09_Guidelines_COPROCEMesp_v2.0.pdf
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A22<br />
Anexo 8: Justificación para la exclusión de ciertos<br />
residuos del co-procesamiento<br />
1. Residuos electrónicos<br />
El residuo electrónico está conformado por computadoras<br />
y accesorios, equipos electrónicos de entretenimiento,<br />
equipos electrónicos de comunicación, juguetes y también<br />
aparatos de línea blanca, como electrodomésticos e<br />
instrumental médico. Un estudio reciente 17 de la agencia<br />
ambiental suiza AFU reveló que el desperdicio electrónico<br />
promedio está compuesto en un 45% por metales en<br />
términos de peso, siendo la proporción más grande la que<br />
corresponde a metales pesados y a metales raros. El plástico<br />
ocupa la segunda posición con un 23%. Los compuestos<br />
de tubos de imagen representan el 20%<br />
La composición promedio muestra que el desperdicio<br />
electrónico contiene, por un lado, sustancias nocivas<br />
para la salud y el ambiente, tales como Cl, Ni, Hg,<br />
PC y retardantes de flama brominados en grandes<br />
concentraciones que con frecuencia rebasan los límites<br />
fijados en los permisos.<br />
Por otro lado, el desperdicio contiene una cantidad<br />
tal de metales preciosos escasos que es adecuado realizar<br />
todos los esfuerzos necesarios para reciclarlo. El coprocesamiento<br />
de partes plásticas de los residuos electrónicos<br />
representaría una opción interesante, aunque<br />
requiere un desarmado y una segregación previos.<br />
2. Baterías enteras<br />
Las baterías pueden clasificarse en: automotrices, industriales<br />
y portátiles (para consumidores). Las baterías<br />
automotrices son principalmente de plomo-ácido, las<br />
baterías industriales incluyen tanto las de plomo-ácido,<br />
como las del níquel-cadmio. Las baterías portátiles pueden<br />
ser: de uso genérico (principalmente de carbonozinc<br />
y alcalinas de manganeso), de tipo botón (principalmente<br />
de mercurio, zinc-aire, óxido de plata, óxido<br />
de manganeso y litio) y recargables (principalmente<br />
níquel-cadmio, híbridas de níquel-metal, ion de litio y<br />
plomo-ácido selladas). La mayoría de estas sustancias<br />
son nocivas para la salud y para el ambiente. El co-procesamiento<br />
de las baterías ocasionaría una concentración<br />
indeseable de contaminantes en el cemento y en<br />
las emisiones de aire. Asimismo, algunos componentes<br />
de las baterías, como el mercurio, el níquel o el cadmio,<br />
exceden cualquier valor límite de AFR. Además, se han<br />
establecido de manera exitosa plantas de reciclaje de<br />
baterías comercialmente viables.<br />
17 Schriftenreihe Umwelt Nr. 374, UWAL, 2004<br />
Guía para el Co-Procesamiento de Residuos en la Producción de Cemento<br />
3. Residuos hospitalarios infecciosos y<br />
biológicamente activos<br />
Los residuos infecciosos y biológicamente activos de<br />
hospitales se generan a partir de la atención médica<br />
para humanos, de la atención veterinaria y de la investigación.<br />
Algunos ejemplos son: bolsas usadas en la<br />
transfusión sanguínea, vendajes contaminados con<br />
sangre, filtros de diálisis, agujas para inyecciones, así<br />
como partes del cuerpo y órganos. Los residuos biológicamente<br />
activos de hospitales incluyen fármacos. El<br />
residuo requiere un manejo higiénico y de seguridad<br />
especial en su manipulación, empacado y transporte.<br />
Las condiciones en el horno rotatorio de cemento<br />
serían apropiadas para tratar residuos infecciosos y<br />
biológicamente activos de hospitales, aunque requerirían<br />
algunas precauciones especiales en cuanto a la<br />
salud y seguridad en el trabajo de la cadena de distribución<br />
de este tipo de residuos. Debido a que las condiciones<br />
de salud y seguridad en el trabajo (OH&S) no pueden<br />
asegurarse por completo, en este momento el coprocesamiento<br />
no es recomendable. Sin embargo, el<br />
problema del manejo inadecuado de los residuos hospitalarios<br />
se ha presentado durante años, en especial en<br />
los países en vías de desarrollo. Aunque es bien sabido<br />
que separar los residuos en la fuente es el paso más<br />
importante en la gestión de residuos hospitalarios, este<br />
principio todavía no se aplica suficientemente. Se presta<br />
aún menos atención al almacenamiento seguro y<br />
tratamiento finales (esterilización o microondas) de los<br />
residuos infecciosos. En el pasado, se han promocionado<br />
e incluido pequeños incineradores de residuos hospitalarios<br />
en muchos países como una solución descentralizada.<br />
Sin embargo, la experiencia acumulada muestra<br />
que en muchos casos esta tecnología no es adecuada<br />
debido a la ausencia de personal calificado y a los<br />
altos costos asociados con la construcción, operación,<br />
mantenimiento y supervisión de las instalaciones. Como<br />
consecuencia, debe considerarse las emisiones no deseadas<br />
(tales como PCDD y PCDF), ácido clorhídrico o metales<br />
pesados) en concentraciones relativamente altas.<br />
Debido a que el problema persiste y puede tornarse<br />
más severo a través de una propagación más amplia<br />
de enfermedades infecciosas (tales como SIDA, SARS,<br />
gripe aviar, Ebola, etc.) el co-procesamiento puede convertirse<br />
en parte de la solución para el tratamiento<br />
final, aunque sólo si se incluyen condiciones definidas