Segunda parte MAESTROS, AMIGOS Y COLABORADORES
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ARATE HENRI RREUII..<br />
Cuando ya habíamos llegado a la cueva y dispuesto el material, Herr<br />
Philipp nos señaló el hecho de que en el grupo había personas de nue-<br />
ve nacionalidades diferentes: franceses, ingleses, alemanes, berg-<br />
damara, hotentotes, bosquimanos, ovainbo, ovambo-portugueses, y lo<br />
que se conoce localmente como abastardos.,, por ejemplo iin hotentote-<br />
holandés. Este último era un carpintero, que solicitó participar en la<br />
fiesta y amablemente se ofreció a llevar algo de. carga. El grarijero dcci-<br />
dió que, ya que era domingo, la expedición debía dedicarse al recreo,<br />
y no al trabajo, por lo que sacó cigarros, naranjas y dinero, y yo fui elegi-<br />
do para dar una charla en francés a nuestros porteadores, qiic era in-<br />
mediatamente traducida al inglés por Miss Boyle, al afrikan por el Dr.<br />
Scherz y al alemán por Herr Philipp. En este discurso les agradecí su<br />
ayuda y les expliqué que pronto todo el mundo científico hablaría de<br />
la ePhilipp Cave. y de sus fantásticos frescos.<br />
El techo de ia cueva, que mide 50 metros de largo y 20 de profundi-<br />
dad, se llenó pronto de las canciones de los ovambos, aprerididas dc los<br />
misioneros. Hotentotes y bosquimanos también intentaron contribuir al<br />
concierto, que era dirigido por Herr Philipp con una larga vara, pero<br />
los misioneros que les enseñaron a cantar les habían abandonado ha-<br />
cía ya mucho tiempo y nunca habían sido reemplazados, por ese mo-<br />
tivo el conociniienlo de los cánticos era muy fragmentario. El