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Abuso_sexual_infantil_digital uruguay

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Capítulo 13<br />

Hacia una intervención respetuosa:<br />

atendiendo el impacto en la propia persona<br />

como una forma de autocuidado y de cuidado<br />

hacia el niño, su familia y el proceso<br />

Hace muchos años, la secretaria de un juzgado de la Ciudad de Buenos Aires<br />

compartía con una de las autoras de este libro una experiencia personal<br />

relacionada con un caso en el cual había intervenido su juzgado, de tres<br />

hermanitos de los cuales la autora mencionada era la terapeuta.<br />

Los tres niños —dos niñas y un varón— habían sido abusados <strong>sexual</strong>mente<br />

por su padre biológico. Brutalmente. Dejando signos físicos como<br />

pocas veces los médicos forenses habían visto en niños de tan corta edad.<br />

El juzgado, advertido telefónicamente por el médico forense acerca de la<br />

gravedad de sus hallazgos, ordenó que la madre junto con los niños fueran<br />

trasladados de inmediato y con custodia policial hasta sus oficinas. Apenas<br />

llegaron al juzgado se entrevistó a la madre, quien se mostraba ofendida<br />

más que preocupada. Consideraba que se la estaba acusando de no cuidar a<br />

sus hijos, descartaba de plano que su marido pudiera haber abusado de los<br />

hijos de ambos (a pesar de que había sido sobreseído un par de años antes<br />

por una acusación similar con relación a otra niña de la familia) y reclamaba<br />

que si sus hijos tenían lastimado “ahí abajo” era seguramente porque los<br />

médicos que los habían revisado —estando ella presente— eran los responsables<br />

de dichas “lastimaduras”.<br />

El juez a cargo, que había tomado la audiencia junto con la secretaria y<br />

una trabajadora social, no tuvo dudas: esa madre no protegería a los niños, y<br />

tal vez, si se indagara un poco más, se terminaría por descubrir que la mujer<br />

sabía del abuso y no había hecho nada para prevenirlo ni para detenerlo.<br />

Ordenó entonces que los niños quedaran en sede judicial hasta que se los<br />

ubicara en un hogar sustituto o en alguna institución. La madre, al enterarse<br />

de la decisión del juez, comenzó a gritar desaforadamente, aferrándose a sus<br />

hijos, que también lloraban aunque aún no entendían por qué. Una mujer

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