó a publicar Isaacs, se destaca por darle gran importancia a la descripción del paisaje, así como por la calidad artística de su prosa. La novela objeto de estudio, más que una novela, es un poema en prosa o una novela escrita en una prosa plenamente poética; muestra intrínsecamente que no se trata solo de retórica metafórica cuando Felde la ha clasificado como «la flor más pura e inmarcesible del romanticismo hispanoamericano; sin historia, sin política, sin filosofías; sin nada más que el simple patetismo del sentimiento y la pintura simple de la naturaleza y del ambiente humano; la esencia de su estilo».

La historia de amor de Maria y su primo Efrain, que trancurre en los paisajes de El Cerrito, Valle de Cauca, y en el que los protagonistas luchan por mantener su amor en medio de la enfermedad y la distancia.
Efraín y María están juntos durante tres meses, al cabo de los cuales el joven debe viajar a Londres para completar su educación. Cuando regresa, dos años después, descubre que María ha muerto. Efraín no encuentra consuelo, y parte, sin saber muy bien a dónde.
La novela, la única que alcanzó a publicar Isaacs, se destaca por darle gran importancia a la descripción del paisaje, así como por la calidad artística de su prosa.
La novela objeto de estudio, más que una novela, es un poema en prosa o una novela escrita en una prosa plenamente poética; muestra intrínsecamente que no se trata solo de retórica metafórica cuando Felde la ha clasificado como «la flor más pura e inmarcesible del romanticismo hispanoamericano; sin historia, sin política, sin filosofías; sin nada más que el simple patetismo del sentimiento y la pintura simple de la naturaleza y del ambiente humano; la esencia de su estilo».

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Rióse ruidosamente impulsando la hamaca para darse aire, diciéndome al fin:<br />

—¡Malagradecido!<br />

—No es eso: usted sabe que no puedo, que no debo demorarme ni una hora más de lo<br />

indispensable; que es urgente que llegue yo a casa muy pronto...<br />

—Sí, sí; es verdad; sería un egoísmo de mi parte —dijo ya serio.<br />

—¿Qué sabe usted?<br />

—La enfermedad de una de las señoritas... Pero recibirías las cartas que te envié a<br />

Panamá.<br />

—Sí, gracias, a tiempo de embarcarme.<br />

—¿No te dicen que está mejor?:<br />

—Eso dicen.<br />

—¿Y Lorenzo?<br />

—Dice lo mismo.<br />

Pasado un momento en que ambos guardábamos silencio, el Administrador gritó<br />

incorporándose en la hamaca:<br />

—¡Marcos, la comida!<br />

Un criado entró luego a anunciarnos que la mesa estaba servida.<br />

—Vamos —dijo mi huésped poniéndose en pie— hace hambre; si hubieras tomado el<br />

brandy tendrías un buen apetito. ¡Hola! —agregó a tiempo que entrábamos al comedor y<br />

dirigiéndose a un paje—: si vienen a buscarnos, di que no estamos en casa. Es necesario<br />

que te acuestes temprano para poder madrugar —me observó señalándome el asiento de<br />

la cabecera.<br />

El y Lorenzo se colocaron a uno y otro lado mío.<br />

—¡Diantre! —exclamó el Administrador cuando la luz de la hermosa lámpara de la<br />

mesa bañó mi rostro—: ¡qué bozo has traído!, si no fueras moreno se podría jurar que<br />

no sabes dar los buenos días en castellano. Se me figura que estoy viendo a tu padre<br />

cuando él tenía veinte años; pero me parece que eres más alto que él: sin esa seriedad,<br />

heredada sin duda de tu madre, creería estar con el judío la noche que por primera vez<br />

desembarcó en Quibdó. ¿No te parece Lorenzo?<br />

—Idéntico —respondió éste.<br />

—Si hubieras visto —continuó mi huésped dirigiéndose a él— el afán de nuestro<br />

inglesito luego que le dije que tendría que permanecer conmigo dos días... Se

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!