Relats Breus Dones 9e i 10e - Dones Despí - Sant Joan Despí

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Cerca de las estanterías Rocío se aburre. Está dibujando sus maniquíes de siempre.
Dice que cuando sea mayor quiere ser diseñadora de modas yo creo que confunde que
le gusta comprarse ropa con trabajar. Hoy su compañera de
mesa, Julia, no ha venido, si no estarían cotorreando, con el peligro de que se les escapara
una carcajada y el profesor se despertara. Siempre hablan de lo mismo, de chicos,
creo que todo se lo inventan para darnos envidia. Les encanta hablar y callarse cuando
se acerca alguien. Sólo les pillas algunas palabras sueltas: quedar, sábado, Martini. Esto
de Martini debe ser un chico italiano con el que han quedado el sábado.
Una de las pocas que sigue la traducción es Elvira. Está corrigiendo la suya, voy a ir
más lento para que le dé tiempo. Me cae muy bien, pero es demasiado tímida, algunas
veces he intentado hablar con ella pero le cuesta contestar, se pone roja y dice sí o no,
pero no da pie a que nos hagamos amigas. No se relaciona con nadie, es un misterio.
Marga opina que debe de tener algún secreto terrible. Yo creo que se debe a su familia.
Su padre es militar y parece que se haya tragado el palo de la escoba y su madre no
me gusta nada, es reseca y falsa, estoy segura. Siempre que me ve me dice que estoy
hecha una pollita y que he crecido mucho y yo no crezco cada día y lo de pollita no me
gusta que me lo diga. También repite cada vez que a ver cuando voy a estudiar a su
casa, pero lo que es invitar, invitar, no lo hace, siempre habla por hablar. Algún día le
doy un susto y le digo mañana.
Cerca de la ventana están sentadas Elena y Marta, las dos hacen ballet en una academia,
son muy delgadas y siempre van peinadas igual, una trenza larga con el pelo
muy tirante. Tienen los cuadernos abiertos sobre el pupitre pero miran por la ventana.
Entre nuestro instituto y el de los chicos se ve una explanada con tres grandes árboles.
Están empezando a sacar hojas. Dentro de un mes sus ramas se
tocarán y los bancos que hay debajo quedarán a la sombra. Es una pena que no sea
este nuestro patio en vez del que tenemos. El nuestro es todo cemento y rejas, sin una
sola sombra. Podríamos compartirlo con los chicos. Por lo que
ha dicho Marta, que tiene allí a su primo, el de ellos es igual al nuestro. No estaría mal,
podríamos hablar, comparar profesores y asignaturas. ¡Mira que tener que esperar a ir
a la universidad para compartir patio o aula!