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nivel educativo, presentándose un 5.2% y 2.4% en las localidades de Ciudad Bolívar y Usme
respectivamente, donde existe un mayor número de niños, hecho explicado seguramente por
una mayor presencia de poblaciones emigrantes del campo a la ciudad en dicha localidades,
quienes poseen una tradición cultural donde la niñez es una potencial ayuda al ingreso familiar
por su acceso temprano al trabajo, dejando de un lado la importancia de la asistencia a la
educación” 23 .
Se ha avanzado en alcanzar mejores niveles de cobertura en la educación, sin embargo, la
calidad continúa siendo el principal problema. Aunque las últimas administraciones invirtieron
recursos importantes en elaborar un diagnóstico de la situación educativa, se requerirán
esfuerzos adicionales para llevar a cabo las recomendaciones. Una baja calidad educativa,
reduce las oportunidades para mejorar el empleo, los ingresos y el bienestar, agudizando las
desigualdades sociales.
La crisis económica de los últimos años, que afronta tanto el país como la capital de la
república, ha generado un deterioro en la situación social: el porcentaje de la población que se
encuentra debajo de la línea de pobreza se incrementó del año 1997 al 2000 en un 22.72% y
el porcentaje de indigentes se incrementó en 10.7%. La precarización de la sociedad bogotana
en los últimos años es acelerada por el largo período de recesión y la crisis económica nacional,
generando las cifras que segregan a la mitad de la población bogotana hacia una condición de
pobreza y miseria, y los niveles de desigualdad en la distribución del ingreso se agravaron en
forma alarmante. 24 Al observar los índices de pobreza e indigencia, se concluye que mientras
a mediados de los noventa existía aproximadamente un 27% de la población sufriendo los
rigores de la pobreza, a finales de la década un 49.6% de la población era pobre en Bogotá.
Situación similar se presenta con las cifras sobre indigencia, donde para 1997, se estimó en
un 4.3% y para el 2000 en 14.9%. Lo anterior demuestra que en Bogotá casi a la mitad de
la población se la llevó hacia una condición de pobreza y miseria, en un contexto donde los
niveles de desigualdad y los niveles en la distribución del ingreso se agudizaron.
Respecto a la prestación del servicio de salud, aún cuando la administración ha venido
realizando acciones para su mejoramiento, no se ha logrado llegar al 100% de la población
y mejorar la calidad del servicio de atención, lo cual lo convierte en uno de los principales
problemas para los bogotanos más pobres.
23/ vía Internet.... Jesus
Perdomo, Perfil Sociolaboral
de Siete Localidades
de Bogotá, Centro de
Investigaciones para el
Desarrollo –CID- de la
Universidad Nacional de
Colombia
24/ Los registros del SISBEN
confirman lo anterior. A
diciembre de 2001, Bogotá
tenia registrado en el archivo
histórico del SISBEN a cerca
de 3.700.000 personas,
de las cuales el 69% se
encuentran clasificadas
dentro de los niveles 1, 2
y 3
Paradójicamente y paralelo a lo anterior, en el terreno de la política y la construcción de una
ciudad más democrática y participativa y dentro del contexto general de Colombia, las últimas
administraciones de Bogotá, muestran hoy algunas diferencias con gobiernos anteriores y con
otras ciudades del país. En un país agobiado por prácticas clientelistas y corruptas, el fenómeno
electoral de Bogotá, durante las últimas administraciones, sin duda marca un hito en la historia
política nacional en el campo político. Diversos factores han creado una coyuntura favorable al
cambio. En particular, el caso del Alcalde Antanas Mockus y del actual Alcalde Lucho Garzón,
que fueron elegidos por un electorado independiente, que refleja una concepción distinta de la
política y del ejercicio del poder, como expresión de rechazo de ciertas prácticas tradicionales.
La defensa del bien común, del interés colectivo y de la transparencia, como principios de
acción, constituyen referentes éticos fundamentales de estas administraciones, donde el valor
de la “meritocracia” entra a jugar un papel destacado, y se garantiza la participación de las
mujeres en las instancias de mayor decisión del Distrito, por esta vía y garantizando la cuota
exigida por ley.
En realidad más que una forma diferente de hacer política, se ha venido recuperando el sentido
y razón de ser de la política como expresión máxima del ejercicio libre y responsable de la
ciudadanía y de la democracia. Esto se refleja en asuntos vitales como: reglas de juego claras,
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