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- SALA de TOGAS
El Abogado Antonio Ledesma
copiosa producción inédita parte de la cual
conocemos por el imprescindible trabajo del
Doctor López Cruces.
nL
LEDESMA : ABOGADO.
LA INDEPENDENCIA
Sin embargo y en relación con una de las mayores
virtudes ,por otra parte imprescindibl1e, que
deben acompa_ñar el ejercicio de la Abogacía ; la
independencia, no llegan los autores que· tanto
nos ilustran sobre Antonio Ledesma, a profundizar.
pese a ser uno de los principales caracteres
de la personalidad del Letrado .
da de Jacob, quería comprar mi derecho de primogenitura
intelectual por un plato de lentejas.
Yo acaso habría vendido mi alma , oomo Fausto,
por un ideal de vida, de amor y de belleza , pero
.- RESPECTO A LA POLÍTICA Y EL
PODER. En primer lugar debemos resaltar que ,
tras el fallecimiento de su padre Ramón Ledesma
Creuet el1 de julio de 1881 , a tan solo dos años
escasos de su matrimonio con Ventura Umburu
en 1879
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siendo a la sazón Alca lde Juan Oña
Quesada, se le ofrece la Secretaría del
Ayuntamiento de Almería que su pro9enitor
ocupó en los últimos tiempos de su vida , cargo
que rechaza pese a significar una gran prebenda
en la época 1 que le habilitaba para desarrollar
una brillante carrera política afecta al sistema
liberándole de las preocupaciones y sinsabores
del ejercicio de la profesión de Abogado .
En sus memorias nos dice Ledesma:
" ... El Alcalde era el que insistía más. Él
deseaba un joven así para que no se pudiera
hablar mal de su administración. Yo íria a la oficina
una hora, un rato no más, nombraría el' personal
a mí gusto y por todo ello mil duritos y lo
que cayera de quintas, etc.
Decliné el honor nuevamente y no porque
no me hicieran Falta las cinco mil pesetas,
aunque sólo fuera para editar mis obrejas sino
por el lazo que me tendían. La política , disfraza-
no por unas monedas. Tras de aquella talega de
mil veintenes de plata vislumbraba todo un porvenir
de humillaciones . de concusiones , de
ag/os, de servidumbre política . No y no. Yo no
había nacido para eso. Aunque muriera pobre
sería siempre sobre mis libros. entre mis suenas.
sobre mis cuartillas emborronadas.
Se despidieron los visitantes asombrados y
durante algunos días no se habló de otra cosa en
la ciudad que de mi insensato orgullo.
¿Qué me había yo figurado? LOuén era yo
sino un legista incipiente recién salido de las