2019 – Libro Oficial de Fiestas de Moros y Cristianos de Ibi

Revista Literaria
RECUERDOS
Bernardo Guillem Verdú
A
l leer estos días en un periódico, la noticia de los
triunfos del Club de Ajedrez de Ibi, en su andadura,
me alegré mucho por ello, y me hizo recordar
de cuando yo empecé a mover fichas en un
tablero de juguete, para más tarde ilusionarme con éste
juego. Esto me ocurría de niño, como a todos, pero ya con
21 años nos juntábamos en el Bar del Tío Ricardo, único
bar que disponía de tableros de Ajedrez y también de una
habitación a parte del recinto de lo que era el bar; y con
ventanas a un hermoso jardín, muy apropiado para este
juego.
Allí nos reuníamos un puñado de aficionados a este
juego, los Domingos después de comer a la hora del café;
“a fer la partideta a ca el tío Ricardo”.
Y de aquí salió la idea de organizar un campeonato
local o torneo local de ajedrez.
Así que los mayores o más veteranos se pusieron
manos a la obra, invitando a jugadores de los cuales unos
decían que sí y otros que no. Lo cierto es que se organizó
aquel primer torneo local tomando parte 12 jugadores.
¿Pero donde jugar? ¿Y los tableros y las piezas?.
De pronto surgió la idea de jugar en el Patronato,
arriba en el piso, y segundo, aportamos una cuota cada
uno y se compraron 8 tableros y sus fichas y poco a poco se
pagó.
Aquel primer campeonato local, empezó a jugarse en
el mes de noviembre y terminó en abril de 1951-52.
Como prueba de ello, adjunto copia que tuve el acierto
de anotar y en forma de rollo, y que guardé dentro del trofeo
que me dieron por el segundo puesto, detrás del buen
médico y persona Don José Cremádes Mompó, quien fué
el ganador del primer torneo local de ajedrez jugado en Ibi.
Terminó el torneo en el Patronato, pero en aquel
puñado de aficionados al ajedrez quedó el anhelo e ilusión
de seguir y organizar otro trofeo. Y surgieron nobles
inquietudes; no estábamos cómodos en el Patronato, en
aquel primer torneo de noviembre a abril, pasamos mucho
frío, ni tampoco podíamos tomar café o un té, sí es verdad
que el botijo lleno de agua jamás faltó.
Anotación y en forma de rollo anverso
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