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guerrero tan dominante en nuestro país. Sin este tipo de componentes, será muy difícil contar
con la legitimidad necesaria para operar en estos dominios.
3. Realizar una evaluación crítica y muy propositiva sobre la realidad de los CMJ en el
país, que permita ubicar claramente los errores cometidos, identificar sus limitaciones y sus
potencialidades como mecanismo de representación y participación política formal de la
juventud para que se puedan crear las condiciones para su funcionamiento más acorde a nuestras
realidades y contextos, y realmente se conviertan en escuelas de formación ciudadana, no solo
para los jóvenes que son elegidos, sino para los que participan de su elección. El tema de la
representatividad, en particular, debiera ser seriamente revisado.
4. Las políticas públicas de juventud deben incidir en las políticas educativas del país,
haciendo énfasis en la calidad de la educación, en la formación de los maestros y en la construcción
de currículos flexibles y constextuados, que además partan de reconocer a la juventud no como
simples estudiantes, sino en su condición de jóvenes, como sujetos de derechos y deberes, como
seres autónomos y con capacidad crítica y propositiva sobre la realidad social y política. Que se
pueda hablar de una escuela democrática e incluyente, donde desde los mecanismos contemplados
en la Ley de Educación que hablan sobre la democracia en la escuela, se hagan realidad, de modo
que el niño y el joven se sientan incluidos, perciban que son escuchados y tenidos en cuenta
como un sujeto que existe como tal y no solo como estudiante, independientemente de que sea
menor de edad.
5. Es necesario fortalecer, consolidar y replicar experiencias que se vienen desarrollando en
el país, varias de ellas reconocidas como experiencias significativas en el ámbito de la educación
formal y no formal, centradas en la formación ciudadana, en la gestión de programas y políticas
públicas, capacidades comunicativas y en herramientas metodológicas, didácticas y pedagógicas,
que no solo estén dirigidas a jóvenes y organizaciones juveniles, sino y fundamentalmente a adultos
(funcionarios, maestros, comunicadores, promotores juveniles), promoviendo de esta manera las
relaciones y el diálogo intergeneracional, la construcción de experiencias y espacios que favorecen
la convivencia, la resolución pacífica de los conflictos y que contribuyen a trasformar las ofertas
institucionales, acercándolas de manera más coherente a la realidad, demandas y necesidades de
participación de la juventud.
6. Son ya varios años dedicados al diseño de políticas de juventud en el país, y el balance
es altamente positivo. En ciudades como Bogotá y Medellín e incluso a nivel nacional, se cuenta
con lineamientos claros en su enfoque y propuestas, y con planes estratégicos a 10 años avalados
por los gobiernos locales, lo que lleva a la necesidad de crear los mecanismos que garanticen la
veeduría y el seguimiento a su implementación, donde tengan participación los movimientos
y las organizaciones juveniles como interlocutores válidos en este ejercicio de ciudadanía. Así
mismo, es fundamental que se realicen procesos de sistematización de dicha implementación,
así como la construcción de indicadores que permitan ir evaluando el impacto de las mismas
en la población juvenil y en la sociedad en general, ya que las mismas desde su enfoque se han
planteado como reto la incidencia y articulación a las políticas sectoriales, sociales y de reformas
políticas que hoy se desarrollan en el país.
7. Centrar esfuerzos en el campo de la legislación juvenil, no solo en el proceso de
reglamentación de la Ley de Juventud, donde aún falta mucho por hacer, sino articulando
esfuerzos locales y nacionales de instituciones y movimientos juveniles para incidir en los
diferentes proyectos de ley que hoy cursan en el Congreso y que tienen relación con los procesos
de reforma a la justicia, la rebaja de edad en la penalización a menores, el código del menor y
con los procesos de reinserción de los paramilitares que tienen que ver con el proyecto de ley
en debate hoy sobre verdad, justicia y reparación. Con el propósito de que se garanticen los
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