05
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
En las zonas rurales se presenta la mayor tendencia con un 30%. Según varios estudios, 6 para el
año 1999 se experimentó un auge de la deserción, producto de la crisis económica que afectó en
mayor medida a las familias y estudiantes más pobres. Muchos de ellos tuvieron que recurrir al
trabajo, en la modalidad de economía informal, como estrategia de subsistencia.
La recesión en la segunda mitad de la década de los 90s aumentó el abandono escolar, siendo los
grupos urbanos de menores ingresos, entre 12 y 17 años y los de 18 a 25 años, los más afectados.
Lo grave de esta situación consiste en que es poco probable que los estudiantes regresen luego
de su retiro de las aulas. Las tasas más altas de asistencia, a pesar de lo anterior, se encuentran
en la franja de los adolescentes hasta los 17 años, contrario al grupo de 18 a 25 años que tienen
niveles muy inferiores, de alrededor del 30%, evidenciando una vinculación masiva a esta edad
a la fuerza de trabajo. En las zonas rurales, la asistencia de los adolescentes es menor, según
datos del DNP, para el año 2000, se encuentra alrededor del 59.7%, y para mayores de 18
años es apenas de un 12%. 7 Entre 1994 y el 2003 la proporción de colombianos que terminó
bachillerato pasó del 17% al 23.8%, pero de cada 100 que entran a primaria, solo la tercera parte
logra graduarse como bachiller. 8
Según información de las Encuestas de Hogares del DANE y de Cuentas Nacionales, entre el
año 1997 y 2000, se observa una relación directa entre la disminución del gasto público y la baja
de la cobertura educativa para el 30% más pobre, pues en este periodo se da una disminución de
la asistencia escolar en todos los niveles educativos. Situación preocupante, ya que una vez que
el estudiante abandona el sistema educativo, difícilmente retorna y la deserción tiene un efecto
directo sobre la formación de los y las jóvenes, sobre el ingreso futuro de los hogares y por lo
tanto sobre el desarrollo humano de las personas y de la sociedad.
Para Colombia, el informe Mundial de Desarrollo Humano 2004 muestra que la indigencia
pasó del 21.8% en 1997 a 25.9% para el 2003, lo que muestra que el país no ha podido detener
su crisis social y de acuerdo al IDH Colombia descendió 9 puestos en la escala mundial. La
Contraloría general en su informe de “Evaluación de la Política Social”, concluye que la pobreza
se incrementó alcanzando niveles del 64.2% de la población, mientras que considera que la
indigencia pasó del 18.1% en 1997 a 31% para el 2003, lo que significa que dos de cada tres
personas, no disponen de ingresos suficientes para satisfacer una o varias necesidades esenciales.
Diferentes estudios realizados en los últimos años, concluyen que la pobreza y la indigencia
se han incrementado en Colombia. Esto lo confirma la Universidad Nacional, el CIDSE de la
Universidad del Valle y el Observatorio del Caribe Colombiano, en informes regionales que
traducidos a cifras, significa que más de 11 millones de colombianos viven con menos de un
dólar diario y se calculan alrededor de 24 millones de pobres en el país, de los cuales cerca de 10
millones son campesinos, jornaleros y pequeños agricultores, mientras que el resto habitan en
la zona urbana.
6/ Acosta Ayerbe, Alejandro;
Kattah Beainy, Fadua. p. 47
Documento de Planificación
estratégica de la ciudad.
7/ Presidencia de la República
de Colombia. Programa
Presidencial Colombia Joven.
POLÍTICA NACIONAL DE
JUVENTUD, Bases para el Plan
Decenal de Juventud 2005 –
2015. Colombia, Bogotá D.C.
Octubre del 2004
8/ Ibid.
9/ DANE. Encuesta Nacional de
Hogares. Bogotá, 2001.
Este panorama económico complejo caracterizado por una de sus más agudas crisis, se refleja
en una disminución del Producto Interno Bruto (PIB) que se tradujo en la reducción de tasas
de crecimiento (superiores a 5% entre 1993 y 1995), hasta llegar a –1% en el 2002, con una
ligera recuperación en el 2003. Disminución debida, entre otras causas, al fuerte crecimiento
del gasto público en los años noventa, lo que provocó un aumento en el endeudamiento interno
y externo, con fenómenos como el crecimiento del desempleo y el aumento de la economía
informal. El desempleo aumentó en un 16.5% en el 2000, en los años 2001 y 2002 presentó
una disminución de 2.2 puntos porcentuales, y para el año el 2003 disminuyó al 14.6%, cifra
que aún se considera alta, si –además- se tiene en cuenta que dichos empleos generan ingresos
laborales inferiores o iguales a un salario mínimo. En la última década la situación de empleo
se caracteriza por la alta tendencia hacia el trabajo informal: su tasa asciende al 61,3% de la
ocupación total en el año 2002. 9
5