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acta ordinis fratrumminorum - OFM

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EX ACTIS MINISTRI GENERALIS 207Aquesta viva fuente que deseo, en este pande vida yo la veo, aunque es de noche” (Juande la Cruz).Por la Eucaristía entramos en la vida de laTrinidad Santa, en la divina comunión, paraser hijos de Dios en el Hijo único de Dios.Perseveraban en las oracionesPuesto que todo es gracia –lo es la palabrade la predicación, lo es la comunión fraterna,lo es la Pascua del Señor, y lo es la eucaristíaque celebramos en su memoria-, todo ha de serhumildemente pedido y por todo hemos de darhumildemente gracias.Perseverancias concepcionistasQueridas: En común con los demás religiosos,tenéis como norma de vida el seguimientode Cristo. Ésa es vuestra regla suprema. Perola familia religiosa que tiene su origen en laexperiencia carismática de santa Beatriz deSilva, ha de cultivar con amor perseveranciaspropias, que son como sus señas de identidad:La contemplación del misterio de la InmaculadaConcepción de la Bienaventurada VirgenMaría, y el empeño por imitar y reproducir susvirtudes.Contempla siempre lo que siempre quiereshonrarEres de Cristo, hermana concepcionista;pero tu consagración a Dios por Cristo hasquerido hacerla “a honra de la Concepción Inmaculadade su Madre”. Habrás de conocer,por tanto, lo que quieres honrar; y habrás decontemplar lo que necesitas conocer.Mira a tu Madre con la mirada complacidade Dios sobre su propia obra; mírala conla mirada del ángel de la anunciación; míralaen el corazón de la Trinidad Santa, y mira ala Trinidad Santa en el corazón de tu Madre.Mira a tu Madre con los ojos y el amor de Jesús,mírala con la fe de la Iglesia, mírala conla admiración del hermano Francisco de Asís:“Salve, Señora, santa Reina, santa Madre deDios, María, virgen hecha Iglesia” (SVM, 1).Si consideras lo que María recibe en su InmaculadaConcepción, entras en un misteriode plenitud en la gracia, en la hermosura, en labendición (cf. CCGG OIC, 48).Si consideras el amor de donde todo procede,el amor que todo se lo da, entrarás en unabismo de transparente gratuidad.En el misterio de la Inmaculada Concepciónde la Virgen María contemplas lo que,por gracia, tú has empezado a ser en la Iglesia,y lo que, por gracia, un día la Iglesia ha de seren plenitud.Podrás hacer tuyas, hermana concepcionista,las palabras del cántico de la Virgen María:“Proclama mi alma la grandeza del Señor, sealegra mi espíritu en Dios mi salvador” (Lc1,46-47).Pero no sólo has de permanecer en la contemplaciónde la grandeza de Dios en la VirgenMaría, en la virgen Iglesia, en tu vida virginal;habrás de contemplar también al mismotiempo la pequeñez de la esclava del Señor, ladebilidad de la Iglesia y tu pequeñez de creyente.La fe te ayudará a iluminar, desde la VirgenMaría, tu mundo, tu noche, tus inquietudes,tu sufrimiento, tus alegrías. Y la experienciade tu condición, de tu vida, de tu pequeñez, teayudará a adentrarte en el misterio de la pequeñezde María de Nazaret.Imita lo que has contempladoEl hábito que llevas, hermana concepcionista,recuerda en cada uno de sus elementosla vocación a la que has sido llamada, la obrade la gracia de Dios en ti.El Señor ha querido que tu vida imitase elmisterio de la Virgen Inmaculada, y te llamóa la pureza del alma y del cuerpo, a un desposoriode amor con el Rey del cielo, a llevaren tu corazón a la Madre del Rey, a imitar suconducta inocentísima, a seguirla por el caminode la humildad que todo lo acepta, y de laobediencia que todo lo entrega a su Señor.Si imitas lo que contemplas en tu Madre delcielo, la blancura exterior de tu vestido evocarála hermosura de la obra de Dios en tu vida.Más allá de nuestras perseverancias: La vidaen DiosAquel fue un día de experiencia mística.“Juan estaba con dos de sus discípulos y, fijándoseen Jesús que pasaba, dice: «Este esel Cordero de Dios». Los dos discípulos oyeronsus palabras y siguieron a Jesús. Jesús sevolvió y, al ver que lo seguían, les pregunta:«¿Qué buscáis?». Ellos le contestaron: «Rabí,¿dónde vives?». Él les dijo: «Venid y veréis».Entonces fueron, vieron dónde vivía y se quedaroncon él aquel día” (Jn 1,35-39).Nosotros hemos de traducir “¿dónde vi-

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