IV - CCA Monatsblatt

Kultur
Tiene la fama de ser una maestra en prosa lírica o poética. Esta fama es justificada,
porque en todos sus libros utiliza metáforas bellas y enigmáticas. Por ejemplo:
”Cada persona tiene un amigo en cada pedacito de nube”; “contempló el día
vacío”; “el suelo chirriaba al ritmo de la desesperanza”.
La ficción de Müller es real, si vale el término, pero al mismo tiempo leyendo no
parece tan real, parece bastante ficticia. Refleja el miedo y la incertidumbre, pero
también la esperanza. Dibuja un mundo de terror, de muerte y de impotencia
frente al estado totalitario comunista en el que el individuo, sus deseos
personales, sus sueños o su felicidad no interesan o importan muy poco o nada,
pero todo dentro de una metáfora larga y un contexto lleno de claves y símbolos
intrigantes.
Pienso que ella busca algo más que su interés personal. Su obra implica un
intento de abrir caminos también a otras minorías en el mundo que podrían ser
injustamente maltratadas; se me ocurre pensar en este momento por ejemplo en
los mejicanos en EE.UU. Desde ese punto de vista, considero que la índole de
los temas puede ser transferible, aunque no se trate del mismo sistema político
imperante. Como sea, sus libros denotan la interpretación de una realidad viva
(¿o muerta?), que no puede, no deja indiferente a nadie.
En suma, lo que más impresiona en términos literarios, esto es independientemente
de la temática algo obsesiva, son las formas estéticas originales que ella utiliza, en
el sentido de escribir un libro como un largo poema, lleno de belleza metafórica.
(Esta conferencia fue auspiciada por el Instituto Goethe de La Paz y organizada
por su bibliotecaria Angelines Mendoza)
Monatsblatt 4/2010
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