2019 – Libro Oficial de Fiestas de Moros y Cristianos de Ibi

PARROQUIA
CURAS DE IBI
Q"Al pie de la cruz estaba su madre…". No se
dice nada más, cuando sus amigos lo habían
abandonado, cuando las personas a las que
había ayudado, consolado, curado… no
estaban; ella, su madre, estaba. Como están
las madres cuando el hijo lo necesita.
ueridos feligreses y amigos:
Muchas veces, los hijos no estamos…
¡tenemos tantas ocupaciones e intereses! Pero las
madres siempre están; es más, nunca dejan de estar.
Cuando la vida se hace cuesta arriba, siempre están;
muchas veces de manera discreta y silenciosa, pero
están.
Por eso celebramos fiesta, porque no somos
huérfanos, tenemos madre, la Mare de Déu dels
Desemparats.
No aparece en los evangelios, pero dice la
tradición que cuando bajaron a Jesús de la cruz, lo
colocaron en los brazos de su madre. Los mismos
brazos que lo acunaron en Belén, los mismos que lo
estrecharon de niño y de joven.
Son esos brazos los mismos con los que la
Virgen nos abraza a cada uno de nosotros. Brazos
que sostienen, consuelan, curan, acompañan, dan
seguridad y ternura, que quitan miedos y soledades.
Los brazos abiertos de la Virgen nos invitan a
tomar conciencia de nuestra condición de hijos suyos
e hijo de Dios. Y nos invitan a abrir nuestros propios
brazos para abrazar y acoger al que sufre, al que
nadie atiende, al que va cargado de penas, dolores y
preocupaciones, al que necesita consuelo, al que es
invisible a los ojos de muchos, en definitiva a todos
aquellos que se sienten "desamparados". Brazos
para abrazar al prójimo para que se sienta protegido,
con un abrazo de ternura, de esos que te hacen sentir
sostenido cundo los días se convierten en un camino
empinado.
¡Quisiéramos, María, tener unos brazos como
los tuyos abiertos al prójimo, abiertos a Dios! ¡Ayúdanos,
madre, a abrir nuestros brazos tantas veces
cerrados por el egoísmo y la falta de amor hacia el
hermano! ¡Ayúdanos a abrir nuestros brazos como lo
hiciste tú, María, para acariciar al que sufre, para
animar al que está triste, para sostener al que cae,
para arropar al que duda, para reconfortar en las
luchas cotidianas, para llenar de amor al que está
solo! ¡Ayúdanos, María, a abrir nuestros brazos al
prójimo para que sean, como los tuyos, una prolongación
del amor de Dios en la tierra!
Desearos de todo corazón unas felices fiestas.
Los sacerdotes de Ibi
SALUDA
13 IBI 2019