Medicina.forense.Grandini.3ª.Ed
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<strong>Medicina</strong> <strong>forense</strong><br />
2. El niño hiperactivo, conocido también como síndrome psiquiátrico de trastorno por<br />
déficit de atención, hiperactividad e impulsividad, se reconoce por:<br />
• Inatención. El niño es incapaz de poner atención en la escuela y en otras actividades.<br />
• Hiperactividad. El sujeto es inquieto, corre de forma excesiva y no puede estar quieto<br />
por mucho tiempo.<br />
• Impulsividad. El niño interrumpe la plática de los adultos y contesta de forma atropellada.<br />
Muchos padres no tienen conocimiento del denominado síndrome psíquico de<br />
trastorno por déficit de atención, hiperactividad e impulsividad; atribuyen el trastorno<br />
a una mala educación por parte de ellos o la escuela y tratan de corregirlo a golpes,<br />
amenazas psicológicas y aislamiento.<br />
Por lo regular, el diagnóstico de este síndrome lo establece un pediatra psicólogo<br />
o paidopsiquiatra por sugerencia del profesor de la escuela donde asiste el menor.<br />
El tratamiento tiene carácter de urgencia, es de tipo farmacológico y exige educación<br />
especial o conductual. Si se abandona a esta clase de niños o no se los atiende<br />
con oportunidad, tienden a observar una conducta antisocial y delictiva en la pubertad<br />
y adolescencia. Hay que recordar que toda víctima en su infancia se convierte en<br />
victimario en su adolescencia.<br />
3. Crisis. La crisis económica, aunada al potencial de abuso, influye para desencadenar la<br />
agresión, ya que la crisis económica aislada no es un factor determinante.<br />
FORMAS DE ABUSO Y CUADRO CLÍNICO<br />
El cuadro clínico depende de la forma en que se inflige la lesión, los instrumentos y objetos<br />
utilizados para ello, y la gravedad del daño que produzcan éstos. Se han identificado como<br />
principales los siguientes.<br />
Abuso físico<br />
1. Corporal. Son lesiones que dejan huella material del objeto o instrumento empleado.<br />
Pueden ser variables, desde las más simples hasta las más complicadas y pueden causar<br />
la muerte del niño; es posible mencionar excoriaciones, equimosis, mordedura humana,<br />
quemaduras con cigarrillos en diferentes partes del cuerpo, fracturas recientes o huellas<br />
de fracturas anteriores, intoxicaciones por fármacos u otras sustancias, heridas por instrumentos<br />
diferentes, hematoma subdural, asfixia mecánica y otros.<br />
2. Sexual. Los ataques de índole sexual también son diversos, desde atentados al pudor<br />
hasta la violación con lesiones en áreas genitales y paragenitales.<br />
Abuso mental<br />
El daño emocional se perpetra en la forma de privación afectiva del menor, descuido de la<br />
vigilancia, como aseo, higiene personal, incumplimiento de órdenes médicas, y abandono<br />
del niño.<br />
Este tipo de abuso reduce su capacidad lúdica y de competitividad social, lo cual se<br />
reconoce en alteraciones superficiales de la conducta y atenuación de la capacidad de<br />
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