Segunda parte MAESTROS, AMIGOS Y COLABORADORES
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ABATE HENRI BRECIL<br />
tort, les magdaléniens modelaient aussi lárgile [Está usted equivocado, los<br />
magdalenienses también modelaban la arcilla]. Inmediatameilte tomé<br />
el rápido para Toiilouse y encontré a Cartailhac y los Bégouen en<br />
Montesquieu. Cuatro o cinco días después admirábamos su hallazgo: a<br />
700 metros de la luz diurna, nos era dado contemplar los famosos bi-<br />
sontes de arcilla, encontrados por Max y sus hermanos tras romper unas<br />
formaciones calcíticas.<br />
He narrado en otro lugar como, dos años después, tuvo lugar un nuevo<br />
descubrimiento no menos importante: el de la vasta caverna, por coin-<br />
pleto desconocida hasta el iriotiieiito, de los Trois-Freres [los tres her-<br />
manos]. Fueron ellos quienes la exploraron, bajando por una chime-<br />
nea y saliendo al cabo de muchas lloras por el corredor final de Enlene<br />
y tras realizar, arrastrándose, un penoso recorrido. Esta segunda cavi-<br />
dad se abre cerca de la entrada bajo tierra del Volp, que discurre hasta<br />
la otra cueva buscando su salida. Esto permite considerar que se trata<br />
de dos <strong>parte</strong>s, accidentalmente separadas por un hundimiento, de un<br />
gran conjiinto subterráneo. Para el Tuc d3Audoubert, las fotografías de<br />
los grabados hechas por el Conde Bégouen y sus hijos bastaban amplia-<br />
mente para darlos a conocer. No era este el caso de la segundi cavidad,<br />
donde se multiplicaba un gran número de enormes paneles sobrecar-<br />
gados de fiiios grabados embrollados. Para descifrarlos, H. Bégouen<br />
recurrió a mi experiencia, formada desde hacía tiempo por una larga<br />
práctica en otras cavidades.<br />
Después de la primera gran guerra fue este el motivo de numerosas<br />
temporadas pasadas en Les Espas. Primero tuvieron lugar durante los<br />
años que siguieron a la guerra, pero las dificultades planteadas por el<br />
propietario de Enlene interrumpierori los trabajos durante seis años y<br />
se reemprendieron después. Cada año, aprovechando el verano, pasa-<br />
ba un mes prosiguiendo la labor y así se hizo hasta la segunda guerra<br />
mundial. Durante los primeros meses de la contienda había cmpezado<br />
y avanzado bastante el trabajo de poner en limpio los calcos. Pero su larga<br />
duración y las condiciones penosas de la postguerra interrumpieron la<br />
correspondiente edición. Anteriormente, al producirse descubrimien-<br />
tos de importancia, presentábamos notas cortas a las Academias o en los<br />
Congresos. De acuerdo conmigo, con su pluma ágil, H. Bégouen redac-<br />
taba los textos de los que le proporcionaba las figuras, vas mostrarle in<br />
situ los originales inteipretados. Muy pocas veces una colaboración ha