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278 PERSONAL.
diando además informe del Gobernador do la provincia, so les seña­
lará el punto donde han de residir (1).
Árt. 54. Para el desempeño de su cargo so comunicarán los Inge­
nieros primeros y segundos:
Con el Ingeniero Jefe.
Con el Gobernador y con la Dirección general en casos urgentes y
poniéndolo acto continuo en conocimiento de su jefe inmediato.
Con las Autoridades locales, civiles, militares ó de marina, tam­
bién en casos urgentes ó cuando necesiten el auxilio de las primeras
para el desempeño de su cargo ó hayan de emprenderse operaciones
ó trabajos dentro de la zona militar ó marítima.
Con el personal subalterno puesto á sus órdenes.
Art. 55. Los Ingenieros primeros y segundos tendrán á su cargo
bajo la inmediata dependencia del Ingeniero Jefe respectivo:
1.° El replanteo de los proyectos de ordenación.
2." La inspección y vigilancia para la policía, régimen especial,
conservación y fomento de los montes públicos, y cuanto sea nece­
sario para que se observen en los de particulares las reglas de policía
general.
3.° El cumplimiento de todas las órdenes que les diere el Inge­
niero Jefe do las comisiones eme les encargue y do los informes que
les pida.
4.° Por último, les corresponderá proponer al Ingeniero Jefe cuan­
to crean útil y conducente á la mayor perfección dol servicio.
CAPÍTULO IV.
De los Aspirantes.
Art. 56. Los Aspirantes primeros, inmediatamente que hayan
concluido sus estudios en la Escuela especial, serán destinados á los
distritos por el Director general de Agricultura, Industria y Comercio
(1) La disposición 5." de la Real orden de S de Enero de 1SS1 dice asi: «Los Ingenieros
Jefes de los distritos dispondrán la distribución del personal facultativo y pericial
repartiéndolo en los pueblos de la provincia, teniendo en cuenta la proximidad de éstos
á los montes, su posición intermedia entre ellos, el número de Ingenieros y Ayudantes
que estén ásus órdenes y atendiendo exclusivamente á las condiciones del buen
servicio; dando cuenta á la Dirección general del ramo tan pronto como lo hayan verificado.»
Esta Real orden modifica en su esencia el art. 53 del Reglamento, y como no
puede admitirse que una simple Real orden destruya lo dispuesto en un Real decreto
basado en el dictamen del Consejo de Estado, y como por otra parte el criterio del articulo
53 es mucho más justo y lógico que el de la Real orden citada, la cual puede dar
lugar á abusos por exceso de atribuciones en los Jefes, es de esperar se corrija pronto
esta falta de armonía en nuestra legislación.