01.05.2013 Views

Segunda parte MAESTROS, AMIGOS Y COLABORADORES

Segunda parte MAESTROS, AMIGOS Y COLABORADORES

Segunda parte MAESTROS, AMIGOS Y COLABORADORES

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

MAESTKOS. <strong>AMIGOS</strong> Y <strong>COLABORADORES</strong><br />

podido hacer sin la ayuda constante del infatigable señor Champion,<br />

que sabía encontrar antiguos depósitos olvidados desde mucho tiempo<br />

en los rincones más ocultos del museo.<br />

En el momento en que los dos grandes episodios bélicos pusieron en<br />

peligro las magníficas colecciones acumuladas en el viejo palacio de los<br />

reyes, los señores Chainpion y Lantier atendieron tan perfectamente el<br />

cmbalaje y los envíos a lugares seguros, con iiii orden tan exacto, que,<br />

pasada la amenaza, cada objeto volvió a encontrar su lugar con una<br />

increihle celeridad, sin pérdidas ni roturas apreciables. Hazafia que to-<br />

davía me sorprende.<br />

Al producirse una audaz empresa de falsificación, con complicidades<br />

periodísticas, aciimulando en los cielos de la Prehistoria la terrible tem-<br />

pestad del asunto de Glozel, en el que Salomon Reinach, todavía Di-<br />

rector, perdió por coinpleto el sentido de la realidad, debo excusarme<br />

de haber orientado a sus adversarios hacia un dictamen pericia1 que fue<br />

catqtróficu para los organizadores del fraude. Pero csto contrarió mu-<br />

cho al hombre poco inclinado a la celebridad y la fama que tenía, en la<br />

sombra de su laboratorio, el cminente seiior Champion. Acaso me lo<br />

reprochó un poco, pero nada hizo que se velara nuestra ya antigua<br />

amistad. Por lo demás, nunca rechazó las consultas de los aficionados y,<br />

a pesar de su trabajo agotador, siempre acogía con la misma amabilidad<br />

a los visitantes extranjeros o de provincias, deseosos de visitar las muy<br />

numerosas salas del museo cerradas a causa de la falta de celadores.<br />

Entonces y hasta sus íiltimos días, se le veía subir y bajar de continiio<br />

las agotadoras escalinatas de piedra de este antiguo palacio, del que<br />

conocía todos los rincones, desde los sótanos hasta los desvanes, abrien-<br />

do y cerrando con su llave maestra las innumerables puertas que sepa-<br />

ran las largas salas de sus cuatro pisos. Se podría decir que sus piernas y<br />

su corazón no reflejaban su edad: jamás se quejaba o se excusaba. Du-<br />

rante más de sesenta años, Charnpion lue el alma misma del museo,<br />

coino abeja incesantemente activa en su taller, o como consejero dis-<br />

creto y seguro al que todos recurrían. Colocado ante difíciles proble-<br />

mas de restauración o consolidación, con seguridad encontraba en la<br />

práctica de su arte y en sus soluciones un verdadero placer que debió<br />

derramar en su existencia una gran felicidad.<br />

C,omo no olvidaba en absoluto que fue un excelente alumno de la<br />

Ecole des Beaux hts, a veces aceptaba efectuar restauraciones de obje-

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!