1208AÑO III. NÚMERO 3. ENERO DE 2005CAREL“-¿Qué oficio daremos a estas tres cautivas?La mayor lavaba, la menor tendía,y la más pequeña agua les traía.”(“Las tres cautivas”, Luisa Pan)“La mayor bordaba, la menor urdía,y la más pequeña agua les traía.”(“Las tres cautivas”, Guadalupe Valencia)Compárense, también, las tres versiones de “Las señas del esposo”,el cual se describe:“alto, rubio, como la miel”(“Las señas del esposo”, Lolita Maqueda)“alto, rubio, como usted”(“Las señas del esposo”, María Burraco)“alto, rubio, aragonés”(“Las señas del esposo”, Guadalupe Valencia)Los versos o grupos de versos pueden convertirse en expresionesformulares, que, como los motivos universales, se habrán deencontrar a todo lo largo y ancho del <strong>romancero</strong>. De este modo seproducen entrecruzamientos y contaminaciones de mayor o menorcomplejidad, de las que veremos ejemplos concretos en ladescripción detallada del corpus.Gericke se pregunta si “¿en la época aédica estas secuenciasde intriga, con sus respectivos discursos, no se consideraban propiedadexclusiva de ningún romance en particular sino parte delrepertorio (...), aptas para ser utilizadas en diversos contextos?Posiblemente. No obstante, parece razonable sostener que la incorporaciónde secuencias foráneas puede responder al mismoímpetu artístico que la descripción formularia” 56 . En esa línea,sugiere que tanto la descripción formularia como la incorporaciónde fragmentos secuenciales son aspectos relacionados de unproceso de composición basado en un extenso repertorio de motivosy patrones verbales usados por un hábil poeta. Nosotros sugerimoscambiar “poeta” por “transmisor”, a fin de explicar estaaparición transversal de motivos y expresiones formulares. Como 56. Op. cit., p. 69.
1209Mª ÁNGELES BAZALO Y RAQUEL BENÍTEZROMANCERO DE LA TRADICIÓN MODERNAtales expresiones, que abarcan un verso y aparecen en distintostemas, tenemos un único ejemplo:“Al revolver una esquina”(“La Virgen camino del Calvario”, Antonia Infante)“Y al revolver una esquina”(“El crimen de D. Benito”, Josefa García)Otras son muy semejantes y “casi” intercambiables:“cuatro duques la llevaban” / “la llevaban cuatro duques”(“¿Dónde vas, Alfonso XII?”, Gracia García,Sofía Cabeza, Josefa Méndez)“lo llevaban entre cuatro”(“Las señas del esposo”, Guadalupe Valencia)Lo mismo sucede en el siguiente ejemplo, aunque en unode los casos el verso quedaba con menos sílabas de las esperadas,tal vez por recreación de la informante, que de cualquiermodo alargaba las sílabas para encajar en el esquema rítmico:“al pie de una fuente fría”(“Don Bueso”, María Burraco)“a la fuente fría”(“Las tres cautivas”, Antonia Blanco)Además, el encuentro junto a la fuente es un motivo temáticode la tradición literaria, que se repite también en “Lasamaritana”.Igualmente, las ropas “de Holanda”, aunque no ocupen todo elverso, se pueden considerar fórmula romancística:“las ricas y las de Holanda”“sábanas de Holanda”(“Don Bueso”, María Burraco)(“Santa Elena”, Antonia Blanco)