Revista Vegetus nº 49 (Octubre-Diciembre 2023)

Piensa en verde
Cambiar la alimentación para cambiar el mundo
por unos más sostenibles y adaptables,
y es que en poco tiempo más
de 258 millones de personas de 58
países diferentes sufrieron inseguridad
alimentaria aguda en 2022, un
aumento del 34 % respecto al año
anterior. De seguir esta tendencia,
en 2030 unos 600 millones de personas
seguirán pasando hambre, lo
que representa al 7 % de la población
mundial.
Ante esta situación, la ONU aprovechó
la Cumbre para presentar un
documento («Llamada a la acción»)
para mejorar las cadenas de suministro
y los sistemas de producción
alimentaria, actualmente muy afectados
por las crisis de la pandemia y
la guerra, que ha agravado dramáticamente
la escena mundial.
El Secretario General de la ONU,
António Guterres, agradecía el
trabajo de los más de 100 países que
han presentado informes que reflejan
los primeros pasos de transformación
dentro de los sistemas
alimentarios. Recordó la importancia
de rescatar los Objetivos de Desarrollo
Sostenible y del «poco margen de
tiempo» que existe para conseguir
un cambio real.
El responsable de la ONU pidió una
inversión masiva en sistemas alimentarios
sostenibles, equitativos, saludables
y resilientes; que los gobiernos
El Secretario General de la ONU, António
Guterres, durante la pasada cumbre de Roma.
y las empresas trabajen juntos para
construir sistemas que pongan a las
personas por encima de los beneficios.
Sin ir más lejos, uno de los principales
problemas en torno a los que
ha girado la Cumbre, ha sido la petición
a Rusia de permitir la exportación
de cereales y fertilizantes a los
países africanos de Oriente Medio y
Asia, ya que su bloqueo amenaza con
incrementar la pobreza y el hambre
de la población.
Cabe recordar que la producción
de cereales tendrá un incremento
significativo de cara a este año y el
2024, un auge que, en alimentos
como el trigo y el maíz, está relacionado
directamente con la producción
de piensos para animales.
EL ACTUAL SISTEMA ALIMENTA-
RIO NO FUNCIONA
Durante estos tres días, se habló del
impacto que tienen los modelos de
producción en la naturaleza. António
Guterres, declaraba que «los sistemas
alimentarios actuales contaminan
y degradan el suelo, el agua y el
aire, contribuyen al 28 % de los gases
de efecto invernadero, son responsables
de hasta el 80 % de la pérdida de
biodiversidad y representan hasta el
70 % del uso de agua dulce».
Una realidad que amenaza desde
hace décadas (en 2006 ya se hicieron
públicos datos comprometedores),
pero que los gobiernos siguen
ignorando y esquivando la prioridad
de un cambio en los sistemas de producción
alimentarios. También una
problemática que, sin frenos, lógicamente
avanza cada vez más rápido.
El sector pecuario experimenta el
crecimiento más rápido en el mundo
en comparación con otros sectores,
suponiendo el 40% de la producción
agrícola mundial. Y también es el
más contaminante.
La organización ecologista Greenpeace,
asegura que la ganadería
industrial es la principal y casi única
emisora de amoniaco en España y
en la UE. En España, el 94% de las
emisiones de amoniaco son generadas
por la ganadería industrial, 73% por el
porcino industrial y 21% por el sector
avícola. España viene incumpliendo
el umbral de emisiones de amoniaco
desde que se estableció en 2010.
A la contaminación que genera la
ganadería y al consumo de recursos
naturales, hay que sumarle el peligro
que está suponiendo la carne para la
salud de las personas. Las crisis de
seguridad alimentaria de los últimos
años derivan de la cría de animales:
vacas locas, gripe aviar, gripe porcina,
salmonella o listeria.
Por otro lado, el consumo de
animales también está relacionado
con la obesidad, la diabetes tipo II,
el cáncer y enfermedades cardiovasculares.
Por si esto no fuera poco,
www.unionvegetariana.org
Revista Vegetus, octubre de 2023
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