Número 55 - Año XXIV - aespat
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40 Jesús Cuadra Pérez<br />
san en algunos principios de la Filosofía Humanista.<br />
Se parte del principio de que “todos nacemos<br />
bien”; Berne (1966, 1983) decía metafóricamente<br />
que “todos nacemos príncipes y<br />
princesas” (p. 324). Es un principio de consideración<br />
positiva y un respeto reciproco:<br />
“Yo soy OK - Tú eres OK, y ellos (los clientes)<br />
son OK”.<br />
El segundo principio de la supervisión es<br />
que todos tenemos un cierto potencial humano<br />
que podemos desarrollar y en concreto<br />
todos tenemos la capacidad de pensar<br />
por nosotros mismos.<br />
El tercer principio es que las personas<br />
somos responsables de nuestras vidas y<br />
decidimos nuestro destino y lo que es bueno<br />
para nosotros en cada momento. Pero<br />
todos podemos cambiar en pos de la autonomía<br />
y tomar nuevas decisiones.<br />
PRESUPUESTOS DE LA PRÁCTICA<br />
En cuanto a la práctica, y de manera congruente<br />
con la práctica clínica transaccional,<br />
la supervisión se basa en estos dos principios:<br />
• El método es contractual (terapeuta y<br />
cliente(s) han de enunciar el cambio a<br />
alcanzar con el proceso de supervisión<br />
y acordar mutuamente el objeto).<br />
Esto supone un compromiso en una relación<br />
claramente definida que incluye una<br />
responsabilidad conjunta en cuanto al proceso<br />
de aprendizaje y desarrollo profesional.<br />
• Comunicación abierta.<br />
Compromiso de una comunicación abierta,<br />
por ejemplo en lo que concierne a las<br />
reuniones de presentación de casos, las notas<br />
y los informes de supervisión, las referencias<br />
a otros profesionales, etc.<br />
La supervisión contractual tiene algunas<br />
ventajas importantes, supone:<br />
• Respeto a la autonomía de las personas<br />
en supervisión.<br />
• Disminuir la probabilidad: de que los que<br />
están en supervisión se impliquen en<br />
juegos como:<br />
Nº <strong>55</strong> <strong>Año</strong> 2006<br />
– Dame una patada,<br />
– Estúpido,<br />
– Hazme algo;<br />
• Y de que los supervisores jueguen juegos<br />
como:<br />
– Blemish (Defecto),<br />
– Sólo estoy tratando de ayudarte<br />
(SETA),<br />
– Te pillé.<br />
MODOS DE SUPERVISIÓN<br />
Con frecuencia, el que empieza a hacer<br />
supervisión se plantea la cuestión de cómo<br />
hacerlo. La supervisión puede ser individual<br />
y en grupo y hay muchos modos de llevar a<br />
cabo la supervisión, pero los más comunes<br />
y efectivos son:<br />
• En vivo: Esto requiere organizar la supervisión<br />
de modo que el supervisor<br />
pueda asistir como observador (generalmente<br />
no participante) a la sesión de<br />
terapia individual o en grupo. Previamente<br />
ha de conseguir el consentimiento<br />
del cliente y ha de explicar la función<br />
profesional de esta presencia para el<br />
desarrollo profesional del terapeuta, con<br />
respeto a la confidencialidad. Posteriormente<br />
se analiza y discute la sesión con<br />
el supervisor sin o con la presencia del<br />
o de los clientes según lo acordado. A<br />
este respecto son interesantes las ideas<br />
y la práctica iniciada por Eric Berne<br />
(1983) sobre la participación de los pacientes<br />
en las sesiones de supervisión.<br />
• Con dispositivos de observación fuera de<br />
la sala (espejos unidireccionales, cámaras<br />
de video, etc.). Son métodos basados<br />
en las técnicas de micro-enseñanza<br />
adoptados después para la psicoterapia<br />
y supervisión, en especial la terapia sistémica.<br />
Requieren, como antes, el consentimiento<br />
previo de los pacientes y explicar<br />
la función profesional, siempre con<br />
respeto a la confidencialidad.<br />
• Con grabaciones de video o de audio.<br />
Como en los casos anteriores, se requiere<br />
el permiso previo de los pacien-