EL DISCURSO POLíTICO DE MANUEL FRAGA - Universidad ...
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Año 1978:<br />
Este será un año clave en las discusiones sobre los aspectos de las autonomías en España ya que<br />
es cuando se debate sobre la forma de redacción y los matices que han de dar para la inclusión<br />
del término en la Constitución española. Los diversos puntos de vista quedan, por lo tanto,<br />
perfectamente de manifiesto y de una forma más directa que en anteriores ocasiones. Así, en las<br />
intervenciones que se produjeron en julio de este año, plasmadas en el diarios de sesiones del<br />
Congreso Fraga insiste en que “nosotros defendemos lo tradicional de las tierras y de los<br />
hombres, de todas las visiones comarcaies naturales del país”, mientras que Pujol insta a Fraga a<br />
que lea una tesis de Pierre Vilar titulada Cataluña en la España moderna, donde, según Pujol, se<br />
ve cómo se forja una nacionalidad de hoy, “una nacionalidad que no arranca de los Almogávares<br />
ni de los siglos XIV o XV, sino que arranca de los siglos XVIII, XIX y XX, que está viva hoy en<br />
el año 1978, y que es peligroso, por supuesto injusto, negar a esa realidad su personalidad, el<br />
reconocimiento pleno de su identidad”.<br />
Añade también el político catalán que “en realidad, es lo único que pedimos los nacionalistas<br />
catalanes y lo que piden los grandes partidos políticos españoles de hoy, como UCD o el PSOE,<br />
y es que se produzca el reconocimiento de esa realidad, que no es ficticia, que tiene arraigo<br />
profundo, y que es una realidad auténticamente popular”.<br />
Con respecto al tema de las nacionalidades, Gregario Peces-Barba contesta a Fraga sobre la<br />
distinción que éste hacía sobre nación y nacionalidades y le responde que “el hacer coexistir<br />
nación y nacionalidades que integran España es prácticamente una contradicción”, ya que su<br />
grupo socialista “desde el principio y para resolver un problema que ha resultado enormemente<br />
azaroso en la historia de España, ha defendido la existencia del término nacionalidades”, por lo<br />
que se ratifican en su defensa del texto del dictamen constitucional en cuanto que supone su<br />
mantenimiento. Peces-Barba da una apoyatura a su afirmación al pensar en el prusiano Herder<br />
como uno de los grandes defensores de la idea de nación” que no defendía la necesidad de<br />
vincular a Prusia con el Estado prusiano, para concluir su razonamiento al afirmar que “si<br />
llegamos a este concepto tenemos que decir que la nación, España, puede comprender en su seno<br />
otras naciones o nacionalidades, comunidades dentro de España, como Cataluña, Euzkadi,<br />
Galicia, Castilla” y que aquellos “que se consideren que tienen esas condiciones de comunidad,<br />
como ocurre con Gales, con Escocia en el Reino Unido”, ejemplo que, según Peces-Barba, “está<br />
siempre en los labios y en la inteligencia del secretario general de AP” y que “es curioso que no<br />
esté y haya desaparecido en este tema, porque es precisamente uno de los ejemplos que no va a<br />
favor de las tesis de AP”.<br />
Peces Barba, después de utilizar el propio ejemplo que continuamente pone Fraga del Reino<br />
Unido para atacarle, recuerda a otro hombre, “un oran católico progresista del siglo XIX, Lord<br />
Acton”, quien en un ensayo sobre la nacionalidad publicado en 1862, escribía coincidiendo con<br />
esta tesis cuando decía que “un Estado incapaz de satisfacer en su seno a diversas naciones se<br />
condena a sí mismo, destruye su propia vitalidad si se esfuerza en neutralizaría, en absorberla o<br />
en excluirla”, y que con este torpe esfuerzo rompe la base principal del “self-goverment”, del<br />
autogobierno. Peces Barba también dice a Fraga que cuando se afirma de una manera voluntaria<br />
que no hay más que una nación, que es España, se está partiendo de la “misma miopía del<br />
franquismo, porque las comunidades no se constituyen por la fuerza, sino por el libre<br />
asentimiento” y posteriormente apostilla que “ese nacionalismo exacerbado, pasión<br />
conservadora, alcanzó su hito máximo y su ruina con los fascismos y los nacionalsocialismos, y<br />
en España con el franquismo”. “Todavía no hace muchos años se celebra en nuestro país el Día<br />
de la Raza”, le espetó finalmente.<br />
Fraga le contesta que no es e] momento de grandes debates históricos, “puesto que muchas veces<br />
la historia es una mala partida que le jugamos a nuestros antepasados”, y reprocha a Gregorio<br />
Peces-Barba, que Maquiavelo en la “Exhortación para librar a Italia de los bárbaros”, pieza -<br />
continúa- simpática por ser la más patriota y menos maquiavélica, usa dos veces la palabra<br />
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