19.04.2020 Views

Revista-48Penumbria

¡Bienvenidos a Penumbria 48, nuestro primer número temático del año! También es el primer número donde participan las nuevas autómatas del equipo editorial: Edna Montes y Aglaia Berlutti, y los resultados fueron evidentes: 12 autores y 10 autoras de 7 nacionalidades diferentes (nuestro récord personal): Argentina, México, Venezuela, Perú, España, Honduras y Chile. Aunque en los números temáticos disminuye significativamente la participación, igual de significativo es el incremento en la calidad de los textos, resultando una antología robusta y maravillosa. El Tentáculo de obsidiada se lo llevó Nicolás Oleinizak, con su cuento “Caá Porá”, por contarnos su historia de terror folclórico con un lenguaje muy íntimo. Antes de adentrarse en estos bosques de la locura, los dejamos con un ensayo de Aglaia para saber y entender más sobre esta peculiar forma de contar historias de terror.

¡Bienvenidos a Penumbria 48, nuestro primer número temático del año! También es el primer número donde participan las nuevas autómatas del equipo editorial: Edna Montes y Aglaia Berlutti, y los resultados fueron evidentes: 12 autores y 10 autoras de 7 nacionalidades diferentes (nuestro récord personal): Argentina, México, Venezuela, Perú, España, Honduras
y Chile. Aunque en los números temáticos disminuye significativamente la participación, igual de significativo es el incremento en la calidad de los textos, resultando una antología robusta y maravillosa. El Tentáculo de obsidiada se lo llevó Nicolás Oleinizak, con su cuento “Caá Porá”, por contarnos su historia de terror folclórico con un lenguaje muy íntimo. Antes
de adentrarse en estos bosques de la locura, los dejamos con un ensayo de Aglaia para saber y entender más sobre esta peculiar forma de contar historias de terror.

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

alquilar un coche para ir a Sarakiniko. Han dado viento. «No importa, querido», apaga el

cigarrillo y también la luz.

Pero el viento en Milos sí importa. Cuando sopla del norte en Adamas, los barcos

miran a tierra, y en ese caso es mejor quedarse en el este o el sur de la bahía. Sarakiniko

se encuentra en el norte, esculpida por el viento en un blanco puro. «Es como la luna». A

pesar de que la arena se levanta y se le mete en los ojos constantemente, ella tenía razón

cuando describía aquella playa. Es todavía muy temprano. No se ve a nadie exceptuándolas

a ellas, fieles a la cita anual. Las olas rompen con furia contra las extravagantes rocas

creando una espuma densa.

«No vamos a poder bañarnos». Pero ella le tira del brazo malhumorada para que camine

cuesta abajo. Se ha olvidado las gafas de sol, y la luz reflectada contra aquel laberíntico

escenario blanco le molesta. Casi no puede abrir los ojos. Se adentran en la luna terrestre

poco a poco. Cuando llegan abajo, cerca del mar, las ve por fin y se detiene. Ella insiste, tira

de su mano. Una fila de mujeres vestidas de negro miran hacia el mar. «¿Qué hacen estas

señoras aquí?». Llevan un buen rato esperándolos.

Las señoras de negro han venido expresamente desde Plaka para el ritual. Desconoce

que él es el invitado principal. Su acompañante saluda con una reverencia. «¿Quiénes son

estas mujeres?». Nadie responde. Lo agarran varias manos, lo obligan a colocarse en el

centro del grupo, y se siente muy incómodo de repente. Su cuerpo se tensa, les pide en

vano que lo suelten. Pero cuando mira a los ojos a una de las señoras de Plaka, deja de

resistirse. Esa mirada hipnótica lo convence en silencio, lo llama. Su cuerpo se relaja poco

a poco.

«Está a punto de llegar». Hablan en griego pero las entiende. «Espera y la verás».

Le ceden una posición privilegiada en la orilla. Su amante está a su derecha y dirige su

atención con el dedo hacia las olas. Se ha formado un remolino de espuma, entre las olas

aparece una cabeza. Dos segundos después se avista un cuello. Alguien se acerca, pero

no viene a nado, camina. A cada paso se revela un poco más de aquella figura imprecisa.

El agua ahora sólo le llega hasta la cintura. Y a su alrededor, todas, incluida su amante, la

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!