31. Folclore y tradición - Instituto de Estudios Altoaragoneses
31. Folclore y tradición - Instituto de Estudios Altoaragoneses
31. Folclore y tradición - Instituto de Estudios Altoaragoneses
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
las sobrallas<br />
cura y mairalesas, en la recogida que se hacía con una servilla <strong>de</strong> plata<br />
y varias onzas como cebo.<br />
Las mairalesas, una soltera y otra casada, s’encargaron <strong>de</strong> arreglar<br />
la ilesia en forma que, a base <strong>de</strong> flores artificiales con hojas <strong>de</strong> talco,<br />
quedase <strong>de</strong>slumbrante. Asimismo se barnizó la peaina <strong>de</strong> san Roque,<br />
y hasta el perro repinchaba la coda con saitisfación <strong>de</strong> ver lo majo y<br />
limpio que habían puesto a su amo, patrono <strong>de</strong> o lugar. Llegau el<br />
día <strong>de</strong> la fiesta, aparte <strong>de</strong> mosén Placido, qu’era el celebrante, acudieron<br />
otros dos curas más <strong>de</strong> lugares próximos. U sea, que la misa<br />
fue <strong>de</strong> las llamadas «<strong>de</strong> tres en ringla», misas que, aun hubiendo tres,<br />
son tres veces más largas que cuando celebra uno solo.<br />
O ferrero, con orjeto d’entivocar a mosén Placido y miraselo fito a fito<br />
<strong>de</strong> vez en cuando, se colocó en sitio bien aparente junto a o polpito.<br />
La ilesia estaba rebosante, pudiendo dicise que no se podía echar<br />
una auja.<br />
Mosén Placido, rusio <strong>de</strong> saitisfación, revestido <strong>de</strong> pontifical y<br />
andando tranquilo como si fuera chafando güegos, en el momento<br />
oportuno se dirigió encia el polpito con orjeto d’escomenzar su pedrique,<br />
no sin antes <strong>de</strong>regir una mirada <strong>de</strong> cequilin al herrero, que mu<br />
<strong>de</strong> cerca, como hi dicho <strong>de</strong>nantes, s’hacía el <strong>de</strong>simulau como quien<br />
nunca ha roto un plato por el ansa, pero sin <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> mirar al cura<br />
con mucha picardía pa ponelo niervoso.<br />
Mosén Placido, dispués <strong>de</strong> toser tres veces y carraspiar un<br />
poco pa ensuabecer la gargamela, escomenzó envitando a todo el pueblo<br />
para que diera gracias a Dios por los beneficios recibidos y<br />
no merecidos. Se pasó luego al Antiguo Testamento pa indicar<br />
que las mujeres son una plaga <strong>de</strong> la humanidá y que si Eva, la primera,<br />
fue mala, las otras cómo serán. Dispués con palabra fácil<br />
y elocuente pasó a los milagros qu’en la tierra realizó Nuestro<br />
Señor Jesucristo. Se <strong>de</strong>tuvo en lo <strong>de</strong> las bodas <strong>de</strong> Caná diciendo<br />
que, al revés <strong>de</strong> lo que hacía la siñá Engracia la tabernera, que<br />
sabía convertir el vino en agua, Cristo hizo todo lo contrario<br />
en aquellos esponsales. Vino luego la resureción <strong>de</strong> Lázaro, y<br />
para rematar lo hizo con lo <strong>de</strong> la multiplicación <strong>de</strong> los panes<br />
y los peces. Mosén Placido, emborrachau con su pedrique, soltó:<br />
—«Porque sabed, hermanos míos» –aquí se le subió el santo<br />
al cielo y se trabucó con los lumeros por aquello <strong>de</strong>l que tiene<br />
boca s’entivoca–, «que Jesucristo con cinco mil panes y dos mil<br />
123