Segunda parte MAESTROS, AMIGOS Y COLABORADORES
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ABATE HFNRI BREUIL<br />
sibles y anchos abrigos, en una región, además, propicia a las einboscadas<br />
tendidas a los rebaños codiciados. Por ello, los restos de cocina se<br />
acumulaii bajo el acantilado de La~lgeric y su entorno, bajo el de Cro-<br />
Magno11 y en casi todos los aluiolus dcl roquedo tan curiosameiite atormentado<br />
que domina el pueblo. Aún se ven, sobre las terrazas que por<br />
allí se escalonan como balcones superpuestos en iniraiida, las<br />
entalladuras abiertas para fijar las vigas y puntales de las casitas que los<br />
campesiiios de la Edad Media construyeron. Pero, eii las elevadas rocas<br />
del gran valle no abundan las galerías estreclias y penetrantes. Sólo uila<br />
serie de corredores moderadamente hoiidos se abren, aguas abajo de<br />
Tursac, al pie de las escarpadiiras, pero se hallan en uii nivel tan bajo<br />
que en tiempos dc crecida, el Vézkre los inunda coi1 frecuencia.<br />
I'or el contrario, en los valles laterales, abundan estas galerías profuiidas:<br />
entre ellas la cueva de Granville o de Mirerriont [ahora llamada de<br />
Rouffignac] en el valle de Manaurie, o la <strong>parte</strong> interior que prololiga la<br />
vasca cavidad del pequeño valle de Gorge d'Enfer. Estas cuevas se iniiltiplican<br />
en el valle del Beune: La Mouthe, en la cabecera del primer<br />
vallejo, muy cerca del confluente; Font-de-Gaurne en el segundo; Les<br />
Combarelles en el cuarto; y Bcrnilal en una hondonada del valle lateral<br />
del pequeño Beuiie. En este valle del Beune ya no hay grandes cuevas,<br />
sino tan solo pequeños abrigos o cavidades que sirvieron de habitaci6n<br />
y unos corr.edores alargados y estrechos en los que se ocultan piiituras y<br />
grabados. Todas estas cuevas coi1 arte estári alineadas en la orilla izqiiierda.<br />
La causa es muy sencilla: en ningún Iiigar de los alrededores, la roca,<br />
una caliza cretácica de estructura basta más o mcnos coralífera es más<br />
compacta y de una dureza mayor. Es en estos sitios donde, en el presente,<br />
los canteros de la rcgión, poco esci.upulosos ante la belleza del paisaje<br />
que devastan, buscan sus rriejores piedras de talla. Esta excelente<br />
calidad de la roca, su mayor resistencia a la acción de la erosión y su hornogciieidad,<br />
son los motivos que permitieron a las cuevas de la orilla<br />
izquierda del Beune el resistii- a los Iiuiidiinientos internos y a un desgaste<br />
rialural demasiado rápido de las laderas que habrían colmatado y<br />
enmascarado las aberturas.<br />
El Ahate visitó asicluainente la Dordoña desde 1897, o sea duraiitc más de<br />
sesenta años, siendo uno de los mejores coiioccdores de los yacimien~os prehistóricos<br />
de la regióii. Cuando le llegó la niuer~e, el 14 de agosto de 1961,