Segunda parte MAESTROS, AMIGOS Y COLABORADORES
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ABATE HENRI BREUTT.<br />
Con la ayuda al principio del gran geólogo Dutoit, intenté esbozar,<br />
en las costas nieridionales, el estudio de algunas playas levantadas que<br />
contenían material Iítico, lo que fue mal visto por otros geólogos apequeños<br />
sudafricanos)>. Van Riet Lowc me llevó a las del Natal que teníamos<br />
que dar a conocerjuntos, pero que publicó sin contar conmigo, lo<br />
que tenía la ventaja de una confirmación indirecta. Conseguí también<br />
que el Doctor Malan excavara el profundo depósito (obseivado ya en<br />
mi visita de 1929) de la cueva-abrigo pintado de Rosa Cottage, en<br />
Ladylxand (Orange), mientras yo copiaba sus figuras pintadas. Van Riet<br />
Lowe me ayudó también a proseguir la copia de otros frisos en dicha<br />
región y en Basutolandia, mostrrindomc asimismo son excesiva rapidez-<br />
algunas hermosas rocas del alto Natal (Drakerisberg). Se resignó<br />
igualmente, gracias al Mariscal Smuts, a ver cómo continuaba el estudio<br />
de los problemas planteados en el Sur de Rhodesia y en particular en<br />
África del Sudoeste, donde realicé, ayudado por cl Coroilel<br />
Hooggenhoiit y el doctor E. R. Scherz, de Windhuek, importantes exploraciones<br />
que suscitaban complejos problemas. Ante ellos, van Riet<br />
Lowe tomó cada vez más una actitiid netainente opuesta a mis<br />
iriferencias, tanto sobre la fecha como acerca del origen de los diversos<br />
estilos en superposición.<br />
Por aquellos hechos y como consccuencia de la desaparición del Mariscal<br />
Smuts, la actitud de van Riet Lowe respecto a mí se hizo menos<br />
ariiical. Eii todo ello existieron seguramente causas val-iadas que no interesan<br />
ni a la ciencia ni a los lectores. Estos hechos no impiden que<br />
guarde un recuerdo profundamente agradecido por todo lo que él hizo<br />
por mí en su país durante tantos años. Por lo deiiiás, el gobierno<br />
sudafricano sieiripi-e me atestiguó su confianza.<br />
Van Riet Lowe ha sido un gran trabajador al que un incendio, dos<br />
guerras y una salud que se fiie haciendo muy delicada, frenaron su actividad<br />
y su obra escrita. &rica del Sur, donde hay un inmenso trabajo a<br />
realizar, en un teriitoiio tan vasto p por un número restringido de investigadores<br />
calificados, pierde con él a un gran prehistoriador. Esta desaparición,<br />
que siicede en corto tiempo a la de J. Janmart, en Angola, cs un<br />
verdadero desastre para el África austral y deja un vacío difícil de llenar.<br />
H. BKIIUIL,